Gil Robles, en "El Correo de Andalucía", 17-IX-1978.
¡Qué enorme desilusión me he llevado en la elaboración de este trabajo! Pensaba que el entramado económico del Opus Dei tendría un enorme interés; que habría muchas páginas web y grandes debates. Sin embargo, las pocas horas que he dedicado a investigar en Internet me han decepcionado: parece que ya no es un tema polémico. Ni siquiera los “anti-opus” dicen nada importante.
Me decepciona porque es un asunto que siempre me ha interesado y, la verdad, me apetecía entrar a fondo. Habría que investigar más o inventarse algo; por lo del morbo. Seguro que el Opus Dei tuvo algo que ver con Enrom y Gestcartera…y los pelotazos de Telefónica se gestaron en algún oscuro pasillo de Diego de León. ¡Ánimo, algo habrá, no pueden ser tan honrados!
Recuerdo en los años 80 los impresionantes debates con mis amigos después de los programas de La Clave y de los ataques de Tiempo contra la Obra y su poder económico…grupos financieros, tramas rocambolescas, mafia, masonería, etc. En cierto modo, me gustaba esa aureola de misterio y poder que rodeaba al Opus Dei; era como vivir en una novela de Clancy. Ahora apenas encuentro algo similar al famoso caso Rumasa, Banco Ambrosiano, Matesa, El Popular…etc. Por eso estoy decepcionado.
La única noticia “fresca” (por ahora, seguiré buscando) de interés que he encontrado es el precio del edificio de New York que debe ser la sede del Opus Dei en USA. Las noticias que he leído sitúan su coste entre los 42 m. $ y los 55 m. $. Sin tener ningún dato real, no me parece caro para una ciudad como esa y en un lugar tan representativo como Manhattan.
Tampoco me escandaliza; creo que el Opus Dei, por su naturaleza, debe estar en Manhattan, en París, en Londres y en Moscú; donde se cuecen las habas, testimoniando la Fe Católica según su espíritu y facilitando que en las “cities” muchos se acerquen a Dios y se conviertan. Esto tiene un precio y creo que merece la pena pagarlo. Y al que le pique, que se rasque.
Supongo que esto escandalizará a aquellos que les gustaría ver a la Iglesia Católica como una ONG, dedicada a los pobres como opción única, en países pobres, montando dispensarios sin poder predicar por encontrarse en territorio del Islam. Son los mismos que critican a Jesús porque se dirige también a ricos y publicanos...
Supongo que esto enfadará a los enemigos de Dios que ven como, en un territorio tan “exclusivo”, entra en cuña el Opus Dei, que es, en boca de muchos, la vanguardia de la Iglesia.
De hecho, he oído hablar que en la city de Londres ya tienen retiros mensuales fijos todos los meses. Por mi, cómo si compran una planta del Empire y montan una Capilla con confesionarios abierto las 24 horas. Me parece bien. Lo contrario, me preocuparía.
Lo dicho, salvo algún artículo malillo de los nostálgicos de toda la vida, aferrados al franquismo, los tecnócratas y todo eso, que suenan a las “batallitas del abuelo”, en la red, poco y flojo. Sin ofender, espera algo más actual, más profundo…esas historias sucedieron hace más de treinta años.
En cualquier caso, como me lo he currado, algo voy a decir. Para empezar, el Opus Dei es una novedad que cuesta entender.
Dentro de la Iglesia, como Prelatura Personal, lleva abriendo brecha desde 1982; queda mucho que recorrer. Como tal, es una decepción: apenas tiene nada y sus balances son ridículos. Desde luego, no responden a su importante influjo.
El problema es de naturaleza. El Opus Dei tiene fines espirituales y su misión es formación cristiana “una gran Catequesis” como decía su fundador; por eso, en cuanto Prelatura, es un cero a la izquierda, unos cuantos cientos de miles de euros.
Sin embargo, los fieles del Opus Dei, despliegan una enorme actividad social. No son tontos, ganan dinero, son generosos y están altamente comprometidos con las actividades apostólicas del Opus Dei. Eso si es dinero, aunque parece que no suficiente. Por eso recurren con tanta frecuencia a sus amigos y conocidos a los que sablean siempre que pueden.
En este capítulo queremos desentrañar todas las cuestiones que se refieren a la financiación del Opus Dei.
