miércoles, noviembre 19, 2008

Comprender al Otro...


por Ramon Marquès

No hace falta decir lo importante, bello y necesario que es comprender al otro. Yo pretendo a aportar mis puntos de vista a esta complicada tarea, pretendo hablar desde las perspectivas que más he analizado a través de mi trayectoria de estudioso. Hablaré desde la perspectiva de la depresión nerviosa, que es uno de los temas que más he desarrollado, y hablaré desde otro de mis temas favoritos que son los arquetipos, y finalmente, éstos nos van ha introducir a la parte más elevada del reino de los Arquetipos, o sea a la Metafísica y a la Religión.

1/ LA DEPRESIÓN DE LOS PAÍSES POBRES.- Entender la depresión es igualmente necesario a nivel de pobres que de ricos y suele ser una pieza clave para comprender al otro, pero yo en este momento sólo quiero hacer una breve introspección a lo que podríamos, específicamente, llamar depresión de los países pobres. Sobre la depresión he escrito cuatro libros y he desarrollado muy variados aspectos, pero un aspecto que no he tratado es el de la pobreza. Ahora quiero hacer sólo un pequeño bosquejo del factor depresión inducido por la deprivación en los países con un nivel de pobreza acusado. No es que haya viajado a los países del tercer mundo, solamente he estado atento y he analizado los diversos informes y noticias sobre la vida y el comportamiento en sociedades que sufren deprivación de elementos imprescindibles para un buen nivel de desenvolvimiento. He leído los libros de Javier Reverte, sus viajes por Etiopía (“Los caminos perdidos de África”), o sus viajes por Ruanda (“Vagabundo en África”). También he leído “Una maestra en Katmandú” de Vicki Sherpa que refleja el ambiente de Nepal. Por otra parte, aunque yo no he viajado por estos países, como todos los que hemos vivido los duros años de la posguerra en España, sí que puedo decir que he sido testigo de un elevado nivel de pobreza a nuestro alrededor, que a veces se trataba de una pobreza más espiritual que material.
La depresión, según observamos en nuestros medios, frecuentemente no se manifiesta de una forma típica con tristeza, abatimiento y ganas de llorar. La depresión es la falta de energía psíquica que puede expresarse de diferentes formas, ahora se acepta una concepción muy amplia de la depresión. Es muy usual que se manifieste por equivalentes psicosomáticos o por equivalentes conductuales que delatan depresiones larvadas atípicas. Así por ejemplo, la depresión nerviosa la podemos ver exteriorizarse por trastornos de la conducta, entre otros, tales como:

Intolerancia

Crueldad

Conductas agresivas

Tendencias delictivas

La pobreza implica que las personas tienen que soportar un nivel de sufrimiento para sobrevivir, lo que inevitablemente tiene que repercutir en su desarrollo y tiene que comportar unas secuelas psíquicas. Precisamente, lo que yo voy a ofrecer es un breve y sencillo bosquejo de lo que entiendo que pueden ser características frecuentes que señalan, especialmente a través de determinadas conductas, una depresión peculiar de los países pobres. Veamos:

1/ Falta de desarrollo de la sensibilidad emocional. Ha habido dificultad para desarrollar el complejo emocional (con los padres, los hijos , los amigos, la sociedad). Crueldad por insensibilidad (distinta de la crueldad sádica o que disfruta haciendo el mal). Maltratos a las personas y a los animales. Dureza tipo nazi.
2/ Propensión a no amar lo que le rodea. Incitación a la agresividad y el odio. Sentido moral deficiente. Contexto proclive a: la agresividad que es la reacción activa, o a la resignación – cinismo que son las dos caras pasivas donde la agresividad permanece reprimida.
3/ Ignorancia. Sequía intelectual.
4/ Falta de creatividad. Resignación a vivir al día – no preocuparse del futuro (bastante problema es el presente para preocuparse por el futuro).
5/ Complejo de inferioridad. Es usual la amabilidad con el extranjero junto a la dureza con el propio conciudadano indígena. A veces odio al extranjero que puede surgir del mismo complejo de inferioridad.
6/ Temor omnipresente, como algo que flota en el ambiente.
7/ Machismo. Sumisión en la mujer. Maltratos a la mujer.
8/ Pensamiento mágico. El pensamiento lógico-racional no tiene suficiente contrapeso.
9/ Frialdad del trato en los servicios públicos (surge de la concepción de que una persona vale poco). Corrupción.
10/ El robo se justifica como una forma común de sobrevivir.
11/ Prostitución adulta e infantil como forma de supervivencia.
12/ En este contexto se desarrollan:
Dictaduras
Guerrillas – Guerras
Torturas
Desprecio de los derechos humanos

