jueves, junio 22, 2023

El Jardín del Dolor

Mario Mesa Saldarriaga

EL sólo hecho de estar vivos constituye un placer inenarrable .Somos nosotros quienes estamos creando las diferentes situaciones que debemos asumir en nuestra vidas .Somos los responsables de permitir que el sol gire sobre nuestras cabezas y produzca maravillas, que el nuevo día nos ilumine con sus frutos de amor, que el vino que, está servido en nuestra mesa, sea un motivo para celebrar la vida. Al igual que la vida, somos una promesa .

Pese a todos los inconvenientes que se presenten en nuestras vidas, hay motivos suficientes para comenzar a entender que, más allá de los problemas cotidianos, hay otro mundo lleno de posibilidades que nos espera para mostrarnos los frutos de lo que es realmente la vida Nuestra vida no es una batalla, no estamos aquí para soltar obstáculos, ni para llegar primero que los demás. Estamos aquí para vivirla .

Si nos enfrentamos con nuestros procesos internos y en la quietud que nos brinda la meditación, logramos encontrar nuestra sintonía, todo lo externo, adquiere un color diferente. Al encontramos a nosotros mismos, lo que anhelemos o deseemos se convierte en nuestra realidad . Aprenderemos a vivir el día a día, saborearemos un día de sol como uno de lluvia; las dificultades se convertirán en un punto de referencia para crecer, porque al cambiar nuestra forma de pensar, estamos cambiando al mundo. Al modificar nuestra forma de asimilar los problemas, lo que deseemos se nos dará con la facilidad con que damos un beso. Parece increíble, pero cuando lo empezamos a vivir, se sale de lo mágico para ingresar en lo cotidiano. Al abandonar conductas y pensamientos que nos robaban gran parte de nuestra energía, nos damos cuenta que todo en el universo está conectado, que sólo cuando nos distanciamos de los problemas y les cambiamos nuestra perspectiva, el milagro aparece como por arte de magia. Se despierta nuestra imaginación, se abre la franja que hay entre la realidad y nuestros sueños. Si definimos nuestros objetivos y le damos un toque de locura a nuestras vidas, el éxito se nos ofrecerá en nuestras manos en bandeja de plata. Como dice Marcel Proust : “trata de tener un trozo de firmamento encima de la vida” .

Cuando las personas están intentando ganarse solamente la vida, no les queda tiempo para crearse su propia vida . En ese espacio, es donde aparecen los inconvenientes que hacen de las personas unos tristes cuerpos cantando canciones desoladas. Lo único que cuenta en la vida es trabajar por redescubrir nuestro pedazo de cielo aquí en la tierra. Creer no es sólo una palabra maravillosa, es un mundo basto, que si lo ponemos en práctica, nos asombraremos de lo que somos capaces. No tendríamos que buscar afuera lo que llevamos adentro. “¿qué hacer para superar el miedo? Pregunta el personaje de “las enseñanzas de don Juan” a un indio yaki . Este le responde: “la respuesta es muy sencilla : No debe correr . Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente”...

En todos los momentos de nuestras vidas una oscura maravilla se tiende a nuestro lado, nos muestra su música, nos descorre el velo que nos impide ver, nos toma de la mano, se nos ofrece como el pan, pero nuestra mente ofuscada, solo piensa en ver la vida como si fuera un campo de batalla, que hay que derribar y saltar obstáculos, vencer al enemigo, llegar primero, ya sea por temor a desagradar o a no clasificar, como si a los ojos de DIOS no fuéramos importantes. El temor es la clave de todo lo que estamos viviendo. El temor a no agradar, a no poder sobresalir, a perder las oportunidades. El temor nos aleja de la posibilidad de vivir la vida : el ahora.

Si aprendiéramos a recorrer todos nuestros caminos con el corazón, a escuchar nuestra voz interior, a crear nuestros propios modelos, tal vez tendríamos otro concepto diferente de lo que es el dolor y la enfermedad. Al igual que se puede convertir en una señal para llamar nuestra atención, también puede convertirse en una perspectiva atractiva para conocer nuestro karma, y guiarnos por la vía del conocimiento para que podamos entender el significado de lo que es vivir .

