Existe un conocimiento espiritual que trasciende las épocas y los hombres, y que ha estado presente a través de la historia de la humanidad, adoptando distintos nombres en cada cultura.
Es el conocimiento de las leyes naturales que rigen la creación, sus jerarquías y la filosofía auténtica que permite al hombre conocer su origen y su razón de ser por sí mismo, directamente, para integrarse con la Divinidad conscientemente.
Ese conocimiento, perenne y universal, fue conocido en la antigüedad con el nombre de GNOSIS (vocablo que proviene del griego, y que se traduce como "conocimiento" o "sabiduría").
Conferencias introductorias
En esta sección encontrará conferencias y material introductorio, que le servirá para iniciarse en el estudio de la GNOSIS.
El orden en que se presentan es un orden sugerido por razones didácticas, sin embargo, no existe inconveniente en comenzar por algún punto que le resulte de mayor interés.
Una Introducción a la GNOSIS.
En esta conferencia encontrará los conceptos fundamentales para tener una visión clara de qué es la Gnosis y cuáles son sus objetivos.
Una introducción a la GNOSIS
Conocimiento.
Existe un conocimiento espiritual que trasciende las épocas y los hombres, y que ha estado presente a través de la historia de la humanidad, adoptando distintos nombres en cada cultura.
Es el conocimiento de las leyes naturales que rigen la creación, sus jerarquías y la filosofía auténtica que permite al hombre conocer su origen y su razón de ser, por sí mismo, directamente, para integrarse con la Divinidad conscientemente.
Ese conocimiento, perenne y universal, fue conocido en la antigüedad con el nombre de GNOSIS (vocablo que proviene del griego, y que se traduce como "conocimiento" o "sabiduría").
Cada gran religión o filosofía que ha existido tuvo una misión, un mensaje que entregar a la humanidad para su progreso espiritual. Esencialmente, cada una de ellas ha expresado un aspecto de este conocimiento síntesis.
Por eso, vemos reunidos en los estudios gnósticos aspectos a primera vista discímiles, como son la ciencia de la meditación buddhista, la cábala hebrea, los misterios egipcios, la filosofía griega, la doctrina de los primeros cristianos, las enseñanzas hindúes y la mística de las culturas precolombinas americanas, entre otros.
Al referirnos a la GNOSIS como un conocimiento-síntesis, puede malinterpretarse, en el sentido de entender que la Gnosis sería una suerte de "resumen", o "recopilación" de diversas doctrinas. Por el contrario, uno de los objetivos de estos estudios es que podamos comprender y descubrir que la síntesis existe por sí misma, y constituye la raíz y el origen de toda la sabiduría.
Por esta razón, en las similitudes y paralelismos que presentan diversas doctrinas y filosofías se evidencia que han tenido un fundamento en común: la doctrina de la síntesis -o lo que es lo mismo, la Gnosis-, desarrollando en mayor profundidad algún aspecto esta sabiduría.
Un funcionalismo de la conciencia humana.
Pero, ¿Cómo puede haber existido un conocimiento tan trascendental por tantos siglos, cómo pudo haber sido transmitido de época en época, de pueblo en pueblo, influenciando el pensamiento y la religiosidad del hombre a través de la historia? ¿Cómo podría haberse mantenido sin cambio? ¿Cómo se transmitió? ¿Cómo es que las diferentes culturas de la historia de la humanidad no reconocen un origen común en su conocimiento, sino por el contrario, en muchos casos ignoran e incluso desprecian a las demás culturas?
La existencia del Gnosticismo, entendido como sistemas o corrientes de pensamiento dedicados al estudio de la Gnosis, puede llevarnos a suponer que la Gnosis es algo que se recibe del exterior, que se "aprende" en forma intelectual, a través de libros, escuelas, de los padres, etc. Y es natural que se tenga este concepto, ya que lo normal es que ésta sea la única forma que vemos del "conocimiento". Sin embargo, la Gnosis no es "información intelectual":
La Gnosis es un funcionalismo muy natural de la Conciencia humana, una filosofía perenne y universal, que se encuentra dentro de cada persona.
Así como tenemos sentidos que nos permiten percibir el mundo en el que andamos, del mismo modo que en nuestro desarrollo tenemos mecanismos que nos llevan a intentar "aprender" y "entender" todo lo que nos rodea y que necesitamos para vivir (como alimentarnos, el idioma, las costumbres, etc.), también tenemos principios espirituales que nos llevan a buscarle un sentido a nuestra existencia, a preguntarnos nuestro origen, y nuestra razón de ser.
Donde quiera que exista un anhelo espiritual, una inquietud espiritual, dónde alguien se pregunte: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿Cuál es mi destino?, ¿por qué existo?, ¿Cuál es el objetivo de vivir?, existe evidentemente un impulso. Como el impulso que nos hace aprender a caminar, a hablar, etc., existen impulsos que nos llevan a buscar en nuestro interior, a reflexionar profundamente.
