jueves, noviembre 24, 2022

Templarios, Alquimia y Acusación

Apiano León de Valiente (A.L.V) 

Los Caballeros Templarios practicaron la alquimia. La más pura de las enseñanzas debe ser ofrendada en un cuenco de igual pureza. Mas, los Caballeros Templarios fueron acusados por un clero, en esa época y circunstancia, ignaro y un rey ambicioso y traidor. 

Les imputaron falsamente los siguientes crímenes: 
1. Practicar iniciaciones secretas con insulto a la cruz. 
2. Negación del Cristo y omisión de palabras sagradas en la celebración de sus misas. 
3. Adoración de ídolos en reemplazo al Dios verdadero, y 4. Practicar la homosexualidad. 

Imaginemos, lo que alguien dijo,: "En medio de la tempestad de arena y de polvo que levanta este viento maldito o Siroco, se desdibuja la fantasmal figura de dos jinetes, uno detrás de otro, montados en un mismo caballo: Son los monjes soldados que, al grito de : ¡A mí los Templarios! Regresan del pozo de la historia para reivindicar su nombre". 

Es valedero, por un sentido mínimo de justicia entre iguales (alquimistas) poner en su lugar estas falsas y tendenciosas acusaciones. 

1. ¿Realizaban los templarios iniciaciones secretas con insultos a la Cruz? 

Los Templarios eran conocedores del profundo pozo cenagoso que, desde lo interior, altera a los hombres, transformándolos en soberbias bestias, cuyos cuerpos petrifica hasta convertirlos, externamente, en invencible armadura negra, no franqueable por la Luz. Por la interpretación y práctica del "Ars Regia", supieron de esas tendencias obscuras y embozadas en la materia, y aprendieron del Arte, a transmutar sus metales imperfectos, o durezas metálicas, en oro trabajado, transformando su propio cuerpo en aquella esencia o Maestro interno que yace oculto y velado en su interior. El Templario representa a su cuerpo, materia o crisol, mediante una cruz latina tendida en el suelo. Ahora bien, con el conocimiento de la Gran Obra, llegaba un instante en que cada Caballero del Temple, debía inmolar sus deficiencias, deshacerse de ese peso muerto, que le atenazaba y dificultaba su caminar a la Luz... 

Debía someterse a un duro proceso de transformación alquímica, porque sabían que aquél que desea una vida espiritual, debe morir para el mundo de las formas y tiene, en fin, que trocar su poder exterior en Fuego interno, para hacerse parte activa del verdadero poder de la Luz. Para ellos, entonces, la cruz latina tendida en el suelo, era la representación viva de su cuerpo convulsionado, domeñado por las fuerzas del Caos, el símbolo de aquello que los escarnecía en todo instante. Allí, en esa cruz, alentaban los defectos de su personalidad, vaso, vidrio o atanor. Esa ceremonia tan sólo representaba la obra, pasión y muerte de la parte obscurecida de su ser, la que debía ser despreciada y destruida, para renacer en un cuerpo de Luz. Por lo tanto, vieron en esos dos maderos cruzados en ángulo recto, al hombre viejo, ignorante y corrupto, y era aquello a quien escupían e insultaban con ademanes de desprecio, mientras pasaban sobre ese signo, en dirección al Oriente. 

No era una acción contra las creencias católicas, sino el dar muerte a su anterior cubierta de pestilente caos, la que simbólicamente abandonaban sustituyéndola por un cuerpo de Luz. 

2. ¿Omitieron palabras de la misa y negaron al Cristo? 

Los Templarios, crearon sus propios rituales mediante los cuales invocaban y recibían energías de alta potencialidad Divina. Se desentendieron de las enseñanzas y ceremonias católicas, porque evidenciaron que el flujo de sabiduría, que recibían era, al menos en su experiencia, más poderoso que el reunido con cualquier otra modalidad. 

3. ¿Adoraron ídolos en reemplazo del Dios Verdadero? 

