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domingo, noviembre 09, 2008

Mis Mejores Citas


Facundo CABRAL

Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos.

Todo esto y mucho más, lo aprendí de mi madre, se llamaba Sara, la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo aprender nada puesto que, cada vez que estaba por aprender, llegaba la felicidad y la distraía. Nunca usó agenda porque hacía sólo lo que amaba y eso, se lo recordaba el corazón. Se dedicó sólo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa.

Me marché del pueblo dejando una novia. Muchos años después, al volver, me encontré una cuñada. Me quedé mirándola y, al ver lo que había hecho el tiempo con ella, me acerqué a mi hermano y le dije: ¡ Gracias¡.

En aquella ocasión, mi hermano, acudió borracho a una fiesta del pueblo y sacó a bailar a una gorda vestida de negro, la que le dijo: No quiero bailar con usted por tres razones, porque usted está borracho, porque no sé bailar y porque soy ¡¡ el obispo¡¡¡.

Me sorprendí cuando los periodistas corrieron a la casa de la madre de García Márquez, tras haber ganado éste el Nóbel. Todos estaban deseosos de conocer la opinión de la madre de Gabo, a lo que la señora les contestó: Yo no se nada de literatura, yo sólo sé que el Gabo tiene mucha memoria porque todo eso que escribió se lo contaron.

Esto me recuerda al inefable Juan Rulfo, cuando las gentes le pedían, casi le reclamaban del porque no escribía, a lo que él respondió: No escribo porque la gente que me contaba las cosas, se murió.

Me gusta volver a Roma, principalmente al Trastébere. Una tarde de otoño me encontré, en el Campo di Fiori con un señor al que todos quisimos mucho. Le estaba echando migas a las palomas.

En aquella época el maestro tenía 88 años. Estaba allí, con su mujer. No me pude resistir; me acerqué y le dije: Es usted quien yo creo ?. Me contestó. ¡Yo soy el que tú quieras!. Entonces le dije: ¡Es usted el maestro!. A lo que me respondió, el maestro es el que te puso a ti delante de mí, y a mí delante de ti, yo sólo soy Arthur Rubistéin.

Me gusta volver a México, allí, en San Cristóbal de las Casas acudí al templo donde oran los Chamulas y me quedé perplejo. Cambiaron las ofrendas. Ahora le llevan al templo huevos de gallina y Pepsi-Cola. ¡Como si Dios no supiera que no hay nada como la Coca-Cola ¡

Un día me dijo Alberto Cortez: “Facundo: vos sabés porque los argentinos hasta los cuarenta años somos engreídos, petulantes, soberbios. ¿Sabes por qué? ¡Porque a partir de los cuarenta somos perfectos¡‿ Y yo le dije: ¡ Gracias, Alberto¡

Me apasiona volver a Guadalajara. México es como mi casa. La Guadalajara de Arriola. Me encanta escuchar al maestro Juan José Arriola. Él me dijo un día: “Nosotros, que somos buenas gentes, vamos a tener muchos hijos para que los malos no nos sigan ganando las elecciones.

Me gusta volver a la Guadalajara del Chente Fernández, que me dijo un día: “ Hay dos cosas que un buen charro debe tener; una buena vieja y una buena mula, eso sí, que la mula no sea muy vieja y que la vieja no sea muy mula.

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo para acercarse a la casa del zapatero en que le dijo: “Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda encima y mis sandalias están rotas, si tu me hicieras el favor. A lo que el zapatero le respondió: “Aquí todo el mundo viene a pedir y nadie a dar.

Dios le dijo: “Yo puedo darte todo aquello que tú necesites. ¿ Tú podrías darme un millón de dólares para que yo fuera feliz?. Yo puedo darte diez veces más que eso a cambio de algo; a cambio de tus piernas. A lo que el zapatero le respondió: “Para qué quiero yo diez millones de dólares si no voy a poder caminar sólo‿. Puedo darte, continuaba el Señor, cien millones de dólares a cambio de tus brazos. El zapatero, inquieto le dijo: “¿ Qué puedo hacer yo con cien millones de dólares si no voy a poder comer solo?.‿ El Señor le hizo la última tentativa al zapatero. Te voy a dar mil millones de dólares a cambio de tus ojos. El zapatero, asustado ante el mendigo le respondió: “Qué hago yo con mil millones de dólares si no puedo ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos.‿ El señor le dijo: “ Ah, hermano, hermano, qué fortuna tienes y no te das cuenta.