Patrimonio del Opus Dei
1. ¿Cuáles son los instrumentos materiales que utiliza el Opus Dei? Las principales cosas que utiliza son pisos o edificios (en algún caso tienen chales) y que parece ser, en ningún caso son propiedad del Opus Dei, sino que pertenecen a los promotores de cada actividad en concreto. Como esto llama la atención se han hecho varios seguimientos específicos por diferentes personas en estas y otras materias, y no se ha conseguido detectar ningún piso en propiedad del Opus Dei. Y no es que utilicen operaciones en las que el verdadero propietario queda en la sombra, sino que realmente no tiene nada en propiedad. Estas personas, los promotores, suelen empezar a trabajar como grupo promotor, y después constituyen la figura jurídica civil que mejor les convenga para el fin que se están proponiendo: algún tipo de sociedad, asociación, fundación, etc. Los responsables de esas entidades propietarias y gestoras toman las decisiones que creen convenientes en lo que se refiere al cumplimiento de las obligaciones fiscales, opción metodológica, organización interna, relaciones laborales, etc. Son, en muchos casos, empresas, que cualquier consultor con dos dedos de frente que las estudiara a fondo las pondría en los últimos puestos del ránking de rentabilidad, ya que son sólo "empresas instrumentales" que no buscan rentabilidad sino sacar un fin social adelante. En este sentido son “empresas” peculiares. Los promotores pueden ser o no del Opus Dei, como también pueden ser o no miembros de la federación de equitación, etc.
2. ¿Cuál es el patrimonio y medios económicos que utiliza el Opus Dei?
Como ya se ha dicho: casi nada. Acostumbrados a los casos de Gescartera, Emrom, etc. cualquiera sabe lo que puede pasar en el futuro, pero por el momento no se ha encontrado nada. ¿Será el Opus Dei el nuevo escándalo de algún Gobierno?
3. ¿Qué posesiones tiene el Opus Dei: casas, terrenos, empresas, c/c en Suiza u otros lugares, reservas, etc.?
El Opus Dei no tiene prácticamente nada. Para demostrarlo, voy a elaborar todas las propiedades que tiene: a) unas pocas sepulturas en las que se entierra a algunos de los fieles del Opus Dei (sólo a los Numerarios y algunos Agregados), y b) algunas cuentas corrientes en las que se recogen donativos.
Ya que tienen tan pocas cosas, al menos se podrían haber construido unos buenos mausoleos para descansar a gusto, pero ni esto. Se dice que en algunas sucursales tienden a tener problemas porque son de esas cuentas que suelen estar vacías, o con poco dinero, y que al banco le dan mucho trabajo y poca rentabilidad.
No obstante, si alguien encuentra alguna otra cosa, le agradecería que me lo transmitiese para darlo a conocer.
4. ¿Entonces el Opus Dei no tiene ingresos?
El Opus Dei sí tiene ingresos. Cuenta con las aportaciones que recibe de las personas del Opus Dei y de los Cooperadores y amigos. Dinero o donativos que se ingresan en las cuentas corrientes citadas en la anterior pregunta.
5. ¿Y en qué consisten esas aportaciones y donativos?
Aportaciones: En el caso de las personas que son del Opus Dei, estos se comprometen a asegurar sus necesidades personales (vivienda, gastos personales y de diversión, etc.) y familiares (de la familia de sangre si lo necesitan), y a ayudar al sostenimiento económico de las iniciativas que tiene el Opus Dei por todo el mundo. Este compromiso se entiende de acuerdo con las circunstancias de cada persona: los Numerarios y Agregados tienen menos gastos que los Supernumerarios por lo que en muchos casos dan gran parte de su sueldo, pero en cualquier caso siempre de lo que les sobraq de lo anteriormente citado; sin embargo los Supernumerarios dan la ayuda que, libre y generosamente, consideran posible en función de sus circunstancias.
Los donativos: los que como en cualquier otra organización dan las personas que lo desean (anónimas o conocidas). Además, con frecuencia, las labores educativas, asistenciales, culturales, etc. que se promueven son iniciativas deficitarias, por el tipo de actividad que desarrollan –con una finalidad de servicio y formación: escuelas, hospitales, universidades, centros de formación profesional– y porque no tienen ánimo de lucro. Por este motivo suelen buscar subvenciones oficiales que las autoridades públicas prevén para las actividades de interés social, así como ayudas de fundaciones privadas y empresas (casi siempre estas subvenciones las dan los Ministerios de Educación o similares, y el de Asuntos Sociales, aunque en este último caso suele costar mucho).
