miércoles, noviembre 26, 2008
El Tarot
EL TAROT ESPIRITUAL
Entre los métodos de adivinación más difundidos esta el Tarot.
Debemos aclarar, para desencantos de muchos, que no existen pruebas fehacientes de la existencia del Tarot antes del siglo XV. Sin embargo, lo que si sabemos a ciencia cierta es que alrededor de 1450 en la ciudad de Milán, Italia, la familia Visconti encargó la confección de un mazo del cual se conservan todavía algunas cartas.
Actualmente la variedad de mazos existentes es innumerable, hay un mazo para cada gusto y necesidad.
A lo largo del último siglo ha habido algunos intentos de reformarlo o cambiar el orden de las cartas, siendo el más famoso la discusión sobre el orden intercambiable de las cartas de la Fuerza y la Justicia (Arcanos Mayores números. 8 y 11). También se discute sobre la posición del Loco: para algunos esoteristas, debe ir en el lugar número 21, y para quienes ven el Tarot desde un punto de vista más evolutivo dicha carta debe permanecer sin número.
A pesar de todos los intentos por reformarlo, cambiarlo, explicarlo o incluso dejarlo a un lado como superchería, el Tarot sigue presente en nuestros días y gozando de buena salud. Usado tanto por psicólogos como por videntes, es seguro que estará ahí excitando nuestra imaginación y prometiendo para algunos un vistazo del futuro y para otros una ojeada a su interior, claro que, solo para los que se atrevan a bucear en él.
Olvidando aquí el sentido adivinatorio de los 22 Arcanos del Tarot, vamos a relatar una historia, TU HISTORIA; pues cada carta de este “juego” representa un aspecto de ti mismo y de tu vida en un ciclo evolutivo con un inicio (El Loco) y con un final (El Mundo). Es por ello que a través de este Tarot podrás trabajar varios aspectos de tu personalidad. De ti dependerá después aprovechar esta sabiduría cabalística para conocerte más y ser más consciente. Sería bueno que dispusieras de un mazo de cartas del Tarot convencional, pero si no es así, tampoco es indispensable.
Por otro lado este trabajo con los 22 Arcanos del Tarot te va a dar una nueva perspectiva de interpretación si dispones o eres aficionado al Tarot. Si utilizas el Tarot con motivos espirituales y de autocrecimiento este es tu rincón.
LOS 22 ARCANOS Y SU SIGNIFICADO
0.- EL LOCO
1.- EL MAGO
2.- LA SUMA SACERDOTISA
3.- LA EMPERATRIZ
4.- EL EMPERADOR
5.- EL SUMO SACERDOTE
6.- LOS ENAMORADOS
7.- EL CARRO
8.- LA FUERZA
9.- EL ERMITAÑO
10.- LA RUEDA DE LA FORTUNA
11.- LA JUSTICIA
12.- EL COLGADO
13.- LA MUERTE
14.- LA TEMPLANZA
15.- EL DIABLO
16.- LA TORRE
17.- LA ESTRELLA
18.- LA LUNA
19.- EL SOL
20.- EL JUICIO
21.- EL MUNDO
EL LOCO.
Carta número 0.
Esta carta habla de un joven aventurero que lleva en su brazo un petate. Se encuentra ante un precipicio con total tranquilidad, se siente libre. Mira el alba con intensidad imaginando qué nuevas aventuras surgirán. Un perro le acompaña indicando que no está sólo. Ha salido de una cueva en busca de un camino que va a empezar a recorrer. Un camino que le hará persona. Este muchacho marcha sin prejuicios de ningún tipo, abierto a todo lo que venga. La palabra clave de la carta es instinto puro.
Aplicando la carta a nuestra vida, representa ese momento en que algo nos empuja a lanzarnos al vacío, a romper la monotonía que rodea nuestras vidas e ir en busca de aventuras.
Muchas personas son infelices o sienten que a su vida les falta algo debido a que este impulso resulta muy difícil de seguir pues no responde a ningún plan prefijado en el que tengamos claro todo el camino. No, no vamos sobre seguro en el loco. Por ello nuestra “razón” suele inclinarse por decirnos que es una locura, que podríamos perderlo todo inútilmente,... ¿Cómo podemos pensar que seguir este impulso nos va a traer desgracias si nunca lo hemos seguido? ¿Cómo podemos pensar que seguir este impulso nos va a traer desgracias porque cuando lo hemos hecho así ha sido? Pero comentamos para este último supuesto, acaso en esa desgracia la vida no nos enseñó nada, no tenemos un nuevo conocimiento que nos pondrá sobre aviso para nuevos acontecimientos del mismo orden, ¿realmente ese dolor no ha valido para algo?
Querido amigo, nuestro ser es muy sabio y sabe lo que hace a pesar de que la incertidumbre nos rodee. Por ello cuando sintamos que algo nos empuja irremediablemente a cambiar de casa, buscar otro trabajo aunque este bien retribuido el actual, dejar la carrera para estudiar otra cosa, casarnos, tener un hijo... animémonos a seguirlo y dejemos fluir ese aliento divino.