Otro tipo de depresión que tiene que ver con la depresión de los países pobres, y que puede darse conjuntamente o no, es lo que podemos llamar la depresión de los vencidos. Creo que es lo que sucede actualmente en los países árabes. En el fondo tienen un gran complejo de inferioridad por el que se sienten vencidos, vencidos no sólo actualmente en el nivel de desarrollo sino también en las contiendas del transcurso de la Historia, en el subconsciente pienso que todavía reviven las derrotas del Islam frente a la civilización cristiana. Aquí los arquetipos juegan un papel preponderante, especialmente los arquetipos ligados a la trascendencia y a los nacionalismos que resurgen con fuerza, liberados como reacción ante este complejo de vencidos. También creo que sucede algo similar, desde el punto de vista de este complejo, en el nacionalismo catalán y en el nacionalismo vasco que son el resurgimiento de unos arquetipos ante un sentimiento de falta de autorrealización por haber sido vencidos. Pero de los arquetipos es de lo que vamos a continuar hablando a continuación.

2/ LOS ARQUETIPOS.- Para comprender de una forma analítica a la persona que tenemos delante debemos recurrir a unos parámetros, debemos analizar unas coordenadas. Yo he confeccionado lo que llamo las coordenadas del pensamiento, que se basa en los siguientes puntos de referencia o coordenadas:

Tipo de inteligencia
Supuestos socio – culturales
Complejo emotivo
Valores
Arquetipos

Cualquiera de los citados parámetros es imprescindible para comprender al otro con una cierta plenitud. No obstante me voy a abstener ahora de comentar sobre los tipos de inteligencia, sobre los supuestos o sobre las emociones, puntos de vista que ya suelen ser suficientemente tenidos en cuenta y valorados, para centrarme en los dos últimos parámetros, en el complejo valores – arquetipos y muy especialmente en los arquetipos. Los valores demasiadas veces son relativizados y, consiguientemente, minimizados, y los arquetipos se suelen pasar por alto porque se ignora su alcance e importancia, de los arquetipos se suele ignorar todo.
Los valores han sido muy relativizados en el mundo intelectual y científico. Pienso que es porque no se pueden palpar y medir como los demás objetos del conocimiento científico. No obstante la persona de la calle, menos afectada por la “deformación profesional”, sí que calibra convenientemente los valores. Sabe que es importante conocer con quien se trata, sabe muy bien lo fundamental que suele resultar para cualquier transacción o empresa el factor valor humano. Otra cosa es lo que sucede con los arquetipos, cuya grandiosa dimensión falta todavía por descubrir.
Yo entiendo que los valores y los arquetipos forman un complejo, los valores determinan el tipo de arquetipo con el que establecer la conexión, los valores sintonizan con uno u otro arquetipo. Desde luego que en esta sintonía con los arquetipos intervienen también los supuestos socio – culturales y las emociones, como es lógico que sea así en una psique en la que todo integra una unidad.
Los arquetipos constituyen la inmensa dimensión desconocida, constituyen nada menos que la dimensión metafísica. Yo ahora hablaré solamente de cuatro tipos de arquetipos, que son los que más he observado:

Trascendencia
Mesianidad
Nacionalismos
Religiones

1-Trascendencia.- Podemos entender por trascendencia lo que existe detrás del mundo visible. Y la idea que tiene cada uno de lo que hay detrás del mundo que se ve es muy diferente, consideremos por ejemplo:
un indígena del Amazonas o de una tribu india de América
un talador de árboles
un cazador
un ecologista
un jainista o un budista o un hinduista
un cristiano
En cada uno existe una cosmovisión diferente que es necesario comprender para que puede funcionar un diálogo y una relación.
2-Mesianidad.- ¿Con qué se siente uno comprometido?. ¿Cuál es su proyecto de vida?. Son preguntas que delatan una mesianidad. La mesianidad es un sentimiento común en los humanos, pero esta mesianidad puede ser grande o pequeña, magnánima o mezquina, desarrollada o en fase de desarrollo. La mesianidad de cada uno es un sello característico que le distingue de los demás.
3-Nacionalismos.- ¿Con qué bandera se identifica?. ¿En qué lugar quiere ser enterrado?. ¿De qué club de fútbol es aficionado?. Los arquetipos de nuestros antepasados y los arquetipos de la historia del lugar donde vivimos conforman una constelación que es la columna vertebral de los nacionalismos.
4-Religiones.- ¿Es partidario de la Religión o no?.¿Cómo entiende al la Divinidad, qué concepto tiene de Dios?. Son preguntas básicas que definen los arquetipos con los que uno sincroniza, del inmenso complejo de arquetipos que conforman cada una de las religiones.