Nuestras emociones están en estrecha relación con el sentido que tenemos de la salud. Las emociones negativas, los acontecimientos traumáticos, están inscritos en nuestra memoria y pueden tener un efecto desastroso sobre nuestra salud y complicar los tratamientos . Ahora, ¿Cómo se puede curar una persona de una dolencia si ni siquiera cree en sí misma? Es como pedirle peras al olmo. Los temores, la falta de confianza, son factores que hacen el efecto contrario e impiden la curación. La mejor opción para acceder a la curación, es modificando nuestra visión de la vida, ayudándonos con técnicas de visualización, de meditación, de relajación. Los milagros se nos presentan cuando estamos dispuestos a cambiar nuestra actitud. No siempre las enfermedades tienen un desencadenante a nivel corporal . Alimentamos a nuestros cuerpos a base de amor y de confianza y lo envenenamos con sentimientos de desamor y de odio.

Al enfrentarnos a nuestros bloqueos, al intentar comprender que lo que nos alimentan son los sentimientos autodestructivos, al estar dispuestos a modificar todo aquello que nos haga daño tanto para el cuerpo como para el espíritu, es posible encontrar la vía que nos permitirá acceder a un nivel de curación más efectiva. Cuando logramos que la enfermedad hable, si estamos abiertos a cualquier experiencia y a comprender que, a veces, viene de vidas anteriores, como lo hemos visto a través de los diferentes pacientes que hemos tratado por medio de la hipnoterapia, si las personas se ayudan con ejercicios que les brinden una mayor apertura de la mente, es posible que encuentren el camino de la sanación. La sanación está correlacionada con la transformación del espíritu. La sanación conduce a las personas a encontrarse consigo mismas. En las consultas con los pacientes, hemos llegado a la conclusión que, la sanación, tiene que ver con procesos más profundos. “La mayoría de las curaciones , afirma Patrick Drouot, se sitúan a nivel corporal, representan una tentativa de restablecer el equilibrio en y a través del cuerpo, pero muchos enfermos o personas que se sienten mal en su piel reaccionan de manera colérica diciendo : -he hecho exactamente lo que me han dicho que hiciera - . –Obligados – a seguir un régimen, han soportado la quimioterapia, han encontrado un poco de tiempo para la meditación, con lo que han entrado en lo que les han dicho que era una modalidad de curación; han obedecido, pero le han dado muy poca importancia a la dimensión del corazón; no han descubierto quiénes son ellos, y los esfuerzos para dirigir su propia energía de sanación se han convertido por desgracia, en una fuerza que cierra su cuerpo en lugar de abrirlo. Los chackras se desequilibran una vez más, el sistema energético se bloquea, ciertos nadis ya no dejan pasar la energía pránica, el flujo universal de la existencia, el flujo universal de la vida, y la persona corta poco apoco los vínculos energéticos que la unen con el mundo que le rodea: "ha caído enferma” . El solo hecho de inundarnos de amor e intentar querernos tal como somos, se convierte en una enorme puerta para la apertura del corazón y de la sanación interior .

Tenemos el caso de Alicia: Me llamó para pedirme una consulta. Por teléfono le expliqué a grosso modo en qué consistía el trabajo que los dos íbamos a realizar. Acudió a la cita muy puntual . Después de conocer y de intercambiar opiniones, me contó que su problema la tenía preocupada, había recorrido un buen número de especialistas sin poder obtener una remisión de sus síntomas. Alicia tenía - digo tenía, porque una vez que terminamos la sesión, no presentaba síntomas de la enfermedad. Había desaparecido , así como lo oyen - su cistitis, inflamación de la vejiga urinaria -, tenía problemas para orinar, y los músculos de la vejiga no los podía contraer de modo correcto. Al finalizar la consulta su problema estaba resuelto. Descubrimos otras causas que la llevaban a crearse esta enfermedad .

Cuando iniciamos la relajación buscaba toda clase de disculpas y no lograba entrar en un estado de relajación profundo. Después de dos horas, donde aplicamos técnicas de respiración y de visualización, logró entrar en un estado no muy profundo. Me gustaría comentarles que, además de la hipnoterapia, también trabajo con energía y comencé a pasar mis manos a unos veinte centímetros de su estómago y las giraba sobre la zona afectada buscando una mejor relajación, esto contribuyó a que Alicia entrara en un estado más profundo, a medida que giraba mis manos sobre su vientre, se fue soltando, poco a poco su rigidez cedía el paso, su cuerpo, comenzó a distenderse, su capacidad de concentración fue aumentando, de pronto sentí que ya estaba en un nivel profundo y le pedí a su órgano, la vejiga, que me contara su problema. Comenzó a traer una serie de incidentes dolorosos que le permitieron establecer la conexión de lo que le estaba pasando. Luego de haber hecho la terapia del perdón , la desperté. Cuando abrió los ojos se sintió asombrada con ella misma, pues “desde hace mucho tiempo yo no he permitido que mi cuerpo sienta este estado tan placentero”, me dijo. Antes de salir de la consulta , fue cuatro veces al baño donde “oriné abundante y sentí como si ya no tuviera dificultades para hacerlo”, me dijo. Claro, se había encontrado ella misma esa tarde, abrió su corazón y su mente y se dio su buen regalo: se permitió ser ella misma, se soltó sus amarras y comenzó a fluir.

