E. Winten Preston, M. SC.
El problema de la evo1ución del cuerpo físico humano y especialmente su relación con los simios.(1) Los siguientes artículos tratarán de "Las Razas modernas y su distribución" y "El problema de la población".
I. EL ÁRBOL GENEALÓGICO DEL HOMBRE
Prueba Científica
Aunque los descubrimientos de los últimos cincuenta años han demostrado sin lugar a duda que el cuerpo del hombre es producto de evolución, se ha admitido recientemente por los hombres de ciencia que los procesos de esta evolución eran más complejos de lo que al principio supusieron.
Comentando un escrito de Mr. Douglas Dewar, dice el editor de Nature:
"Mr. Dewar resume correctamente la situación al declarar que «la ciencia puede decir en verdad que desconoce cuándo, dónde o cómo se originó el hombre», pero reduce la verdad al decir que esto es todo cuanto sabe la ciencia, pues, aunque no existe «prueba concluyente de que ningún género de Primates se haya transformado en otro género», existen semejanzas en detalles y gradaciones que requieren mucha
explicación si se desecha el transformismo".(2)
Hasta el presente siglo, el hombre moderno se consideraba como derivado del primitivo hombre de Neanderthal, y éste de los monos antropoides.
Tan sencilla relación ha tenido, empero, que abandonarse por la ciencia, porque hasta ahora no se han descubierto los eslabones de la cadena. En verdad, la prueba disponible indica que aun el hombre de Neanderthal no era un paso en el desarrollo del hombre europeo, aunque representa un tipo ancestral.
Con respecto a esta relación entre el hombre moderno y el de Neanderthal, Sir Arthur Keith escribe :
"Sabemos que la evolución del hombre se produjo en Europa por el método «indirecto» -evolución por sustitución de una raza por otra". y agrega:
"Tenemos que suponer que un desastre de naturaleza catastrófica alcanzó a toda la población de Europa durante la última fase de lo que ha venido llamándose Edad Glacial (3). El hombre de Neanderthal y su
cultura -la cultura musteriense- terminaron; el hombre moderno apareció trayendo la cultura auriñaciense. Cuándo y cómo apareció primero la especie llamada hombre moderno es lo que aun queda por descubrir".
Discutiendo el problema del origen del hombre primitivo, Sir Arthur deduce, a modo de ensayo "la conclusión de que el comienzo del Pleistoceno (4). los antepasados de los mogoles, los australianos y los negros ocupaban ya las áreas ahora habitadas por sus descendientes, y que después de su separación, cada raza sufrió una serie de cambios evolutivos paralelos" (5)
El Profesor H, J. Fleure imagina no sólo un par de antepasados, sino: "Podemos suponer grupos de seres en el umbral de un completo estado humano, con probables diferencias dentro dcl grupo, así como entre los grupos, diseminados por una gran superficie, a modo de colectividades más o menos móviles de cazadores, formando una especie de red humana sobre una amplia superficie, del mundo antiguo, que se extendiera al menos por el norte de Africa y suroeste de Asia",
De igual manera, los indicios parecen indicar que los antropoides no son los directos antepasados del hombre de Neanderthal, sino que se separaron del árbol genealógico en algún período aun más antiguo,
Escribiendo sobre "El hombre en formación", Sir J. Arthur Thompson dice :
"La conclusión científica expuesta claramente es que los hombres en formación se separaron hace mucho tiempo, en el período Mioceno, de un tronco común a ellos ya los grandes monos de hoy. Nadie cree que el hombre en ciernes salió de algún simio o mono existente".(6)
El Profesor W. E. Le Gros Clarke, de Oxford, arguye que el tronco humano pudiera haberse segregado en una época muy anterior en la evolución de lo que generalmente se supone... un descubrimiento reciente ha demostrado que los monos modernos estaban completamente diferenciados en el comienzo del período Mioceno. (7)
La fecha del comienzo del período Mioceno se fija por Urry en hace diez y siete millones de años. (8) Otras autoridades la fijan un poco antes, quizá en veinte millones de años.