Porque si nos dedicamos una y otra vez a negar su existencia, lo único que conseguimos es aplastar nuestra juventud interior y nuestra creatividad que hacen de nuestra vida un todo lleno de alegrías y tristezas que nos enseñan quienes somos nosotros.
Ejercicios:
1º) Intenta sentir la carta del loco en una parte de tu cuerpo y deja que hable por si misma. Estate atento a como se siente, a lo que te dice; puede ser una imagen, un sonido, ganas de hacer algo,...
Después reflexiona sobre el ejercicio. También sería muy bueno que lo apuntaras en una libreta. Por ejemplo, si te produce dolor, no podría ser que tu loco está sufriendo porque cada vez que surge tratas de olvidarlo o no le prestas atención. O si por el contrario te viene la imagen de ti mismo en un agradable campo caminando por una ladera, podría significar que tu loco es feliz porque le dejas fluir,... Nadie mejor que tu puede saber lo que significa este ejercicio para ti. Analízalo durante una semana y apunta tus reflexiones en la libreta, pero recuerda que si realmente deseas conocerte y mejorarte tendrás que ser totalmente sincero contigo mismo y aceptar los errores que vayas observando en ti, sólo a través de ese camino lograrás tu objetivo.
2º) En este nuevo ejercicio se trata de que dejes fluir a través de tu cuerpo una postura que exprese el loco que llevas dentro.
Puede ser tirado en el suelo, una postura fetal, un llanto, con las manos levantadas,...
Presta mucha atención a lo que sientes, a la información que recibes de esa postura y apúntalo en tu libreta cuando termines. Después una vez más, analiza lo que has hecho. Por ejemplo, si es una postura fetal sientes que estás a la defensiva o que por el contrario estás en paz; si sientes que necesitas llorar es de alegría o de amargura, ¿por qué? Etc.
Reflexiona sobre tus sentimientos y sensaciones. Luego siempre llega el conocimiento.
EL MAGO.
Carta número I.
La carta nos habla de un chico joven, vestido con una túnica y con el símbolo del infinito sobre su cabeza en forma de gorro. Con su mano izquierda señala al cielo y con la derecha a la tierra. Delante de él, encontramos unos objetos que simbolizan el poder creador que todos llevamos dentro. Se nos despierta un sentimiento de poder, de misterio, de magia. La palabra clave es poder creativo y guía interno.
El mago es un ser divino y humano al mismo tiempo. Este personaje es la consciencia del poder, sigue la voluntad cósmica, y sin deseos propios hace de puente entre el cielo y la tierra, entre la materia y el espíritu, entre nuestra alma y nuestro cuerpo...
Es la consciencia del yo superior que tiene sus raíces en todos nosotros. Es ese poder que más de una vez hemos profesado en el realizamiento de nuestros deseos, nuestras creaciones. Nuestro mago interior es nuestro protector y guía en nuestra evolución personal. Él nos conduce sabiamente por la vida incluso en aquellos momentos en que sentimos que estamos perdidos y no sabemos lo que será de nosotros.
En ese momento, algo nos incita a tomar una dirección determinada, una decisión, un compromiso como si de adivinación se tratara. Así nuestro mago no nos da las pistas de una forma directa, sino que recurre a herramientas como el tarot, los sueños, inspiraciones, intuiciones, visiones...
Es por ello que no se puede tener al servicio de nuestro ego o personalidad siempre que nos apetezca, pues él sólo aparece cuando lo considera realmente necesario. No para decisiones ni momentos cotidianos sino para la transformación en nuestra vida, para dirigir un cambio importante.
Seguir al mago es seguir la incertidumbre pues no quiere decir que no nos lleve a través del dolor y el esfuerzo, pero recuerda que como él es tu sabiduría cósmica, sabe lo que hace; así que no le tengas miedo y déjale fluir pues sino podrías reprimir esas cualidades de poder que llevas dentro y correrías el riesgo de quedarte estancado en tu vida.
¿Te atreves a descubrir tu poder creativo?
Ejercicios:
1º) Para empezar, en este ejercicio intenta recordar todos aquellos momentos en los que misteriosamente se cumplieron tus expectativas para alguna cosa o acontecimiento. Observa dentro de ti y busca recordar qué fuerza le imprimías a esos deseos, ¿podría ser tu mago? Paralelamente recuerda también aquellos momentos en los que saliste indemne milagrosamente, o encontraste un camino escogido por intuición,... ¡Descubre a tu mago!
Después reflexiona y si puedes apúntalo en tu libreta. ¿Realmente no has encontrado a tu mago en algún momento de tu vida? O por el contrario ahora caes en la cuenta de que está ahí, de que en esos momentos en los que estabas en el abismo has salido a flote sin saber porqué, de que cuando eras pequeño siempre deseaste conseguir aquello que parecía imposible y que finalmente conseguiste aunque haya tardado tiempo.
2º) Para completar los ejercicios sentiremos a nuestro mago. Debes sentir en tu interior su significado. Deja entonces fluir una postura corporal que represente a tu mago.
