miércoles, noviembre 26, 2008
Guías Espirituales: Más Allá de los Ángeles
Una mujer, cuyo esposo o hijo haya fallecido, seguramente querrá saber y sentir que ellos están cerca y seguro que lo están, pero si en esa época de su vida está atravesando problemas de tipo legal y un tío suyo, con quien apenas tuvo trato en vida, había sido abogado, será él quien le guíe para superar ese trance.
Debemos tener claro que los guías espirituales están ahí precisamente para lo que su propio nombre indica, guiarnos, ayudarnos espiritualmente. Nuestro guía será quien mejor pueda ayudarnos en nuestra propia evolución, bien porque su propia experiencia y evolución se asemejen a la nuestra, bien para apoyarnos y animarnos a tomar una dirección, un camino que busquemos en nuestra vida y no nos atrevamos a tomar.Esto se explica claramente en el caso de los maestros espirituales, poniendo como ejemplo una escuela.
Según crecemos, vamos cambiando de cursos y son distintos maestros los que nos van enseñando. Los maestros espirituales irán llegando según sea nuestra evolución y nuestro compromiso con nuestro trabajo. Los maestros nos guiarán en cualquiera de las artes o ciencias, en todo aquello que podamos nosotros aportar para el bienestar y beneficio del Universo. Por ejemplo, una persona que haya dedicado su vida entera a la investigación médica, al fallecer tratará de guiar y enseñar a médicos y sanadores.
En los últimos años hay un tema que se ha puesto muy de moda:
Los ángeles.
Los podemos encontrar por todos lados, en pinturas, figuras, hasta en juegos de cartas.
Si tratamos de ver lo positivo de todo este marketing, al menos nos ayuda a recordar que no estamos solos en el Universo, que existen otras dimensiones, otros seres que aunque no los podamos ver, están ahí.
Pero los ángeles no son los únicos seres espirituales con los que podemos contactar. Son muchas las personas que han contactado con entidades que conocieron en vida. Es decir, podemos contactar con familiares, amigos, maestros,... personas con las que compartimos parte de nuestra vida.
Por lo tanto, tras la muerte física hay algo de nosotros que perdura. Unos lo llaman alma, otros espíritu, otros...
Los mensajes que nos llegan de estos seres demuestran que son capaces de recordar quienes fueron, tanto física como psicológicamente, ya que pueden describir sus vidas, gustos, aficiones y la de las personas que les rodearon.
Entonces es lógico pensar que si pueden recordar sus vidas terrenales, también recuerden los sentimientos que tuvieron por sus seres queridos. Un hombre o una mujer que haya fallecido recordará a sus familiares y el amor que sintió por ellos. El amor será la conexión entre ambos, el lazo de unión entre ambas dimensiones.
Y así como en vida tratamos de ayudarnos y guiarnos unos a otros, desde "el otro lado" también intentan hacerlo.
Eso no significa que tengamos junto a nosotros una fila interminable de familiares, amigos o maestros ya fallecidos, intentando ayudarnos.
Pero ¿qué hace que sea un familiar, un amigo, un maestro y no otro nuestro guía espiritual?
Desde nuestro nacimiento tenemos con nosotros a un guía que nos acompañará toda nuestra vida. Muchos lo conoceréis con el nombre del Ángel de la Guarda. Pero entre los guías no existe la competencia de quien va a estar más cercano a nosotros. Ellos dejarán que actúe el ser que por nuestras circunstancias personales mejor nos pueda ayudar en nuestras "necesidades" y necesitar no es lo mismo que querer.
Nuestros familiares quizás no tengan los conocimientos técnicos de un médico, pero esto no es una barrera para que su ayuda no nos pueda ser válida. Existen muchas razones por las que un familiar desee estar cerca nuestro ayudándonos.
El familiar que más cercano esté a nosotros no tiene porque ser el que más quisimos, sino quien por su experiencia, conocimientos o afinidad de carácter, mejor pueda ayudarnos, aunque quizás su ayuda vaya más dirigida a cuestiones que nos afectan más en la vida cotidiana.
Algo que creo que debemos tener claro es que el trabajo físico lo tenemos que hacer nosotros. No podemos esperar que los demás hagan el trabajo que nos corresponde a nosotros hacer. Ellos nos ayudarán orientándonos en la dirección que desde su perspectiva, mejor se adecue a nuestra vida.
En numerosas ocasiones ellos sienten que no han ayudado mucho a la familia en vida y esto les motiva a hacerlo ahora, cuando se vuelven conscientes de ello.
Alguien que haya hecho daño a su familia: (maltratos, alcoholismo, abusos, riñas familiares,...), al fallecer se dará cuenta del dolor que ha causado y pondrá todo lo que esté en su mano para apoyar a quienes sufrieron sus maltratos.
Cuando pedimos a alguien que ha sufrido estos maltratos que envíe pensamientos amorosos hacia estos seres, nos contestan que les resulta imposible pensar en ellos con amor. Es mucho el dolor o el odio que llevan dentro y es comprensible, pero mantener y alimentar ese odio o rencor dentro de nosotros no va a hacernos ningún bien, al contrario, solo conseguirá que sigamos sufriendo. A veces es necesario hacer un pequeño esfuerzo para perdonar, esto nos ayudará a sacar a la superficie lo bueno que hay en nosotros y permitirnos ser un poco más felices. Atraemos lo que pensamos y si nuestros pensamientos están llenos de rencor y de odio, eso será lo que de una manera u otra llegue a nuestras vidas. No es fácil perdonar cuando nos han hecho daño, pero no hacerlo supone que vamos a seguir sufriendo y piensa que somos como una cadena, si tú no estás bien afectarás a la gente que te rodea
¿Cuántos de los que ya hemos perdido a un ser querido no tenemos la sensación de que no hemos dicho todo lo mucho que queríamos a este familiar que ya se nos ha ido?. Éste suele ser uno de los mensajes que vienen a traer nuestros familiares, decirnos entre otras cosas lo mucho que nos quieren y lo mucho que sienten no habérnoslo dicho en vida.
¿Por qué no pensamos un momento sobre ello y aprovechamos la ocasión para decir a cada uno de nuestros seres queridos lo mucho que les queremos?. Inténtalo, verás como te sientes mucho mejor después de hacerlo.
Éstos son algunos de los mensajes que nuestros guías pueden traernos.
Los guías tratarán de ponerse en contacto con nosotros a través de nuestros pensamientos, los sueños, o nuestras intuiciones. Alguien dijo que están tan cerca o tan lejos que la distancia que nos separa de un pensamiento y ¿quién puede medir esa distancia?. Todos hemos tenido alguna vez pensamientos que no tenemos claro de donde han surgido, como si alguien o algo los hubiera puesto ahí.
Por nuestra parte, existen muchas formas de ponernos en contacto con nuestros guías espirituales. La meditación, o cualquier técnica que nos permita aquietar nuestra mente ayudará a despertar nuestra sensibilidad y por lo tanto nuestra percepción. Cualquier persona puede contactar directamente con sus guías, aunque hay personas que por su sensibilidad, tienen esta capacidad más desarrollada.
Por supuesto los guías espirituales no tienen que ser exclusivamente "del otro lado". Nosotros desde "este lado" también somos guías de los seres que nos rodean. Ser espiritual es dar lo mejor de nosotros mismos, sea cual sea nuestra profesión. Significa descubrir, desarrollar y hacer uso de nuestras capacidades. Significa estar dispuesto a aceptar el compromiso de ser espejos donde los que nos rodean puedan mirarse y seguir ejemplo.