Con el creciente acuerdo entre los geólogos respecto a la duración de los diversos períodos y eras, se ha hecho posible hace poco no sólo construir un árbol genealógico, sino colocarlo aproximadamente en el tiempo. Prescindiendo de divergencias en detalles, la actual opinión científica parece quedar bien ilustrada por los diagramas de Sir Arthur Keith y del Prof. W.K.Gregory. El primero dice:
"Todos están conformes en que el antropoide y el hombre tienen una ascendencia común; sólo el grado de parentesco está en disputa". (9)
El asunto en su conjunto lo han tratado Sir Arthur Keit en Man's Family Tree (El árbol genealógico del hombre) y Sir Elliot Smith en The Search for Man's Ancestors (La busca de los antepasados del hombre).
En una monografía recientemente publicada por R. B. Bean, The Races of Man (Las razas del hombre), se dan también algunos detalles.
El diagrama I se basa en los diagramas de Keit, Gregory y Elliot Smith.
Con respecto a estos diagramas, Sir Arthur Keith dice :
"El Dr. W. K. Gregory ha hecho un árbol genealógico del hombre y el mono. Lo construyó independientemente, basándose en un conjunto de datos diferentes de los míos. También lIevó el tronco humano procedente del antropoide al comienzo del Mioceno -prácticamente la misma fecha de aparición que yo he dado. En la escala de cómputos de Osborne, él y yo damos al tronco humano una antigüedad aproximada de 20.000.000 de años.(10)
El Profesor Elliot Smith muestra la verdadera familia humana separándose del tronco común hacia la mitad del Mioceno.(11) Nuestro diagrama I ilustra estos diversos puntos y da la presentación científica del problema. Se observará que todas las autoridades científicas concuerdan en que la separación del tronco común y la aparición del verdadero hombre se realizó en un período posterior al de hace unos veinte millones de años, y durante lo que ahora se llama período Mioceno.
Declaraciones Ocultas
En La Doctrina. Secreta hay por lo menos diez referencias a la época en que el verdadero hombre apareció primero sobre la Tierra.
Todas ellas concuerdan en que "La humanidad física ha existido sobre ella durante los últimos 18.000.000 de años" (La Doctrina Secreta, III, p. 247 de la 2da edición española). Por ejemplo :
"El número de años transcurridos desde el Manvantara Vaivasvata o período humano- hasta el año 1887, es justamente de 18.618.728 años". (La Doctrina. Secreta, III, p. 110 de la 2da edición española).
Se notará que la concordancia entre esta fecha de hace 18 millones de años para la aparición del verdadero hombre y la que da la ciencia, es muy notable.
Madame Blavatsky declara que de las cuatro razas anteriores a nuestra presente raza Aria, las dos primeras fueron astrales (12), pero debemos observar que cuando ella empleaba la palabra "astral", con frecuencia quería significar lo que ahora entendemos por "etéreo". La tercera raza fué la primera decididamente física densa.
Declara además Mme. Blavatsky, que todas las formas que ahora pueblan la tierra son variaciones de tipos básicos desechados por el hombres en las rondas tercera y cuarta, pero: "En lo que concierne a nuestro presente período terrestre de la cuarta ronda, sólo la fauna mamífera puede considerarse originada de los prototipos desprendidos del hombre".
(La Docirina Secreta, IV, p. 402, 2da ed. esp.).
Al considerar la relación entre el hombre y el reino animal, debe hacerse una distinción entre el reino animal hasta los reptiles inclusive, y los mamíferos y monos antropoides.
Las formas de reptiles fueron las normales para los animales de la tercera ronda, y estaban habitadas por una conciencia que era entonces animal, pero que ahora, en esta cuarta ronda, es humana -de hecho, nosotros mismos. De manera igual o paralela, la humanidad de esta cuarta ronda produjo las formas animales características de esta ronda -los mamíferos de sangre caliente. Nuestros actuales reptiles han descendido de las antiguas formas de reptiles. Los mamíferos inferiores (marsupiales, monotremas, etc.), fueron intentos para crear un puente entre los reptiles y los mamíferos, y constituyeron la obra de nuestra humanidad bajo la guía de una humanidad más avanzada al final de la tercera ronda.
(Para más amplia discusión de esta parte del asunto, el estudiante debe consultar The Web of the Universe, por E. L. Gardner. En este artículo nos referimos especialmente a la relación entre el hombre y los monos).