El conocimiento objetivo de las cosas surge de la íntima reflexión de la conciencia. Donde existe ese impulso, allí esta la Gnosis, como una semilla, buscando desarrollarse. Por eso, grandes Maestros de la humanidad nos dicen que la Gnosis es origen de toda sabiduría.
La Doctrina del Ojo y la Doctrina del Corazón
Existen dos tipos de conocimiento: La Doctrina del Ojo y la Doctrina del Corazón.
La Doctrina del Ojo está constituida por lo que "aprendemos" del mundo exterior, y tiene su fundamento en la observación (los cinco sentidos) y el razonamiento. Es el conocimiento intelectivo. También se lo conoce como conocimiento exotérico, o lo que es lo mismo: conocimiento visible, público.
En uno de sus aspectos, está compuesta por todo el conocimiento que necesitamos para subsistir y relacionarnos con el mundo y la sociedad. Dentro de este conocimiento están nuestras costumbres, nuestra forma de ver el mundo, nuestras creencias, opiniones, prejuicios y pautas culturales.
Sus conceptos están elaborados a través de la deducción y de los procesos intelectuales. En base a nuestras experiencias, mecánicamente llegamos a nuestras propias conclusiones del porqué de las cosas, arribamos a nuestras propias teorías sobre la vida, el mundo y nosotros mismos. Cómo cada persona transita sus propias experiencias y tiene una visión propia del mundo, decimos que es un conocimiento subjetivo, porque depende del observador.
La Doctrina del Corazón está constituida por una serie de "vivencias" interiores muy profundas, que tienen su fundamento en la Conciencia y la Reflexión íntima, y que pueden entenderse como "intuición". Es un conocimiento que no puede transmitirse en forma verbal o escrita.
Por esto se lo conoce como conocimiento esotérico, que significa "oculto", "escondido", "secreto".
El desarrollo de este conocimiento se asemeja al proceso que sigue un agricultor con una semilla. Sería inútil todo esfuerzo que el agricultor realice para "producir un árbol" combinando materias primas. Por más complejo que fuese el proceso, no podría producirlo él solo. La labor del agricultor se limita a, una vez obtenida una semilla, brindarle las condiciones favorables para que ésta misma germine.
De igual manera, grandes Sabios que desarrollaron dentro de sí este conocimiento y que llegaron a la Gnosis -o sea, que alcanzaron la Sabiduría-, han sabido dejar los elementos (análogos al agua, tierra fértil, etc.) que puedan despertar inquietudes espirituales dentro de las personas (equivalentes a la semilla del ejemplo anterior).
Cuando este conocimiento se desarrolla en la persona, se desarrollan todas las ocultas posibilidades que existen en su interior. Por eso se dice que la Gnosis es una sabiduría transformativa, no es información que se almacena en la memoria, sino un cambio que se produce en el interior del ser humano. Así el hombre se autorrealiza, se "hace" a sí mismo, del mismo modo que una semilla se "hace" árbol.
La Gnosis es un conocimiento objetivo, que no depende de puntos de vista, ni de tradiciones. Es un proceso muy íntimo, natural y profundo, que lleva al hombre a conocer la Verdad.
Signos
En el círculo exotérico existen muchas escuelas, libros, autores, teorías, contradicciones; en fin, es un laberinto de donde difícilmente se puede salir. Sólo el más fuerte sale del laberinto. En todas las religiones existen granos de una Verdad suprema, pero sólo el más fuerte encuentra el camino íntimo y secreto que conduce a Verdad.
Los sabios antiguos dejaban la sabiduría codificada en SIGNOS, para que "el que tenga oídos para oír, que oiga". Quién tuviera la clave, la Gnosis, podía alcanzar el conocimiento oculto. La Gnosis es esoterismo auténtico de fondo, con vivencias místicas muy particulares, adoptando forma de mito y símbolo.
Antiguamente fue conocida como Jana, Yana, Gñana, Gnana o Gnosis, la ciencia de Jano o Saturno, la ciencia del conocimiento iniciático.
Conocerse a sí mismo
Tal como lo utilizan los gnósticos de los primeros siglos del cristianismo, la palabra Gnosis, podríamos traducirla por "intuición", porque Gnosis entraña un proceso intuitivo de conocerse a uno mismo. Y conocerse a uno mismo, decían ellos, es conocer a la Naturaleza y el destino humano.
Según el Maestro Gnóstico Teodoto, que escribía en Asia Menor hacia 140-160, el gnóstico es aquel que ha llegado a entender "quiénes éramos y en qué nos hemos convertido; donde estábamos... hacia donde nos apresuramos; de qué se nos está librando, qué es el nacimiento y qué es el renacimiento". Sin embargo, conocerse a uno mismo, en el nivel más profundo, es al mismo tiempo conocer a Dios; este es el Secreto de la Gnosis.