Siente esa postura, y pregúntate cómo te encuentras. Dejas fluir al mago o lo tienes bloqueado y porqué. ¿Tiene poder tu mago? ¿Está muy apegado al mundo material o por el contrario está muy apegado al mundo espiritual, hay equilibrio? Mira la postura de tus manos que para el mago son muy importantes. La izquierda representa la materia, el pasado; la derecha representa la energía cósmica o espíritu o como quieras llamarlo, es también el futuro. ¿Cómo están tus manos, tus piernas, tu cuerpo...? Hay timidez o valentía, hay tristeza o fuerza. Analízalo con detenimiento y pregúntate siempre el porqué. Recuerda que tú eres el que tiene la respuesta, sea lo que sientas, admítelo.
LA SUMA SACERDOTISA.
Carta número II.
La carta nos habla de una mujer joven. Nos produce serenidad, misterio, poder. Lleva puesta una túnica azul cielo y en su cabeza vislumbramos una corona que la identifica como princesa en su mundo. En sus manos está abierto el libro de la sabiduría. La palabra clave es subconsciente.
Sabemos que nosotros nos dividimos en dos partes fundamentales, una consciente y otra subconsciente. La consciente es esa en la que estamos todos los días en casi todos los momentos de nuestra vida, en ella está parte de nuestra razón humana, con ella sabemos muchas cosas de lo que llamamos mundo real, y nos ayuda a manejarnos a nivel cotidiano por él.
Pero también hay otra parte fundamental de nosotros de la que raras veces nos acordamos: nuestro subconsciente. Es posible que te preguntes qué es en realidad el subconsciente, y la respuesta es que el subconsciente es esa parte olvidada por nosotros, es conocimiento, nuestro sabio conocimiento del sentido de la vida, de nuestro destino, de nuestras capacidades. Representa nuestro mundo interior que en esoterismo tanto perseguimos liberar. Allí escondido esta nuestra sabiduría divina, lo que alguno llama “poderes”.
Pero a este mundo interior no se puede llegar a través de la razón, y del pensamiento racional. Este mundo está gobernado por manifestaciones totalmente distintas y que se hacen relevancia en nosotros a través de los sueños, las intuiciones... ideas inexplicables desde un comienzo. Es un mundo donde tus sentimientos sobre lo que significa cada manifestación priman por encima de interpretaciones cerradas en el intelecto. Este espacio se abre a ti a menudo, aunque probablemente no le prestes mucha atención o no la debida.
El mayor problema que representa es que es un mundo indomable, no trates de hacerlo tuyo y utilizarlo a tu beneplácito; él es libre y sólo actúa en libertad. Tu único papel con respecto a él es prestarle atención, porque si pierdes el contacto con él entonces corres el peligro de cerrar su puerta, y perderías un gran conocimiento que te guía en tu caminar hacia tu destino. Debes prestar más atención a las pistas que te envía la vida.
Ejercicios:
1º) En este ejercicio vamos a realizar una relajación inducida. Para ello apréndete el recorrido que te comentamos a continuación y cuando te sientas relajado para empezar vete visualizando en tu mente el camino y lo que vas haciendo y viendo en él.
Bien, en un principio deberás situarte en un hermoso paisaje donde encuentres los cuatro elementos naturales: agua, viento, fuego y tierra. Pueden estar representados como a ti te apetezca; lo fundamental es que sientas que en ese lugar te llenas de fuerza y energía, y que nada puede pasarte. Tómate todo el tiempo que necesites y que te apetezca, y cuando te sientas preparado visualiza un camino en tu paisaje, y cómo empiezas a caminar por él.
Poco a poco visualizarás una figura al fondo que en un principio la ves borrosa por la lejanía, pero que a medida que te acercas la comienzas a ver con más claridad hasta que te encuentres a su lado. Repito, tómate el tiempo que necesites, la figura puede ser cualquier cosa, no te preocupes porque tu recorrido sea coherente, sólo déjate llevar.
Una vez al lado de la figura le preguntarás lo que te apetezca, generalmente se empieza con las preguntas ¿qué haces aquí? y/o ¿quién eres? Después en función de lo que te responda tu mismo decidirás qué preguntar. Después de sentir que has acabado de hablar, observas que ello te da algo para que a partir de ese momento te sientas mejor, una herramienta que necesitabas para continuar tu vida positivamente. A cambio tu le darás a ello otra cosa que desees dejarle para que la cuide.
Cuando hayas terminado el intercambio visualizarás que te das la vuelta y volverás a tu paisaje. Allí espera un ratito, nútrete con su fuerza y luego poco a poco vete abriendo los ojos para tomar consciencia de ti.
Después reflexiona y si puedes apúntalo todo en tu libreta. ¿Qué te ha dicho? ¿De qué habéis hablado? ¿Tiene para ti algún sentido ahora? ¿Qué te ha dado para llevar la vida mejor? ¿Qué le has dado?... Date cuenta de que lo que has hecho es acercarte al subconsciente para descubrir algo importante para ti. Puede que a lo mejor ahora no tenga coherencia, pero seguro que más adelante comprenderás lo que te decía. Lo importante es que nunca te olvides de él y de su importancia para contigo, tu vida y tu formación como persona hasta llegar al ser.