Nuestro diagrama 2 está tomado de La Doctrina. Secreta, IV, p. 410, 2da. ed. esp. y de la "Genealogía de los monos" según la enseñanza teosófica.
Tres cosas pueden observarse en relación con el diagrama 2.
Primera: Los prototipos de mamíferos, los mamíferos inferiores y los monos inferiores aparecen como separados del principal impulso evolutivo, y así aunque continúan su existencia en el tiempo como las diversas especies de monos o animales, progresan relativamente poco en cuanto a cambio de forma.
Segunda: No hay línea alguna de conexión entre los círculos que representan las razas hasta después de la separación de sexos. Esto puede indicar que así como las líneas muestran continuidad biológica en el reino animal, y entre la Quinta Raza y sus predecesoras, no existió tal continuidad en las razas más antiguas. Esto podía esperarse naturalmente si la conciencia humana habitaba formas etéreas. Habría continuidad de conciencia, pero no continuidad biológca de cuerpos.
Tercera: La relación especial entre los antropoides y el hombre se indica por la línea al pie del diagrama 2 que conecta los monos inferiores, de una parte, con la Cuarta Raza raíz de otra. De estos antropoides escribe Mme. Blavatsky:
"Los pitecoides, el orangután, el gorila y el chimpancé, pueden descender, y, como enseñan las ciencias ocultas, de hecho descienden, de la humana Cuarta Raza raíz animalizada, y son el producto del hombre y de una especie de mamíferos extinguida -cuyos remotos antecesores eran, a su vez, producto de la' bestialidad lemuriana". (La Doctrina S ecreta, IV, p. 400, 2da. ed. esp.).
"Recordemos a este propósito la enseñanza esotérica, que dice que el hombre en la Tercera Ronda (13) tenía en el plano astral una forma gigantesca y simia. Sucede análoga cosa al final de la Tercera Raza de esta Ronda. Esto explica las facciones humanas de los monos, especialmente de los antropoides posteriores aparte del hecho de que estos llitimos conservan por herencia un parecido con sus antepasados atlanto-lemurianos". (La Doctrina Secreta, IV, p.410, 2da. ed. esp.).
A fin de comparar este diagrama que se da en la enseñanza oculta con la ciencia moderna, lo hemos invertido, como es corriente en la práctica científica, para que los últimos tiempos queden arriba. Si se hace esto, podremos tener en seguida la idea de un árbol, tal como el del diagrama I.
Este parecido con el árbol que da la ciencia resulta más claro si hacemos algunas modificaciones sin alterar lo esencial. En el diagrama, tal como está, aparecerían los antropoides como la cúspide del proceso evolutivo.
Por esto nos hemos permitido sustituírlo por el diagrama 4 en el cual los antropoides quedan colocados más correctamente, como una rama del tronco principal de evolución.
Puesto que, según las declaraciones de Mme. Blavatsky, la asociación entre el animal y el hombre que produjo los antropoides, ocurrió dos veces, una en los tiempos lemurianos y otra en los atlantes, hemos indicado también esta doble conexión en el diagrama 4.
Y como se dan ciertas fechas en La Doctrina Secreta y en El hombre, de dónde y cómo vino y adónde va (14), como por ejemplo, la ya citada aparición de los primeros hombres verdaderos, podemos colocar este diagrama aproximadamente en el tiempo, empleando los nombres que actualmente se dan por los geólogos a aquellos períodos de tiempo. Esto se hace en el diagrama 5.
El diagrama 5 muestra el diagrama de La Doctrina Secreta dibujado según la forma usualmente adoptada por la ciencia, y colocado en el tiempo. Su exámen demostrará que no se ha hecho ninguna alteración esencial.
Se ve en el diagrama que la rama del reino animal se separó del tronco verdaderamente humano hace unos 18.000.000 de años, en lo que ahora se llama período Mioceno, produciéndose al fin la forma verdaderamente humana después de haberse separado los sexos y entrando la conciencia humana en esta forma. Esto ocurrió durante la Raza Lemuriana. La cuarta raza surgió después de terminarse este cambio.