3/ LAS LEYES DE LOS ARQUETIPOS.- Un diálogo que conduzca a un entendimiento requiere muchas veces tener muy en cuenta a los arquetipos. Es el caso de los nacionalismos, de las religiones o de las situaciones que he apuntado anteriormente. Cuando se penetra a cierta profundidad, rara es la cuestión que no requiera un diálogo de arquetipos. Y este diálogo de los arquetipos necesita entender de las leyes de los arquetipos. Creo que es poco lo que podemos saber sobre este océano inmenso, sutil y misterioso, pero algo sí que tengo claro y son tres leyes que rigen en el reino de los Arquetipos:

1- La unidad holística que correlaciona a todos los arquetipos
2- La fuerza invencible de cada arquetipo
3- Un arquetipo superior puede sustituir a otro inferior

Los arquetipos conforman todos una unidad holística, es decir una unidad donde rige el principio holotrópico de que todo está en todo, como en un holograma donde en cada parte podemos rehacer el todo. Fijémonos en la gran interrelación que podemos observar entre cualquiera de los arquetipos que estamos comentando y el resto.
Cualquier arquetipo tiene una fuerza invencible. Tiene un carácter numinoso o sagrado, ejerce una atracción insuperable similar a la que ejercían sobre los navegantes las sirenas que surgían del mar en el viaje de Ulises. Pero existe una posibilidad, un medio seguro, de superar a cualquier arquetipo, que es recurrir a la tercera ley, veamos.
Un arquetipo de orden superior puede superar a otro de orden inferior. Lo cual, dicho sea de paso, nos demuestra la admirable vigencia de un Orden en el reino de los Arquetipos. Pero la pregunta vuestra quizá sea ¿pero es esto cierto?. Yo he observado que es así y es lógico que sea así. Pero, nada mejor que un par de ejemplos. ¿Qué podemos hacer para que pueda existir un diálogo fluido entre nacionalismos enfrentados?. Difícil pero factible. ¿Qué podemos hacer para superar los arquetipos de una religión determinada?. Nada menos que esto, ¡superar los arquetipos de una religión!, ¿existe empresa más difícil?. Difícil pero factible, veámoslo.
Un ejemplo de cómo establecer un diálogo entre arquetipos son los nacionalismos. Aquí aunque un nacionalismo no es superior ni inferior a otro en esencia, lo es por los vicios e imperfecciones humanas con los que va involucrado. El secreto de un diálogo fluido es pulir y evolucionar estos defectos que los partidarios de cada nacionalismo le imprimen. El secreto es hacer de cada nacionalismo un arquetipo superior, como de hecho le corresponde. ¿Cómo?. Convirtiendo el espíritu dominador en ánimo de cooperación, y el afán de tener en la predisposición a dar. Un nacionalismo presentado con un talante de respeto, cooperación y responsabilización con el otro es siempre un arquetipo superior, y entonces sucede el milagro: los arquetipos superiores siempre se entienden, ambos nacionalismos pueden llegar a un acuerdo.
Un ejemplo de arquetipo superior que puede sustituir a otro inferior es el que nos ofrecen precisamente las religiones. Las religiones constituyen, cada una, un complejo de arquetipos y nadie debiera poner en duda que estos arquetipos, por lo menos parte de ellos, deben mejorar, si no dudan los propios creyentes, dudan los que participan de otras creencias. La gran revolución del milenio entiendo que será la actualización de las religiones, y esto es posible porque podrán participar de una situación arquetípica superior que las sustituya. Las religiones actuales podrán caminar hacia una religión universal que reúna una serie de arquetipos claramente superiores precisamente por el reconocimiento de que son superiores. El hombre es un animal religioso que necesita de una religión, es lógico que sea así ya que, aunque lo ignoremos, vivimos inmersos en el océano de la Metafísica , y no puede planteársele el problema de un cambio diciendo esa religión no, por aquello de que: con los arquetipos nos hemos topado. La solución es ofrecer una forma claramente superior, que se vea que es una evolución positiva. Como la religión se basa en algo auténtico, se basa en nuestra propia realidad metafísica, no en una ficción creada por el hombre, en consecuencia, esta evolución es posible. Y resulta sorprendente, hasta diría que escandaloso, lo sencillo y fácil que resulta ofrecer una categoría superior de religión para que el hombre de hoy pueda autorrealizar sus aspiraciones metafísicas. Veamos.
Una religión de categoría superior, que podría ser superior hasta el punto de ser la Religión Universal, debería basarse en dos condiciones:

1/ Renunciar explícitamente y hasta de forma solemne a la infalibilidad.- Algo de una lógica aplastante, el hombre por su naturaleza intrínseca es falible, decir otra cosa es hasta antirreligioso. Aterra la dictadura intelectual y moral que significa estar sujeto a los dogmas. Por la otra parte este gesto de reconocer la falibilidad, al ser una liberación para el pensamiento, significaría sin duda el inicio de una Ciencia Religiosa, con un efecto que se podría contagiar de una religión a otra. Toda ciencia tiene que tener un objeto en donde basar, de una forma real, viva y tangible, sus investigaciones y sus postulados, hipótesis y teorías. En este objeto básico es donde veo el segundo pilar o la segunda condición de una Religión que pudiera ser aceptada por todos.

