lunes, diciembre 01, 2008

Logoterápia

¿Qué es la Logoterapia?

Es una corriente psicológica que puede encuadrarse entre las denominadas “escuelas existenciales.”

¿Cuáles son sus fundamentos?

Su concepción antropológica se basa en la consideración del ser humano como un ser “bio-psico-socio-espiritual”, haciendo hincapié en la búsqueda de sentido de la vida y en la temática de los valores.

¿Quién fue su creador?

El médico vienés Viktor Emil Frankl (1905-1997), por lo que también se la denomina “tercera escuela vienesa” (entendiendo como la primera al Psicoanálisis de Sigmund Freud y como la segunda a la Psicología Individual de Alfred Adler).


Vida y obra de Viktor Emil Frankl

Nacido en Viena en el año 1905 en el seno de una familia judía, fue Médico Neurólogo y Psiquiatra. Si bien su formación inicial fue cercana al Psicoanálisis primero y a la Psicología Individual más tarde, luego fue desarrollando una teoría propia.

En la posguerra (1925, luego de la Primera Guerra Mundial) se destacó por la organización de Centros de Consulta para los jóvenes afectados por las consecuencias del conflicto bélico en su ciudad natal, iniciativa que luego se extiende a otras ciudades europeas.

En 1942, ya durante pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, Frankl es hecho prisionero por los nazis y deportado sucesivamente a cuatro campos de concentración, siendo liberado en 1945. A ésta etapa el mismo Frankl la denomina el “experimentum crucis” del Prisionero Nº 119.104, y es durante la misma cuando puede experimentar personalmente que la vida humana tiene sentido aún en las peores circunstancias. Durante la época del cautiverio a manos de los nazis fallecen sus padres y su primera esposa, también prisioneros.

Posteriormente comienza la época de mayor divulgación de sus ideas. Si bien los términos “Logoterapia” y “Análisis existencial” habían comenzado a introducirse en el lenguaje técnico en 1938, en un artículo que Frankl publicó para una revista alemana, es a partir de 1946 que esta teoría se difunde a nivel mundial, sobre todo a partir de la publicación del libro “El hombre en busca de sentido” (conocido también como “Un psicólogo en el campo de concentración”).

En 1954 se produce la primera visita de Frankl a la Argentina, adonde regresó en otras cuatro oportunidades para participar de distintos eventos, destacándose el IV Congreso Mundial, II Encuentro Latinoamericano y II Congreso Argentino de Logoterapia (1987).
El Dr. Frankl es autor de más de 30 libros sobre Logoterapia, entre los que se destacan:


“Teoría y terapia de las neurosis”

“Ante el vacío existencial”

“Psicoanálisis y existencialismo”

“La voluntad de sentido”

“El hombre doliente”

Sus obras fueron traducidas a 21 idiomas, encontrándose también numerosos textos sobre la temática de diversos autores, así como publicaciones periódicas sobre Logoterapia en distintas partes del mundo (Estados Unidos, Austria, Argentina, México, España).

Viktor Frankl falleció en Viena el 2 de septiembre de 1997, pudiéndoselo considerar como uno de los más importantes hombres de ciencia del siglo XX.
(colaboración del Lic. Luis González)

Me gustaría agregar algunos aportes a lo vertido por mi colega el Lic. González.
Tal vez la particularidad más notoria de la Logoterapia consista en emparentar el concepto de salud con el de sentido de vida. La Logoterapia procura ayudar al paciente a encontrar un sentido para su existencia. No se trata de otorgar un sentido sino de ayudar a que cada uno encuentre el propio.

Como ya se ha mencionado, a la Logoterapia se la suele llamar "la 3º escuela de Viena". Freud creó el Psicoanálisis enfocando prioritariamente conflictos de índole sexual (si bien sus ideas fueron mucho más allá de eso, nadie puede dejar de relacionarlo con su famoso complejo de Edipo); Adler se basó en la voluntad del poder y el complejo de inferioridad. Las diferencias probablemente se originen en el tipo de pacientes que atendieron. Freud trabajó con la clase alta burguesa, mientras que Adler vivió en una zona pobre de Viena y, siendo oftalmólogo, observó el sentimiento de inferioridad en los niños de escasa visión.
La Logoterapia, por su parte, toma buena parte de su impulso en un campo de concentración. Y en esas circunstancias Frankl no puede sino preguntarse por el sentido de la vida.

En la época pre-freudiana, las ciencias reducían al hombre a lo biológico. Con el psicoanálisis se "descubre" lo psíquico, básicamente a partir del concepto de lo psicosomático. Posteriormente, el mismo Freud y algunos discípulos como Adler, introducen lo social como otro factor condicionante de lo humano.

Para Frankl, el hombre no es solamente un ser social y psicosomático, sino que, además, tiene la potencialidad de lo espiritual, a través de la búsqueda de sentido.

Tal vez, el hombre no pueda evitar el sufrimiento, pero otorgándole un sentido se lo puede transitar de otra manera.


Lic. Alejandro Quiroga
Tres escuelas de Viena (resumen)

Freud - al hombre lo mueve la voluntad del placer.
Adler - al hombre lo mueve la voluntad de poder.
Frankl - al hombre lo mueve la voluntad de sentido.

Loa a la Nueva Milicia de la Órden del Temple


SAN BERNARDO DE CLARAVAL - 23/05/2003


San Bernardo de Claraval avaló a los Templarios. Su famosa "Loa" al Temple como nueva milicia de Cristo, caballeros y monjes a la vez, fue escrita entre 1130-1136. Es un documento vital para el Temple


Prólogo

A Hugo, Soldado de Cristo y Maestre de su Milicia, Bernardo Abad, solo en el nombre, de Claraval, Salud y que pelee el buen combate.

Una y otra vez, y hasta tres, si no me engaño, me habías pedido, carísimo Hugo, que te enderezara a ti y a tus conmilities algunas palabras de aliento, y que, si no embrazaba la lanza, vibrara al menos la pluma contra el tirano enemigo. Y siempre me asegurabas que os había de ser gran estímulo el que, a no ser posible ayudarnos con las armas, os exhortara y animara con mis escritos.

Tarde algún tiempo en satisfacer a tus deseos, no porque desdeñase la petición, sino temiendo que, si la aceptaba, me culpasen de precipitado y ligero, puesto que, pudiendo hacerlo cualquier otro mejor, presumía yo de poder salir airoso de tal empresa, y así estorbaba el fruto que podía sacarse de cosa tan necesaria. Mas al ver que mi larga demora de nada me servía, pues insistías una y otra vez, al bien que por incompetencia, me he decidido a hacer lo que estaba en mí. El lector juzgará si he satisfecho sus deseos. Aunque ciertamente, como no he escrito este opúsculo sino por contentarte y acceder a lo que me pedías, no me preocupa gran cosa el que agrade a quienes lo leyeren.


CAPÍTULO I

Elogio de la Nueva Milicia

Se oye decir que un nuevo género de milicia acaba de nacer en la tierra, y precisamente en aquella región donde antaño viniera a visitarnos en carne el Sol Oriente, para que allí mismo donde El expulsó con el poder de su robusto brazo a los príncipes de las tinieblas extermine ahora a los satélites de aquellos, hijos de la infidelidad y de la confusión, por medio de estos fuertes suyos, rescatando también al pueblo de Dios y suscitando un poderoso Salvador en la casa de David su ciervo.

Si, un nuevo género de milicia ha nacido, desconocido en siglos pasados, destinado a pelear sin tregua un doble combate contra la carne y sangre y contra los espíritus malignos que pueblan los aires. Cierto, cuando veo combatir con las solas fuerzas corporales a un enemigo también corporal, no solo no lo tengo por caso maravilloso, pero siquiera lo juzgo raro. Cuando observo igualmente como las fuerzas del alma guerrean contra los demonios, tampoco me parece esto asombroso, aunque si muy digno de loa, pues lleno está el mundo de monjes, y todos suelen sostener estas luchas. Mas cuando se ve que un solo hombre cuelga al cinto con ardimiento y coraje su doble espada y ciñe sus lomos con un doble cíngulo, ¿quién no juzgará caso insólito y digno de grandísima admiración? Intrépido y bravo soldado aquel que, mientras reviste su cuerpo con coraza de acero, guarece su alma bajo la loriga de la fe; puede gozar de completa seguridad, porque pertrechado con estas dobles armas defensivas, no ha de temer a los hombres ni a los demonios. Es mas ni siquiera teme a la muerte, antes la desea. ¿Qué podría espantarle ni vivo ni muerto, cuando su vivir es Cristo; pero desearía mas bien acabar de soltarse del cuerpo para estar con Cristo, siendo esto lo mejor.

Marchad, pues, soldados, al combate con paso firme y marcial y cargad con ánimo valeroso contra los enemigos de Cristo, bien seguros de que ni la muerte ni la vida podrán separarlos de la caridad de Dios, que está en Cristo Jesús. En el fragor del combate proclamad: Ya vivamos, ya muramos, del Señor somos. ¡Cuán gloriosos vuelven al regreso triunfal de la batalla! ¡por cuán dichosos se tienen cuando mueren como mártires en el campo de combate! Alégrate, fortísimo atleta, si vives y vences en el Señor; pero regocíjate mas y salta de alegría si mueres y te unes al Señor. La vida te es ciertamente provechosa y de gran utilidad, y el triunfo te acarrea verdadera gloria; pero no sin gran razón se antepone a todo eso una santa muerte. Porque si son bienaventurados los que mueren en el Señor, ¡cuánto mas lo serán los que sucumben por El!

Verdad certísima es que, ya los visite en el lecho, ya los sorprenda en el fragor del combate, siempre será preciosa en el acatamiento del Señor la muerte de sus santos. Pero en el ardor de la refriega será tanto mas preciosa cuanto mas gloriosa. ¡Oh vida segura cuando va acompañada de buena conciencia! ¡Oh vida segurísima, repito, cuando ni siquiera la muerte se espera con recelo, antes se la desea con amorosas ansias y se las recibe con dulce devoción! ¡Oh verdaderamente santa y segura milicia, libre de aquel doble peligro que con frecuencia suele espantar a los hombres cuando no es Cristo quien los pone en la pelea! ¡Cuantas veces, al trabar combate con tu enemigo, tu, que militas en los ejércitos del siglo, has de temer que, matándole a él en el cuerpo, matas también tu alma. O que, siendo tu muerto por el acero de tu rival, pierdas juntamente la vida del alma y la vida del cuerpo! Porque no es por el resultado material de la lucha, sino por los sentimientos del corazón por lo que juzgamos los Cristianos acerca del riesgo corrido en una guerra o de la victoria ganada; porque si la causa es buena, no podrá ser nunca malo el resultado, sea cual fuere el éxito, así como no podrá tenerse por buena la victoria al final de la campaña, cuando la causa por la que se inició no lo fue y los que la provocaron no tuvieron recta intención. Si, queriendo dar muerte a otro, eres tu el muerto, mueres ya homicida. Y si prevaleces sobre tu contrario y, llevado del deseo de vencerle, le matas, aunque vivas, eres también homicida. ¡Infausta victoria en la que, triunfando del hombre, sucumbes al pecado! Y si la ira o la soberbia te avasallan, vanamente galleas por haber dominado a tu contrincante. Dase otro caso, amén de los dichos, y es el de quien mata, no por celo de venganza, ni por la perversidad de gozar del triunfo, sino por evitar el mismo la muerte. Pero tampoco diré sea buena tal victoria; porque de entre dos males, como son la muerte del alma o la muerte del cuerpo, preferible es el segundo; pues no porque muera el cuerpo muere también el alma, sino el alma que pecare, ella morirá.