LA EMPERATRIZ
Carta número III.
La carta nos habla de una mujer hermosa. Con semblante cálido, está cubierta por una túnica y una corona que nos hacen sospechar su inmenso poder. Se encuentra en un trono en medio del bosque donde también hay un riachuelo que corre por el borde de la carta. Realmente desprende una gran feminidad, delicadeza y sobre todo maternidad. La palabra clave es maternidad.
La emperatriz es nuestra gran madre, al igual que en la gestación es la que nos dona nuestro cuerpo físico con sus necesidades y posibilidades. La existencia de un cuerpo por el que percibir las cosas, sentir sensaciones, dota al loco de una nueva posibilidad para aprender y disfrutar la vida.
Para nosotros, nuestro cuerpo representa el enlace incorruptible que tenemos con la naturaleza, sin el cual caeríamos irremediablemente en un mundo meramente intelectual, lejos de los sentimientos y la vida cotidiana. Por ello es necesario que descubramos nuestro cuerpo, cómo se encuentra, que le prestemos atención; porque sin él o sin su salud sabemos que la vida no se experimenta en todas sus facetas. Debemos descubrir nuestro yo físico para poder experimentar la plenitud.
La emperatriz es también el sentimiento, nuestra faceta sentimental que a menudo se relaciona con las mujeres, pero que realmente debido a nuestra dualidad se encuentra en todos los seres humanos. Un hombre también posee dentro de si una emperatriz, un aspecto sentimental.
Esta carta a su vez se engloba representando a nuestras madres y nuestros sentimientos hacia ellas. Cuando somos pequeños el instinto maternal que nos profesa nuestra madre nos provoca una gran sensación de seguridad y protección, sensación que absorbemos cuando somos adultos para convertirla en nuestra, asimilando así nuestra confianza y seguridad en nosotros mismos de un modo natural. Es nuestra madre la que nos enseña estos sentimientos que tan necesarios son para seguir caminando por la vida.
Pero como todo, el exceso se torna peligroso, y así esta carta puede resultar perjudicial si la protección y seguridad es excesiva. Algunas madres quieren proteger tanto a sus hijos, que impiden que el niño se desarrolle y evolucione con sus propias experiencias.
EJERCICIOS:
Todos los educadores saben la importancia que tiene la relación con nuestros padres en la infancia. Ya que suele ser el origen de numerosas carencias que al crecer se convierten en obstáculos para nuestro ser. Para ello el ejercicio fundamental para esta carta es coger una foto de nuestra madre, y tras un periodo de relajación como a ti te convenga, escribir en tu libreta personal qué sentimos hacia ella, qué pensamos que siente ella hacia nosotros, cómo la vemos, cómo es nuestra relación con ella, qué recordamos con especial interés sea bueno o malo.
Puede que realmente tu madre te haya dotado limpiamente de esa afectividad maternal de seguridad y protección, puede que por el contrario te des cuenta de la carencia afectiva que has tenido por su parte; puede que hayas aprendido de tu madre un comportamiento victimista o por el contrario que supiera darte lo que sabía que necesitabas sin contemplaciones; puede que te dejara libre a tus experiencias o por el contrario que fuera tan posesiva que no te dejara respirar.
Si la balanza se torna desequilibrada o negativa, anímate a preguntarte qué aspectos de tu madre que no te gustaban o que te han hecho daño, o que te faltan, son los que pudieras estar reproduciendo ahora. En qué parte de tu vida te comportas como tu madre o de una forma determinada por influencia de tu madre.
Ante todo no entiendas que se trata de echarle la culpa de algo a tu madre, sino de observar en ti los efectos de ella, cómo te han afectado; así sabrás si hay algo de tu comportamiento en este sentido que descubras en ti o que quieras cambiar.
Puede que la balanza se torne positiva y reconozcas que tu madre estuvo perfectamente en su papel, si es así, es bueno que también observes en tu vida y tu comportamiento cómo ha influido tu madre, que sepas donde comienzan tus enseñanzas y las de ella, porque así te conocerás un poquito más.
EL EMPERADOR.
Carta número IV.
La carta nos habla de una fuerza sobrecogedora. El emperador está sentado sobre un trono y por sus vestimentas descubrimos su poder y su linaje. Con semblante serio clava su mirada en el báculo que soporta transmitiéndonos su valor y su fuerza. Su barba nos hace pensar en su aparente sabiduría. La palabra clave es paternidad.
Espíritu es la más alta cualidad de esta carta. Al contrario que la emperatriz cuyos sentimientos maternales no hablaban de nuestro cuerpo, el emperador representa nuestras cualidades morales, nuestros ideales espirituales. Todos tenemos un emperador que nos ayuda a la autosuficiencia, que nos forja la voluntad de seguir adelante cuando tenemos fe en algo, representa a su vez nuestro desarrollo educacional por el camino ideal que queremos emprender.