Los cuatro pilares de la GNOSIS..
La GNOSIS, como conocimiento abarca los cuatro pilares fundamentales del saber humano, que se desarrollan a modo de introducción en esta conferencia.
Los cuatro pilares de la GNOSIS
Conocimiento objetivo
El conocimiento del hombre y la naturaleza, para ser completo y objetivo, debe tomar en cuenta todos los aspectos de la vida en sus diversas manifestaciones.
El estudio del Gnosticismo tiene cuatro pilares fundamentales, que son las cuatro formas del saber humano:
CIENCIA - ARTE - FILOSOFÍA - RELIGIÓN.
Estos cuatro aspectos han estado presentes en todas las culturas, y todos se fundamentan en el conocimiento-síntesis. De igual manera, estos cuatro pilares han servido de vehículo para que se transmitiera el conocimiento esotérico, que sirve de iniciador para el desarrollo de los valores espirituales y concientivos del ser humano.
En esta época, es apenas normal que se considere al conocimiento científico como la fuente de conocimiento objetivo por excelencia, dejando en segundo lugar a los demás aspectos. Estudiando la historia, se puede descubrir que lo mismo ha sucedido en muchas otras civilizaciones y épocas, a veces fundamentadas en otro de estos pilares: por ejemplo, en la antigua Grecia se consideraba que la forma más elevada del conocimiento surgía de la filosofía, y se despreciaba la experimentación; en la edad media europea se consideraba que el único conocimiento válido era el religioso, descartando todo aspecto que contradijera este principio, etc.
La siguiente historia sufí ilustra el resultado de este desequilibrio
Historia de los tres ciegos y el elefante.
"Dícese de tres hombres ciegos de nacimiento, que discutían sobre los elefantes. Llegando a la conclusión de que poco sabían sobre el tema, resolvieron acercarse a un elefante para investigar , y luego reunirse a compartir sus observaciones, por lo que pidieron a otras personas que los acercaran a algún elefante.
El primero de los ciegos quedó al lado de la pata de un elefante; el segundo, cerca de la trompa; y el tercero, en la parte de atrás. Y los tres se dedicaron a estudiar su elefante con los sentidos de que disponían.
Una vez que los tres llegaron a su propia conclusión, se volvieron a reunir para compartir sus experiencias:
-El elefante es como una gran columna rugosa, maciza, inamovible, que nace del suelo y se eleva, -dijo el primero de los ciegos.
-¡De ninguna manera! -le interrumpió el segundo- De cierto y por mis observaciones puedo decir que el elefante es un tubo flexible que en uno de sus extremos es húmedo.
-¡No discutan! Sin lugar a dudas es el elefante una masa gigantesca y rugosa, sostenida sobre dos columnas que se mueven, y que en la parte superior tiene una soga que se mueve como un látigo".
Si, por simple afinidad, nos dedicáramos al estudio de algunos de estos cuatro pilares, despreciando a los demás, siempre estaríamos corriendo el riesgo de estar en el papel de uno de los tres ciegos de la historia, muy convencidos de nuestras experiencias y conocimientos, pero viendo sólo un aspecto de la realidad.
Conocerse a sí mismo
Estudiar la Gnosis no es estudiar un libro, sino estudiar al hombre. El fundamento vivo de la Gnosis está descrito claramente en la inscripción que figuraba a la entrada del Oráculo de la isla griega de Delfos, que decía:
"Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y los Dioses".
Existen en el ser humano una gran cantidad de facultades y posibilidades latentes, que al desarrollarse nos permiten conocer profundamente la realidad de cualquier fenómeno. La Gnosis afirma que el hombre no sólo está constituido por cuerpo y mente, sino que también tiene una inteligencia natural denominada Conciencia, la cual existe en toda la naturaleza, constituyendo la esencia oculta de las cosas, la vida en sí misma.
Es esta conciencia la que dirige en la naturaleza el complejo mecanismo con el cual se desarrolla la vida, que deja de ser un fenómeno nacido del azar, para ser un proceso dirigido por la inteligencia de la naturaleza.
Desarrollando y despertando la conciencia, que es esa fracción de inteligencia superior (o nous, en griego), el ser humano puede conocer la realidad de cualquier fenómeno en forma directa, ya que su propia conciencia puede comunicarse con la esencia de las cosas. A este fenómeno se le denomina comprensión.
La comprensión no es un proceso mental, está más allá del proceso razonativo de la tesis y la antítesis. La mente analiza y da nombres a los fenómenos, lo normal es que la mente "quiere descubrir, ver en todo fenómeno natural sus propios prejuicios, conceptos, preconceptos, opiniones y teorías. Nadie sabe ser receptivo, ver lo nuevo con mente limpia y espontánea. Que los fenómenos le hablen al sabio sería lo indicado. Desafortunadamente, los sabios de estos tiempos no saben ver los fenómenos, sólo quieren ver en los mismos la confirmación de todos sus preconceptos".