El hombre dió las formas para los mamíferos hasta los monos inferiores, y entonces estas formas fueron habitadas por conciencia animal. Después construyó un cuerpo mejor para sí mismo, pero este cuerpo se derivaba de los anteriores; o sea, que es cierto, como dice la ciencia, que los monos y el hombres tienen un común abolengo físico.
En el diagrama 6 damos, una al lado de otra, las representaciones científica y oculta dibujadas a la misma escala para facilitar la comparación. Sin pretender que todos los detalles sean exactos, tenemos que admitir la semejanza entre ambas declaraciones.
Así, en respuesta a nuestro problema de antropología -problema que solía denominarse "del eslabón perdido"- vemos que la diferencia entre las teorías antigua y moderna consiste en lo siguiente: en la teoría antigua, los antropoides representaban una definida etapa en la descendencia entre los monos y el hombre, y en la última teoría hay un antepasado común mamífero, en lo que se refiere a la forma, pero el hombre se separó de los monos en fecha muy lejana.
La última declaración sobre este asunto se encuentra en The March of Science, donde el Dr. A. C. Haddon discute las relaciones entre el hombre y el mono desde el punto de vista dcscubierto por el estudio de los grupos sanguíneos. Dice lo siguiente: "No se sabe cómo surgieron estas diferencias entre los grupos de monos y hombres, ni cuál es su significado". Y continúa:
"El Dr. S. Zackerman nos dice que, como Osborne ha afirmado, los descendientes de un antepasado común tenderían a desarrollarse según líneas paralelas si estuvieran sometidos a tipos de ambiente similares, ya que ellos comenzaron su viaje evolutivo con potencialidades iguales. Por consiguiente, las semejanzas estructurales pudieran denotar nada más que la descendencia de un antepasado común que pudiera ser muy remoto". (15)
En verdad, la ciencia está muy cerca de resolver este problema, y la solución pudiera encontrarse enseguida si la existencia de la conciencia y su evolución aparte del cuerpo físico -concepto al que se da tanta importancia en Teosofía- fueran más completamente comprendidas y aceptadas.
PARA COMPLEMENTAR ESTE TRABAJO SE RECOMIENDA LA LECTURA DE "LA DOCTRINA SECRETA" TOMO IV, SECCIÓN BAJO EL TÍTULO "HECHOS GEOLÓGICOS QUE SE REFIEREN A SU RELACIÓN". ESTA OBRA PUEDE DESCARGARSE DE BIBLIOTECA UPASIKA.
Notas
(1) Estos artículos forman parte del trabajo emprendido por el Grupo de Ciencia del Centro de Investigaciones Teosóficas de Londres, al estudiar el Gran Plan de Evolución. (1937)
(2) Nature, 15 de junio de 1935, p.937
(3) Hace unos 100.000 años, según la tabla dada en Nature de 20 de junio de 1936.
(4) Hace unos 500.000 años.
(5) Nature, 1 de agosto de 1936.
(6) Modern Science, Sir J. A. Thompson, p.158.
(7) Nature, 11 de agosto de 1934, p.222.
(8) Nature, 20 de febrero de 1937.
(9) Nature, 15 de junio de 1935
(10) Man`s Family Tree, p.20
(11) Man`s Family Tree, p.30
(12) Cuerpo astral o doble astral: Sombra o contraparte etérica del hombre o animal. El lector no debe confundirlo con el alma astral, otro nombre del Manas inferior o Kama Manas y que es el reflejo del Ego superior. (Glosario Teosófico, de HPB)
El cuerpo astral viene a ser el puente de comunicación entre el alma y el cuerpo. (Annie Besant)
(13) Rondas: Una oleada de vida procedente del Logos de una vuelta completa alrededor de la cadena planetaria y siete de esas grandes oleadas de vida denominadas Rondas, completan un Manvantara o Día Cósmico. Cada Ronda está especialmente destinada a la preponderancia de uno de los siete principios humanos en el orden regular de su graduación ascendente (A.P.Sinnet: Buddhismo Esotérico, p.82-85)
(14) Obra de Annie Besant y Charles Leadbeater.
(15) The March of the Science, publicado bajo la autoridad de The British Association, 1935, p.72.