Cuando luchamos por un ideal, perseguimos un camino espiritual, etc. significa que nuestro padre interno está latente, pero cuidado, pues la lucha espiritual puede volvernos intransigentes, fanáticos y ciegos a los sentimientos, a lo que nos ocurre, a los cambios, al dolor de los demás, por ello aunque el loco debe aprender ahora los principios morales que regirán su vida para formarse como ser humano, no debe transgredir la línea de equilibrio espiritual que nos haría perder el rumbo de nuestra relación con la realidad física y con los demás seres humanos, así por ellos debe estar abierto al cambio. El emperador puede compadecerse, ayudar; pero también comportarse con rigidez implacable, y destruir si no se da cuenta de su comportamiento.
De este modo la emperatriz y el emperador forman un todo que en equilibrio transforman la personalidad hacia el encuentro adecuado del espléndido ser sin sufrimientos ni fracasos que todos llevamos dentro.
EJERCICIOS:
Vamos a buscar dos fotos de nuestro padre, una que nos guste mucho y otra que no nos guste nada. Entonces tras un periodo de relajación como a ti te guste escribirás en tu libreta personal porqué te gusta la foto y por qué no te gusta la otra. Trata de recordar momentos maravillosos con tu padre, y también momentos desagradables. ¿Ha cumplido tu padre su función de educador moral (la moral considerada desde el punto de vista de las fuerzas del espíritu, no la moral social de las reglas de conducta) y ético? ¿Te ha dotado de fuerza de voluntad? Pregúntate si no hay una carencia en este sentido dentro de ti. Analiza si esa parte de tu crecimiento como persona está perfectamente cubierta o por el contrario flojea. Pregúntate si no eres demasiado intransigente en tu camino espiritual, en tus ideales.
Pregúntate si no sería posible cambiar esa parte de ti y perfeccionarla en el caso de que falle por alguna parte.
Recuerda que no se trata de incriminar a tu padre, sino de reconocer en ti un posible desequilibrio, carencia, intransigencia moral, ética, espiritual. ¿Estás tranquilo cuando piensas sobre ello o hay algo que se mueve en tu interior que no te guste? Tu tienes la respuesta, y en tu mano está decidir si debes o no cambiar alguna actitud.
EL SUMO SACERDOTE.
Carta número V.
La carta nos habla de un sacerdote en un trono. Vestido de gala, levanta sus manos en el aire portando un báculo en una de ellas. Mira de forma apacible, tranquila, no inspira acción, simplemente serenidad. La palabra clave es reflexión y sanación.
Todos estamos acostumbrados a avanzar en la vida siempre pensando hacia delante. Suponemos que la única manera de mejorar es dando un paso más en nuestro camino. Pero a veces es necesario parar a reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Esta carta es una carta sin acción, pero a pesar de ello es también extremadamente valiosa.
Este maestro, o sacerdote representa nuestra unión con Dios, con nuestro Dios. Si recordamos en la carta anterior, la sacerdotisa, nos encontrábamos con un mundo escurridiza, oscuro, difícil de interpretar. El sumo sacerdote es el puente entre la sabiduría cósmica y la material; y por tanto puede construirse con la inteligencia, y no sólo con instinto. Pero su sabiduría no proviene de libros, de teorías complejas; simplemente el sacerdote obtiene su conocimiento a través del dolor, de la experiencia, no es un mero espectador en la vida sino un personaje clave de la misma.
El sumo sacerdote somos nosotros mismos compartiendo momentos espirituales y momentos animales. En un momento como en el que nos encontramos ahora es necesario buscar qué es lo que quiere la vida de nosotros, elevándonos a un plano espiritual, pero atrayendo el conocimiento a este plano de la materia. Es un momento para que reflexionemos cómo van las cosas y qué esperamos de ellas. Para que nos demos cuenta de nuestros errores pasados, para que analicemos lo que hemos hecho hasta el momento y hacia donde nos ha llevado.
Porque sólo conociendo nuestro pasado, entenderemos nuestro presente, y sabremos donde nos llevará nuestro futuro.
EJERCICIOS:
El ejercicio para esta carta es el siguiente. Intenta alcanzar un estado de relajación máxima, y luego pide que a través de una sensación se te revele cual es tu camino en esta etapa de tu vida. Después de recibir la sensación, pide que a través de una idea se te comunique sobre qué deberías reflexionar. Recuerda que a quien se lo pides es a tu sumo sacerdote, a esa parte de ti que está ahí para ayudarte, como una herramienta para centrar tus esfuerzos en tu vida y en tu evolución como persona. Te será siempre muy útil para obtener pistas cuando te encuentres desorientado.
LOS ENAMORADOS
Carta número VI.
La carta nos habla de un precioso jardín. Dos figuras jóvenes aparecen en un lado de la carta y una adulta (la madre del chico) aparece en el otro. Por encima de ellos aparece un ser supremo, observándolos, incluso cobijándolos. Un hermoso sol brilla por encima de todo provocando la sensación de un ambiente cálido. No transmite dolor, penuria; simplemente transmite quietud. La palabra clave es elección.