La Gnosis y la CIENCIA
La ciencia es el estudio de los fenómenos a partir de sus causas.
Busca llegar a la comprensión de las leyes de la naturaleza. Sus fundamentos son la observación y la experimentación.
La Gnosis se fundamenta en la ciencia, y su estudio trasciende las teorías y opiniones, ya que se basa exclusivamente en la comprobación directa de los fenómenos.
Si queremos estudiar un fenómeno para comprenderlo, llegando a conocer cómo se desarrolla, cuáles son sus causas y sus efectos, necesitamos procurarnos una visión lo más amplia y completa posible del fenómeno, ya que en caso contrario existe el peligro de llegar a conclusiones equivocadas y parciales.
La Gnosis como ciencia está dirigida al estudio de sí mismo, utilizando las facultades de la conciencia. Todo lo que se estudia es directamente comprobable. En estos estudios no se está limitado al estudio del mundo y del hombre en su aspecto físico o tridimensional, sino que, a través del conocimiento de las dimensiones superiores de la naturaleza -cuarta, quinta, sexta y séptima- el investigador puede llegar a la causa verdadera de todos los fenómenos, encontrándoles por sí mismo una explicación completa y profunda.
No hay que confundir a la Conciencia con la memoria, ni a la Ciencia con la Erudición. La simple repetición de términos complicados o rebuscados, freases o teorías que se han leído o escuchado, no es tener Conciencia real sobre los fenómenos, ni en absoluto conocer la Verdad, ya que ¿qué es lo que le consta al ser humano de lo que lee o escucha?
"Toda teoría es gris, y sólo es verde el árbol de dorados frutos que es la vida". (Goethe).
La Gnosis y la FILOSOFÍA
La Filosofía es el amor a la Sabiduría.
Consiste en la reflexión y el análisis sobre el porqué de las cosas y su íntima razón de ser.
La Gnosis como Filosofía es un funcionalismo natural de la Conciencia, una elevación del ánimo que nos capacita para enfrentarnos inteligentemente a todas las adversidades de la vida; descubre ante nosotros el maravilloso mundo que está más allá de lo físico, nos permite comprender el por qué de la existencia, trascender la grave disyuntiva del SER o NO SER.
Sin lugar a dudas, la auténtica revelación tiene fundamento en la auto-gnosis, el auto conocimiento. Esta revelación, denominada comprensión, es siempre inmediata, directa, intuitiva, y no tiene ninguna relación con las operaciones del razonamiento o del intelecto.
La Inteligencia o Nous (la Conciencia), está íntimamente relacionada con los principios espirituales del ser humano, y está más allá de los procesos del razonamiento.
Saberse idéntico con su propio pneuma o espíritu, experimentar directamente la identificación entre lo desconocido y lo cognoscente, es eso lo que podemos y debemos definir como auto-gnosis.
Los verdaderos filósofos que han existido en la humanidad como por ejemplo: Lao-Tse, Confucio, Pitágoras, Zoroastro, Platón, Sócrates, y otros, escribieron y enseñaron lo que les constaba por experiencia directa. Sus conocimientos provienen de su interior, de los datos aportados por la Conciencia, por el Ser. Esto explica por qué la Filosofía de todos ellos en el fondo es la misma, conduce al mismo fin.
En cambio entre los filósofos materialistas hay contradicciones y diversidad de teorías y opiniones, debido a que sus informaciones provienen de lo que leen, escuchan o suponen; es decir, es el producto de la forma particular de razonar subjetivamente de cada uno de ellos. Y esto es natural, ya que "cada cabeza es un mundo".
Sin embargo, más allá de las opiniones particulares que tengamos sobre el mundo, el mundo es uno solo, al igual que la existencia de una Verdad superior.
Ninguna persona seria en estos estudios debe aceptar jamás en forma dogmática nada. Es urgente primero investigar antes de aceptar.
Donde hay comprensión la aceptación o rechazo salen sobrando.
El camino de la Sabiduría consiste en inquirir, analizar, meditar, y experimentar.
La Gnosis y el ARTE
“El arte busca dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia” (Aristóteles).
El Arte es la búsqueda de la belleza en todas sus manifestaciones, inspirado en el arte regio de la naturaleza. Tal Arte tiene la facultad de ofrecer en su profundidad simbólica un significado que escapa al intelecto. La misma cuestión de la belleza, las proporciones, la armonía y el contraste, si se los estudia en profundidad, aparecen regidos por leyes naturales precisas y que trascienden al creador de una obra en particular.
El artista, profundamente inspirado por su propia Conciencia, es capaz de darle vida a su obra, imprimiéndole la capacidad de inspirar a las personas que puedan admirarla. Así su obra sirve de vehículo a una emoción superior que no puede expresarse con palabras, pero que por este medio puede transmitirse.