6. ¡Seguro que reciben muchos donativos!
La verdad es que sí, pero hoy por hoy sólo dan para cubrir la sustentación de los sacerdotes y los gastos de las sedes de gobierno del Opus Dei (los que mandan en cada país). También se reciben donativos para cubrir los gastos de los procesos de beatificación de algunos fieles del Opus Dei, y de la reciente canonización de S. Josemaría. De todas formas luego hay cosas que salen bien de precio. Por ejemplo, la canonización de S. Josemaría costó aproximadamente 180.00 €. Tampoco es mucho para todo lo que se ha hecho, y muchas cosas las han regalado (las flores de San Pedro durante las ceremonias, la policía romana contribuyó mucho al orden y ahorró muchos gastos, etc.). El día que tengan más dinero les pillaremos pues empezarán a gastar en otras cosas.
Organización económica del Opus Dei
1. ¿Hay algún presupuesto, cuenta de resultados o similar que sea pública? El Opus Dei lleva una contabilidad oficial, en libros legalizados, conforme a lo previsto en los acuerdos entre la Iglesia y el Estado. Se trata de una contabilidad muy sencilla: ingresos por donativos y los gastos ya mencionados (supongo que el contable tendrá algún otro trabajo, porque estas operaciones se cierran rápido). Nada de inversiones financieras, ni clientes, ni fondos de maniobra, ni regularizaciones... Pero claro, el Opus Dei es una entidad de la Iglesia Católica, no una S.A.: si se va al Registro Mercantil no se encontrará depositada.
2. ¿Cuál es la personalidad jurídica civil del Opus Dei?
El Opus Dei forma parte de la estructura de la Iglesia, y por eso la personalidad jurídica civil se encuadra civilmente en el ordenamiento jurídico de cada país. En España, el Opus Dei goza de personalidad jurídica civil por aplicación del
Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español sobre Asuntos Jurídicos de 1979. A efectos fiscales, el régimen de la Prelatura es el propio de una entidad religiosa (Artículo IV del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español sobre Asuntos Económicos de 1979, y Disposición adicional 5ª de la Ley de Fundaciones de 1994).
3. ¿Y los Centros y demás actividades?
Las centros tienen la naturaleza civil y profesional que les corresponde, y persiguen fines educativos, culturales, asistenciales, de promoción humana o interés social, en todos casos coherentes con la finalidad espiritual del Opus Dei. Son iniciativas, a las que el Opus Dei simplemente presta una específica asistencia pastoral, es decir, provee de sacerdotes para que atiendan espiritualmente a todas las personas que libremente lo deseen. La responsabilidad jurídica y económica corresponde a la entidad que ha promovido esa tarea: una asociación, un Colegio Mayor, etc., que tiene sus órganos de gobierno, lleva su propia contabilidad y tiene los mismos derechos y deberes que cualquier otra entidad de las mismas características.
Actividad económica del Opus Dei
El Opus Dei no desarrolla actividades económicas (operaciones de carácter mercantil, créditos, avales, contratos de personal dependiente, etc.), a pesar de que por las leyes tiene capacidad jurídica para hacerlo. Es una pena, porque hay personas del Opus Dei -son pocos- que han hecho mucho dinero con sus negocios personales (Termes y compañía), y supongo que si el Opus Dei como tal hiciese lo mismo se engrosaría mucho dinero para sus arcas; pero ya se ve que no están por la labor.
Pobreza de las personas del Opus Dei
1. ¿Cuánto dinero tienen que entregar las personas del Opus Dei?
En el Opus Dei nadie vive a costa de los demás: todos deben mantenerse con su trabajo. Los Numerarios entregan todo lo que ganan en su trabajo y que no emplean en su sostenimiento. Los Agregados también, pero teniendo en cuenta que en muchas ocasiones tienen parientes a su cargo a los que también deben atender económicamente. Los Supernumerarios entregan una cantidad mensual, la que quieran: no hay cuotas, ni porcentajes.
La calidad de las personas no va por la cantidad de dinero que entregan, ni hay clases sociales.
2. ¿Qué es eso de “la cuenta de gastos”?