Mi hermano trabajaba en correos y un día le pidió dos horas de permiso a su jefe y éste se las negó.

Mi hermano le dijo: “Mire usted, es que voy a ser padre. El jefe le dijo, haber empezado por ahí.

Tómese el tiempo que quiera y que le vaya bien. Como a las cinco horas regresaba mi hermano y el jefe le dijo: “¡Qué, niño o niña? “ Que se yo, viejo, ahora hay que esperar nueve meses.

Mi abuelo era un genio para los números. Pasábamos un día por un campo y me dijo; “Ahí hay trescientas ochenta y cuatro vacas. Yo, estupefacto le pregunté: ¿ Cómo haces para saber tanto de números, para saber con exactitud el número total de vacas?. Muy sencillo: cuento el total de las patas y las divido por cuatro.

Un marinero le dijo a mi abuelo: “Si me das cuatro hierros te construyo un barco.‿ Y mi abuelo le respondió: “Si tú me das a tu hermana, te hago la tripulación.

Mi hermano fue comunista hasta que el capitalismo le dio una oportunidad.

Y es comprensible: el joven que no es socialista no tiene futuro y el adulto que no es conservador es que no tiene cabeza.

Mi hermano decía que el dinero no hace la felicidad, pero la pobreza menos, así que decidió pasar esta desdicha que es la vida, con comodidad.

Mi sobrino escuchó a su padre que un día le dijo: “Siéntate ahí que vamos hablar del sexo.‿ Mi sobrino, con doce años, se quedó mirando a su padre y le dijo: “¿Qué quieres que te explique, papá?

Estábamos un día en Nueva York y, a la salida del teatro Lincon Center, se me acercó un periodista y me espetó: “Señor CabraL. Yo estoy de acuerdo en todo lo que usted ha dicho esta noche, excepto en que Dios es siempre justo. Si Dios fuera siempre justo, usted debería tener tanto difusión, tanto éxito como Julio Iglesias. A lo que yo le respondí: “Claro que Dios es siempre justo. Julio Iglesias tiene más difusión, más éxito que yo puesto que necesita del dinero mucho más que yo para vivir.

Yo, que necesito más libertad que Julio para vivir, por eso Dios me hizo más libre.

América, Estados Unidos, es el único lugar del mundo donde uno puede ser un mal actor y un mal presidente, todo a la vez. Allí, en Estados Unidos, los negros se hacen boxeadores para poder pegarles a los blancos ¡¡ legalmente¡¡.

Mi tío, que sabia casi todo, me dijo un día: “Si nos sacaran todas las pendejadas que nos han enseñado, por lo menos seríamos Octavio Paz.
Mi tío me decía que fue seis años a la escuela, ¡ pero nunca entró¡.

La gente es todo lo vieja que quiera ser. He visto algunas muchachas con 20 años y estar totalmente envejecidas, por el contrario, conozco a una muchachita con 83 años, Teresa de Calcuta, que nos enseña a vivir todos los días.

Un negro en la nieve es un blanco perfecto.

Me contaba mi abuela en torno al día que murió Carlos Gardel. Esto ocurría en el año 1935. La noticia fue difundida por la radio. Se hicieron eco todos los barcos extranjeros anclados en el puerto de Buenos Aires. Se pusieron a sonar todas las sirenas al mismo tiempo, alguien dijo que en señal de duelo. ¿ Qué sentiste ante la muerte de Gardel, abuela?. A lo que ella me contestó: Caramba, ahora si que somos pobres de verdad ¡
Si amas al dinero a lo sumo llegarás a un banco, pero si amas a la vida, seguramente llegarás a Dios.

Me temo que Dios, a la hora del juicio final, nos juzgará por el promedio ya que, sería una ardua tarea juzgarnos uno por uno. No creo que Dios diga La Madre Teresa, 10 puntos, Margaret Tácher 2 puntos; no. Como digo, Dios nos juzgará por el promedio y, siendo así, estamos salvados ya que la mayoría son buena gente.

Un hombre que habla con las palomas no está loco, sino, benditamente enamorado.

La humanidad no es una caravana de desesperados, sino una bendita familia festejando el amor.

Pregunté a un viejo Tarahumara porque no usaban armas para defenderse de los cuatreros, y me dijo: “Si las armas fueran necesarias, habríamos nacido con ellas.

