Pedro Palao Pons
Entre la vida y el más allá, el viaje astral es una de las experiencias místicas presentes en todas las creencias y culturas. El desdoblamiento del espíritu y el cuerpo sigue siendo un fenómeno que despierta el interés de todos cuantos han oído hablar de él.
EL DESDOBLAMIENTO
El viaje astral también es conocido como "desdoblamiento". Se trata de un estado en el que nuestro cuerpo permanece en un lugar y nuestro espíritu se separa de él. Así, ese otro yo inmaterial puede ver perfectamente el cuerpo tendido y flotar por la habitación o dirigirse a cualquier otro lugar sin tener ninguna sensación física y libre del espacio y el tiempo que encarcela a la materia.
Normalmente, este estado se consigue durante el sueño. la mayoría de ocasiones de forma accidental. Aunque, como veremos más adelante, también existen metodologías que nos permiten alcanzar este estado. Todos los casos descritos suelen seguir el mismo proceso.
El individuo es consciente de que está en la cama y, de repente, siente como si estuviera levitando, como si volara. La señal inconfundible de que se estamos ante una experiencia extracorporal es que podemos seguir viendo en cuerpo en el lecho. El final de la vivencia está marcado por una sensación de caída, tras la cual despertamos súbitamente, muchas veces con una sensación de susto, de miedo, como si hubiéramos tenido un sobresalto.
OTROS TIPOS DE EXPERIENCIAS
La que se da en el sueño es sin duda la más común, pero existen otras más complejas. Por ejemplo, puede ocurrir estando sentados en cualquier lugar, leyendo tranquilamente o contemplando un paisaje agradable. Es cierto, no obstante, que este tipo de viajes astrales son menos habituales y que, en muchas ocasiones, obedecen a un entrenamiento previo.
El doctor Raymond A. Moody se dedicó a estudiar en su libro Vida Después de la Muerte varios casos que se habían producido cuando una persona había estado al borde del abismo que separa la vida del más allá. Así, por ejemplo, se reseñaron casos en el que un enfermo que está siendo operado se "despega" de su cuerpo y puede ver desde fuera cómo le operan y recordar, con toda exactitud, los comentarios de médicos y enfermeras. También se han dado casos en que tras un accidente automovilístico la víctima ha visto su cuerpo y cómo le introducían en la ambulancia.
El denominador común de todos estos casos, que a priori pueden parecer angustiosos, es la falta de sensaciones físicas. Al tratarse de una parte espiritual, no se siente ni dolor ni inquietud ni miedo, se observa la escena como quien ve una película o un cuadro, exento de cualquier emoción o sufrimiento...
LA SEDUCCIÓN DEL MÁS ALLÁ
El viaje astral es una de las experiencias más sencillas y seductoras de contactar con el más allá. Muchos aseguran que en el momento de la muerte se experimenta un viaje astral, pero en esa ocasión sin billete de vuelta. Por ello, muchos son los que han intentado emular esa experiencia, saber cómo es sentir sólo la parte espiritual de nuestra naturaleza.
El punto más positivo de este viaje es que se puede interrumpir en el momento en el que se quiera. Basta, tan sólo, con desear de nuevo fundirse con el cuerpo para interrumpir la experiencia sin ningún riesgo. Lo que se puede conseguir con un viaje astral es un misterio que depende de cada uno y del tipo de viaje que se emprenda. La sensación de extracorporalidad es lo único garantizado, a partir de aquí hay quien asegura haber comprendido cosas que en estado normal no alcanzaba a interpretar, haber tenido premoniciones, haber encontrado un sentido nuevo a la vida...
Las posibilidades son infinitas. De hecho, muchas religiones o creencias tienen técnicas concretas para conseguir llegar a este estado que para muchos es una comunión con un estadio superior de la vida. Así, tibetanos, budistas, sufís y muchos más adoptan estas técnicas como parte de su credo para trascender más allá de la materia.
EXPERIENCIAS FAMOSAS
Dos intelectuales explicaron experiencias que les condujeron a tener un viaje astral.
Goethe explicó en Aus Meinen Leben su vivencia: "Cabalgaba por el sendero hacia Drusenheim cuando tuve un presentimiento muy extraño. Vi mi propia figura montada a caballo acercarse a mí por el mismo camino. La figura vestía una prenda para mí desconocida, de color grisáceo dorado. Al despertarme de este sueño, desapareció la visión. Lo notable de todo esto es que ocho años después me encontré en el mismo camino, con la intención de visitar a Frederika una vez más y vistiendo la misma prenda que había visto en mi sueño y por casualidad, no por elección."