2/ La religión debe basarse en la experiencia religiosa actualizada continuamente.- Todas las grandes religiones se basan en las experiencias religiosas de sus fundadores. De Buda, de Jesucristo, de Mahoma ... Pero esto ya hace miles de años o más de mil años. Y es el momento de la actualización. En el momento que nos encontramos se ve claro que las cosas no pueden continuar por este camino, se ve claro que las religiones requieren una puesta al día. La solución me parece que se hace evidente: Lo que hicieron sus fundadores pueden hacerlo las personas actuales, todos podemos vivir la experiencia religiosa, la dimensión metafísica está aquí para todos. Siempre habrán unas personas que conectarán especialmente, al modo de los fundadores de las religiones, con esta dimensión metafísica o reino de los Arquetipos, como queramos llamarle, y estas personas que sincronizan especialmente son los místicos. Los místicos entiendo que son precisamente esto , los que sincronizan con la dimensión metafísica. Y la experiencia religiosa de los místicos ha de ser el objeto central de las religiones, la cantera viva para reconstruir y actualizar continuamente la Ciencia Religiosa.
Yo concibo a la experiencia mística de una forma muy amplia, veo tres clases de misticismo: Extático, unitivo y cognitivo.

1- Misticismo extático.- Es la conexión mística que sigue al éxtasis del que hablan todas las religiones. Observen que el misticismo extático es el punto de encuentro de todas las religiones. Todos viven y sienten una experiencia equiparable, después le ponen nombres y adjetivos diferentes, pero todos viven aquella experiencia inefable. Todos salen fortalecidos por una sabiduría superior, lo cual debería hacer recapacitar a los escépticos y a los ateos. Es el misticismo de los grandes fundadores de las religiones y de San Juan de la Cruz o de Meister Eckhart o de otros místicos actuales, conocidos o desconocidos.

2- Misticismo unitivo.- Es el misticismo del que conecta amorosamente con el mundo, que conecta con lo que está haciendo con respeto, cuidado y amor. Es el misticismo del que se emplea a fondo en su profesión en beneficio de los demás, sea cual fuere esta profesión, es el misticismo del que se emplea a fondo en una vocación o en el cumplimiento de la misión por la que se siente responsabilizado. Desde el punto de vista místico ¿qué diferencia hay entre esto y recitar devotamente una oración?. El mundo de los humanos y el mundo material está inmerso en la dimensión metafísica, y el que conecta bien con este mundo humano y material también lo hace con la dimensión metafísica. Es el misticismo de la madre Teresa de Calcuta o de Albert Schweitger y, claro, de otros miles y miles de héroes anónimos.

3- Misticismo cognitivo.- Es el que les puede parecer más novedoso. Es el misticismo de los buscadores de la Verdad. ¿Es que acaso no corresponde ver un misticismo en Spinoza o en Leibniz?. Yo entiendo que estos investigadores se encontraron con la Metafísica a través del pensamiento racional. Un pensamiento racional no desligado del intuitivo, pero siguiendo básicamente el método racional. Si se encontraron en su investigación con la dimensión metafísica y dieron testimonio de ella ¿qué más podemos pedir para llamarles místicos?. Yo he trabajado con este sistema racional, o racional – ideático si contamos con la intuición, y entiendo, por ejemplo, que mi libro “Descubrimientos estelares de la Física Cuántica” ha sido para mi una aventura mística cognitiva y que ¡igualmente puede serlo para el lector!.

Creo que lo hemos conseguido, con esta propuesta para una Religión Universal tenemos a disposición una constelación arquetípica viva y superior, autosostenible a través del tiempo, capaz de superar a las antiguas y anquilosadas formas religiosas dependientes de un paradigma basado en la dependencia de la autoridad. Un paradigma que marcó las Edades Antigua y Media, totalmente obsoleto desde que el hombre descubrió la razón como un tesoro que Dios le ha dado y que, en consecuencia, ya no tiene cabida en este milenio.
Parece que me he alejado del tema, pero no, la unificación de las religiones sería el conjuro mágico para la comprensión entre las personas, como la Nueva Jerusalén donde el león apacienta junto al cordero del que habla la Biblia.

13–III-04, en el Centro de Psicología Dr. Camino ante la Asociación de Filosofía que inicia su andadura con ésta su segunda conferencia.