CAPÍTULO II

De la Milicia Seglar

¿Cuál será, pues, el fino fruto de lo que no llamo milicia, sino milicia seglar, si el que mata peca mortalmente y el que cae muerto perece para siempre? Porque si la esperanza hace arar al que ara, por emplear palabras del Apóstol, y el que trilla lo hace esperando percibir el fruto, ¿Qué extraño error es ese en que vivís, soldados del siglo? ¿Qué furia frenética e intolerable os arrebata para que de tal modo guerreéis pasando grandes penalidades y gastando toda vuestra hacienda, sin mas resultado que venir a parar en el pecado o en la muerte? Vestís vuestros caballos con sedas; colgáis de vuestras corazas y lorigas no se que aironcillos colgantes de diversas telas; pintáis las astas de las adargas, las fundas de los escudos y rodelas, las sillas de montar; mandáis haceros de oro y plata los frenos y espuelas, esmaltándolos de pedrería, y así, con toda pompa, llenos de vergonzoso furor e imprudente estupor, cabalgáis a paso ligero hacia la muerte. ¿Son estas insignias militares o mas bien galas de mujeres? ¿Acaso la daga enemiga retrocederá ante el brillo del oro? ¿Respetará las ricas piedras? ¿No se atreverá a tajar y rasgar las sederías? En fin, ¿No os ha enseñado a vosotros mismos la experiencia diaria que para un soldado en campaña los mas necesario son tres cosas, conviene a saber: valor, Sagacidad y cautela para parar los golpes del enemigo, soltura y agilidad de movimientos que le permita ir ligero en su seguimiento y persecución, y, por último, que esté siempre pronto y expedito para herirle y derribarle?

A vosotros os vemos, por el contrario, cuidar con esmero vuestra cabellera al estilo mujeril, lo cual redunda en perjuicio de vuestra vista en el estruendo de la guerra; os envolvéis con luengos camisones que os llegan hasta los pies y os traban; y, en fin, sepultáis en amplios y complicados manguitos vuestras manos delicadas y tiernas. Sobre todo esto añadid lo que mas puede amedrentar la conciencia de un soldado que sale a campaña, quiero decir, el motivo liviano y frívolo por el cual tuvo la imprudencia de meterse en milicia tan peligrosa. Porque bien cierto es que todas vuestras diferencias y guerras nacen solo de ciertos arrebatos de ira, o de vanos deseos de gloria, o de ambición por conquistar alguna ventaja terrena. Y por tales motivos, cierto que no se puede con segura conciencia ni matar ni ceder.


CAPÍTULO III

De los Soldados de Cristo

Mas los soldados de Cristo con seguridad pelean las batallas del Señor, sin temor de cometer pecado por muerte del enemigo, ni por desconfianza de su salvación en caso de sucumbir. Porque dar o recibir la muerte por Cristo no solo no implica una ofensa a Dios ni culpa alguna, sino que merece mucha gloria; pues en el primer caso, el hombre lucha por su Señor, y en el segundo, el Señor se da al hombre por premio, mirando Cristo con agrado la venganza que se le hace de su enemigo, y todavía con agrado mayor se ofrece el mismo por consuelo al que cae en la lid. Así, pues, digamos una y mas veces que el Caballero de Cristo mata con seguridad de conciencia y muere con mayor confianza y seguridad todavía. Ganancia saca para sí, si sucumbe, y triunfo para Cristo, si vence. No sin motivo lleva la espada al cinto. Ministro de Dios es para castigar severamente a los que se dicen sus enemigos; de Su Divina Majestad ha recibido el cero, para castigo de los que obran mal y exaltación de los que practican el bien. Cuando quita la vida a un malhechor no se le ha de llamar homicida, sino malicida, si vale la palabra, ejecuta puntualmente las venganzas de Cristo sobre los que obran la iniquidad, y con razón adquiere el título de defensor de los cristianos. Si le matan, no decimos que se ha perdido, sino que se ha salvado. La muerte que da es para gloria de Cristo, y la que recibe, para la suya propia. En la muerte de un gentil puede gloriarse un cristiano porque sale glorificado Cristo; en morir valerosamente por Cristo muéstrase la liberalidad del Gran Rey, puesto que saca a su Caballero de la tierra para darle el galardón. Así, pues, el justo se alegrará cuando el primero de ellos sucumba, viendo aparecer la divina venganza. Mas si cae el guerrero del Señor, dirá: ¿Acaso no habrá recompensa para el justo? Cierto que si, pues hay un Dios que juzga a los hombres sobre la tierra.

Claro está que no se habría de dar muerte a los gentiles si se los pudiese refrenar por otro cualquier medio, de modo que no acometiesen ni apretasen a los fieles y les oprimiesen. Pero por el momento vale mas acabar con ellos que no dejar en sus manos la vara con que habían de esclavizar a los justos, no sea que alarguen los justos sus manos a la iniquidad.

Pues ¿ Qué? Si no es lícito en absoluto al Cristiano herir con la espada, ¿Cómo el Pregonero de Cristo exhortaba a los soldados a contentarse son la soldada, sin prohibirles continuar en su profesión? Ahora bien, si por particular providencia de Dios se permite herir con la espada a los que abrazan la carrera militar, sin aspirar a otro genero de vida mas perfecto, ¿A quién, pregunto yo, le será mas permitido que a los valientes, por cuyo brazo esforzado retenemos todavía la fortaleza de la ciudad de Sión, como valuarte protector a donde pueda acogerse el pueblo santo, guardián de la verdad, después de expulsados los violadores de la Ley Divina? Disipad, pues, y deshaced sin temor a esas gentes que solo respiran guerra; haced tajos a los que siembran entre vuestras filas el miedo y la duda; dispersad de la ciudad del Señor a todos los que obran iniquidad y arden en deseos de saquear todos los tesoros del pueblo cristiano encerrados en los muros de Jerusalem, que solo codician apoderarse del santuario de Dios y profanar todos nuestros santos misterios. Desenváinese la doble espada, espiritual y material, de los cristianos, y descargue con fuerza sobre la testuz de los enemigos, para destruir todo lo que se yergue contra la ciencia de Dios, o sea, contra la fe de los seguidores de Cristo; no digan nunca los fieles ¿Dónde está su Dios?

Cuando ellos anden huidos y derrotados, volverá entonces a su heredad y a su casa, de la que dijo airado en el Evangelio: He aquí que vuestra casa quedará desierta y un profeta quéjase de este modo: He tenido que desamparar mi casa y templo y dejar abandonada mi heredad. Si, entonces se cumplirá aquel vaticinio profético que dice: El Señor ha redimido a su pueblo y le ha librado de las manos del poderoso; y vendrán y cantarán himnos a Dios en el monte Sión, y confluirán a los bienes del Señor.

Alborózate, Jerusalem, que ha llegado el tiempo de la visita de tu Dios. Llenaos también de júbilo, desiertos de Jerusalem, y prorrumpid en alabanzas, porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha redimido su ciudad santa y ha levantado poderosamente su brazo ante los ojos de todas las naciones. Virgen de Israel, habías caído sin que hubiera quien te diese la mano para levantarte. Yérguete ya, sacúdete el polvo, ¡Virgen, cautiva hija de Sión! Levántate, repito, súbete a las almenas de tus torres y vislumbra desde allí los ríos caudalosos de gozo y alegría que el Señor hace correr hacia ti. Ya en adelante no te llamarán "la abandonada", ni tu tierra no se verá por mas tiempo desolada, porque el Señor se ha complacido en ti y tornarás haber repoblado tus campos. Vuelve tus ojos en torno y mira: todos estos se congregaron para venir a ti. He aquí el socorro que te ha sido enviado de lo alto. Por ellos te será cumplida la antigua promesa: te pondré para la gloria de los siglos y gozo de generación en generación; mamarás la leche de las naciones y te criarán pechos de reyes. Y también: como la madre acaricia a sus hijitos, así yo os consolaré y en Jerusalem serás consolado. ¿No ves con cuantos testimonios antiguos queda aprobada vuestra milicia y como se cumplen ante vuestros ojos los oráculos alusivos a la ciudad de las virtudes del Señor? Pero con tal que el sentido literal no impida el que entendamos y creamos en el espiritual, y que la interpretación que ahora en la tierra damos a las palabras de los profetas no obste para que esperemos verlas cumplidas en la eternidad gloriosa; no sea que por lo que vemos se nos desvanezca lo que dice la fe, y por lo poco que tenemos perdamos la esperanza en las riquezas copiosas, y, en fin, por la certeza de lo presente olvidemos lo futuro. Por lo demás, la gloria temporal de la Jerusalem terrena no solo se destruye o disminuye los goces que tendremos en la celestial, sino que los aumenta, si tenemos bastante fe y no dudamos que esta de aquí abajo solo es figura de la de los cielos, que es madre nuestra.


CAPÍTULO IV

Del modo de vivir de los Soldados de Cristo

Mas para imitación o confusión de nuestros soldados que no militan ciertamente para Dios, sino para el diablo, digamos brevemente cual ha de ser la vida y los hechos de los Caballeros de Cristo y como se han de haber en tiempo de paz y en días de guerra, para que se vea claramente cuanta es la diferencia entre la milicia del siglo y la de Dios. Y ante todo, tanto en una como en otra dase grandísima importancia a la obediencia y tiénese a mucha gala la disciplina, sabiendo todos cuanta verdad se encierra en aquellos de la Escritura: el hijo indisciplinado perecerá. Y en aquello otro: El desobedecer al Señor es como el pecado de magia, y como crimen de idolatría el no querer someterse. Van, pues, y vienen estos buenos soldados a una señal del mando, pónense los vestidos que ordena el Capitán, no toman alimento ni visten uniforme fuera de los señalados por él. Y lo mismo en el comer que en el vestir evitan todo lo superfluo, contentos con lo preciso. Hacen vida común dentro de alegre, pero modesta y sobria camaradería, sin esposas y sin hijos. Para que nada falte a la perfección evangélica, no poseen nada propio, pensando solo en conservar entre si la unión y la paz. Dijereis que toda aquella multitud de hombres tiene un solo corazón y una sola alma; hasta tal punto ninguno de ellos quiere regirse por su propia voluntad, si no seguir en todo la del que manda. Jamás están ociosos ni vagan de aquí para allá en busca de curiosidades, sin oque en todo tiempo, de no estar en campaña, lo que raras veces ocurre, a fin de comer el pan de balde, ocúpanse en limpiar, remendar, desenmohecer, componer y reparar tanto las armas como los vestidos, para defenderlos y conservarlos contra los ultrajes del tiempo y del uso; y cuando esto no, obedecen a lo que les ordena el capitán y trabajan en lo que es necesario para todos. No les veréis hacer acepción de personas; respetan y obedecen siempre al representante de Dios, sin reparar en si es o no es el mas noble. Previénense mutuamente con muestras de honor y de deferencias, comportan las cargas unos de otros, cumpliendo con esto la Ley de Cristo. No se estilan entre ellos palabras arrogantes, ni ocupaciones inútiles, ni risas descompuestas, ni la mas leve murmuración; y si alguno de desmandase en esto, no quedaría sin correctivo. Aborrecen los juegos de manos y los de azar; tampoco se dedican a la caza ni se permiten la cetrería, aunque tan generalizada. Abominan de juglares, de magos y bufones, cuyo trato evitan con cuidado; detestan las tonadillas jocosas, las comedias y todo linaje de espectáculos, como a puras vanidades y necedades engañosas. Córtanse el pelo, sabiendo por las enseñanzas del apóstol que es una vergüenza para los hombres el peinar largas guedejas. Nunca se acicalan el cabello, rara vez se bañan, andan con la barba hirsuta, generalmente cubiertos de polvo y ennegrecidos por las cotas de malla y tostados por el Sol.