El proceso mismo de la creación de este tipo de arte, al que llamaremos arte objetivo, y que se fundamenta en la conciencia o nous, es algo que de por sí escapa al razonamiento, y es apenas normal que el mismo artista no lo pueda explicar. Se atribuye a Miguel Ángel la explicación de que "... la obra está ahí, sólo hay que quitar el mármol que sobra".
En el arte de todas las épocas, en obras arquitectónicas, pinturas, esculturas, reliquias arqueológicas, se encuentran impresos en forma simbólica arquetipos de la naturaleza, que estimulan a la Conciencia del hombre para manifestarse, transmitiendo un conocimiento superior. Como este conocimiento no es comprensible a primera vista por el intelecto, pasa desapercibido, librando a la obra de modificaciones que puedan alterar su contenido, y al mismo tiempo ejerce su efecto en la Conciencia del ser humano.
En grandes obras maestras de la música, como las de Beethoven, Liszt, Chopin, Bach, Mozart, Wagner, y otros, se puede observar una sensibilidad artística que proviene de lo más profundo de la Conciencia de sus creadores. Como en la frase que se atribuye a Beethoven: "...música que viene del Alma para que llegue al Alma".
En el campo de la Literatura Universal, igualmente existen mensajes psicológicos, que detallan en forma simbólica todos los procesos íntimos que se siguen para lograr la integración con el Ser, la autorrealización, en obras como El Fausto de Goethe, La Divina Comedia de Dante Alighieri, La Ilíada y La Odisea de Homero, La Eneida de Virgilio, El Parsifal de Wagner, entre otras.
La Gnosis y la RELIGIÓN
"La Religión es la Ley de la Conciencia" (Simón Bolívar).
El término RELIGIÓN proviene del latín: re-ligare, que significa "volver a unir" al ser humano con su creador. En todos los pueblos ha existido siempre la noción de una Divinidad, de una inteligencia al hombre, que le dio la vida, a veces bajo la forma de un Dios único -el monoteísmo- o de todo un conjunto de Dioses -politeísmo-, pero en todos los casos anterior al hombre y al mundo.
También se repite en diversos cultos y confesiones, el concepto de un estado original y una posterior caída o separación del hombre de la Divinidad, y de la necesidad del ser humano de volver a establecer ese contacto con su creador, regresando al estado original de donde partió.
En cuestión de Religión, la Gnosis apela a la religiosidad en su forma más profunda. En la búsqueda de la experiencia mística directa, para que el hombre busque a la Deidad dentro de sí mismo, en la intimidad de su propio corazón. De no descubrir a Dios dentro de nosotros, será difícil que lo descubramos en otra parte. Aquel que lo logra, ciertamente descubre la VERDAD en sí mismo.
Aquellos que encarnaron la Verdad fundaron las grandes religiones y las grandes Escuelas de Misterios. No hay religión más elevada que la VERDAD.
La religión es propiedad inherente a la vida, como la humedad al agua. Podría un hombre no pertenecer a ninguna religión, y sin embargo ser profundamente religioso. Todo aquel que sea capaz de vivenciar la Verdad es profundamente religioso aunque no pertenezca a ninguna religión establecida. La íntima relación de la mente con la Verdad es religión. Sólo el hombre religioso es verdaderamente revolucionario, se sale de los parámetros de su época, y suele dejar una huella profunda en el pensamiento y en la vida de los seres humanos.
La Verdad quiere conocerse a sí misma en cada hombre. Jesús de Nazaret, Buddha, Mahoma, Krishna, son un cuerpo viviente de la Verdad. Ellos encarnaron la Verdad. Quien encarne la Verdad se hace libre.
Estudiando a la Religión en profundidad, podemos distinguir entre las formas religiosas y los principios religiosos.
Los principios religiosos son fórmulas vivientes, y existen más allá del tiempo y de las personas, y están íntimamente relacionados con el Ser de cada persona, es decir, con su principio espiritual. Las formas religiosas son los distintos sistemas de enseñar y transmitir esos principios.
La Religión asume de este modo distintas formas religiosas, según las necesidades de cada raza y de cada época. Así las formas religiosas se han sucedido unas tras otras a través de las épocas.
Las formas religiosas conservan los valores eternos y están organizadas de acuerdo con las necesidades psicológicas e históricas de cada pueblo, de cada raza, pero todas conservan los mismos principios, los mismos valores eternos y sólo se diferencian en la forma.
Por esto, no es inteligente que un cristiano se burle de la religión del Buddha o de la religión Hebrea o Hinduista, porque todas las religiones descansan sobre los mismos basamentos. Entonces resultan absurdas las luchas religiosas, porque en el fondo todas son únicamente modificaciones de la los mismos principios.