También es cierto que las personas mientras no deseen cambiar interiormente y se sigan aferrando a sus estados mentales, y continúen diciendo que no tienen arreglo, que es imposible que cambien, la depresión se hace sentir con todo su poder, produce bloqueos , libera energías tóxicas en todo el organismo, que conllevan al desequilibrio corporal y espiritual. Por mediación del espíritu nuestros cuerpos se pueden curar, siempre y cuando saldemos nuestra deuda energética en todos los niveles : mental y espiritual. Como lo hizo Alicia .

Es innegable el efecto que tiene el perdón para nuestra curación y sanación interior. Podríamos afirmar que la ausencia de perdón, es lo que promueve en una etapa inicial , la pérdida de la estabilidad emocional, y en una etapa final, la destrucción de las personas e incluso la muerte. Si practicamos la compasión hacia nosotros y hacia las demás personas, si perdonamos de corazón a nuestros padres o hermanos por sus errores, si nos colocamos en un nivel de comprensibilidad y tenemos presente que, en la mayoría de los casos, actuaron motivados por su ignorancia y los perdonamos de corazón, sin juzgarnos tan duramente y nos aceptarnos tal como somos, es factible acceder a la sanación interior..

Hay otro fenómeno que la medicina tradicional no tiene en cuenta cuando se trata de trastornos mentales. La simple medicación no es suficiente para la curación, hay otras razones que tienen más peso, que se escapan de la comprensión racional o analítica. Se debe a la posesión de otros seres o espíritus, ya sea por deudas kármicas, por actitudes de la persona poseída con quién lo posee y que están creando en el cuerpo de esa persona, desequilibrios emocionales. El remedio está en que la persona poseída acepte la terapia del perdón y decida deshacerse de ese ser que está con ella. Una vez que la persona es consciente de esto, el espíritu que la posee, sale de su cuerpo con la ayuda de un terapeuta experimentado .

Somos nosotros quienes decidimos hacer de nuestro cuerpo un sol que gira sobre nuestras cabezas y produce los fenómenos más insospechados o convertirnos en una fuente receptora de deudas energéticas. Todo lo que somos, es producto de todo lo que hacemos. Cualquier pensamiento tiene repercusión en el universo, hasta un simple dolor de cabeza. En los contactos que hacemos con las personas que han partido a la dimensión espiritual, lo primero que viven, según nos dicen , es el efecto de sus propios pensamientos de odio y de incomprensión que les habían causado a las demás personas. Los sienten igual que lo sintieron las personas. Todo lo que va, vuelve. Toda acción tiene su reacción. Como nos dice Jesús :”No juzguen, y nos los juzgarán; no condenen , y no los condenarán; perdonen , y los perdonarán, den y les darán”

No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni persona que no quiera entender que la enfermedad obedece a un proceso y no a un hecho. Todos estamos influenciados por un pasado que ha dejado su señal en nuestros corazones. Seguirlo alimentando es como echarle caldo de cultivo a las bacterias para que lleven su cometido de una vez. En muchas personas el dolor y la enfermedad, en todo nivel, son un signo de una desgracia, de un castigo divino, de algo que se merecían, y se entregan antes de luchar. No aceptan ni sugerencias ni consejos, se dejan llevar por sentimientos confusos, no entienden que el dolor es un maestro que les está hablando para que modifiquen su visión de la vida y de sus cuerpos.

Las actitudes juegan un papel prioritario todos los días de nuestra vida. Cuando nos dejamos llevar por sentimientos de minusvalía, de tristeza, de falta de confianza en lo que somos, se abre un espacio en nuestro ser que absorbe esas influencias y nos vuelve como una bola de trapo, comenzamos a girar de aquí para allí, sin brújula, sujetos a lo que quieran hacer con nosotros esos pensamientos. En cambio cuando los controlamos, nos vemos en la obligación de explorar nuestra conciencia, para tener un mejor dominio de todo aquello que nos impide ser.