Al acercarse el combate, ármanse de fe en su alma y cúbranse por fuera de hierro, no de oro, a fin de que así, bien pertrechados de armas, no engalanados con joyas, infundan miedo a sus enemigos sin provocar su codicia. Buscan caballos fuertes y veloces, no hermosos y bien enjaezados, pensando mas en vencer que en lozanear, y lo que desean no es precisamente causar admiración y pasmo, sino turbación y miedo. Y a punto de comenzar la pelea, no se lanzan a ella impetuosos y turbulentamente, como empujados por la precipitación, sino con suma prudencia y exquisita cautela, ordenándose todos en columna cerrada para presentar batalla, según leemos, que solía hacerlo el pueblo de Israel. Mostrándose en todo verdaderos israelitas, se adelantan al combate pacífica y sosegadamente. Pero apenas el clarín da la señal de ataque, dejando súbitamente su natural benignidad, parecen gritar con el salmista: ¿No he odiado, Señor, a los que te aborrecían? ¿No me he requemado ante la conducta de tus enemigos? Y así cargan sobre sus adversarios, cual si entrasen en un rebaño de corderos, sin que, a pesar de su escaso número, se intimiden ante la cruelísima barbarie e ingente muchedumbre de las huestes contrarias. Y es que aprendieron ya a confiar no en sus propias fuerzas, sino en el poder del Señor Dios de los ejércitos, en quien está la victoria, el cual, según se dice en los Macabeos, puede fácilmente por medio de un puñado de valientes acabar con grandes multitudes, y sabe librar a sus soldados con igual arte de las manos de pocos como de muchos; porque no está el triunfo en que un ejército sea numeroso, sin oque la fortaleza proviene del cielo. Experiencia frecuentísima tienen de esto, porque mas de una vez les ha ocurrido derrotar y ahuyentar al enemigo, peleando uno contra mil y dos contra diez mil. En fin, estos Soldados de Cristo, por modo maravilloso y singular, muéstranse tan mansos como corderos y tan fieros como leones, no sabiéndose si se les ha de llamar monjes o guerreros o darles otro nombre mas propio que abarque entrambos, pues aciertan a hermanar la mansedumbre de los unos con el valor y la fortaleza de los otros. Acerca de todo lo cual, ¿Qué decir, sino que todo esto es obra de Dios, y obra admirable a nuestros ojos? He aquí los hombres fuertes que el Señor ha ido eligiendo desde un confín a otro del mundo, entre los mas bravos de Israel para hacerlos soldados de su escolta, a fin de guardar el lecho del verdadero Salomón, o sea el Santo Sepulcro, en cuyo derredor los ha puesto para estar alertas como fieles centinelas armados de espada y habilísimos en el arte de la guerra.

Lo Sagrado y los Límites de la Existencia


por Josep Oton


1-El sentido de lo sagrado

Disponemos de diversas estrategias para definir un concepto, objeto o persona. Habitualmente solemos recurrir a la descripción de la apariencia de lo que intentamos definir. También podemos usar palabras sinónimas o del mismo campo semántico.

Ahora bien, para definir un concepto, objeto o persona hay que determinar sus límites, ya que de-finir significa, precisamente, de-limitar. Así por ejemplo, definimos una figura geométrica a partir de sus contornos. Cuando nos referimos a una parcela de terreno, la definimos a partir de sus límites. Lo mismo nos sucede con un país, que queda definido por sus fronteras. Al referirnos a un personaje histórico, aducimos como dato relevante el año de su nacimiento y el de su muerte. Y un río viene definido por su nacimiento y su desembocadura.

Definir consiste, por lo tanto, en remarcar los límites de una realidad para distinguirla de lo que no es.

Cuando intentamos realizar la misma operación con el ser, la existencia o la realidad, en sentido metafísico, tropezamos con la dificultad de marcar sus límites. ¿Cuáles son las fronteras del ser? ¿Y de la existencia? ¿Y de la realidad?

Estamos tan acostumbrados a ser, a existir y a vivir inmersos en la realidad que nos resulta difícil precisar sus límites e imaginarnos que es el no-ser, la no-existencia o la no-realidad. Porque, incluso cuando nos referimos a la nada o al vacío, difícilmente sabemos de qué estamos hablando.
Cuando nos referimos al ser, la existencia o la realidad, podemos utilizar las herramientas que nos proporciona la ciencia y la técnica. Entonces nos sentimos dueños y señores de nuestro destino. Todo tiene respuesta; todo tiene solución; no hay misterios que se resistan a la ciencia. En cambio, cuando nos asomamos al borde de nuestras seguridades, cuando nos aproximamos imprudentemente a las fronteras de nuestro pequeño mundo, entonces nos sentimos contingentes. Sentimos el miedo de lo desconocido. O peor aún, el miedo a lo inefable. Nos falta vocabulario, referentes, modelos,... para definir lo que se encuentra frente a nosotros. ¿No hay nada? ¿Es la nada? ¿Es el caos? ¿Es algo? ¿Es el Infinito o la supuesta Eternidad?

Para aludir a los límites del ser, de la existencia o de la realidad, recurrimos al concepto “misterio”. Es necesario distinguir entre misterio y enigma. Un enigma es un problema que tiene solución pero, por el motivo que sea, permanece velada hasta que alguien la descubra. En cambio, el concepto misterio alude a un problema para el cual no hay una respuesta definitiva.

En este sentido, el misterio es similar al horizonte, siempre presente, siempre retador, pero siempre inalcanzable. Por más que nos acerquemos, el horizonte siempre permanecerá lejano. De manera semejante, nos podemos acercar al Misterio a través de soluciones parciales y provisionales para resolverlo, aunque siempre permanecerá fuera de nuestras posibilidades.
El ser humano, cuando se plantea las grandes cuestiones de su existencia, se está asomando a un gran abismo, a un gran misterio insondable. Acostumbrado a las seguridades que le brinda el ser, la existencia y la realidad, siente un vértigo terrible al afrontar lo que no tiene solución. No dispone de términos apropiados para definirlo. El ser, la existencia y la realidad están limitados por algo que no tiene definición, por uno -o diversos- misterios.

Pero, por otra parte, no podemos eludir esta pregunta. Si no sabemos qué es, tampoco sabemos qué somos, porque nos definimos por nuestros límites. Y, si no podemos definir nuestras fronteras, tampoco podemos definirnos a nosotros mismos. Entonces nuestras seguridades se vienen abajo. Nuestra ciencia, nuestra técnica, nuestra política,... son un complicado castillo de naipes construido sin ningún fundamento sólido.

Para soportar semejante tensión y evitar tan terrible vértigo, cada civilización, de forma espontánea y por pura necesidad, ha elaborado su propio lenguaje referido al misterio. El ser humano ha ideado un complicado lenguaje simbólico para domesticar el asombro y el estupor que genera la cercanía de los límites del ser, de la existencia y de la realidad. Se trata de lo sagrado.

El ser humano recurre a lo sagrado, es decir, lo separado, aquello que separa, lo limítrofe, lo fronterizo, para preservarse de la terrible sensación que le genera no conocer con exactitud sus límites y, por lo tanto, no conocerse a sí mismo.

Lo sagrado es el territorio cercano a la orilla donde se hace evidente el límite. Por tanto, es la zona de ruptura, de discontinuidad, de crisis. Por este motivo, es el espacio privilegiado donde nos podemos cuestionar quiénes somos, ya que sólo en la discontinuidad nos percatamos de la continuidad. Tal vez no sepamos a dónde vamos o a dónde debemos ir, pero sí dónde estamos.

Del mismo modo que al recluir a los delincuentes en prisiones, en el fondo, una sociedad está definiendo qué ciudadanos considera honrados, lo sagrado, al segregarse de lo profano, lo impregna de significado. Al marcar la zona reservada a lo sagrado, estamos, en realidad, ofreciendo espacio a lo profano para que se desarrolle sin la presión que origina la vecindad del límite. Lo sagrado actúa como un escudo que protege el ser que, de otra manera, no resistiría la tensión generada por la condición de ser contingente.

Aunque, la comprensión del límite desconcierta, desafía a la inteligencia y la desborda, la reflexión sobre este misterio es tremendamente fecunda. Tal como afirmaba Simone Weil: “Los auténticos misterios de la fe también son absurdos, pero de un absurdo que ilumina la reflexión y la hace producir en abundancia verdades evidentes para la inteligencia.” [1]
Desde la experiencia que nos aporta la vecindad con el límite, y a través de la gramática del misterio elaborada desde lo sagrado, podemos entender qué es el ser, la existencia y la realidad. No descubrimos algo que no esté ya en ellos, pero desde el límite los podemos mirar desde otra perspectiva. Podemos tener una visión más completa y llena de sentido. Podemos descodificar una parte del mensaje que está velado y que, desde dentro, resulta ininteligible. Sólo desde la distancia es posible captar parte de su significado. Los árboles nos impiden ver el bosque. Sólo desde la perspectiva aérea podemos encontrar la clave para salir del laberinto.

Lo sagrado, por tanto, proporciona este distanciamiento del mundo que nos permite, a su vez, comprenderlo. Se trata de un extrañamiento que deviene entrañamiento. En consecuencia, revela el sentido del ser, de la existencia y de la realidad. Y al interpretarlas de una manera nueva, es posible transformarlas. Sólo a partir de un diagnóstico acertado es posible aplicar el tratamiento correcto. Interpretar implica transformar y, por tanto, alterar los límites. No revela algo nuevo o diferente, ni tan siquiera revela lo que no es, sino que sólo desde lo inexpresable es posible expresar lo que es y asumirlo de forma libre, consciente y responsable.

Por consiguiente, en la proximidad del límite, el terreno de lo sagrado, se produce la revelación. Entonces es posible hacer una relectura (relegere-religión) de la realidad y de la historia. La función de lo sagrado no es, por tanto, el cuidado del Misterio, sino la relación con el Misterio para proporcionarnos las claves que nos revelan qué somos y cómo debemos vivir.

Desde la cercanía del límite es posible experimentar la certeza de que el ser, la existencia y la realidad, tal como los conocemos, están dotados de una profundidad para nosotros desconocida que les confiere una solidez y consistencia desde la cual es posible sostener la vida. En contacto con lo inexpresable se descubre que lo que ahora somos capaces de conocer no se autojustifica; no es definitivo, sino que apunta hacia unos horizontes cuyo significado desborda la capacidad descriptiva y explicativa de nuestro lenguaje ya que rebasa nuestro actual marco de sentido.
En consecuencia, sólo desde el ámbito de lo sagrado podemos acercarnos, no sólo al límite, sino a nosotros mismos. Sólo desde la definición que surge del conocimiento del límite podemos entender y dar sentido a lo profano. Para cumplir esta función, consagramos personas, lugares, objetos y tiempos.

Es necesario romper el ficticio dualismo sagrado-profano y asumir lo sagrado como una perspectiva desde la que es posible generar una hermenéutica que nos permite descifrar el sentido de lo profano; y, a partir de esta interpretación del ser, de la existencia y de la realidad, es posible entenderla, amarla y, si así se requiere, transformarla.
En definitiva, el límite actúa como el espejo donde nos reflejamos y que nos permite conocernos. A través suyo, nos descubrimos como seres limitados. Conforme conocemos el límite, nos conocemos a nosotros mismos. En el descubrimiento de su finitud, de su debilidad, de su caducidad, de su vulnerabilidad, al ser humano le es revelado, de forma parcial y provisional, lo que es -sin el conocimiento de sus limitaciones ignora quién es realmente- pero también puede descubrir que su significado no se agota donde terminan sus supuestos límites.


2-Los límites de la existencia

¿Cuáles son estos hipotéticos límites? El ser humano percibe su limitación en diferentes circunstancias, pero principalmente es consciente de su carácter limitado cuando se enfrenta al misterio sobre el origen, sobre el fin y sobre el dolor.

