miércoles, noviembre 05, 2025

Supersticiones

Fermín Castro - viriato73@hotmail.com
El hombre del s. XXI, con sus logros, con Internet, con sus
“bombas inteligentes”, con sus viajes espaciales, contempla
gozoso el cenit de su civilización y mira con desprecio el largo camino recorrido por las generaciones y culturas anteriores.

Nuestra Civilización está basada en la Ciencia, la Técnica y la Lógica, pero el manto tejido de milenios es aún pesado, por fortuna, y hay supersticiones que aún perduran. La existencia de estas supersticiones es una prueba de la falsedad de la preeminencia del hombre racional actual.
En lo más recóndito y profundo de nuestra alma, de nuestra memoria colectiva, lo que algunos llaman genética, perviven sueños y miedos pasados. El hombre actual cree en las supersticiones, y lo que es un absurdo total, cree en ellas sin saber en qué contexto se formaron y qué significado tenían.
La superstición del número 13 tiene varias explicaciones, los numerólogos afirman que es como consecuencia de la suma del 1 y del 3 da como resultado el 4, el verdadero número maligno. Si estuvieran en lo cierto, ¿por qué entonces no pasa a ser el 4 directamente él número maldito?, esta explicación no me convence. Otros explican que la fatalidad del 13 viene como consecuencia del número de comensales presentes en la Última Cena y que el comensal número 13 era Judas. Esta explicación es plausible, pero se enfrenta a un obstáculo insalvable y es que siglos antes de la venida de Nuestro Salvador ya existía ese miedo al número 13. Vemos como Hesiodo, en su maravilloso “los Trabajos y los Días” hace referencia a la fatalidad del número en cuestión prohibiendo la siembra en días trece. En la mitología nórdica vemos como la muerte de Baldo (el dios de la luz) a manos de su hermano gemelo Herder (dios obscuridad) se produce como consecuencia de las maquinaciones del dios Locki que fue al lugar de juegos de los doce dioses siendo el número 13. Volviendo a la tradición cristiana es curioso observar como en el libro del Apocalipsis el versículo 13 está dedicado al Anticristo. También es una rara coincidencia que en las cartas del tarot, el número XIII este dedicada a la Muerte.
Pasemos a algo más dramático, desear “mucha mierda” antes de una representación teatral tiene su sentido y explicación en el hecho de que en las épocas en las que las representaciones se celebraban en patios de vecinos, al aire libre, el éxito de una representación podía medirse por la cantidad de excremento de caballos que se acumulaba en los alrededores, ya que el público acudía a estos eventos en carruajes o en monturas.
Ya que estamos hablando de teatro, que es uno de los mundos donde más historias de supersticiones podemos encontrar, saquemos a la luz el motivo por el que el color amarillo traen mala suerte, según algunos claro. En el teatro el color amarillo está muy mal visto, dicen algunos que como consecuencia de la muerte del dramaturgo Moliere, producida mientras ensayaba su comedia el Enfermo Imaginario, su muerte le sobrevino vestido por entero de amarillo. Sobre el color amarillo debiéramos recordar que era el color de los locos y bufones de la corte, también de color amarillo era el distintivo o brazalete que hacían llevar a los judíos en las ciudades europeas.
Quien no ha escuchado alguna vez aquello de: quien rompe un espejo siete años de mala suerte. Los espejos son unos objetos muy especiales, para las generaciones pasadas la posibilidad de ver reflejado en la superficie del cristal el mundo que los rodeaba era algo casi mágico. Poder mirarse uno mismo a los ojos y recibir la mirada estaba cargado de espiritualidad. Aquellos hombres del pasado comprendían lo que de maravilloso había en ese acto que para nosotros nos parece banal. Lo de la mala suerte viene porque los espejos eran considerados en épocas pasadas, puertas a lo divino, a lo espiritual, romperlo era un insulto a las fuerzas divinas (benignas o malignas). Quien haya visto la película Constantine, recordará que el protagonista utiliza un espejo para realizar un exorcismo a una joven, para ello coloca sobre la muchacha un espejo. Esto fuera de ser producto de la imaginación del guionista, es una realidad histórica, pues para hacer salir los demonios que se escondían dentro del endemoniado se colocaba un espejo frente a su rostro y a la luz de las velas y tras unos minutos de letanías religiosas, salían del rostro reflejado los demonios. Algunos historiadores afirman que el motivo por el que trae mala suerte la ruptura de un espejo encuentra su explicación en la Grecia Antigua y en Persia lugares donde eran común la catoptromancia-sistema de adivinación a través de un espejo, del griego kátoptron , espejo- y se consideraba anuncio de muerte la ruptura del objeto durante una de estas sesiones. El espejo es un objeto realmente interesante en China era el símbolo de la emperatriz, en Japón está relacionado con el mito de la diosa solar Amaterasu, pero nos estamos desviando y esta es otra historia.
Para finalizar nuestro cónclave semanal quiero referiros una superstición relativamente moderna, es relativa al tabaco y es la creencia popular de que no se debe encender tres cigarrillos con la misma llama.
Independientemente de lo pernicioso que es fumar, esta premonición de muerte viene fundada por hechos bélicos ocurridos en la Guerra inglesa en Trasnvaal en 1900 ( para otros historiadores el origen de la superstición estaría en la I Guerra Mundial), así en mitad de la noche, en los momentos de descanso, los ingleses fumaban unos pitillos, al encender la cerilla los francotiradores fijaban su punto de mira y tenían tiempo de sobra para disparar si la llama en vez de apagarse rápidamente iba pasando de cigarro en cigarro, el tercero era el que se llevaba el balazo.
Después de este recorrido por las supersticiones doy por concluido el cónclave con un consejo: No seáis supersticiosos pues trae mala suerte!