La religión existe más allá de las tradiciones y de las opiniones, y su objetivo es la transformación del ser humano, para que pueda volver a unirse con su creador, obteniendo el re-ligare. Con un solo Buddha viviente nacido entre las filas del Buddhismo, ya el Buddhismo ha cumplido su misión; con un solo Cristificado en las filas del Cristianismo, ya queda justificada la existencia del Cristianismo; con un solo Imán entre las filas del Mahometanismo, ya queda bien justificada la existencia de la religión Mahometana, etc.
Todas las grandes religiones del mundo han logrado su objetivo con hombres que consiguieron el RELIGARE, es decir que encarnaron la Verdad. Realmente muchos son los llamados y pocos los escogidos. Esta ley se ha cumplido ya en todas las religiones. En palabras de Jesús: "De mil que me buscan uno me encuentra, de mil que me encuentran, uno me sigue, de mil que me siguen uno es mío", y de Buddha: "De mil que me acompañan uno me escucha, de mil que me escuchan uno me entiende, de mil que me entienden uno me entiende perfectamente".
El estudio de cualquier forma religiosa o sistema esotérico se enriquece con la SÍNTESIS.
El que se conoce a sí mismo, conoce al propio Ser Interior en sí mismo; y a este proceso de conocer su propio Ser Intimo; es precisamente la Auto-Gnosis.
Es fundamental distinguir entre la fe y la creencia ciega. La FE es la percepción directa de lo real, es sabiduría fundamental, vivencia de eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente. La fe es sabiduría verdadera y nunca vanas creencias, dogmas, fanatismos.
Jesús el Cristo, advierte a sus discípulos diciéndoles: "Cuidaos de la levadura de los saduceos y de los hipócritas fariseos".
La doctrina de los saduceos es la doctrina que se fundamenta en los cinco sentidos, la de los materialistas ateos.
La doctrina de los fariseos corresponde a aquellas personas que concurren a sus ritos, a sus reuniones o ceremonias religiosas para que otros los vean; para que se diga que son buenas personas, para aparentar ante los demás, y se vuelven fanáticas, dogmáticas; encerrándose en el culto religioso como una tradición, aunque en su intimidad puedan estar llenas de odio, envidia, y cometan toda clase de faltas.
Estas personas se convierten en fanáticas, no saben escuchar a nadie y se llenan de muchas creencias y de falsos conceptos, repiten muy bien lo que leen o escuchan, pero en el fondo siguen siendo los mismos personajes sin mostrar un cambio verdadero. La religión no les ha servido para transformarse.
Quien vivencia la Verdad, tiene Fe auténtica. Quien tiene Fe verdadera, no necesita creer.
La Mística encamina al hombre hacia la búsqueda del espíritu y la conquista de su alma, desarrollando los valores de la conciencia. Es necesario que el hombre alcance el religare y descubra las causas inefables de la realidad para alcanzar la verdadera mística.
La Gnosis y el Cristianismo Primitivo..
Una breve reseña de los fundamentos religiosos y filosóficos de los gnósticos primitivos, y su búsqueda de la auto-gnosis..
La Gnosis y el Cristianismo Primitivo
Las inquietudes espirituales
La Gnosis es el conocimiento trascendental del hombre y el Universo, que se puede capturar a través de las facultades de cognición del Ser, y que tiene como meta la Autorrealización del Ser, es decir, el desarrollo armonioso de todas las infinitas posibilidades humanas.
Sin embargo, como conocimiento está más allá del intelecto y la memoria, constituyendo un funcionalismo muy natural de la Conciencia, una filosofía perenne y universal, latente en el interior de cada persona.
Donde quiera que exista un anhelo espiritual, una inquietud espiritual, dónde alguien se pregunte: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿Cuál es mi destino?, ¿por qué existo?, ¿cuál es el objetivo de vivir?, ahí está la Gnosis. Por eso grandes Maestros de la humanidad nos dicen que la Gnosis es origen de toda sabiduría.
El Gnosticismo -el estudio de la Gnosis- es en realidad un proceso religioso muy íntimo, natural y profundo.
Tal como lo utilizan los gnósticos de los primeros siglos del cristianismo, la palabra Gnosis, podríamos traducirla por "intuición", porque Gnosis entraña un proceso intuitivo de conocerse a uno mismo. Y conocerse a uno mismo, decían ellos, es conocer a la Naturaleza y el destino humano.
Según el Maestro Gnóstico Teodoto, que escribía en Asia Menor hacia 140-160, el gnóstico es aquel que ha llegado a entender "quiénes éramos y en qué nos hemos convertido; donde estábamos... hacia donde nos apresuramos; de qué se nos está librando, qué es el nacimiento y qué es el renacimiento". Sin embargo, conocerse a uno mismo, en el nivel más profundo, es al mismo tiempo conocer a Dios; este es el Secreto de la Gnosis.