Como se ha dicho antes los Agregados y los Numerarios se comprometen a entregar lo que ganan con su trabajo, por lo que estrictamente hablando, el dinero no es suyo (esto es una de las principales consecuencias de la virtud de la pobreza que cada uno vive libremente). No obstante, la pobreza no es absoluta, al estilo de la pobreza franciscana, sino que cada uno necesita diversas cosas para su trabajo, sus diversiones, etc., los gastos de cualquier persona corriente: coger un autobús, comprarse unos zapatos o un cepillo de dientes, una raqueta de tenis, etc. Como manifestación de que gastan un dinero que se han comprometido a entregar, anotan, “llevan cuenta” de esos gastos; como en muchas economías familiares.
3. ¿Qué ocurre si no se entrega la cuenta de gastos?
Ocurre lo mismo que cuando no te envían el desglose de la factura del teléfono; no sabes cuanto ni en qué te has gastado el dinero. Y no pasa nada más.
4. Si entregan todo lo que ganan, ¿Qué pasa cuando los padres de una persona del Opus Dei pasan necesidad? ¿Quedan abandonados? Cada vez es más frecuente que muchas personas mayores necesiten la ayuda – no sólo económica– de los hijos, y los Numerarios y Agregados nunca se desentienden, como ocurre con cualquier otra persona con cariño a su familia. Cuando algún familiar está pasando algún bache económico se le ayuda económicamente con todo lo que necesite. Es además una ayuda a fondo perdido ,es decir, no tiene que devolver nada a nadie.
5. Soy del Opus Dei y tengo mi propia empresa: ¿es verdad esto? ¿Cómo se puede hacer? ¿Y en el caso de los Numerarios?
Por supuesto que una persona puede tener una empresa. Como todo el mundo buscan trabajo enviando cartas, contestando ofertas, entre familiares y amigos y si pueden y les apetece se montan su propia empresa. También pueden tener una empresa por herencia, o la crean resolviendo los mismos problemas que los demás: pedir créditos comerciales, préstamos familiares, buscar inversores, socios, etc. Siempre sin contar con la ayuda de los demás fieles del Opus Dei, ya que no formamos ningún club, ni las personas del Opus Dei dedican al favoritismo. Cada uno trabaja en lo que quiera o pueda, según su capacidad, y nunca permitiría que otra persona del Opus Dei se entrometiese en sus asuntos profesionales. Por tanto, desde el punto de vista profesional, cada uno se lo monta como puede. Y cuando uno tiene una empresa personal, se aplica el mismo criterio. Se está dentro del juego del mercado y cada uno hace lo que mejor estima para sobrevivir, y para rentabilizar al máximo su negocio.
En el caso de los Numerarios, cuando tienen una empresa personal, se asignan un sueldo acorde al negocio que tengan y esa es la cantidad de dinero que entregan a la Obra (una vez deducidos sus gastos personales, etc.). Con el resto del dinero hacen lo que quieran: constituyen reservas, invierten en nuevos productos, etc.
6. En temas económicos ¿Qué es lo que más cuesta?
Como todo es una cosa personal. No obstante si hubiese que elegir algo en lo que se demuestra que la pobreza que se vive en el Opus Dei es exigente es en que los Numerarios y Agregados no ahorran nada pensando en futuras inversiones, salvo en el caso de que tengan ya una empresa personal o vayan a montar una en un plazo de tiempo breve.
7. ¿De donde sacan el dinero los sacerdotes?
De los ingresos que tiene el Opus Dei, ya que es el Opus dei el que se compromete a mantener a todos los sacerdotes. A pesar de que el Opus Dei como tal asuma gastos directos por este concepto, no es necesario distribuir cantidades fijas a todos los sacerdotes, porque sus necesidades y circunstancias son distintas. Actualmente el Opus Dei se hace cargo directamente de los gastos de formación, de asistencia médica (hospitalización, intervenciones quirúrgicas, etc.), y de sostenimiento ordinario de los sacerdotes de su presbiterio que carezcan de ingresos propios suficientes (muchos sacerdotes trabajan en colegios, etc. y reciben un sueldo por el trabajo que desarrollan, que les permite cubrir holgadamente, estos gastos.
Rumasa y el Opus Dei
El 23 de febrero de 1983, el Gobierno español, presidido por el socialista Felipe González, dictó un Decreto-ley para expropiar a José María Ruiz-Mateos las diversas empresas y actividades mercantiles que existían en torno al llamado grupo RUMASA, y que incluían algunas entidades bancarias conocidas. En aquella época, José María Ruiz-Mateos era miembro supernumerario del Opus Dei.