Esta gratuita imputación se basó en la equivocada interpretación de un sello y de un barbado  que utilizaban los templarios, en los que figuraba la cabeza de un ser denominado Baphomet. Según se dice en el Glosario Teosófico de H.P. Blavatsky (Ediciones Glem, 1957, págs 78 y 70), los Templarios fueron acusados de adorar a Baphomet, no obstante este término nunca significó al andrógino chivo - cabra de Mendes-, ni tan siquiera un ídolo. Afirma Von Hammer, que Baphomet significa bautismo o iniciación en la sabiduría, según, su derivación de las voces griegas Bafe y Metis. Baphomet era un símbolo hermético, cabalístico y toda la historia como la inventó el clero en contra de los Templarios, es una fábula. Veamos más de cerca este asunto: El sello Templario de Bafomet tenía esta forma: El triángulo exterior, con el vértice hacia abajo, representa al cuerpo físico, vaso o materia del adepto. En este cuerpo está encerrado el Gran Secreto de la Gran Obra, la existencia de una substancia enterrada en lo más hondo y secreto del hombre, denominada Chispa Divina, Mónada Pitagórica o Maestro Interior, espíritu similar al Mercurio Externo, en suma, el tesoro que pretenden animar los alquimistas, asimismo se contiene la materia prima o prima materia o Mercurio coagulado. Los ojos, están representados por un Sol y una Luna. La Luna alude a la parte mejorada de la materia, a ese mercurio que empezó siendo coagulado y ha terminado, por el "Solve et Coagula" en Mercurio Interno o Interior. 

El Sol representa al azufre. Como saben, por la lectura del artículo "El Camino de la Alquimia" ambos: Sol y Luna han de ser purificdos por el Fuego del Mercurio Exterior energía pirmigenia emanada del Oriente, que tiene la capacidad de quemar y fundir las partes obscurecidas de la materia, vale decir, de calentar lo defectuoso, fundirlo y evaporarlo, para volver a corporizarlo en un grado de mayor claridad y altura, mediante la operación del "Solve et Coagula", repetida constantemente en la vida del alquimista práctico y teórico. De este modo la materia se covierte en Agua Mercurial o azufre diluido, y se tranforma en vapor, y nuevamente es conformada en materia o tierra sólida, liberada ya, en parte, de las cáscaras psicológicas que la oprimen. 

El triángulo más pequeño, con el vértice hacia arriba,representa a la nariz, y esotéricamente a la activación del Fuego. 

Por último, la boca, a guisa de una letra H mayúscula, con un pequeño círculo sobre su trazo horizontal, a) El trazo horizontal de la letra H, representa a la materia que está siendo objeto a una continua limpieza por dos fuerzas que recaen en ella. 
b) Los dos trazos verticales de la letra H, representan, recíprocamente, al Mercurio Divinizador que proviene desde el Origen, se introduce en la materia y traspasa lo endurecido o grotesco de la forma, hasta unirse con el centro magnético de Luz que vela en lo profundo de la carne, a fin de activarlo, pues es de la misma naturaleza y esencia que el Mercurio Externo. El segundo trazo vertical, es el Mercurio Interno, que activado por el Mercurio Externo, da comienzo a la formación de Mercurio interno intracorporal. 
c) Finalmente, el círculo sobre la línea horizontal de la letra H, representa una etapa del proceso alquímico, etapa que corresponde a la conversión de la piedra en oro blanco. A esas alturas del proceso los metales imperfectos adquieren la más pura brillantez de la plata; es decir, se elimina lo denso y obscuro de las anfractuosidades de la materia. 

4. ¿Practicaron los Templarios la homosexualidad? 

Es esta una imputación infundada, motivada por la impropia, ignorante y torpe, interpretación del sello templario, que representa un caballo conducido por dos jinetes. Ese caballo y los dos jinetes, representan al hombre. Para la debida comprensión de este símbolo, dividiremos a la figura en dos planos: Uno superior, y el otro inferior. La parte inferior del símbolo está compuesta por el caballo, epítome de fuerzas pasionales desbocadas, que deben ser refrenadas, debidamente orientadas y transmutadas. Este corcel representa a lo que, en su torpe actividad, obscura y belicosa, corrosiva, permanece: duro, estático en su desarrollo. Es el azufre seco, corrosivo y caliente. En el Plano Superior de la figura, se representa a los dos jinetes, emblema de las dos fuerzas: El Mercurio Divinizador y Mercurio Interno coactuando a través del "Solve y Coagula". 

Se alude a los reiterados lavados ígneos (denominación de Flamel), destinados a blanquear lo obscurecido de la materia, para hacer del hombre, que está hecho de ambas tramas mercuriales, una quintaesencia, una Unidad. Con este conocimiento los Templarios estaban en condiciones de superar todos los adornos o artificios metálicos de su materia, razón por la cual los Caballeros del Temple, Maestros en Alquimia. Ahora bien, con el conocimento de la Gran Obra, llegaba un instante en que podían unificarse al Gran Poder Celeste proveniente del Origen, lo que les permitía canalizar y hacer circular por su materia la fuerza iniciática o ígnea y, con ello no requerían de los falsos placeres de la vida. A.L.V.