La experiencia mística
Henri Charles Puech, profesor de estudios Gnósticos y Maniqueos, historiador de la Iglesia Antigua, director de la "Historia de las Religiones" de Francia escribe: "...la Gnosis es una experiencia o se refiere a una eventual experiencia interior, destinada a convertirse en estado inamisible (del latín: inamissibilis, que no puede perderse), a través del cual, en el curso de una iluminación que es regeneración y divinización, el hombre se cobra en su verdad, vuelve a recordar y adquiere otra vez Conciencia de sí mismo, o sea que conoce simultáneamente su naturaleza y su origen auténtico; a través de esta experiencia se conoce o se reconoce en Dios, conoce a Dios y aparece ante sí mismo como emanado de Dios y ajeno al mundo, adquiriendo así con la posesión de su Ser y de su verdadera condición, la explicación de su destino y la certidumbre definitiva de su salvación, al descubrirse merecidamente salvado para toda la eternidad" (Annuaire du College du France. Páginas 168-169).
"La Pistis Sophia ("Fe y Sabiduría"), la más célebre de las obras gnósticas en lengua copta, contiene una larga enumeración de los conocimientos de los que se benefician las Almas elegidas. O sea que, al revelarle el misterio que cubre su origen y su destino, la Gnosis permite al hombre comprender la significación de todas las cosas".
En el libro Les Gnostiques (París, 1958) de Serge Hutin encontramos las siguientes referencias en relación a la Gnosis:
"La Gnosis es el conocimiento total, inconmensurablemente superior a la fe y a la razón. El Gnosticismo estar unido entonces a la sabiduría primordial original, fuente de las diversas religiones particulares".
"Para el gran tradicionalista francés Andrè Renè Guènon (1886-1951) y sus discípulos, en todas las religiones se halla la idea de una liberación metafísica del hombre por medio de la gnosis, o sea por medio del conocimiento integral; existe una asombrosa universalidad de ciertos símbolos y de ciertos mitos: de ahí la postulación lógica de un origen común de los diferentes esoterismos religiosos".
"La Gnosis simbolizada por el fuego iluminador y generador arranca el Alma del elegido del espeso "sueño" en que se hallaba sumida: de ahí el empleo de métodos de adiestramiento espiritual destinados a engendrar estados especiales de Conciencia y de supra conciencia. Sin embargo, la Gnosis constituye, una vez que ha sido alcanzada, un conocimiento total, inmediato, que el individuo posee enteramente o del que carece en absoluto; es el "conocimiento" en sí, absoluto, que abarca al Hombre, al Cosmos y a la Divinidad. Y es sólo a través de este conocimiento y no por medio de la fe (ciega) o de las obras, que el individuo puede ser salvado: sean cuales fueren los rasgos característicos del gnosticismo como filosofía religiosa. La Gnosis se halla definida por esta posición general, y también por la actitud existencial de la que procede; es por su condición de experiencia vivida que la gnosis manifiesta su verdadera originalidad".
"La Gnosis es el conocimiento del camino hacia lo alto y de los medios a emplear para seguirlo. Pero el hombre solo puede llegar a ella si advierte que él mismo es, en pequeño, el mundo entero; el hombre es un microcosmos donde aparecen todos los poderes y sustancias del macrocosmos; se compone de materia, pero contiene también del Logos, el Espíritu divino viviente que reina sobre las regiones superiores del Cosmos" (Leisegang, La Gnòse, página 27).
En este mismo libro Les Gnostiques en un capítulo titulado "El hombre, prisionero del tiempo" dice: "...El gnóstico no aspira más que a ser liberado del tiempo, y establecido o restablecido fuera de todo devenir, devuelto al estado en que supone que hallaba al principio; en la estabilidad y la verdad del Pleroma, de Aín, del ser eterno, de su Ser completo".
En "No somos de este mundo" que nos recuerda las palabras del Maestro Jesús "Mi reino no es de este mundo" encontramos: "...El gnóstico si se siente fuera de su patria, "exiliado" en el mundo terrenal, es porque experimenta la nostalgia lacerante de la patria original de la que ha caído: Tú no eres de aquí, tu estirpe no es de este mundo: tu lugar es el lugar de la vida".
"La parte superior del ser humano es un principio divino exiliado aquí abajo: mediante el conocimiento, ella reconoce su origen primero y se salva. De este modo el gnóstico alcanza el conocimiento supremo: El conocimiento del hombre es el comienzo de la perfección; el conocimiento de Dios es su consumación".
"El gnóstico vuelve a encontrar su verdadero Ser -intemporal y ontológico-, y en este reencuentro toma conciencia de la condición gloriosa, divina, que poseyó en un pasado inmemorial. El gnóstico llega así a la comprobación fundamental: Estoy en el mundo, pero no soy del mundo..."