Cada elección que hacemos, la expresemos o no, influye de modo decisivo en el lugar donde nos encontremos. Si rehusamos realizar alguna actividad bajo el amparo del temor o por miedo del qué dirán, estemos seguros que eso mismo recibiremos; si por el contrario, tenemos metas claras, sabemos qué queremos de nosotros, de los demás, de la vida, aún cometiendo errores, porque de los errores también se aprende, es posible que encontremos el camino lleno de aventuras y de experiencias. Como nos dice Cavafis: pide que el camino sea largo. Que sean muchas las mañanas de verano en que - ¡con qué placer y alegría!- entres en puertos antes nunca vistos”.

Nuestra salud está determinada por nuestra apreciación de la vida. El mejor ejemplo nos lo pueden dar las personas que están enamoradas. Viven con tal intensidad que dan la ilusión de que van por la vida como si estuvieran sobre una alfombra mágica. No parece que nada los afectara y si los afecta, no le prestan la más mínima atención, siguen para adelante, con una vitalidad y un derroche de energía que desatan no sólo envidias si no comentarios tales como : - nada parece afectarlo, parece que vive en otro mundo, no cree en nada - , etc .Nada lo puede tocar, es inmune. Está protegido por el enorme campo de energía que se ha creado a su alrededor.

Cuando las personas dejan de interpretar su papel de víctimas y deciden no utilizar la enfermedad para manipular a las demás personas, otro horizonte florece en su despertar espiritual. Y una inteligencia superior se encargará de obrar maravillas. Séneca es muy claro cuando nos dice: “cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, todos lo vientos son desfavorables”. Nada ocurre por azar .

Nuestra mejor arma para combatir cualquier dificultad, llámese enfermedad, dolor, es el amor, que nos llevará a la casa de la comprensión, hecha de pan y vino, de frutos exquisitos, de músicas inenarrables, que nos conducirán a nuestras moradas interiores para tender un puente entre la vida y el espíritu que la anima .

Como nos dice Víctor E Frankl : “en primer lugar , existe un riesgo inherente a enseñar la teoría de la “nada” del hombre, es decir, la teoría de que el hombre no es sino el resultado de sus condiciones biológicas, sociológicas y psicológicas o el producto de la herencia y el medio ambiente. Esta concepción del hombre hace de él un robot, no un ser humano. E l fatalismo neurótico se ve alentado y reforzado por una psicoterapia que niega al hombre su libertad”. Es cierto, las personas no debemos de limitarnos a existir, si no ha decidir cual será nuestra existencia, qué pasará con el minuto siguiente, porque somos algo más que nuestra mente. Somos más que un entramado de órganos y deseos. Somos más que tiempo.

En nuestros países cada vez son más las personas que tienen que tomar medicamentos para dormir, trabajar, incluso, pensar. ¿Qué es la depresión? : un pensamiento. Un pensamiento imbuido de temor y ansiedad. ¿Cómo dormir cada noche si, cuando nos vamos a acostar, nuestras mentes están saturadas de pensamientos de temor, de agresividad, de desamor?. La monotonía hace de nosotros una máquina de hábitos. Cuando despertemos de verdad, ya no harán falta los relojes, ni agendas, ni calendarios, viviremos al pulso de nuestra cartografía interior. Beberemos en los manantiales más impredecibles, cabalgaremos por mundos jamás soñados, al atardecer nos detendremos para bailar en las plazas de cara a la noche, brindaremos en los jardines de la vida, rebosaremos nuestra copa hasta el filo de lo eterno. No estaremos sujetos a los vaivenes que nos depara el destino, seremos nuestro destino. Seremos más que pan y vino en la mesa del Señor. No estaremos sujetos al devenir, ni necesitaremos de nuestros pensamientos, seremos uno con el todo. Fundidos con la luz, redescubriremos nuestra verdadera naturaleza, tal vez no necesitemos volver a encarnarnos en un cuerpo material, seguiremos nuestra senda por caminos jamás soñados. Constataremos lo que siempre hemos sido, pero que por nuestra visión tan reducida de la vida habíamos puesto en duda : un espíritu en un cuerpo. Como nos dice Nazim Hikmet : “estoy dentro de la luz que avanza . Mis manos están ávidas, el mundo es bello. No se sacian mis ojos con los árboles. Ellos contienen tanta esperanza , son tan verdes” …

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