El origen, el fin y el dolor no son en sí mismos los límites, pero evidencian la finitud del ser, de la existencia y de la realidad. Por este motivo se trata de conceptos muy vinculados a lo sagrado. Toda religión intenta buscar palabras y símbolos para articular todo lo referente al nacimiento, la muerte y el sufrimiento.

El lenguaje religioso, sus ritos, sus doctrinas, sus mitos, aluden al origen, al fin y al dolor y proyectan, al otro lado del horizonte, un mundo que da sentido a este mundo; un Cosmos del cual nuestro cosmos tan solo es un reflejo imperfecto y distorsionado.

Se trata de tres categorías que ponen de manifiesto que el ser, la existencia y la realidad no se justifican en sí mismas, es decir, no tienen sentido por sí mismas. Son puntos de intersección entre lo que es, tal como lo conocemos, y lo que se halla más allá de las fronteras de lo conocido.


2.1 El origen

El misterio del origen del Universo, de la vida y de cada ser nos sumerge en la fascinación de descubrir que lo que ahora es, antes no era. Esta pregunta, que a menudo los niños formulan ingenuamente, “¿dónde estaba antes de nacer?”, es el gran interrogante que nos muestra, y nos demuestra, que no somos eternos. El mundo existía sin nosotros y, por lo tanto, puede continuar existiendo sin nosotros. Somos seres prescindibles. El origen pone en evidencia uno de nuestros dolorosos límites.
Entonces recurrimos a lo sagrado en busca de mitos y de ritos que nos calmen ante la pregunta ¿por qué el ser y no la nada? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Por qué tuve que nacer?

A través de los mitos, de la determinación de tiempos sagrados (el cumpleaños, la Navidad,....), de la repetición de ceremonias (el ritual de la ofrenda anual de los regalos de cumpleaños y Navidad), y del uso de nuevos fetiches (muñecos y muñecas), gestionamos los sentimientos referidos al nacimiento. Aportamos una lectura positiva de un límite que, a pesar de ir acompañado de sufrimiento, se revela como fuente de alegría y de esperanza.


2.2 La muerte

La muerte, por su parte, también pone de manifiesto nuestra caducidad. De nuevo, y con mayor dureza, descubrimos que no somos eternos y que, por muy maravilloso que sea el mundo que construyamos, tan solo somos inquilinos temporales. Nunca lograremos ser los propietarios definitivos. Siempre habrá alguien que nos sustituya.

Lo sagrado vuelve, con su lenguaje simbólico, a paliar el desconcierto de la finitud. De nuevo reaparecen los mitos para aportarnos su dosis de esperanza que nos haga soportable la convivencia con el límite. Sacralizamos el tiempo (período de duelo, aniversario de la muerte, día de los difuntos) y el espacio (cementerio, monumentos en memoria de los fallecidos en un accidente, guerra o atentado). Organizamos ceremonias (funerales, actos de homenaje) en memoria de los que ya no están. Son estrategias que canalizan el dolor por la pérdida del otro, pero también la sensación de finitud de los que viven y, de este modo, los preservan del terrible drama de saber que han nacido para morir.


2.3 El mal

Lo sagrado, además, afronta la ingrata tarea de dialogar con el dolor, con la injusticia, con el mal, con aquello que no encaja en la supuesta lógica del rompecabezas de la realidad (lo dia-bólico). Aquello cuyo significado escapa a toda pretensión científica o técnica. Vivíamos bajo la ilusión de que el mundo podría ser perfecto. Pero el mal, el dolor, el sufrimiento nos hacen despertar de este ingenuo sueño. Ante la pretensión de un sistema perfecto, el mal pone de manifiesto sus errores, sus disfunciones, o peor aún, su falta de sentido.

En este sentido, el mal es fuente de revelación porque interpela al ser humano cómodamente instalado en sus seguridades. Le cuestiona la lógica de lo que es. Le reta a enfrentarse a lo irracional, al caos, al desorden, al desconcierto. Entonces el ser humano tiene que recurrir a una hipotética lógica que sólo puede ser justificada más allá del horizonte de la existencia.

En este sentido el mal -o lo que percibimos como mal- es un elemento desestabilizador que, desde una tensión dialéctica con lo que denominamos realidad, incita a buscar nuevas fórmulas explicativas, nuevas respuestas, nuevas soluciones. Este molesto elemento interpelador desafía los esquemas establecidos y nos obliga a seguir investigando (buscar vestigios). Lo sagrado aparece entonces como el lenguaje simbólico capaz de vehicular este conflicto, a la vez vital y cognitivo.


3-Los frutos del límite

La mayor parte del tiempo la dedicamos a permanecer dentro de los límites del ser, de la existencia y de la realidad sin preocuparnos de ellos. Pero, en ocasiones, la vida nos empuja hacia el límite. Entonces nos percatamos del Misterio. También hay los que, por razones que se nos escapan, dedican más tiempo a visitar el límite. Son los chamanes, místicos, poetas, artistas y creativos, habitantes de la frontera. Seducidos por el abismo se convierten en seres limítrofes, es decir, que se alimentan de los frutos del límite.

Cultivan estos frutos que, una vez elaborados, se convierten en alimento sano y saludable que nutre a los que viven de espaldas al límite. Entonces, estos consumidores de alimentos procedentes del límite se benefician de estos frutos sin tener que aventurarse a viajar por las peligrosas regiones fronterizas.

De las semillas de estos frutos nacen las diversas religiones constituidas. Proceden del límite, pero, una vez institucionalizadas y normativizadas, actúan como los otros productos de la cultura: redecoran la realidad para preservarnos de la angustia de la finitud. Entonces, lo supuestamente sagrado se convierte en profano y desde lo profano, insatisfecho con lo sagrado domesticado, surge una nueva forma de abordar el límite.

Conforme la religión se asienta en los dominios de la realidad y se aleja del ámbito del límite, se desacraliza. A medida que la religión se transforma en filosofía, protocolo social, código ético e institución política (de “polis”, ciudad) pierde su capacidad de diálogo con el misterio del límite y, por su lado, la sociedad profana, que continúa anhelando respuestas para lo que no hay respuesta, genera sus propias estrategias de diálogo con los límites de la existencia.
De este modo, mientras lo religioso se desacraliza, asistimos a una metamorfosis de lo sagrado que se hace presente en el mundo teóricamente profano.


4-La metamorfosis de lo sagrado en la cultura contemporánea

Durante el siglo XX, las religiones de Occidente han ido asumiendo los postulados de la Ilustración. O quizá, la Ilustración sea la explicitación profana de los principios religiosos de Occidente. Sea como fuere, mientras las religiones occidentales han ido perdiendo su dimensión de misterio, nuevas formas espirituales están emergiendo en el actual panorama cultural.

Mircea Eliade, el célebre historiador de las religiones, ya defendía, a mediados del siglo XX, que “el hombre profano, lo quiera o no, conserva aún huellas del comportamiento del hombre religioso, pero expurgadas de sus significados religiosos” y “continúa obsesionado por las realidades de que abjuró”. Incluso se atreve a afirmar que “el hombre moderno que se siente y pretende ser arreligioso dispone aún de toda una mitología camuflada y de numerosos ritualismos degradados” [2]

Según Eliade, “entre los modernos que se proclaman arreligiosos, la religión y la mitología se han “ocultado” en las tinieblas de su inconsciente –lo que significa también que las posibilidades de reintegrar una experiencia religiosa de la vida yacen, en tales seres, muy en las profundidades de ellos mismos-“. Y más adelante añade que, como consecuencia de esta ocultación de lo religioso en lo inconsciente, “el hombre arreligioso ha perdido la capacidad de vivir conscientemente la religión y, por tanto, de comprenderla y asumirla; pero en lo más profundo de su ser, conserva aún su recuerdo” [3].

Podríamos distinguir tres tipos de manifestaciones de la civilización contemporánea que responden a esta religión oculta en las tinieblas del inconsciente.


4.1-Los metarrelatos

Durante los últimos siglos, en Occidente se ha configurado un marco conceptual que ha permitido el avance científico, el desarrollo económico, el sistema democrático y el progreso del pensamiento. A este marco referencial se le ha asignado el nombre de modernidad.

Según el pensador italiano Gianni Vattimo, la modernidad considera la historia humana como un proceso de emancipación gradual, es decir, como la realización, cada vez más perfecta, del “hombre ideal”, culminación del proceso evolutivo. Si la historia está dotada de este sentido progresivo es evidente que tendrá más valor lo más moderno o más avanzado, aquello que está más cerca de la conclusión del proceso. Ahora bien, la condición previa para concebir la historia como la realización progresiva de la humanidad estriba en que pueda ser vista como un proceso unitario. [4]
Jean F. Lyotard se refiere a esta visión unitaria de la historia con el término “metarrelato”:
“Estos metarrelatos no son mitos en el sentido de fábulas. Es cierto que, igual que los mitos, su finalidad es legitimar las instituciones y las prácticas sociales y políticas, las legislaciones, las éticas, las maneras de pensar. Pero, a diferencia de los mitos, estos relatos no buscan la referida legitimidad en un acto originario fundacional, sino en un futuro que se ha de producir, es decir, en una Idea a realizar. Esta Idea (de libertad, de "luz", de socialismo, etc.) posee un valor legitimante porque es universal. Como tal, orienta todas las realidades humanas, da a la modernidad su modo característico: el proyecto." [5]

Para George Steiner, estos metarrelatos, es decir, las grandes ideologías del siglo XX, han ejercido un papel similar a la religión. Él los denomina “credos sustitutorios”. Este autor considera que el hombre actual, a pesar de todos los avances técnicos y científicos, sigue teniendo hambre de mitos. Por esta razón, el marxismo, el psicoanálisis o el estructuralismo, a pesar de su posicionamiento antirreligioso y de su planteamiento de un mundo sin Dios, aportan una pretensión de totalidad que evoca las profundas aspiraciones religiosas de los individuos. Para Steiner, estas ideologías intentan llenar el vacío central dejado por la erosión de la teología: “Como nunca anteriormente, tenemos hambre de mitos, de explicaciones totales, y anhelamos profundamente una profecía con garantías.” [6]


4.2-Las nuevas formas de espiritualidad

Otras manifestaciones son aquellas explícitamente espirituales. El término “New Age” [7] parece englobar a todo este amasijo de técnicas de meditación, terapias alternativas, etc. La literatura sobre estos temas es abundante y no me centraré en su descripción.


4.3-La cultura profana

En cambio, quisiera destacar un tercer tipo de manifestación. Se trata de aquellas manifestaciones de la sociedad civil que, sin ninguna intención explícita de referirse a lo religioso, lo sagrado o al misterio, cumplen de forma espontánea este cometido ya que lo sagrado subyace en el inconsciente y se expresa a través de la cultura. Ejemplos de esta manifestación de lo sagrado en lo profano los podemos encontrar en los deportes, la música, el cine, el interés por la ecología, el arte contemporáneo y la filosofía de la muerte de Dios.

Los diversos rituales deportivos, ¿no repiten gestos religiosos de origen inmemorial? ¿Acaso los deportes no canalizan los aspectos irracionales del ser humano como antaño hacían las religiones a través de sus ceremonias?
La música, ¿ los modernos ritmos que enardecen a los jóvenes, y a los no tan jóvenes, no nos recuerdan a la música ritmada de las sociedades tribales, música utilizada en sus ceremonias chamánicas?

El cine, ¿no nos aporta un panteón de nuevos héroes que superan pruebas iniciáticas y se enfrentan a nuevos monstruos, personificaciones del mal?
La creciente sensibilidad ecológica, ¿no nos evoca los cultos ancestrales a la Madre Tierra? ¿Acaso no estamos recuperando el sentido sagrado de la naturaleza? ¿Nos encontramos frente al renacimiento de la religión natural? El retorno a la natural ¿no nos deja entrever las huellas de la nostalgia del paraíso, el deseo de reintegrarse al estado edénico? [8]
Las pinturas negras de Mark Rothko, ¿no están plasmando cromáticamente la espesa nube desde la que Yahveh hablaba con Moisés, o la nube del no saber, o la Noche Oscura del alma, o la sensación de oscuridad que produce la inefabilidad divina?