Guy de Maupassant explicó una experiencia semejante. Estaba escribiendo en su mesa cuando oyó que alguien había abierto la puerta. Con gran sorpresa contempló la visión de su propia figura, que le empezó a dictar lo que el novelista estaba escribiendo. Al terminar, se levantó y la imagen desapareció.
LA TÉCNICA MONROE: VIAJE ASTRAL
Seguramente, de todas fórmulas, una de las más interesantes para realizar el viaje astral es la que ofrece Robert Monroe. Este investigador independiente estadounidense tuvo, en 1958, un viaje fortuito que cambió su forma de concebir la vida. Por ello, consagró su vida a la investigación de este tipo de viajes con una finalidad práctica.
Su objetivo era utilizar esta técnica para solucionar problemas de insomnio, mejorar el reposo, aumentar la concentración. Con esta finalidad creó el Monroe Institute de Virginia, que dirigió hasta su muerte en marzo de 1995.
Monroe es el padre del llamado "Gateway Voyage" (viaje más allá de las puertas o viaje de evasión), un estado que permite acceder a estados de conciencia ensanchados. Sus investigaciones empezaron concentrándose en el efecto Hemi-Sync (Sincronización Inter-hemisférica).
Se trataba de reproducir sonidos parecidos al viento o a los zumbidos, pero consiguiendo una pequeña variación entre lo que recibía la oreja derecha y la izquierda. Si a esto le sumamos ejercicios de respiración, relajación, visualización y atención positiva tendremos un billete garantizado para el viaje astral.
TRUCOS PARA "VIAJAR"
Siguiendo la técnica de Monroe, cualquiera que lo desee puede desear un viaje extracorporal. La clave está en querer llevarlo a cabo y seguir unas sencillas pautas. Evidentemente, la práctica es la que posibilita mayor dominio de esta técnica. Monroe ofrece unas directrices que cualquier puede aplicar:
-El ambiente: La habitación en la que se lleve a cabo la experiencia debe ser cálida y oscura. Deben llevarse ropas cómodas y holgadas y es aconsejable desprenderse de joyas y objetos metálicos. También es necesario estirarse en una posición confortable con la cabeza orientada al norte.
-Respiración: Es muy importante estar totalmente relajado. Cerrar los ojos y respirar rítmicamente. Abrir ligeramente la boca, nos ayudará a conseguirlo.
-Visualización: El siguiente paso sería concentrarse en una imagen simple y tratar de conciliar el sueño. Una vez se alcanza el estado de duermevela, debemos relajarnos profundamente, sintiendo que nos podemos sumergir en la oscuridad que nos rodea.
-Concentración: Para lograr las vibraciones que anuncian el comienzo del viaje, debemos concentrarnos en un punto situado a unos treinta centímetros de nuestro cuerpo. Poco a poco, este punto debe extenderse a una distancia de dos metros y dibujar una línea paralela hasta nuestro cuerpo. Enfocando este plano, deben sentirse las vibraciones e interiorizarse dentro de la cabeza.
-Vibración: Una vez controladas estas vibraciones, deben guiarse por todo el cuerpo, desde los pies a la cabeza. Cuando lleguen a este punto, estaremos listos para emprender el viaje.
-Flotando: Para conseguir abandonar el cuerpo, debemos concentrarnos en la idea de lo placentero que sería flotar y así notaremos como el cuerpo empieza a flotar.
-De vuelta: Para retornar al cuerpo físico, tan sólo deberemos concentrarnos en la sensación de fusión.
TRUCOS PARA EL VIAJE ASTRAL
Además de las técnicas aconsejadas por Monroe, añadimos algunos consejos prácticos para emprender una experiencia extracorporal.
-Para conseguir mayor relajación, es aconsejable darse una ducha caliente. Lo mejor, después, sería acostarse sin ropa, con una sábana fina cubriéndonos.
-Deberíamos elegir una noche tranquila en la que ningún ruido pudiera distraernos. Para lograrlo, imprescindible desconectar teléfonos y apagar móviles.
-Prescindir de la almohada o escoger una muy plana nos permitirá adoptar una posición idónea. También deberíamos poner los brazos estirados al lado del cuerpo y las piernas ligeramente abiertas.
-Durante todo el rato debemos repetirnos que nuestro objetivo es tener una experiencia extrasensorial, dejando que la idea fluya, pero sin obsesionarnos con ella.
-Cuando regresemos, es probable que tengamos la sensación de que en la habitación hay otras personas observándonos. Es completamente normal y desaparecerá respirando profundamente.
-Para mejorar la técnica, lo mejor es llevar un diario personal en el que también apuntaremos las experiencias frustradas. Así, con el tiempo, podremos descubrir los fallos.