El cuerpo humano es uno de los grandes misterios de los que no se conoce todo, especialmente en lo relacionado con el cerebro y la mente. Uno de los puntos más desconocidos y enigmáticos es la glándula pineal, de la cual se dice que segrega una sustancia que nos permite mantenernos en sincronía con el universo.
No es un descubrimiento reciente sino que muchos pueblos antiguos ya conocían de su existencia, como por ejemplo los egipcios así como los sumerios y muchas culturas orientales, lo que demuestra que este órgano tiene una gran importancia.
El francés René Descartes lo bautizó como ”el asiento del alma” y le daba una importancia vital, como si fuese el lugar donde se encontrase el código de la vida y que tiene la capacidad de transportar órdenes al cuerpo.
De esta glándula se sabe que cuenta con células sensibles a la luz y que funcionan igual que la retina del ojo, lo que revela en cierta forma que este órgano “puede ver”, por eso también se le conoce como el tercer ojo.
Este órgano tiene forma de cono, se encuentra en la zona central del mesencéfalo y es más grande cuanto más niño se es, pero a medida que se avanza en edad, ésta se va calcificando poco a poco y reduce su tamaño, pero sigue operativa.
Muchos investigadores consideran a esta glándula como el tercer ojo dado su capacidad de transducción de señales luminosas. Además, las investigaciones revelan que al igual que hacen nuestros ojos para procesar la luz, la glándula pineal cuenta con conos y bastones, a pesar de tratarse de una pequeña masa que se encuentra en el interior de nuestro cerebro.
Es responsable de la producción y secreción de la melatonina, una sustancia que se comunica con nuestro sistema hormonal en relación con la luz ambiental y puede provocar la activación de algunos ritmos biológicos. Se considera que esta sustancia, además de compleja tiene ciertas funciones que van mucho más allá que los propios ciclos del sueño...
Si nos fijamos en el plano espiritual, muchas culturas de todo el mundo han atribuido su correcto funcionamiento a una manifestación de diferentes experiencias espirituales de carácter espontáneo, lo que hace que aparezcan muchas preguntas diferentes.
¿La glándula pineal tiene la capacidad de producir algún agente químico que permite que visitemos otras dimensiones? ¿Cuál es la funcionalidad exacta de esta glándula? ¿Nos permitirá abandonar nuestra forma física?
¿CÓMO FUNCIONA ESTA GLÁNDULA?
Su funcionamiento es como el de un reductor energético, haciendo que la energía que dimana del subconsciente se convierta en otra de menores vibraciones que puede ser captada tanto por el consciente como el inconsciente.
La función principal es la de ser nódulo receptor de todas las energías mentales que pueden llegar desde dimensiones superiores, pudiendo proporcionarnos conexiones telepáticas entre cualquier clase de ser humano sin diferenciar raza, estatus social, etc.
Asimismo se convierte en una ayuda para el cerebro cuando éste no es capaz de encontrar una respuesta después de haber revisado todos los parámetros y la información con la que cuenta. No siempre sucede, pero en ocasiones el cerebro dice “no lo sé” y es cuando busca las respuestas en zonas como la glándula pineal.
Por ejemplo, cada vez que tenemos una corazonada o una intuición, es cuando la glándula pineal se encuentra en pleno funcionamiento, algo que puede sonar bastante extraño, pero en lo que algunos pueblos tienen sus firmes creencias sobre su efectividad.
A pesar de que funciona mejor cuando somos niños, los expertos coinciden en que podemos activarla, lo que nos reportará muchos beneficios y abrirá ante nosotros un amplio abanico de posibilidades, como por ejemplo poder vivir una experiencia extrasensorial.
Según las personas que han conseguido activar la glándula pineal, coinciden en que al hacerlo, pasamos a ser conscientes de que somos energía viviendo una etapa humana y que estamos hechos tal como un arquetipo que cuenta con toda la percepción. Según se dice, esta es la razón del por qué nos pasamos gran parte de nuestra vida buscando la percepción de todo lo que hacemos.
Activarla también traería consigo un placentero sentimiento de comunión y unión con el universo, aumentando exponencialmente la positividad, el bienestar y la felicidad permanente. Muchos expertos coinciden en que esto puede hacer incluso que desaparezcan algunas clases de enfermedades.
La glándula pineal nos ayuda a tener un mayor equilibrio y comunión con nosotros mismos, haciendo que siempre nos enfoquemos en lo más positivo. Esto hace que los dos hemisferios del cerebro se conecten entre sí, permitiendo que la sensación de estrés se reduzca notablemente.
A pesar de que se conoce su existencia desde hace mucho tiempo, muchos estudiosos han investigado y se conocen algunos de sus beneficios, la glándula pineal sigue siendo todo un misterio del que nos queda mucho por descubrir.