"El problema del gnóstico es saber de qué modo su alma -que es una chispa divina extraviada en la tierra- podrá retornar a las regiones superiores de donde ha caído. Desde que fui unido a la carne -dice un salmo maniqueo que canta las desdichas del alma- olvidé mi divinidad. He bebido la copa de la locura, y me he rebelado contra mí mismo".
"Uno de los mitos más característicos de la Gnosis es el de la ascensión del Alma a través de las esferas planetarias: el gnosticismo desarrolla bajo diversas formas el tema de la ascensión del hombre iluminado (ya sea en Espíritu, durante esta vida, o después de la muerte) hacia su patria original. El gnóstico es siempre un hombre que desea escapar a la fatalidad del mundo terrenal y recuperar la condición luminosa que poseyó antes de la caída".
"La Gnosis -dicen los gnósticos cristianos- es la redención del Hombre interior. ...La Gnosis rescata al Hombre Interior pneumático (espiritual); se basta con el conocimiento del Todo, y ésta es la verdadera redención".
"En el Nuevo Testamento, el esoterismo asoma más de una vez; ciertas fórmulas misteriosas no pueden explicarse mediante la exégesis literal. El último de los libros neotestamentarios, el Apocalipsis de San Juan, es inclusive bastante extraño; el simbolismo de las imágenes y de los nombres desempeña en él un papel muy importante, y hasta se encuentra una alusión a la doctrina de las reencarnaciones, de las que solo el verdadero cristiano puede escapar".
"En el Evangelio de San Juan encontramos alusión a la Luz Divina que las tinieblas no han extinguido (Juan, 1:5), así como un pasaje en el que se apela al conocimiento que posee el cristiano".
"En San Pablo es dable observar doctrinas comunes al cristianismo primitivo y a la Gnosis. El Apóstol, inclusive, apela a "la Sabiduría de Dios..., sabiduría recóndita, la cual predestinó y preparó Dios antes de los siglos para gloria nuestra, sabiduría que ninguno de los príncipes (como observa Doresse, la traducción literal es arcontes) de este siglo (literalmente: de este eón) ha entendido" (I-Corintios, II, 7-8)".
Los Códices de Naj' Hammadi y los rollos del mar muerto
En el año de 1945 un campesino árabe hizo un asombroso descubrimiento arqueológico en el Alto Egipto, cerca de la población de Naj'Hammadi, en la Jabal alTarif, una montaña en la que había más de 150 cuevas.
Al cavar alrededor de un enorme peñasco encontraron una jarra de barro que medía casi un metro de altura, y que contenía trece papiros encuadernados en cuero, escritos en copto (el copto es la lengua egipcia escrita con caracteres griegos). Estos libros fueron depositados en el Museo Copto de El Cairo, incluyendo más de 50 textos de origen Gnóstico que se consideraban perdidos en los primeros siglos de la Era Cristiana, cuando se disputó el establecimiento de la ortodoxia cristiana.
Estos documentos se sumaron a los tres códices descubiertos entre fines del siglo XVIII y el siglo XIX, conocidos como los rollos del Mar Muerto, que incluyen la Pistis Sophia.
El Cristo
El estudio comparado de las Religiones, evidencia la presencia en la filosofía y la teología de un principio análogo al CRISTO en épocas muy anteriores a la Era Cristiana.
Entre los Persas, Cristo es Ormuz; en la mística iraní del Mazdeísmo -en el antiguo medio oriente- toma la figura de Ahura Mazda; entre los Indostanés es Krishna, cuyo evangelio presenta muchas similitudes con el evangelio cristiano. En la antigua China, se encuentra presente en la leyenda de Fu-Hi -quien trae a la tierra la sabiduría de los Dioses a través del I-King-, mientras que en el Edda germano toma el nombre de Balder. En el antiguo México azteca se llama Quetzalcóatl -con su simbólica Cruz a cuestas, a la que llama el Árbol de la Vida-, mientras que en la antigua Grecia se identifica con Zeus, -el Padre de los Dioses-, en el antiguo Egipto con Osiris, y en la Europa pagana con el culto a Mitra.
Se podría citar la presencia del Cristo o Logos en decenas de tradiciones antiguas, muchas de ellas más antiguas que Jesús, debido a que El Cristo es un principio religioso contenido en todas las Religiones, remitiéndose al aún más antiguo culto al Fuego.
CRISTO es un principio cósmico que el ser humano puede asimilar dentro de su propia naturaleza. Como está escrito en el Evangelio de Tomás, uno de los textos gnósticos preservados en la Biblioteca de Haj' Hammadi, en uno de los diálogos de Jesús:
"Yo no soy vuestro maestro. Porque han bebido y se han embriagado de la corriente de la que me he apartado...
aquel que beba de mi boca se volverá lo que Yo Soy: Yo mismo me convertiré en él, y las cosas que están ocultas le serán reveladas".
Evangelio de Tomás 50: 12-13