La filosofía de la muerte de Dios, anunciada por el loco de la linterna de Nietzsche, ¿no es la recuperación de los mitos deicidas de Osiris, Dionisio o del propio Cristo? ¿No es una manera de referirnos al crepúsculo de los dioses de la mitología germánica? ¿O una forma de expresar que la capacidad creadora de la Divinidad va acompañada de su propia kenosis?

Lo que Nos Conviene Saber de la Alquimia


Amparo de Dios
Colaboradora Equipo para la Humanidad México
Fuente basada en “El Alquimista” El arte de la transformación espiritual.



El espíritu no está en el pasado, sin embargo ni las emociones ni la mente pueden salir del pasado y del condicionamiento y de las impresiones de la primer infancia.

El presente es la partícula de tiempo que no muere.

El presente es la totalidad del espíritu. El amor y la bendición de Dios es también el misterio de la alquimia.

Las preguntas que todo ser humano hace, por lo general en la adolescencia, ¿quién soy? ¿para qué estoy aquí? ¿para qué existo? Son contestadas en el proceso de la vida que se define en siete pasos o siete etapas que van haciendo el camino.

Lo que transforma cada etapa anterior es el darnos la posibilidad de escuchar y atender a la voz que llevamos dentro. Las respuestas no se encuentran en cosas externas, que nuestros sentidos solo interpretan como cosas físicas o materiales.

En ese camino se aprende a que las cosas materiales no se acaparan. Porque todo el tiempo fluyen en la energía y en las bendiciones con las que nacimos. Uno de los dones, es profundizar en la mente, a la que despejando y revisando interiormente es nuestro potencial creador innato. De esto se compone la búsqueda de la transformación interior.

El viaje se inicia desde que nacemos cuando nos damos cuenta de que somos alquimistas porque nuestro llanto se transforma en alimento, en unos brazos que nos dan calor, y en otras cosas que identificamos como materiales con el proceso de crecimiento. En ese momento no nos preocupa nada, sentimos y sabemos que todo está dado. Al ir avanzando en los años, caemos en la creencia en que en esta etapa nueva todo es material y nos convertimos en acaparadores, deseando y queriendo obtener todo lo que nos gusta, desde un dulce, hasta una propiedad o una pareja ideal, inclusive al sexo que ha despertado con apetito insaciable. Vamos confundiendo que el sexo lejos de ser algo natural es algo pecaminoso, y para alcanzarlo con entusiasmo y ocultándonos la culpa, lo contaminamos con el condicionamiento del dinero, alcohol o drogas. Desaprovechando la oportunidad tan maravillosa que tenemos de amar al mismo tiempo que gozar de esa energía que nos hace estar vivos.

Es un desperdicio el no saber utilizar al espíritu. Cultivaríamos el amor real, el sexo sin drogas y sin culpas y sobre todo nos libraríamos de ser cautivos del pasado. Porque encontrar en esa búsqueda a la inocencia nos permite dejar de cuestionarnos. La inocencia no cuestiona. Solo vive en el presente, en el regalo de Dios, la autoconciencia, la fuente de la vida eterna. Fuera de tiempo y espacio.

Sin embargo al entrar en un mundo de deseos, éste se vuelve áspero y se nutre de semillas, como la ira, el miedo, la desconfianza y la duda. Los deseos insatisfechos y el dolor. Que nos llevan por el camino de sentirnos víctimas de todo y de todos. Es entonces que creemos que nos hemos separado de la gracia. Aunque la verdad es que no, la gracia sigue en nuestro espíritu. Esa separación que vivimos es solo una apariencia que nuestros sentidos nos hacen sentir. El ego crea esa apariencia, la unión se ve en la autoconciencia, por eso ir más allá del ego es una travesía de ese puente invisible y entrar en el océano universal de la conciencia.
En cada bebe nace también el ego y éste nota, éste soy yo y ese eres tú y comienza la dualidad. Y comienzan las preferencias y la fascinación de la exploración del mundo exterior que se ven fascinantes y deseamos tocar, ver, sentir, oler y saborear y más que eso, poseer y controlar. Y nos preguntamos ¿por qué esto o aquello no es mío? Los objetos se convierten en una adicción, la referencia al objeto nos hace creer que la felicidad está en los objetos. Ese ego en la etapa inicial nos hace tener miedo al abandono, a la necesidad de aprobación, a la posesión, nos hace tener ansiedad por la separación, preocupación por si mismo, autocompasión y auto imagen.

Este menú es la 2ª. etapa de la alquimia. Nos alejamos del sentimiento de paz, unidad y confianza con el que nacimos y el ego domina al espíritu. Porque se crean impulsos nuevos y viejos, los nuevos son deseos y los viejos son recuerdos que crean una experiencia de condicionamiento.
Cruzar el 3er. paso que nos da el goce de adquirir fama y fortuna. Sin embargo es una ilusión el creer que el ego nos va a dar satisfacción porque somos espíritu y al que adquiere se le da siempre un nombre en lo social¬: hijo, madre, hermana, esposo, licenciado, etc.

Donde está el amor es donde está el ser. El 4º. Paso de la alquimia humana es el que otorga. El ego deja estos temores y da ahora sin atesorar nada. Y es por el amor. El servicio es amor en forma pura. El que otorga principia con un cambio de intenciones.

"Esto es lo que quiero hacer" y no, "lo mejor para mi es hacer esto".
No muere el ego con esto, es solo una transformación. Nada es bueno o malo, solo son máscaras nuevas que se intercambian, sólo que al quitarse la máscara nos encontramos en el gran viaje al encuentro con el ser.
Se puede renunciar a algo cuando ya no es una verdad para nosotros.
El siguiente paso de la alquimia es el que busca, éste quiere alcanzar el espíritu, la completa satisfacción, la individualidad, necesidad de trascender tiempo y espacio. En este paso, el 5o. es donde nada satisface a uno, solo ver a Dios cara a cara. La imagen de Dios se acerca a su naturaleza de espíritu puro. Y se siente en el corazón. Es motivación de realidades superiores. Aprender a rendirme a la realidad superior. La búsqueda es una experiencia interior, por visiones interiores, auto confianza, mirar al ser y voluntad de confiar, la meditación y oración se gozan. Y se apartan del mundo material, comodidad y aceptación.
El 6º. Paso es el que ve. Después de buscar siempre se ve. La fama, dinero y poder, es visto por el ego, que lo identifica como cosas externas. La imagen del espíritu no solo somos mente o cuerpo, sino que todo es espíritu. Y el que ve, tiene la capacidad de ver al espíritu. Este no tiene formas, ni cualidades, es como un campo de energía pura. Conciencia pura, el que ve no ve con los ojos, sino con el mismo espíritu, trascendemos el mundo externo. Y el conocimiento mismo se revela y es. No existe carencia, y vivir espontáneamente es la fe. Como un pájaro libre, confiando. Al deshacer el defender y poseer y quitando la percepción del temor se puede ver el amor. El ego es el que sube y baja.
Un humano sabe lo que es ser divino, sólo que no lo recuerda, por eso lo busca.

El 7º. paso es el espíritu puro. La inocencia. No te identificas con el cuerpo y mente, concepto de nacimiento y muerte. Somos uno solo con el cuerpo del universo cósmico como lo es este cuerpo material.
La aceptación, es decir “ya no tengo este cuerpo, me salgo del tiempo y espacio. Me vuelvo el mismo universo cósmico en su pureza.
El espíritu nace del silencio. Los opuestos son la enseñanza y trascenderla es la alquimia. Crear cualquier cosa que desee por la propia intención. La autoconciencia pura es la creación. En la etapa de la unidad no hay separación entre el soñador y el sueño.

Ser la unidad y regresar al principio.

Estamos en el amor y atravesamos por el sufrimiento. Esto es la ley de los opuestos.


Con amor,

Lo que los Budístas Creen


Narada Maha Thera


Los budistas creen en las posibilidades creativas, latentes del hombre tal como son reveladas por la vida excepcional del Buda Gotama, el fundador del sistema moral y filosófico conocido popularmente como Budismo. El hecho de que la budidad, o ese estado supremo de perfección e iluminación, esté latente en todos, sirve como un gran incentivo para los individuos dispuestos al autosacrificio, compasivos y dedicados a servir a otros y a perfeccionarse a sí mismos.

El hombre es una máquina poderosa que, a diferencia de los artefactos mecánicos ordinarios, es muy simple en su inicio y extremadamente compleja en su final. En esta compleja maquinaria que es el hombre, el factor más importante es la mente invisible, cualquiera que sea su origen.
Es la mente la que eleva al hombre a un pedestal sobrehumano o lo degrada a un nivel infrahumano. Al igual que la electricidad, la mente es una fuerza poderosa, al mismo tiempo constructiva y destructiva. Es el enemigo más cruel y el amigo más grande del hombre. Los budistas creen que esta mente poderosa es la creadora y destructora del hombre, y el arquitecto del propio destino. Es esta mente poderosa la que crea el cielo y el infierno sobre la tierra, y en esta mente invisible se encuentran el gusano, el bruto, el hombre, el superhombre y el dios. De hecho, el hombre es un mundo en sí mismo.

La razón no inspira a los budistas a creer en un creador arbitrario que controla el destino del hombre y que recompensa y castiga al hombre por hacer o no hacer su voluntad sobre la tierra. Los budistas no están convencidos de la omnipresencia, omnipotencia, omnisciencia de un Dios todopoderoso por encima del hombre, a quien éste debería temer, obedecer y amar.

Tal como afirma Voltaire, “ Dios es la creación más noble del hombre”.
El consejo de Buda a sus seguidores es no temer a nadie y no inspirar miedo a nadie. Este es un principio budista que debería ser cultivado en este mundo que incita a la guerra, donde la cosa más preciosa -la vida- es sacrificada en el altar de la fuerza bruta y donde los armamentos están creando miedo, recelo y odio.

Se espera que los budistas desarrollen esa dulce virtud de una bondad amorosa hacia todo, sin que importe la casta, el credo, el color o el sexo. ¡Cuan felices seríamos si todos pudiéramos vivir como ciudadanos de un mundo sin ningún sentimiento de separación! Un mundo fundado en el amor y la razón, que una el conocimiento científico de occidente con la sabiduría de Oriente debería ser deseado por todos los hombres y mujeres de principios elevados.

Los budistas no tiene fe en las plegarias para pedir o interceder, sino creen en la importancia del autoesfuerzo y en la eficacia de la meditación que está orientada hacia la autoconquista, el autocontrol, la autopurificación y la iluminación. “La meditación no es un sueño silencioso ni un esfuerzo enérgico”. Ella sirve como un tónico para el corazón y la mente.

Los budistas no creen en las recompensas y los castigos dados por un ser superior, sino creen que el hombre cosecha lo que ha sembrado, y que lo que siembra lo cosechara en alguna parte, alguna vez. Saben que al hombre no le sucede nada que éste no merezca por una razón u otra. El dolor o la felicidad que experimenta el hombre son el resultado inevitable de su propio hacer. Esto los conduce a creer en la doctrina del kamma (en Pali, karma, o karman en Sánscrito), la ley budista de la causalidad moral y de la responsabilidad individual. El kamma, que algunos interpretan como “influencia de la acción”, es en sí mismo una ley que actúa en su propio campo sin la intervención de un agente gobernante que sea independiente y externo. No es ni fatalismo ni predestinación impuestos sobre nosotros por algún misterioso poder desconocido al cual debamos someternos ineludiblemente.