Nuestros caminos en la vida no sólo no son de rosas a veces, sino que en otras ocasiones nos encontramos metidos en un sin fin de encrucijadas. Amigos, ese ser supremo, ese dios, nos ha dotado de libertad, de libre albedrío. No nos obliga a realizar lo que él desea para nosotros, ni nos da mandatos (al contrario de lo que muchas personas piensan), ni nos prohíbe cosas; y por lo tanto, por increíble que te parezca, no te castiga.
Y ahora preguntarás, ¿entonces por qué me ocurren cosas malas en la vida, por qué me sale todo mal? Eso que tu consideras desgracias, te ocurren por tu libre albedrío, por el uso que le das a tu libertad. Recuerda siempre que no somos esclavos de Dios (o como desees llamarlo), sino que somos sus hijos, sus hermanos, somos parte de él. Por ello incluso antes de nacer tenemos derecho a escoger, y así lo hacemos.
Es importante no tomarse las elecciones a la ligera. Eso es lo que nos recuerda esta carta. Pues tienes que pensar que el futuro, tu futuro, depende de innumerables elecciones que vas haciendo en tu vida. Es lo que se denomina ley de causa-efecto. Tu sabes que si tiras una piedrecilla en el agua ésta se hundirá provocando una serie de ondas que serán más o menos fuertes según la fuerza que le imprimas. Pues has de imaginarte que esa piedrecilla es tu elección en un momento dado, según sea de grande esa elección, así se transformará tu vida hacia una nueva meta, o así te costará más o menos llegar a tu objetivo.
No hay cosa más difícil para el hombre que tener que elegir. Cuando en tu vida hay algo que no te gusta o por lo que sientas dolor, se debe siempre a una elección que has hecho en tu pasado.
Y ahora dirás: pues yo no recuerdo haber elegido esto. Ahí radica una de las grandes dificultades de la libertad individual, y es que a veces hacemos las elecciones inconscientemente, por ejemplo cuando decimos que estamos hartos de nuestro trabajo, que es muy cansado, y estamos así casi todos los días, estamos eligiendo, decretando que no nos gusta nuestro trabajo, y por lo tanto que nos gustaría dejarlo y buscar otro que nos guste más. De ese modo la vida nos ayuda en nuestra elección por ejemplo despidiéndonos de ese trabajo, o llevando al garete nuestro negocio para que demos el paso que hemos escogido hacia otro lugar.
Esto no significa que nuestro destino esté completamente en nuestras manos, pues hay algunos momentos u objetivos en los que escojas lo que escojas te llevarán a lo que se ha decretado para ti, simplemente tus elecciones harán que el camino sea más o menos difícil.
Bien, de este modo cuando hacemos elecciones nos jugamos nuestro caminar, pero hay algo más que también las hace muy difíciles en algunos momentos: el sacrificio, que pronto aprenderemos en otro arcano. Simplemente decirte que a veces cuando tomas una decisión o una elección tienes que sacrificar algún deseo, algún sentimiento, lo que hace que pueda ser muy duro.
No te guíes por el dolor, no decidas en función de lo que te duele más o menos, pues el dolor es pasajero y casi siempre necesario, a veces lo más terrible del mundo termina por convertirse en lo más maravilloso que te ha pasado, guíate por tu mago, por tu sacerdotisa, por tu sacerdote, por todo tu instinto o tu ser. Con las herramientas que de momento te hemos dado ya estás preparado para tomar las elecciones de una manera más adecuada para ti.
Ahora bien, una última cosa al respecto. Al igual que Dios no te obliga a elegir lo que él desea para tu progreso, tu debes comportarte así con tus compañeros, familiares. Cada cual tiene su derecho a escoger lo que desee, aunque desde fuera del asunto tu sepas que se está equivocando, aunque eso te provoque dolor (hasta que no comprendas qué es la libertad). Si quieres y lo crees conveniente puedes aconsejar, pero jamás deberías interferir en el libre albedrío porque piensa en la ley de causa-efecto.
Pues si tu elección es interferir, obtendrás una consecuencia a raíz de ello, quizá te ocurra lo mismo y alguien te obligue a elegir, o quizás te veas envuelto en una pelea que no te correspondía sin darte cuenta, o... Ésta es por tanto otra de las grandes lecciones que debe aprender el hombre: respetar las libertad de los demás.
EJERCICIOS:
Prueba a elegir sabiendo y siendo consciente de lo que eliges, observa que ocurre tras tu elección y pregúntate porqué. Haz una lista con tus anhelos sinceros y escríbela en tu libreta personal, comprueba a ver si alguno se cumple o se ha cumplido y no te has dado cuenta.
