sábado, noviembre 29, 2008

Eneagrama y la Tipología de JUNG


Jean Hurd.
Publicado en la revista Enneagram Mountly de septiembre de 2001.



"Completamente impreparados, los hombres emprenden la segunda mitad de la vida. ¿O hay quizás universidades para cuarentones que los preparen para la vida que viene y sus demandas , a la manera que las universidades ordinarias introducen a nuestra gente joven a un conocimiento del mundo? No. En consciencia impreparados nos embarcamos en la segunda mitad de la vida; peor aún, la tomamos con la asunción falsa de que nuestras verdades e ideales nos servirán como hasta ahora. Pero no podemos vivir la tarde según el programa de la mañana de la vida; lo que fue importante por la mañana será minúsculo en la tarde, y lo que por la mañana fue verdad se convertirá en una mentira...". C.G. Jung

Creo que el trabajo de Jung es en extremo congruente y a la vez complementario con el Eneagrama. El trabajo de Jung puentea los mundos de la espiritualidad y la psicología y a él se puede acercar cualquiera desde estos mundos.

Igual el Eneagrama, dependiendo de cómo se interprete, puede ser un sistema para entender los tipos psicológicos que puede conducir al crecimiento espiritual, o una herramienta espiritual para promover una salud psicológica mucho mayor. Parte del atractivo tanto de la filosofía jungiana como del Eneagrama, es la capacidad que tienen ambos para satisfacer a las personas sin importar dónde ellas puedan estar en el continuum psicología-espiritualidad.

La anterior cita textual de Jung es una de mis favoritas de Jung. La expresión "universidades para cuarentones" siempre me ha cautivado. Habiéndole hincado el diente al desarrollo total del adulto, en los contextos de mi vida personal, profesional y académica, he intentado recurrentemente imaginar lo que podría ser esta universidad. Jung observó que en el pasado, las religiones siempre fueron tales escuelas pero en la era moderna ya no fue más el caso. Aún estoy trabajando en un modelo para el desarrollo del adulto (de hecho, pienso va a ser el tema de mi tesis doctoral), y en él ya he concluido que el Eneagrama es una parte muy importante del plan de estudios. Pienso que Jung, de conocerlo, habría adoptado al Eneagrama sin considerarlo dos veces...

Jung percibía de manera contundente que es en la segunda mitad de la vida cuando se presenta en uno la oportunidad de realizar su máximo potencial. Que la primera mitad está básicamente para lograr los aspectos "mundanos" de la experiencia vital: establecerse en una carrera, casarse, levantar niños, etc. Él reconoció tres etapas principales de la vida: la infancia, la juventud (que se ejecuta hasta la mitad de la vida) y la edad adulta (que comienza alrededor del cuadragésimo año). Era enfático en considerar que la vida realmente comienza a partir de la mitad. En este punto la oportunidad se presenta a través de una crisis u otra, para hallar el propósito propio de nuestra vida, el proceso de individuación.

Así le sea posible identificar a uno su número en una edad temprana (o más probablemente, que algún otro identifique mi número en una edad temprana), pienso que para trabajar con el Eneagrama se requiere de la perspectiva que dan los años. La personalidad se forma como defensa y la defensa se utiliza, para bien o para mal, ayudándonos a estar en el mundo. No es hasta que comenzamos a experimentar las limitaciones de esa personalidad y sentimos el sufrimiento de que las cosas no funcionen mucho -o nada en absoluto- de acuerdo a nuestras intenciones, cuando empezamos a tener el valor de mirar adentro, y considerarnos como la fuente de muchas sino todas nuestras dificultades.

Jung dijo "para crecer, haga usted de sus miedos su agenda". Obviamente, ésta es la premisa básica del Eneagrama. Diría que el Eneagrama es la herramienta para hacer realidad la recomendación de Jung; tanto para entender cuál es su miedo básico, como para determinar una metodología para trabajar sobre su miedo.

También habló Jung acerca del Self (con mayúscula, el Yo espiritual o Ser Real) y del self (con s minúscula, el yo condicionado o ego). El Eneagrama se basa en este mismo concepto. En términos del Eneagrama, el Self es la esencia, y el self son los niveles de desarrollo.