Esta grave decisión -basada en informaciones puramente financieras y técnicas- fue una de las más importantes del Gobierno de Felipe González en sus primeras semanas de mandato, tras las elecciones generales de 1982. Suscitó lógicamente la máxima atención de los medios informativos, que -aparte del problema económico y financiero en sí- estaban pendientes de cómo iba a tratar la acción gubernativa del PSOE a los bancos y a la Iglesia, y más concretamente al Opus Dei, que acababa de ser erigido en Prelatura personal. Además, el propio Gabinete debía convencer a la opinión pública de la legalidad del Decreto-ley, tan dudosa que, tiempo después, sólo el voto de calidad del Presidente del Tribunal Constitucional pudo superar el empate producido entre los diversos Magistrados. El Presidente, García Pelayo, era conocido por su afinidad con el partido gobernante.
Se trató de implicar al Opus Dei por una doble vía:
a) lanzar que Ruiz-Mateos había hecho a la Prelatura cuantiosas donaciones, y
b) difundir una supuesta participación de Directores del Opus Dei en las decisiones del propio Ruiz-Mateos, también después de la expropiación.
Ambos aspectos fueron desmentidos formalmente por la Oficina de Información de la Prelatura, subrayando, cuando fue necesario, que ningún Director había dado indicaciones o consejos, ni menos aún habían intervenido en supuestos pactos. Como es lógico, además de negar los hechos en sí, se insistía en la razón era de fondo: los fieles de la Prelatura actúan siempre bajo su responsabilidad, con la misma libertad que cualquier otro ciudadano, sin que, por tanto, sus decisiones libres en las propias actividades profesionales, sociales, políticas, económicas, etc., se puedan atribuir en ningún modo a la Prelatura.
El asunto se complicó con las divergencias que surgieron entre el propio Ruiz-Mateos y otros miembros del Opus Dei, a los que daba la impresión de reprochar que hubieran concedido más importancia a sus responsabilidades en el Banco Popular (Luis Valls) o en la AEB (Rafael Termes, Presidente de la patronal bancaria), que a lo que él consideraba estricta justicia.
La evolución de los acontecimientos, y la fortísima tensión que debió soportar Ruiz Mateos, le llevó a comportarse y hacer declaraciones a la prensa que no se correspondían con las obligaciones espirituales y formativas a las que se había comprometido libremente con el Opus Dei; llegó, incluso, a realizar afirmaciones injustas y falsas sobre la Prelatura y algunos de sus Directores. A mediados de 1986 se le hizo ver claramente que debía rectificar. No se avino a razones y rechazó la ayuda espiritual a la que tenía derecho, y se le ofrecía una vez más. En cambio, pidió que se le apoyase en el terreno jurídico-penal y empresarial, amenazando en caso contrario con montar un escándalo en la opinión pública. A la vista de su actitud, y de acuerdo con lo previsto en los Estatutos de la Prelatura, José María Ruiz-Mateos dejó de ser miembro del Opus Dei en 1986.
En su desquiciamiento, presentó por esas fechas una querella contra Directores del Opus Dei en España, tratando de implicarles en conductas contrarias a la moral cristiana. La denuncia -después de recibir los trámites previstos en el derecho español, con audiencia de las partes, etc.- fue archivada en junio de 1989 por el competente juez de instrucción de la Audiencia Nacional. El órgano jurisdiccional competente confirmaba así la limpieza y transparencia en la actuación de los miembros de la Prelatura inculpados injustamente por Ruiz-Mateos.
En cuanto al problema en sí, están pendientes de solución jurídica muy diversos aspectos. Las diferentes y variadas actuaciones del Ruiz-Mateos en defensa de su derecho han tenido siempre mucho eco en los medios de comunicación.
Matesa y el Opus Dei
El caso MATESA (Maquinaria Textil del Norte de España) sólo se entiende -y con dificultad- si se conoce el ambiente en que se producían las maniobras políticas del tardofranquismo. En síntesis, sucedió que un sector trató de eliminar a otras personas, por considerarlas obstáculos cara al futuro, es decir, cuando Franco muriera. A la vez el caso fue jaleado por la oposición, por considerar que contribuía a desacreditar al propio franquismo.
MATESA fue un lance monetario-fiscal de importancia, que alcanzó máxima publicidad cuando fue utilizado por Fraga, Solís y la "prensa del Movimiento", en contra de Carrero Blanco y López Rodó y de quienes aquéllos -los azules- consideraban compañeros políticos de López Rodó, y los asimilaban -a falta de mejor simplificación- a los tecnócratas del Opus.