Tu tienes poder para conseguir todo lo que necesites en cada momento. Sólo tienes que confiar en esa capacidad que posees innata, observar muy bien en todo momento como es real todo esto. Quizá en tus comienzos no pueda ser a lo grande ni en todas las ocasiones pues es probable que dudes y por lo tanto si no confías no lo consigues, pero intenta practicarlo con cosas pequeñas. Por ejemplo, estás tremendamente ocupado, y necesitas desesperadamente un café pero no encuentras tiempo para ello. Por qué no intentas pararte un segundo y pedir interiormente que necesitas un café y un respiro. Mira a ver que pasa, pero ante todo intenta hacerlo con la mente abierta, y no en la negación absoluta
EL CARRO
Carta número VII.
La carta nos habla de un carro tirado por dos caballos, uno es blanco el otro marrón. Una extraña sensación de firmeza, y de control se desprende del dibujo; es curioso pues observamos que los caballos están orientados hacia direcciones contrarias. La palabra clave es lucha interna.
Nos encontramos pues ante uno de los grandes principios universales: la polaridad, la dualidad. Todos sabemos que en la naturaleza nos encontramos con esos polos positivo-negativo, hombre-mujer, blanco-negro, dulce-salado, alegre-triste, bueno-malo, yin-yang...
Esta polaridad también existe dentro de nosotros. ¿Cuántas veces hemos deseado hacer una cosa, y luego en nuestro propio fuero interno hemos decidido que no estaría bien? O al revés, ¿cuántas veces no hemos querido hacer algo y sin embargo lo hemos hecho porque una parte de nosotros nos decía que debíamos hacerlo? Esto es lo que trata de transmitirnos esta carta.
El caballo negro está en relación con el cuerpo y sus comportamientos viscerales, ocultos, no admitidos, prohibidos, pecaminosos, faltos de educación. El caballo blanco está en relación con la mente y sus comportamientos espirituales, permitidos, honorables, limpios.
De este modo la mayoría de las veces nos encontramos con luchas internas en las que no sabemos a qué esfinge seguir. ¿Qué pasa si sigo por la izquierda? ¿Y si voy por la derecha? El carro quiere que nuestro loco aprenda una lección muy importante en su vida: el dominio.
Debemos de ser como ares, el conductor del carro y no comportarnos como un solo caballo. Debemos admitir que tenemos estos sentimientos violentos, viscerales, prohibidos y que por mucho que lo intentemos no podremos deshacernos de ellos, ni enterrarlos en el subconsciente; por que están en relación con nuestro cuerpo animal y por lo tanto no podemos ignorarlos. Por lo tanto, no podemos volcarnos en seguir el camino de la mente porque ¿qué es la mente sin el cuerpo? Debemos comprender y entender en el plano que nos movemos y utilizar todas las herramientas que se nos brindan en éste. Ahora bien, si nos volcáramos sólo en el instinto tampoco resultaría provechoso, como es evidente. De este modo se nos plantea a nivel interno una lucha continua en cómo debemos actuar, en no perder el control, en no ser demasiado teórico,... lucha que también puede venir importada desde fuera.
Se trata de aprender a compaginar y utilizar los grandes caudales de energía que provienen de ambas partes de nosotros mismos para intentar orientarlas hacia un único camino, hacia nuestra evolución y progresión. Pero de ello seguiremos hablando en la próxima carta: la fuerza. Por el momento intentaremos reconocer en nosotros esas dos esfinges, ponerles nombre si fuera posible.
EJERCICIOS:
Para esta carta haremos un bonito ejercicio de relajación y visualización. Buscaremos una intensa relajación en el modo que prefieras, se trata de que te imagines en un museo de la materia que a ti te guste, y que trates de encontrar en ese museo los dos caballos. Éstas pueden estar representadas por cualquier cosa: un cuadro, un banco, una persona, una pared, una luz, etc. Lo que tu subconsciente desee transmitirte.
Después anota en tu libreta personal todo lo que has sentido, visto, oído, pensado...
Especialmente intenta analizar objetivamente cómo se encuentran dentro de ti esos dos caballos. Por ejemplo ¿tienes en un podium al que representa a el caballo blanco? ¿Algo mugriento representa al caballo negro? ¿Al revés? ¿Por qué crees tu que es así?
LA FUERZA
Carta número VIII.
La carta nos habla de un ser Angélico que sujeta por la boca a un temible león. Ambos están juntos, unidos el uno al otro: el ángel controla al león, y el león acompaña al ángel. La palabra clave es fuerza interior.
Una vez que hemos identificado esa parte de nosotros que representa la fuerza y el instinto animal de lucha, de supervivencia, tenemos que comprender ahora que no es algo temeroso, ni negativo en nuestra vida. Esa fuerza instintiva interna representa nuestra creatividad animal y por lo tanto no debemos rechazarla, sino admitirla y asimilarla.
De este modo, para ayudarnos en este trabajo tenemos a nuestro espíritu y nuestra mente representada en la carta a través del ángel. Este ángel, le cierra la boca al león, pero no lo mata, lo deja vivir. Y es que esa fuerza es la que nos ayuda a sobrevivir, a proteger nuestro espacio y a los seres que queremos; a luchar por salir adelante cuando tenemos problemas, nos transmite coraje cuando lo necesitamos para afrontar lo que sea.