Esta ley del kamma explica el problema del sufrimiento, el misterio del destino y la predestinación de algunas religiones, el problema de los niños prodigio y, por sobre todo, la desigualdad de la humanidad. Esta creencia en el kamma les da a los budistas consuelo, esperanza, autoconfianza y valor moral. Ella “Convalida su esfuerzo, aviva su entusiasmo”, y los hace siempre amables, tolerantes y considerados, porque comprenden que ningún ser humano es enteramente bueno ni enteramente malo.
Kamma, o la acción causada por la ignorancia y el apego -dice Buda- condiciona el renacer. Las acciones presentes, en combinación con las acciones pasadas, condicionan el futuro. El presente es hijo del pasado y, a su vez, se transforma en padre del futuro. En otro sentido, somos lo que fuimos, seremos lo que somos. En otro sentido, no somos lo que fuimos, no seremos lo que somos. Por ejemplo: un criminal de hoy podría ser un santo mañana, una persona virtuosa de hoy, debido a la debilidad humana o impelida por las circunstancias, podría ser mañana un criminal.
Los budistas no creen que el presente sea la única vida entre dos eternidades de miseria y felicidad; ni tampoco creen que este flujo de vida presente sea completamente aniquilado después de la muerte. Los budistas creen que “el hombre no es más que uno de un número indefinido de estados de ser y que esta vida terrestre no es más que un episodio entre muchos otros”. Hay que admitir que esta doctrina de la reencarnación no puede ser ni probada ni descartada experimentalmente, pero se acepta como un hecho verificable por las evidencias.

El nacimiento significa el surgimiento de fenómenos psicofísicos. El renacimiento, por lo tanto, significa sus surgimientos repetidos. Esta doctrina del kamma y de la reencarnación explica el surgimiento de genios y niños prodigio, las diferencias entre niños de la misma familia, las capacidades especiales en los hombres debido a sus tendencias prenatales, los gustos y rechazos instintivos a primera vista, las muertes prematuras, el surgimiento de grandes religiosos como Buda, que poseen características físicas, mentales e intelectuales incomparables.

Si postulamos una vida pasada, presente y futura, entonces nos enfrentamos al mismo tiempo con el misterioso problema ya mencionado. “¿Cuál es el origen último de la vida? ”.

Una escuela, en su intento por resolver el problema, plantea una causa primera, ya sea como una fuerza cósmica o como un ser todopoderoso. Otra escuela niega una causa primera, pues según la experiencia común, la causa siempre se transforma en los efectos y los efectos se transforman en la causa.

En una cadena de causa y efecto, la causa primera es inconcebible. De acuerdo a la primera escuela, la vida ha tenido un comienzo; mientras que de acuerdo a la segunda escuela, la vida carece de principio.
La ciencia moderna, al confinarse a los datos sensoriales, enfrenta el problema y nos dice que somos el producto directo de las células del esperma y del óvulo suministrados por nuestros padres. Pero la ciencia no da una explicación satisfactoria respecto del desarrollo de la mente, la cual es infinitamente más importante que la maquinaria del cuerpo material del hombre. Los científicos, mientras que afirman que omne vivum ex vivo, “toda vida proviene de vida”, sostienen que la mente y la vida evolucionaron de lo carente de vida.

Algunos sistemas religiosos afirman que el alma (una esencia del hombre asumida como un hecho) brota de Dios, y que los padres sólo proporcionan las groseras vestiduras del alma. Desde el punto de vista científico, somos absolutamente nacidos de nuestros padres; como tal, la vida precede a la vida. En lo que respecta al origen del primer protoplasma de vida o “coloide” (como queramos llamarlo), los científicos alegan su ignorancia.
Según el Budismo, nacimos de la matriz de la acción (kamma-yoni). Los padres simplemente nos proporcionan un fundamento material; como tal, el ser precede al ser. En el momento de la concepción, es kamma, o la acción pasada, quien condiciona la conciencia inicial que vitaliza al feto. Es esta energía kámmica invisible, generada del nacimiento pasado, la que produce los fenómenos mentales y el fenómeno de la vida en un fenómeno físico ya existente, para completar así el trío que constituye al hombre.
Respecto del origen último de la vida, Buda declara positivamente: “Sin fin cognoscible, es este ‘continuo vagar’ (Samsara). No se puede percibir un primer comienzo de los seres que, obstaculizados por la ignorancia y encadenados por el deseo, vagan y deambulan en él”.

Esta corriente de vida fluye ad infinitum, mientras la alimenten las enlodadas aguas de la ignorancia y del deseo. Cuando estos dos son completamente detenidos, sólo entonces la corriente de vida deja de fluir; el renacer termina, como en el caso de los Budas y los Arhants. No es posible determinar un comienzo último de esta corriente de vida, pues no se puede percibir una etapa en que esta fuerza de vida no estuviera acompañada por la ignorancia y el deseo. Buda se ha referido aquí simplemente al comienzo de la corriente de vida de los seres vivientes. A los científicos les corresponde especular sobre el origen y la evolución del universo.

La doctrina budista del renacer debería ser diferenciada de las doctrinas de la trasmigración y la reencarnación de otras religiones, puesto que el Budismo niega la existencia de un alma permanente o de una entidad inmodificable que transmigra de una vida a la otra. Para justificar la existencia de la felicidad sin fin en un cielo eterno, es necesaria un alma inmortal.

El Budismo, con su análisis, reduce al ser vivo a mente y materia, que están en un estado de flujo constante, sin permanecer iguales dos momentos consecutivos. Todo el proceso de estos fenómenos psicofísicos, que constantemente surgen y perecen, es a veces denominado por Buda, en términos convencionales, el Sí mismo, o atta; pero lo así denominado es un proceso y no una identidad. El Budismo enseña una psicología sin psique.
El Budismo no niega por completo la existencia de una personalidad en el sentido empírico. Niega, en un sentido último, un ser idéntico o una entidad permanente, pero no niega una continuidad en proceso. Este ininterrumpido flujo de vida dinámico o continuidad de los fenómenos psicofísicos condicionados por el kamma, carente de un origen perceptible en el pasado sin comienzo y de un fin a su continuidad en el futuro -con la única excepción del fin que puede procurarle el Noble Óctuple Camino- es el sustituto budista para el ego permanente o el alma eterna en otros sistemas religiosos.

Los budistas creen en el Noble Óctuple Camino, que consiste en Correcta Comprensión, Correctos Pensamientos, Correcta Palabra, Correcta Acción, Correcta Forma de Vida, Correcto Esfuerzo, Correcta Atención y Correcta Concentración, como el único Camino Medio para liberarse de los males a los que todos estamos sujetos en el curso del “Vagar por la vida”.
Este Camino del Medio no es ni un camino metafísico ni un camino ritualista; ni dogmatismo ni escepticismo; ni autoindulgencia ni automortificación; ni eternalismo ni nihilismo; ni pesimismo ni optimismo; y no es ni absolutamente de este mundo ni del otro mundo. No es pesimismo ni optimismo, sino realismo. Es un camino de iluminación, un medio de liberación del sufrimiento.

El Budismo no intenta racionalizar el sufrimiento, pero lo acepta como un hecho y trata de buscar la causa, para erradicarlo.

Con una confianza perfecta, los budistas siguen este camino único de vida practicado y enseñado por Buda, para alcanzar su meta última, Nibbana (en pali = Nirvana en sánscrito), que se puede alcanzar en esta vida misma.
Desde un punto de vista ético, Nibbana es la total destrucción del apego, la malevolencia y la ignorancia. Psicológicamente, es la total eliminación del llamado “YO” o egoísmo; metafísicamente, es la cesación del devenir o la aniquilación del sufrimiento.

Entrevista a Salvador FREIXEDO: El Jesuíta Rebelde


Por Manuel Carballal


El próximo 23 de abril, Salvador Freixedo cumplirá 80 años. Nacido en la población orensana de Carballo, a los 5 años su familia se instala en la capital de la provincia donde comienza sus estudios, siempre rodeado de un ambiente religioso. Párvulos, en la Monjas de San Vicente Paúl y Bachillerato en el Instituto Otero Pedra yo .

A los 16 años ingresa en la orden jesuita. Estudia Humanidades en la Universidad de Salamanca, Filosofía en la Universidad de Comillas, Teología en San Francisco, Ascética en Canadá y Psicología en las universidades de Los Ángeles y Nueva York.

En 1953 se ordena sacerdote en Santander y entonces comienza su trayectoria evangélica, ejerciendo el ministerio en diferentes países, lo que ha llevado a Salvador Freixedo a vivir en 12 naciones distintas.
En Cuba descubrió el cristianismo de clases, al concienciarse de que la orden jesuita tan sólo aceptaba alumnos de la élite social, mientras el pueblo llano sufría mil privaciones. Esto le llevó a escribir su primer libro 40 casos de Justicia Social. Examen de conciencia para cristianos distraídos . A causa de ese libro el dictador Fulgencio Batista invitó a Freixedo a salir del país.

De Cuba viaja a Puerto Rico, donde funda la casa de la Juventud Obrera Católica, que construye con sus propias manos. Allí escribe su libro más polémico: Mi Iglesia duerme , que desata el escándalo. Mientras en España los censores de Manuel Fraga , entonces Ministro de Información y Turismo, prohíben el libro. En Norteamérica y Sudamérica se desata una gran controversia.

El libro se convirtió en best-seller en muchos países, catapultando a Salvador Freixedo a las primeras páginas de todos los periódicos, y haciendo que llegase a editarse un LP y un single donde aparecía el sacerdote leyendo párrafos de su libro.

Tras el imparable escándalo de este libro, Salvador Freixedo decide dejar la orden de los Jesuitas y su vida como sacerdote, para concentrarse en la investigación de los milagros, los ovnis y los fenómenos paranormales.
Encuentro con un pensador del misterio