José Vilá Reyes, empresario textil catalán hasta entonces prestigioso y popular, es denunciado en 1969 por la Dirección General de Aduanas, dependiente del Ministerio de Hacienda, en asunto relativo al comercio exterior y a los créditos oficiales para la exportación. El fraude del que se le acusa puede suponer varios miles de millones de pesetas. Coincide que los Ministros de Hacienda y Comercio, Espinosa y García Moncó, son miembros del Opus Dei, como también el anterior Ministro de Hacienda, Navarro Rubio. Su relativa tardanza en tomar medidas para investigar el problema, permite la utilización política del affaire por sus enemigos políticos: en contra de la opinión de Franco, siempre partidario de silenciar estos asuntos, lo lanzan a la opinión pública con cierto sensacionalismo. Cuando todo parecía dar a entender que los tecnócratas habían recibido un golpe mortal, Franco decide sacar del Gobierno a Fraga y Solís, así como a Espinosa y García Moncó, pero nombra Ministros a diversas personalidades más bien en la línea de Carrero y López Rodó, que continúan, respectivamente, como Vicepresidente y Ministro de Planificación.
Los perdedores en la crisis conservan, sin embargo, una fuerte cuota de poder en el ámbito de los medios de comunicación oficiales (muy importantes entonces, cuando la libertad de prensa apenas existía aún en España). Y montan una gran campaña, basada en datos falsos, pero tan enormes que se hacen verosímiles:
- se presenta a Vilá Reyes como miembro del Opus Dei: la realidad es que nunca lo había sido ni lo será (así lo ha dicho el interesado en infinidad de ocasiones); su única relación, como cientos de empresarios por aquellos años, había sido asistir a cursos organizados por el IESE, centro de estudios empresariales con sede en Barcelona, dependiente de la Universidad de Navarra;
- se presenta el interés del Opus Dei en tapar el asunto, porque MATESA habría entregado a la Obra miles de millones de pesetas procedentes de créditos oficiales (para conseguir verosimilitud se inventa una cifra exacta: 2.490 millones de ptas.). De poco sirven los desmentidos del interesado y de la Oficina de Información del Opus Dei. Vilá Reyes, en unos diez años, había donado a la Universidad de Navarra millón y medio de pesetas;
- además, se dijo que el Opus Dei tendría interés en tapar el escándalo, porque varios miembros de la Obra ocupaban cargos directivos en MATESA, y habían conseguido un trato de favor por parte de las personas de la Obra que entonces estaban en el Gobierno. Ante el desmentido fulminante del Opus Dei, nadie insistió ya en este punto, fácilmente demostrable, pues, efectivamente, nadie del Opus Dei ocupaba cargos ejecutivos en MATESA.
Pero el caso siguió adelante, en los medios de comunicación, así como en una Comisión especial de las Cortes Españoles (el parlamento del régimen de Franco, en el que lógicamente predominaban los azules), en el Juzgado Especial de Delitos Monetarios, y finalmente en la Audiencia provincial de Madrid y en el Tribunal Supremo. En estas diversas instancias, ningún miembro del Opus Dei, de los implicados en el asunto, fueron acusados ni condenados por dolo. Su honorabilidad sería reconocida públicamente, incluso, por Gil Robles, abogado de Vilá Reyes, a pesar de la escasa simpatía que tenía por el Opus Dei. También lo reconoció así el propio Franco, aunque bien a su modo: cuando los tres ex-ministros fueron encausados por el Tribunal Supremo, y para evitar que el affaire siguiera adelante, con desprestigio del Régimen, les indultó antes de que hubiera sentencia. Sólo Mariano Navarro Rubio consideró que debía dejar clara su inocencia, y escribió un extenso y detenido libro, El caso Matesa, Madrid, 1978.
Lo que nunca tuvieron interés en divulgar quienes montaron el caso MATESA fue que puso en marcha todo, consecuencia de un trabajo realizado también con profundo sentido ético y social, un miembro del Opus Dei, Víctor Castro, de profesión militar, que había sido nombrado tiempo atrás Director General de Aduanas.
A causa de esto, en vez de averiguar lo que pasaba, se apresuró a desbancar a los "azules" y a confirmar en sus puestos a los elementos del Opus, de los cuales he de decir que, en conciencia, aunque esa entidad no me sea simpática, no cometió ninguna irregularidad, y menos inmoralidad".