Muchos de nosotros a veces nos sentimos incapaces de luchar por lo que es nuestro, quizá porque pensamos que eso sería ir en contra de las normas, que no es de educación, que después se nos rechazaría; pero no nos damos cuenta de que no podemos continuar así, que debemos luchar por nuestros nobles ideales incluso por muy locos que parezcan a los demás.
No debes dejarte pisotear, así como tampoco debes hacerlo tú. Debes encontrar cuál es tu espacio, y no dejar que los demás entren en él si tu no quieres, y si para ello necesitas ser firme y enérgico, debes serlo, debes aprender a desahogarte, a no guardártelo todo. Para ello busca la ayuda del espíritu y la mente, pues no se trata de que te vuelvas colérico o violento, sin control, pues entonces estarías actuando a ciegas y sin conocimiento y sería perjudicial para ti.
Debes saber lo que haces, la razón de tu enfado, porqué necesitas desahogarte, porqué necesitas nadar contra corriente, y si comprendes cuál es tu cometido, no dudes en buscar la energía que necesitas en la fuerza, en tu fuerza, en tu león. Pero recuerda, siempre al servicio del espíritu, de esa manera no es violencia gratuita, es valentía para afrontar los problemas, es firmeza, es la fuerza del coraje.
EJERCICIOS:
Se trata de reconocer en nosotros todos los sentimientos de rabia, odio, rencor, que nos provoca alguna actuación de la gente, o las nuestras propias. Para ello es necesario que expulsemos esos sentimientos de diversas formas, lo mejor suele ser el gritar, pero como en un edificio puede traer problemas, también puedes escribir en un diario o libreta personal todo lo que sientes en todas las células de tu ser cuando recuerdas lo que te están haciendo, lo que te está pasando, en lo que te estás convirtiendo.
Se trata de que después de sentir todo ello, intentes encontrar tu fuerza para romper esas cadenas, se trata de que te des cuenta de que vales mucho, te digan lo que te digan, se trata de que no olvides que tienes el poder para transformar tu vida, para desterrar absolutamente el sufrimiento y el dolor utilizarlo como herramienta de progreso y conocimiento. TÚ no eres débil, en ti encontrarás toda la fuerza que necesites para librar la batalla que se te presente en cada momento de la vida. Tienes todas las condiciones para hacerlo.
EL ERMITAÑO
Carta número IX.
La carta nos habla de un anciano apoyado en un bastón con la cabeza agachada y sujetando un candil. Se desprende sabiduría de él, pero también algo de pesar. La palabra clave es paciencia.
La vida puede ser muy dura a veces para enseñarnos alguna lección, y ésta suele ser una de las más difíciles de aprender, pues no se aprende a través de la fuerza, del intelecto, del corazón; no, esta lección se aprende con todo tu ser.
¿Cuántas veces te has encontrado con una situación en la vida, que por más que lo intentes no se soluciona? ¿Cuántas veces te has visto impotente ante diversos acontecimientos? Esa es la lección que el Loco tiene que aprender en el ermitaño, la limitación del tiempo en este plano en que nos movemos y evolucionamos.
El tiempo es inexorable, nunca podremos volver a vivir nuestro pasado, pero tampoco podemos acelerar nuestro futuro. El ser humano es como una semilla que se planta y que se debe dejar crecer. A lo largo de numerosas primaveras va soportando todo tipo de penurias y también alegrías que le van transformando en un precioso árbol, pero si la planta cuando todavía es pequeña intentara sacar frutos sería fatal para ella.
“Todo a su debido tiempo” dice el sabio. Y es que muchas veces nos obsesionamos intentando resolver problemas que por el momento no deben ser resueltos, te rompes la cabeza con cantidad de historias en vez de tranquilizarte y dejar fluir todos esos pensamientos teniendo la confianza de que cuando necesites encontrar la solución, la encontrarás.
Puede ser muy doloroso, por ejemplo, saber perfectamente que alguien querido está equivocado, incluso que te da la espalda pensando que eres tú el equivocado, y sentir que hagas lo que hagas, o digas lo que digas, no vas a conseguir abrirle los ojos. Entonces el ermitaño tiene que retirarse y observar, con paciencia y fe en que tarde o temprano la solución aparecerá.
En el ermitaño no hay acción, hay reflexión sobre los acontecimientos que nos traen de cabeza. En el ermitaño sólo hay una decisión: esperar a que el tiempo te traiga la solución. Ello no quiere decir que sea desde la desidia o la apatía, sino desde el discernimiento y la reflexión de lo que está sucediendo. Para ello debemos aprender a entender y practicar la paciencia, porque sin la paciencia, la espera hasta que se resuelvan los problemas se haría insoportable.
EJERCICIOS:
El ejercicio ideal es practicar la paciencia en todo lo que entiendas necesario. Mira en tu vida a ver si te estás dando contra un muro que todavía no estás preparado para romper, mira a ver si eres demasiado terco en hacer ahora una determinada cosa cuando esperando unos meses podría salirte mucho mejor.
Apúntalo todo en la libreta, tus reflexiones, análisis, comentarios, preguntas,...