sábado, noviembre 29, 2008

El Tantrísmo


Gabriel López de Rojas


El tantrismo es una vía iniciática tradicional que surgió en el siglo IV de nuestra era, aunque sus postulados y conceptos son antiquísimos y se encuentran en las culturas del matriarcado y en la civilización del Indo.
El tantrismo, poco a poco, se dividió en el “camino blanco o de la mano derecha” (unión sexual imaginaria) de la Escuela Tántrico-Védica y en el “camino rojo o de la mano izquierda” (unión sexual práctica) de la Escuela Tántrica-Hinduísta.

El tantrismo se incorporó en el hinduismo, el budismo, el jainismo… e igualmente afectó a diversos yogas. El Mantra-Yoga, el Nada-Yoga, el Hatha-Yoga, por ejemplo, son algunos de los diversos yogas con influencia tántrica.

Tantrismo es un término derivado del sánscrito “tantra”, que significa “lo tejido”, “sistema”…

El tantrismo pone énfasis en la energía cósmica, denominada Shakti y adorada como la Gran Diosa. Los seguidores del camino rojo o sendero de la mano izquierda (Vamacharias), así llamados los expertos en magia sexual que utilizan a la mujer, porque ésta es lunar o de la izquierda, son los iluminados por el sexo. La unión de un hombre y una mujer no es considerada impura por los tántricos hindúes, sino al contrario: el celebrante ve en la mujer el Principio femenino, la Gran Diosa, mientras que la celebrante observa en su compañero al Principio masculino, el Gran Dios.

Un dato curioso es que Los Templarios medievales practicaron el culto a la Gran Diosa, personalizándolo en la Virgen, porque el tantrismo de Los Templarios medievales, en sus iniciaciones y enseñanzas esotéricas, trabajaba con la Gran Diosa. Ello está unido a la tradición del Grial, del cáliz sagrado, que no es otra cosa que la representación simbólica de dicha Gran Diosa, de la Cueva Cósmica, donde trabaja el iniciado en el arte tántrico.

Otra opción es jugar con los roles o principalmente observar a la mujer como la “prostituta sagrada”. Todas estas prácticas tántricas despiertan la Kundalini, la serpiente de fuego enroscada en la base de la columna vertebral, y los chakras, de los que hablaremos pronto, intentando iluminar, unir al Uno en pleno éxtasis, transformar.

Las operaciones del tantrismo están envueltas en “La Fiesta de los Cinco Elementos” (Panchatattva), que se sitúan en un plano místico. Los cinco elementos son: Fuego, Aire, Agua, Tierra y Éter, que se simbolizan en el vino, la carne, el pescado y los cereales, siendo el quinto elemento la unión de la pareja, de Shiva y Shakti (unión llamada Maithuna).
Todos los cuerpos tienen energías que hacen de ellos un cuerpo en movimiento. Nosotros nos alimentamos de energía cósmica, que vivifica, potenciando nuestros centros energéticos, los mencionados chakras. Las técnicas yóguicas nos llevan a descubrir y utilizar dichos centros energéticos que tenemos en el cuerpo. Chakra quiere decir “rueda” en sánscrito. Siete son los centros energéticos o chakras admitidos generalmente, encontrándose ellos en la columna vertebral, desde su base a la coronilla. La famosa Kundalini o serpiente de fuego enroscada en la base de la columna vertebral asciende por los chakras, alimentándose en cierta forma de ellos y provocando la iluminación del yogui, la trascendencia, la transformación...


EL TANTRISMO EN LOS RITOS DE LA OI Y LA SOTO

En las antípodas de la sexualidad mecánica y robotizada de los “hombres dormidos”, se halla la sexualidad consciente. En el lado opuesto de la sexualidad profana, aparece la sexualidad iniciática. Donde el hombre dormido pierde la conciencia, el tantrismo la despierta y la ayuda a trascender. Lo que para un profano es compulsivo, resulta iniciático para el miembro de la Orden Illuminati y la Societas OTO que abraza las enseñanzas del tantrismo.

Así, en los Ritos de la Orden Illuminati y la Societas OTO, que se nutren del Sistema iniciático denominado Rojismo, partiendo de la estructura proporcionada por el yoga, el iniciado se adentra en el tantrismo, utilizando el paso yóguico de dharana. La primera práctica tántrica que realiza es la automasturbación mágica, la cual le ayuda a conocerse mejor, pasando después al tantrismo en pareja, que le ayuda aún más en su evolución iniciática. Después, el iniciado de los altos grados de la Orden Illuminati y la Societas OTO evoluciona hacia la utilización del Sacramento (el semen). Con ese tantrismo presente en los altos grados, el iniciado rinde culto al Sacramento. Entre otras prácticas, crea un homúnculo para imitar la naturaleza de los dioses y realiza operaciones para transformarse en el andrógino divino, en el andrógino alquímico, en el propio dios, en un ser capaz de transformar su realidad y la realidad que lo envuelve.

El Sacramento está asociado al fuego primordial, es decir, al dios único y verdadero, Baphomet. El semen, de hecho, es el Supremo Misterio del tantrismo y de la OI y la SOTO.

El Brihad-Aranyaka-Upanishad, quizás el más antiguo texto metafísico hindú no dualista del Vedanta, sobre el semen nos dice:
“La esencia del hombre es el semen. (…) El que copula sin saberlo pierde su semen y su mérito ante la mujer. Si derrama una pequeña cantidad de semen debe recuperarlo, y con él la fuerza y el brillo. Debe recogerlo con índice y pulgar, frotárselo en el pecho y recitar…”.
El iniciado inglés Aleister Crowley decía que “los sabios de la India creen en la existencia de una Prana particular o fuerza que reside en el Bindu, o semen”.

Los judíos también le dieron importancia al semen y Aleister Crowley, hablando del grado IXº de la OTO, decía al respecto que “entre los judíos hay ciertos Iniciados instruidos en su Qabalah que mantienen, como nosotros, el punto de vista de que en Zraa o semen en sí yace una fuerza creadora inherente que no se puede desperdiciar”.

Y es Crowley quien apunta además que “el propio OHO de la OTO afirma que, esta medicina perfecta, con una sola gota de su rocío basta, y puede que sea verdad. Pero en nuestra más humilde opinión creemos que cada gota que se genera (si es posible), se debe consumir. Principalmente para que el más valioso de los regalos de la naturaleza no se pueda profanar”.
El tantrismo de los altos grados de la Orden Illuminati y la Societas OTO, en resumen, conduce al iniciado a rendir culto al Sacramento.
El tantrismo de los altos grados, junto a la cábala, es la vía tradicional de iniciación más poderosa.