Uno podría trazar un paralelo aproximativo entre los complejos, particularmente la sombra, y los niveles de desarrollo malsanos. Por ejemplo, aquellas partes nuestras que nos son menos visibles a nosotros mismos y (paradógicamente) son más visibles a los demás. Jung habló de los complejos como acumulaciones de energía emocionalmente cargada, muy a la manera como los números del Eneagrama representan un lugar en donde el flujo de energía se ha concentrado y atascado. Como los complejos se forman temprano en nuestras vidas, se convierten en las lentes a través de las cuales vemos el mundo, y exige bastante esfuerzo consciente identificar qué son complejos y qué son apenas "otras maneras de ver". Al identificar nuestros complejos y nuestra sombra, hacemos presencia o podemos ser lo suficientemente conscientes para atrapar lo que surge de nosotros e identificarlo como algo que pusimos allí. Entonces es cuando tenemos la opción de elegir entre actuar ó reaccionar.

También he estado trabajando por muchos años con la tipología de Jung a través del indicador del tipo de Myers-Briggs. Pienso que es una herramienta inestimable para la auto-comprensión, determinada en términos de cómo se relaciona uno con el mundo. Aunque mucho se ha escrito para demostrar si la tipología jungiana y la del Eneagrama son correlacionables y de qué manera, personalmente creo que es irrelevante, si están correlacionados o no. Cada una de ellos tiene algo muy poderoso para enseñarnos, y la combinación de las dos tipologías nos da más lenguaje y más comprensión para describir nuestra experiencia que lo que podría hacerse con una sola de ellas.

La perspectiva jungiana acerca del flujo de la energía: cómo tomamos la información, cómo tomamos las decisiones y cómo estructuramos (o no) nuestra propia vida, proporciona otra perspectiva tanto a nuestras propias necesidades, como a la forma en que esas necesidades afectan nuestras relaciones. No obstante que ciertos tipos jungianos pueden encajar mucho más fácilmente que otros, en determinado número del Eneagrama, si lo tomamos como una correlación directa, es algo que puede convertirse en un grave impedimento para descubrir el verdadero eneatipo. He tenido varios amigos y colegas de trabajo que tuvieron dificultades para encontrar su eneatipo porque creyeron que "éste simplemente no calzaba" con su tipo en el MBTI.

Con frecuencia escucho que mientras El Eneagrama es dinámico, la tipología jungiana no lo es. Considero que esto no es verdad en absoluto. De hecho, hay una meta de crecimiento implícita en el trabajo de Jung de dos maneras. Primero, el proceso de individuación-proceso de plenitud requiere que uno haga lo posible para incorporar el contrario de su tipo. Ésta, de nuevo, es una tarea de segunda mitad de la vida. En la primera mitad desarrollamos nuestras preferencias naturales, o innatas. Si se trata de evitar ser estático y aferrado a la vivencia ya pasada, hay que aprender a utilizar y valorar los opuestos de nuestras preferencias (los introvertidos desarrollar su extraversión, los sensoriales su intuición, los críticos su receptividad, etc.). Utilicé este modelo de manera muy consciente hace algunos años. Me puse a mí mismo, un tipo INFJ en una tarea de improvisarme como si fuese ESTP. Fue aterrador y divertidísimo al mismo tiempo. Y expandió de manera muy importante mi propia visión de quién soy y de qué soy capaz.

En segundo lugar, el orden de nuestras preferencias sugiere un camino de crecimiento. Nuestra función menos preferida, o inferior, está casi totalmente en el inconsciente, y es responsable de muchas de nuestras reacciones reflejas, automáticas, cuando sometidos a tensión. Nuestra preferencia dominante es un regalo cuando la utilizamos consciente, y es un bloqueo a la plenitud cuando la utilizamos de una manera unilateral. La contraria la tenemos bajo una opinión desdeñosa, como poco importante o irrelevante. A través de tener presente nuestra cara oculta podemos trabajar en ser más conscientes de nuestra parte limitada, reducir nuestra dependencia del mecanismo dominante y empezar a estar más plenos en el proceso.

Estos procesos, ambos, se sienten muy parecidos a la premisa básica del Eneagrama que es que tenemos dentro de nosotros una plenitud de ser, pero nos hemos desbalanceado o nos aferramos a un área limitada.

Como en el Eneagrama, el movimiento hacia nuestro opuesto es un proceso interminable. Estamos siempre más cómodos con nuestras preferencias "naturales". El crecimiento viene de darnos cuenta de nuestros modelos de comportamiento de muchos años, y de hacer el esfuerzo consciente de salir de sus automatismos. Creo que los tipos de Jung son un complemento muy valioso para el Eneagrama.