Uno de los problemas más difíciles de los que tiene que afrontar el jefe de un movimiento espiritual, es la impaciencia de los estudiantes que desean recolectar lo que no han sembrado. Hay estudiantes que no tienen la necesaria paciencia para aguardar la cosecha, sino que quieren resultados inmediatos y si a ellos no les nacen alas en un tiempo determinado, fijado por ellos mismos, elevan el grito al cielo llamándole estafador, y buscando un "maestro individual" visible o invisible. Como él les "garantiza resultados" están dispuestos a tirar el sentido común por la ventana o al viento y seguirle ciegamente aunque pueda conducirles a un asilo de alienados, o a la fosa, o en el caso de aquellos que escapan de él con facilidad y en buen estado, lo hacen con alguna cantidad de menos en sus economías.
Este asunto lo hemos tratado en cartas anteriores a los estudiantes, pero como siempre hay algunos que lo olvidan y como que cada día se suman al movimiento estudiantes nuevos, es necesario que puntos de tanta importancia como éste, sean tratados de vez en cuando. Habiendo oído de un estudiante que dejó un cierto centro por un "maestro individual" y el cual parece que es envidiado extraordinariamente por otros de su mismo grupo que no han sido tan afortunados (?), me parece oportuno tomar en consideración otra vez la materia.
¿Han visto ustedes que alguna institución de enseñanza, desde Kindergarden a instituto o universidad, tenga un profesor para cada estudiante? Nosotros, no. Ningún Comité de Educación sancionaría semejante despilfarro de energía ni tampoco encomendaría un profesor individual para cada alumno, simplemente porque tal discípulo fuese impaciente y quisiera pasar por todos los grados de estudio "rápidamente". Y finalmente, si hubiera tal Consejo que quisiera en un caso especial señalar un profesor que tuviera el don de embutir el conocimiento en los cerebros de los discípulos, habría un gran peligro de fiebre cerebral o locura, y quizás de muerte acarreada por tal método. Si esto es verdad para las escuelas de ciencias físicas ¿por qué razón puede haber diferencia en lo relacionado con las escuelas de ciencia espiritual?...
Cristo dijo a sus discípulos: Si yo os he hablado de cosas terrenales, no las habéis creído, ¿Cómo las creeríais si os hubiera hablado de cosas espirituales?
Ningún "maestro individual", si lo hubiera, puede iniciar a nadie en los Misterios del Alma, hasta que el discípulo se haya preparado por su trabajo. Quienquiera que publica que hace esto, se cataloga y marca a sí mismo como un impostor de baja estofa.
Y quienquiera que permitiese verse embaucado de tal modo, muestra muy poco sentido común; de otro modo él comprendería que ningún maestro altamente desarrollado, puede acceder a gastar su tiempo y energía para la instrucción de un solo discípulo, como él puede, con la misma facilidad instruir a muchos. ¡Imagínate si puede ser que los Doce Hermanos Mayores de la Cruz de Rosas, vayan a la cola, detrás de un solo discípulo! El pensarlo solamente, es un sacrilegio.
Tales grandes y altamente desarrollados hombres, tienen otras y más importantes cosas a las cuales atender, y aún a un hermano lego, de esos que han sido iniciados por ellos, no les está permitido perturbarles por cosas tan pequeñas y sin importancia.
Ellos ha dado determinadas enseñanzas que forman parte de la educación de esta escuela, aprendiendo cómo se debe vivir esta ciencia del alma, podemos con el tiempo elevarnos para juntarnos con ellos cara a cara en la escuela de Auxiliares Invisibles. No hay otro camino.
Yo confío que esto pueda fijar la idea más firmemente de lo que antes estuvo y que dé bases al lector para dirigir a otros rectamente, si es que se hallan en peligro de ser descarriados.
(Del Libro: Cartas a los Estudiantes, por Max Heindel)
"Mira adentro, y busca escuchar la Voz de la consciencia aún pequeña, pues será para ti la Voz del maestro".
(Dion Fortune)
"No hemos de creer en lo dicho, simplemente porque fue dicho; ni en las tradiciones; porque han sido trasmitidas desde la antigüedad; ni en los rumores; ni en los escritos de los sabios, porque han venido de ellos; ni en las fantasías, que suponen haber sido inspiradas por un Deva (es decir, una supuesta inspiración espiritual); ni en las deducciones basadas en alguna suposición casual; ni por lo que parece ser una necesidad analógica; ni por la mera autoridad de nuestros instructores o maestros, si no que hemos de creer cuando lo escrito, la doctrina o lo dicho, está corroborado por nuestra propia razón y conciencia.
Por eso enseñé a no creer lo que oyen decir, sino que, cuando lo crean conscientemente, actúen de acuerdo y plenamente."
Gautama El Buda