Manuel Carballal . - Salvador a veces te acusan de ser poco preciso con los datos, las fechas… ¿Significa eso que tus teorías tienen poco fundamento?
Salvador Freixedo. - Yo si no esta Magdalena (Se refiere a Magdalena del Amo , su esposa), me pierdo un poco. No me acuerdo de los nombres y fechas y siempre le pregunto como se llamaba el contactado tal o el investigador cual, y ella me lo recuerda, pero lo que yo he visto con estos ojos, y he experimentado durante todos estos años, esta ahí, y no puede cambiarlo nadie, aunque no me acuerde de una fecha de un caso.
MC. - Ahora, en esta época de tu vida, sé que estas prestando mucha atención a los círculos de las cosechas ¿es el misterio de moda?
SF. - Si, ahora están de moda. Se dice que es un fenómeno nuevo. Mentira. Es como los OVNIS, que dicen que empezaron en el 47. Falso. Han existido siempre, y con los círculos pasa igual. Ahora están apareciendo círculos en los sembrados, pero también en la nieve, en la arena, en las playas, etc. Explotó hace unos años, en Inglaterra, pero ya hace siglos que aparecían los círculos de las hadas, o círculos que se achacaban a los aquelarres… Siempre han existido. Ahora están en Alemania, en Suecia, hasta en Puerto Rico los he visto yo , aunque no tan complejos como los de Inglaterra.
MC. - ¿No te consideras un poco pesimista, al trasmitir con tu obra una poco esperanzadora visión sobre el libre albedrío del hombre? ¿Nos consideras tan manipulados por los dioses de los que hablas?
SF. – La humanidad, como rebaño, va a donde la lleven. En la horrenda historia humana sólo hay guerras, guerras y más guerras, causadas por lo dioses. Guerras estúpidas por culpa de las religiones, las fronteras, los idiomas, las razas… Ahora bien, cada individuo puede hacerse castillo, y mandar a hacer cósmicas puñetas a los dioses.
MC. - ¿Y tú como lo haces?
SF. - Pues yo , a mis ochenta años, que cumplo el 23 de abril, intento llevar una vida tranquila. Portarme decentemente con mis semejantes. Leyendo e informándome todo lo que puedo, y sin hacer el mal a nadie. Y sobre todo no me dejo “comer el coco” por nadie, ni de aquí ni del más allá. Yo siempre le digo a los contactados, que no entreguen su mente ni a Dios. Si se le aparece un ser y le dice que es Dios, que lo mande a hacer puñetas.
MC. – A pesar de que vivimos en la era de la informática, de Internet, a pesar de que tenemos miles de satélites en el espacio, e incluso alguna nave acercándose a los límites del sistema solar ¿tu continúas opinando que quedan muchos misterios para la ciencia?
SF. - Muchos. Apenas sabemos nada. Mira, uno de mis pasatiempos favoritos, y muy íntimo, en verano porque en invierno no puede ser, es tumbarme en la hierba por la noche, y mirar al cielo. Cuando los perros me dejan, porque enseguida, al verme así, vienen a lamerme y tengo que apartarlos. Pues me echo mirando al cielo, y me imagino que esa bóveda celeste, inmensa, es artificial y que alguien la ha hecho, como esas enormes pistas de hielo cubiertas que he visto en EEUU. Y si ya me maravillo con algunas obras arquitectónicas de la tierra, pues imagina como me siento viendo eso. Y entonces viendo esos miles de estrellas y constelaciones, empiezo a dudar de que todo esto sea real. A veces pienso que vivimos en una especie de holograma proyectado por alguien, y que nosotros mismos somos un holograma. El cosmos en un misterio lleno de misterios.
MC. – Ahora que vivimos los conflictos entre católicos y protestantes en Irlanda, el conflicto entre palestinos y judíos en Israel, la crisis entre cristianos y musulmanes tras el 11-S… ¿las religiones siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo?
SF. - Las religiones han sido la mejor estrategia de los dioses para dividirnos. Pero yo creo que allá arriba pasa como aquí abajo. Unos quieren que nos peleemos y otros quieren que nos amemos, porque yo creo que los mismos dioses están enfrentados entre ellos. Y dice un proverbio que cuando dos elefantes se pelean, mueren muchas hormigas. Yo recibo todos los libros de OVNIS que se publican en EEUU, y ahora los más interesantes son los que hablan de la “guerra en los cielos”. Muchos ufólogos americanos hablan de casos en que se han visto enfrentamientos de OVNIS, como si allá arriba hubiese una guerra, igual que las que nosotros tenemos aquí por culpa de esos mismos dioses que se inventaron las religiones.
MC. – Hablando de Dios y los dioses. ¿Cómo fue la evolución de tu forma de entender los milagros, desde el Freixedo sacerdote al Freixedo investigador de lo paranormal?
SF. – Milagro es como la iglesia llama a los fenómenos paranormales. Ellos creen que es el dedo de Dios el que está detrás de las leyes naturales, rompiéndolas con el milagro, porque es el que las hizo. Pero a eso la parapsicología les llama hechos paranormales, y no hay que acudir a Dios. Aunque algunas veces hay que acudir a los dioses, porque hacen cosas que ya están más allá de la mente humana. Para mi los milagros han sido siempre un tema interesantísimo, porque son una ventana a algo que está detrás. Sobretodo cuando ves que no solo hay milagros en el cristianismo, como yo creía antes, sino que están en todas las religiones.
MC. - ¿Pero hay milagros exclusivos de una religión, o son todos universales?
SF. – Están en todos lados, lo que pasa es que la gente no sabe. Los cristianos tenemos los estigmas, por ejemplo, pero yo cuando leí que había místicos musulmanes, que tenían los estigmas de Mahoma, ya empecé a sospechar. Tu acuérdate por ejemplo de aquella celebre batalla que a los cristianos se les aparecía Santiago en su caballo blanco, y leña contra los moros, y al mismo tiempo se les aparece Mahoma a los musulmanes, y leña contra los cristianos, y así, todos a matarse. Para eso les valió el milagro a aquellos pobres demonios manipulados por sus dioses.
MC. – En una de las cosas en que coinciden todas las religiones es en que esta vida no es el fin, y tras la muerte existe algo más. ¿Tu crees en el más allá? Y si es así ¿Cómo te lo imaginas?
SF. - Este es mi tema clave ahora, aunque de esto no puedo hablar delante de mi mujer porque se preocupa. Tengo ya 80 años, sé que ya estoy cerca de cambiar de piso, y a estas alturas ya en cualquier momento te vas para el otro lado. Y todavía hay gente que está atontada con Gran Hermano, y con el fútbol. A mi eso ya no me interesa, estoy interesado en lo que hay después. Porque creo que hay mucha gente que muere, y está tan desubicada que no sabe donde está. Y otros tienen que volver, tienen que reencarnar por imbéciles, porque han desperdiciado la vida con tonterías.
Ahora colecciono libros sobre el más allá, y hay algunos interesantísimos. Creo firmemente en un más allá, aunque creo que no es igual para todos. Porque sino nada de esto tendría sentido. Pero no se como es, ni yo ni nadie, y el que diga que lo sabe esta diciendo tonterías. No tenemos ni idea. Creo que para ese tránsito hay que prepararse. Hay que tener la mente enfocada a eso para que cuando llegue el momento sepas donde estás y no te quedes atrás.
MC. - Hablando del más allá, ¿Por qué no existen ahora grandes médium de efectos físicos como existían a principios del siglo pasado? ¿Por qué no hay una Eusapia Paladino , un Daniel Douglas Homme , una Florence Cook ?
SF. - Sí los hay. Yo he visto en Brasil cosas increíbles. He visto aparecer fantasmas, a médiums hacer operaciones psíquicas espectaculares. Sí hay médiums, no tantos como antes, pero los hay. Como Pachita , por ejemplo.
Cuando yo llegaba a su casa me saludaba, que tal padrecito, y se ponía una especie de casulla y unas estolas, y empezaba a pasar gente. Ella decía, ya esta aquí el hermanito. El hermanito era Cuautemoc , el último emperador azteca, y era el que ella decía que le poseía.
Decía, ya esta aquí, y entonces cerraba los ojos y empezaba a dar cuchilladas arriba y abajo, y operaba siempre con los ojos cerrados. Era una cosa increíble. Yo he mismo he metido el cuchillo en un enfermo con ella. Yo he operado. Como no voy a decir que hay grandes médiums aún.
MC. – Pero también hay un lado oscuro en estos temas ¿no?
SF. - Claro. He visto aparecer un fantasma, con un senador, no me acuerdo del nombre, que cada vez que aparecía lo hacía con un estruendo terrible. Veía que aquel hombre casi se moría del miedo. Y he visto suicidios, o contactados que han acabado locos.
No, no le recomiendo a nadie que se meta en estos asuntos si no esta muy equilibrado y tiene la cabeza muy bien amueblada.
MC. - ¿Y las apariciones marianas?
SF. - Otro juego de los dioses. Mira me acuerdo un día que estaba con la inefable Pitita Ridruejo en el Escorial, con Amparo , la vidente. Y resulta que llevaron a dos budistas, de estos con el manto naranja, para que vieran el milagro de la virgen.
Estábamos allí cuando apareció la Virgen con el perfume a rosas y todo eso. Y cuando acabó todo se fueron hacia aquellos dos monjes budistas, pensando que los habían convertido ya al ver todos el milagro de la aparición y ellos muy tranquilos dijeron, no, son Devas manifestándose.
Porque en su religión tienen a los Devas y los Ashuras, como nosotros tenemos a los ángeles, los musulmanes a los Jinas y todo eso. Todo es lo mismo.
Yo nací en una familia religiosa. Mi hermano era jesuita, mi hermana era monja, un hermano de mi padre fue cura, mi padre casi llego a ordenarse, mi madre tenía dos hermanas monjas, y ella era mas monja que sus hermanas, mi primo Darío era jesuita… con una familia así, nací ya destinado.
A los 16 años entré en los jesuitas, y en los dos años de noviciado me dieron ese lavado mental bárbaro que te dan. Aún hay días que sueño con sotanas, todavía.
Treinta días de ejercicios espirituales, sin hablar con nadie, rezando y rezando. Una cosa tremenda.
Y en 1947, cuando llegue al puerto de Nueva York dije, esto es otro mundo. Y después en La Habana, cuando empecé a trabajar con la gente, empecé a pensar por mi mismo, y a deducir que las cosas no eran como me habían enseñado en el seminario. Pero yo se lo debo todo a los OVNIS, porque gracias a ellos empecé a usar mi mente y a ser libre para escoger lo que quería creer, cosa que no había podido hacer antes. Y el día que llegué a la conclusión de que el fenómeno OVNI era real, ese día se me cayó el mundo encima y empecé a replanteármelo todo. ¿Estos seres creen en Jesucristo? ¿Están o no redimidos? ¿Tienen un infierno?… y con esas preguntas internas fui evolucionando.
MC. - ¿Realmente es posible la autocrítica espiritual?
SF. - Mi primer libro fue 40 casos de injusticia social , pero en ese libro yo aun defendía la doctrina social de la Iglesia de León XIII , y con ese libro me echó Batista de Cuba, y me mandaron para Puerto Rico. Ahí es donde escribí Mi Iglesia Duerme , y ahí es donde se armó el escándalo y me dijeron mejor que te marches, porque esto ya no esta bien.
Y me fui. Entonces escribí El cristianismo un mito más , que fue como reafirmarme en mi crítica a la Iglesia, y después ya empecé a escribir sobre OVNIS y parapsicología. Hasta hoy.
MC. - ¿Tu crees que igual que el cristianismo no hace justicia, me refiero a justicia social, a Jesús de Nazaret , no puede ocurrir lo mismo con los otros fundadores de religiones?
SF. - Igual. Mira, cuando se murió Mahoma se dividieron en chiítas y sunitas, que no se pueden ver. Se murió Buda y se partieron en la doctrina mahayana e hinayan. Se murió el fundador, y en todas las religiones empiezan las peleas por el poder, y se pierde el mensaje de su creador.
MC. - ¿Cómo haces parta tener las ideas tan claras y tanta lucidez, leyendo tantos libros al día, dando conferencias, participando en congresos, programas de radio y televisión…? ¿No sufres ningún tipo de desgaste mental?
SF. - Yo, para ejercitar la memoria que a mi edad ya empieza a fallar un poco, me aprendo de memoria poesías. O voy traduciendo al inglés mentalmente, cuando alguien está hablando. Porque la mente hay que ejercitarla como el cuerpo. Y no pienso entregársela a los dioses, sin plantarles batalla…
Algunos libros de Salvador Freixedo
- La religión: Entre la parapsicología y los ovnis . Orion, 1978.
- Extraterrestres y religión . Daimon, 1980.
- Parapsicología y religión . Daimon, 1980.
- Visionarios, místicos y contactados extraterrestres . Daimon, 1981.
- Porqué agoniza el cristianismo . Quintá, 1984.
- Defendámonos de los dioses . Algar, 1984.
- Israel pueblo contacto . Quintá, 1985.
- Las apariciones de El Escorial . Quintá, 1985.
- El cristianismo, un mito más . Quintá, 1986.
- Los curanderos . Universidad y cultura, 1987.
- La granja humana . Plaza y Janés, 1988.
- La amenaza extraterrestre . Bitácora, 1989.
- Videntes, visionarios y vividores . Bell Book, 1998.
- Un gallego llamado Cristóbal Colon . Casa del Capitán, 2002.

