jueves, octubre 23, 2025

Mensajes de los Guías-Maestros

Mario Mesa
Constituirá vuestro origen, sino vuestro fin (Nietzsche)
En la hipnoterapia, la persona que está en trance ingresa a la dimensión espiritual y entra contacto con su guía espiritual o ángel de la guarda y establece un diálogo con él sobre sus asuntos prioritarios. Estos mensajes de los guías maestros, por llamarlos de alguna manera, hablan del amor, de la fe, de la paciencia, del cuidado del cuerpo, del perdón, etc...
Juliana tenía fuertes dolores en la zona del estómago, su autoestima estaba por el piso y no quería seguir viviendo. En resumen: su estado era deplorable. Teníamos en trance a María cuando Juliana fue a verme. Estábamos en la fase final de la sesión y para actuar con prontitud, quisimos aprovechar la oportunidad de que María estaba en trance para que nos diera una mano en la terapia con Juliana.
Además, queríamos que su guía le hiciera la terapia para lograr un mejor efecto en la mente de Juliana que nos miraba con ojos expectantes y llorosos. Esperamos unos segundos y el guía espiritual nos habló a través de María con acento europeo y nos dijo que contaba con el permiso de La Luz –Dios, para ayudarle a Juliana a sobreponerse de su situación. La miró fijamente y le dijo: “Vas a decir mentalmente: Padre mío, amado mío, estoy aquí, llena de problemas, llena de angustias, llena de preocupaciones, pero soy fuerte, soy valerosa, soy una persona de éxito, nada ni nadie en este momento y, de ahora en adelante, puede hacer que mis cosas no salgan bien.
En este momento estamos aquí muchos seres de luz, ayudando para que tu estés bien, pon de tu parte, deja ese negativismo, y eso que tú dices ahora: No soy capaz, ya no puedo más. Ahora y aquí ya nada será negativo para ti, porque si tu sacas todo lo negativo que hay en ti, todas esas dudas, todo eso va cambiar, pero primero tú tienes que cambiar; es que ese vocabulario va a salir de tu mente, nada de esas cosas que dices, que se me dañó el trabajo, que no tengo dinero, nada, todo va a estar bien, no pienses, respira, vas a respirar una luz dorada resplandeciente y hermosa que entra suavemente por tus pulmones y luego la pasas por detrás de la columna y la bajas hasta tus pies; luego la devuelves hasta tu cabeza y la colocas a dos metros de ella, la revientas, y esa bola de luz cae en forma de lluvia hacia ti, sanando todo.
Nada ni nadie va a acabar con tus cosas. Di: “gracias, Padre mío por todo esto que me has dado hoy, por este regalo maravilloso que tengo en mis manos y que las voy a apretar muy fuerte hacia tu corazón”. Respira profundo por la nariz y lentamente vas diciendo: “gracias, Dios mío, porque me has sanado, gracias, Dios mío por estar presente en mí corazón, por ocupar el espacio más grande de mi vida, así sea, así sea. Me siento sanada, soy una triunfadora porque mi real ser y mi control a quien debo llevar siempre, estarán conmigo, me estarán guiando”. No digas no puedo, porque si mi venida es en vano, se va a perder todo este trabajo. Llora, saca toda esa angustia, llora…