jueves, octubre 06, 2022

Técnicas de Visualización

La visualización es una técnica muy útil para practicar la meditación sobre todo al principio.

Algunas técnicas de visualización ayudan a conseguir un equilibrio entre los hemisferios izquierdo y derecho, agudizando la memoria y los sentidos.

Puedes fijar tu mirada en un objeto intentando poner tu mente en blanco o imaginarte un entorno idílico como pudiera ser un paisaje, como por ejemplo una playa de arena blanca y agua transparente.

La postura para meditar puede ser tumbado en el suelo o superficie plana, boca arriba o sentado en posición de loto, lo importante es estar relajado en un ambiente tranquilo, silencioso, medio en penumbra, es opcional poner una música suave y relajante o apreciar la paz del silencio, también puede rodearse de aromas especiales para la meditación.

El estado tiene que ser de paz, los ojos cerrados, la cara, el cuerpo y cada uno de los músculos deberán estar distendidos y sueltos. Nada importa en el mundo más que ese instante donde no existe ningún problema, donde sólo existe el silencio y la calma absoluta.

Los problemas pueden esperar, nada nos va a interrumpir.

Respiraremos pausadamente, la respiración será abdominal y subirá en línea recta por la columna hasta nuestra cabeza. Nos concentraremos en el eje central de nuestra frente. Ese es nuestro principal punto de partida y conexión para la concentración. Con el paso del tiempo sólo el hecho de cerrar los ojos y conectar con ese punto de nuestro entrecejo nos servirá para entrar en un estado de paz en cualquiera de nuestras situaciones. Una vez alcanzada la postura, los músculos relajados y la respiración lenta y acompasada no pensaremos en nada, absolutamente en nada, intentaremos vaciarnos de todos nuestros pensamientos, hasta de nosotros mismos, inspiraremos y con cada expiración vaciaremos nuestro interior de problemas, imágenes, sonidos, así hasta que vayamos alcanzado la paz...

También se puede meditar con la llama de una vela, concentrándonos en su imagen fugaz y caliente, o utilizando mantras. Si los pensamientos brotan en nuestra mente, simplemente los dejamos pasar, sin involucrarnos en ellos.

Las posibilidades de practicar la meditación son infinitas, se puede meditar con la idea del amor, de la sabiduría, la inmortalidad o cualquier otro concepto. Puedes meditar siendo consciente de los sonidos de la vida. Siempre, a tu alrededor, por más quietud que haya, discernirás un sonido. Puedes quedarte en estado de relax y concentración total, sólo recibiendo los sonidos que te regala la vida, el claxon lejano de un coche, una puerta que se cierra a lo lejos, la tos de un vecino, cada vez podrás apreciar los sonidos más lejanos y a la vez experimentarás una calma placentera, un dominio de la vida y del instante. Sea cual sea la técnica que hayas empleado tarde o temprano decidirás que tienes que volver al mundo real, lo harás muy poco a poco siendo consciente de esa paz infinita de la que gozas, respirarás lentamente pero con más vigor, abrirás lo ojos muy poco a poco, saboreando ese estado en el que te sentirás inundado por las más profundas sensaciones de paz y serenidad que jamás hayas experimentado.

No siempre alcanzarás unos resultados tan satisfactorios, pero en tu alma se irá instalando ese sosiego que te ayudará a caminar por la vida con sensación de libertad.

La relación que cada uno tiene con la meditación es particular de cualquier persona. Cada uno aportamos una combinación única de cuerpo, mente y espíritu a la aventura de conectar con nuestra esencia interior.

Practicar la meditación te abrirá a nuevas posibilidades de crecimiento interior.