Lo que Dice el DALAI Lama al Albor del Nuevo Milenio


Buen Karma

!Disfruta de este breve pero agradable texto! Es lo que dijo el Dalai Lama al albor del nuevo milenio. Bastan unos pocos segundos para leerlo y pensar al respecto. No guardes este mensaje. El mantra sino te abandonará. Recibirás una sorpresa muy agradable. Y es válido para todo el mundo, incluso si no eres supersticioso... e independientemente de tus creencias religiosas o de tu fe ...

1. Ten en cuenta que los grandes amores y logros entrañan un gran riesgo.

2. Si pierdes, no pierdas la lección.

3. Aplica las tres erres: Respétate a ti mismo, Respeta a los demás, y Responsabilízate de tus acciones.

4. Recuerda que, a veces, no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.

5. Aprende las reglas para que sepas incumplirlas cuando conviene.

6. No permitas que una pequeña discusión empañe una gran relación.

7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma inmediatamente las medidas necesarias para corregirlo.

8. Pasa algún tiempo solo todos los días.

9. Abre tus brazos al cambio, pero no abandones tus valores.

10. Recuerda que, a veces, el silencio es la mejor respuesta.

11. Vive una buena vida honrada. Después, cuando seas mayor y mires hacia atrás, serás capaz de disfrutarla de nuevo.

12. Un entorno de amor en tu hogar es la base de tu vida.

13. Cuando no estés de acuerdo con tus seres queridos, preocúpate únicamente por la situación actual. No hagas referencias a anteriores disputas.

14. Comparte tus conocimientos. Es la forma de lograr la inmortalidad.

15. Sé bueno con la Madre Tierra.

16. Una vez al año, acude a un lugar al que nunca hayas ido antes.

17. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor mutuo es mayor que la necesidad mutua.

18. Juzga tu éxito en función de aquello a lo que has renunciado para conseguirlo.

19. Ama y cocina con absoluto derroche. Recibirás una sorpresa muy agradable…


DA A CONOCER ESTE MANTRA

Lluvias Extrañas

Charles Fort, durante años se dedicó obstinadamente a reunir miles de datos donde cuenta de extrañas lluvias caídas en distintos sitios del planeta. Consiguió reunir más de 60 mil notas - todas extraídas de revistas y diarios muy renombrados - que daban cuenta de esas raras lluvias.

En el archivo de Fort hay comprobadas lluvias de peces sobre Londres y otras ciudades, lluvias rojas, negras y amarillas, lluvia de ranas caída de enormes bloques de hielo (¡algunos del tamaño de un elefante!), lluvias de carne, de trozos de algodón, de lodo, de arena, y también de... sangre.
" En el año 1800, en Seringapatam, en la India, se registraron (según la revista Nature del 1° de noviembre, anota Fort) una sucesión de lluvias de granizo. Durante una de ellas se encontraron dos piezas de hielo que tenían el tamaño de un elefante pequeño. Ese mismo año, informes del instituto Smithsoniano revelan que en los EE.UU cayeron piedras de hielo de 2 y 3 kg. de peso.

" El 27 de febrero de 1877 en Penchloch, Alemania, cayó una espesa lluvia amarilla, color oro, cuya materia tenía 3 formas distintas: semejaban una flecha, un grano de café y un disco. No se encontraron trazas de polen y la sustancia despedía un fuerte olor animal. El análisis químico reveló la presencia de nitrógeno y amoníaco. Charles Fort - en su obra "El libro de los condenados" al hablar de esta lluvia - dice: "Tal vez fueran símbolos jeroglíficos de alguien que ntentaba decirnos algo".

" El 14 de febrero de 1870, cayó en Génova, Italia según el profesor Beccardo, director del instituto Genovés de Física, citado por Fort, una sustancia amarilla que cubrió las calles, al punto de que era difícil caminar. Según se estimó, la cantidad de esta materia amarilla que cubrió Génova era de aproximadamente 100 mil toneladas.

" El 30 de abril de 1887 se produjo una lluvia densa, ardiente, negra y pestilente. El mismo fenómeno se repitió el 9 de octubre de 1907 y el 2 de marzo de 1908. La "explicación" fue que se trataba de polvo de carbón que habría flotado en el aire desde las minas de Gales. Pero una lluvia similar se registró el 20 de enero de 1911 en Suiza y otra en el cabo de Buena Esperanza, el 5 de febrero de 1912. Según el reverendo James Rust una lluvia negra cayó en Slains, Escocia, el 14 de enero. Otra en Carluke, a 250 km. de Slains, el 1 de mayo. Y otros dos en este sitio el 20 de mayo de 1862 y el 21 de octubre de 1863. El informe químico identificó esta sustancia no como un producto volcánico o ceniza, sino como escoria de fundición. "Resulta imposible - dice Fort - imaginar que un producto artificial como es la escoria de hierro haya podido caer en tan grandes cantidades y en sitios tan distintos". Y agrega un dato sorprendente: El 9 de noviembre de 1819 cayó una lluvia negra de escoria de metal sobre una vasta zona de Canadá. Esta lluvia fue acompañada de una sacudida sísmica y de una intensa oscuridad aunque era pleno día.

No sólo caen - según Fort - diversos colores desde el cielo. En ciertos momentos de la historia, y en los más variados lugares, se produjo la precipitación de sustancias realmente increíbles.

" El 13 de agosto de 1819 en la ciudad de Amherst, en Massachusetts, un objeto misterioso, recubierto de una pelusilla como la que se encuentra en la fábrica de paños, se abatió contra el suelo. Separada la pelusa apareció una sustancia pulposa de color amarillento que despidiendo un olor muy nauseabundo, se volvió de color rojo vivo por el simple contacto con el aire.

" En Londres, la tarde del 5 de mayo de 1848, cayó una lluvia extrañísima. Traducida textualmente la nota de Charles Fort dice la siguiente: "A las 5 de la tarde el cielo estaba apacible sobre la ciudad de Londres. De pronto sin previo aviso, comenzó a soplar un fuerte vendaval que hizo volar a toldos y sombreros. El sol se apagó y una oscuridad densa se desplomó sobre la ciudad. Apenas se podía ver a dos pasos. A partir de ese momento comenzó a caer desde la alto un copioso chubasco de agua y peces. Durante casi 1 hora cayeron miles y miles de pequeños peces de una 15 cm de largo, de color plateado y grandes aletas. Examinados por los expertos no pudieron ser reconocidos. Se enviaron muestras a todas las Universidades de Inglaterra y ninguna pudo decir de que especie eran esos peces. Finalmente, una comunicación llegada desde el Cairo y firmada por el decano de la facultad de ciencias naturales de esa ciudad informó que esos peces correspondían a una especie de agua dulce que prolifera en el mar de Galilea. No se pudo explicar cómo habían caído sobre Londres esos peces que los palestinos llaman Pez de San Pedro".

" En agosto de 1894 , miles de medusas , grandes como un chelín , fueron señaladas sobre la ciudad de Bath, en Inglaterra. En el mismo momento no lejos de ahí, en Wigan, cayó una lluvia de pequeñas ranitas.

" En una nota tomada de Comptes Rendus, Fort anota que la "sustancia negra caída en Entre Ríos, Argentina, el 30 de junio de 1880 recuerda a ciertas formas de lignito". Es de color negro verdusco , similar a otras que se precipitaron en Francia (1868), Australia (1861), India (1867) y Portugal (1902).
Fort, que murió en 1932 dejando muchos seguidores, no conoció la proliferación de los Ovnis. Como dijo Louis Pauwels - unos de sus discípulos más brillantes - tal vez hubiese anotado en su archivo que cuando cesaron las lluvias extrañas, apareció en el tranquilo horizonte del planeta una rara constelación de objetos voladores no identificados...
Tras la muerte de Charles Fort las lluvias acontecidas fueron más insólitas que las que describió:
Chaparrones de tela de araña mojando pueblos y ciudades, están desconcertando a meteorólogos del mundo entero, que no obtienen explicación a tan inusual y original fenómeno.

La caída más frecuente es la de trozos de hielo, que en algunas ocasiones pesan 45 kg. A estos le siguen las de ranas, peces y cangrejos, que parecen preferir ambientes fríos como los del norte de Gran Bretaña para caer.

Cabe señalar un suceso muy raro ocurrido un atardecer de verano de 1969: los ventanales de una hostería de los Alpes alemanes próxima a Oberstdorf fueron literalmente destrozados por una lluvia de monedas antiguas, en especial rupias, maravedíes y piastras. El violento chaparrón paleomonetario se repitió a la mañana siguiente, y atrajo a numerosos curiosos a la zona. La policía destacó en el lugar a 4 patrulleros y una unidad de perros especializados que rastrearon la zona sin encontrar pista alguna sobre el extraño ataque.

Los dueños del establecimiento declararon que durante las 2 precipitaciones de monedas se oyeron voces en lenguas extrañas, que algunos huéspedes interpretaron como griego antiguo y otros como sánscrito.
Quiero hacer mención de un caso ocurrido en Argentina (Buenos Aires), hace más de 45 años - con exactitud no poseo la fecha - según testimonios de personas que presenciaron el fenómeno: "Una lluvia de ranas en estado de congelación - como dentro de cubitos de hielo - cayó sobre la Capital Federal. No sólo cayeron ranas sino también rosa y flores en el mismo estado de congelación que las ranas..."

Siguiendo un poco con más sucesos en el mundo:
Durante 4 años, en la década de 1980, la población de Evans, Colorado (EE.UU), vio caer del cielo millones de granos de maíz , semilla que nadie cultivaba en 10 km. a la redonda. El fenómeno, aunque suene increíble, tuvo antecedentes documentados en Winchester, Inglaterra, y en otras partes del mundo.

Pero si consideramos a esta lluvia insólita... ¿qué podemos decir cuando son sapos, ranas y peces los involucrados? Como el caso ocurrido el 31 de marzo de 1977: Se desató una fuerte tormenta en Ohio, en los EE.UU. Luego de la misma, todos los jardines y espacios abiertos de la ciudad aparecieron cubiertos por sapos pequeños del tamaño de una uña.
En los primeros días de julio de 1979, la agencia soviética de noticias Tass - poco amiga de dar informes sensacionalistas - comunicó que una tormenta dejó caer millones de ranas sobre un poblado llamado Dargan-ata cerca del mar Aral. En este caso, la ciencia soviética intentó explicar el fenómeno argumentando que un remolino había succionado toda clase de objetos y animales de pequeño tamaño, llevándolos hasta las nubes. Una explicación a todas luces poco convincente.

Este tipo de relatos no es nuevo. Si nos remitimos a la Biblia, la descripción del Gran Exodo explica que el río "crió ranas", que entraron a todas las casas y subieron a las camas y a las mesas, cubrieron toda la tierra de Egipto, hasta el palacio del Faraón.

Tampoco hubo explicación para la lluvia conjunta de sapos y ranas el 30 de junio de 1892. La explicación de trombas que succionan los animales y los depositan a la distancia dejan sin responder cientos de preguntas, siendo la más evidente la relativa a la "selectividad" de los tornados, que parecen elegir sapos y no ranas, o al revés y, casi nunca ningún otro tipo de animal. Además, ¿de qué manera los anfibios transportados por el viento son depositados en las nubes, y desde allí, redistribuidos por la lluvia?
Hoy en día este increíble fenómeno no ha sido explicado. Si Fort viviera en esta época, gracias a los avances de la tecnología, lo que siempre muchos, no todos, tomaron como una leyenda o producto de la imaginación colectiva, ahora empezaría a ofrecer testimonios concretos, como fotografías y mayormente filmaciones. Esta prueba ante fenómenos de insólita naturaleza es más que contundente por lo general.

Tal vez, luego de leer esto amigo lector, cuándo en una tormentosa lluvia observe el cielo, el recuerdo de lo que el cielo nos puede ofrecer y mostrar llenará cada rincón de su curiosa mente. Y como la frase bien dice: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra de lo que podemos imaginar y comprender".