Un campesino chino me dijo un día: “Si quieres ser feliz un día emborráchate, si quieres ser feliz una semana, cásate, y si quieres ser feliz toda la vida, se jardinero.

Un día la pregunté a la Madre Teresa; ¿Cuándo descansa? A lo que ella me respondió: Yo descanso en el amor. Le dije, ¿Madre, cual es el lugar del hombre? Donde su hermano lo necesita. Ella, la Madre, a la que nunca le escuché hablar de política, un día le pregunté por qué?. Me dijo: Yo no puedo darme el lujo de la política, una vez estuve 5 minutos escuchando a un político y en ese tiempo se me murió un viejecito en Calcuta. Una señora al ver como la Madre Teresa curaba a un leproso se atrevió a decirle que ella no haría aquello por ningún dinero en el mundo. Y la Madre le respondió: “ Ni yo tampoco; esto lo hago por amor.. Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa, sentía que Dios recién había salido.

Mi madre, poco antes de morir me dijo: “Muero contenta porque cada vez te pareces más a lo que cantas”.

Juan Francisco, mi ahijado, dice, a sus dos años de edad, que soy artista porque canto, y que canto para poder comprarle chocolates, que es lo más razonable que escuché sobre mi oficio.

El poeta indio Tagore, que bautizara Mahatma es decir, alma grande, a Gandhi, decía que cuando el hombre trabaja, Dios lo respeta, más cuando el hombre canta, Dios lo ama.

Al verme asombrado por su presencia en mi concierto, Ray Bradbury me dijo: Me asombra que se asombre de encontrar un Bradbury viniendo de un país que tiene un Borges que es asombroso.

Yo sigo siendo tan inocente que, me sigue alumbrando la bendita esperanza de que un día, los poetas gobernarán el mundo.

Me gusta volver al Ecuador y sentarme frente al Coto-Patchi, el volcán sagrado, principalmente en sábado.

Me gusta volver a Calcuta porque ese es el centro de la Madre Teresa.
Me gusta volver a España, porque allí reina la alegría.

Un día, al volver a mi pueblo me encontré a mi hermano llorando porque lo había abandonado su mujer. Mi madre me preguntó que cuantos habitantes habrá en el mundo. No lo se con exactitud, le dije, pero se calcula que habremos unos cinco mil doscientos millones de personas en el mundo.

Y dijo mi madre: Y con tantos miles de millones de personas que hay en el mundo, hay algunos que lloran por uno solo. Es como si tuviera uno cinco mil millones de pesos y lloraras porque has perdido un peso.

Bienaventurado el Mahatma Gandhi que fue el que dijo que hace casi dos mil años que estamos festejando el amor; o sea, el nacimiento de Jesús, no el de Herodes.

Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena.

Si los malos supieran lo buen negocio que es ser bueno, serían buenos, aunque sólo fuera por negocio.

El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace mucho más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen millones de caricias que construyen la vida.

Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y, el segundo, la libertad para vivirla.

La oración dilecta de mi madre decía: Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a ti que a mí. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes de que los cometa. ¡Tanta es tu misericordia amado Señor¡
La señora Indira Gandhi le encantaba desayunar conmigo, me invitaba muchas veces para que le contara historias de Eva Duarte, a la que admiraba de forma profunda, tanto como yo la admiré.

Cuando ya le conté todo cuanto supe de Evita, comencé a inventarme bellas historias de ella, pensando que la señora Indira no se iba a dar cuenta.

Un día, la señora Indira me dijo: “Facundo, te espero mañana para desayunar, espero me sigas contando historias de Evita…., aunque sean inventadas.

La maestra de mi pueblo se llamaba Dorotea. Era muy respetada por todos. ¡ Por eso se marchó del pueblo, para ver si tenía más suerte!
Mi pueblo tenía una sola calle. Un día, un alcalde progresista, dijo que la calle sería de dirección única. Así que los que nos fuimos, nunca pudimos volver sin cometer una infracción.

Yo les digo a los pobres lo mismo que les digo a los ricos: Contar conmigo ya que, con amor todo es posible.

Un día me encontré a un mendigo sentado junto a un basurero, al que le pregunté cual era el mejor lugar del mundo, a lo que él me respondió: ¡ Este¡. Si aquí me trajo Dios, dudo que en el mundo hubiera encontrado un lugar mejor para mí.

La ignorancia es un modo inconsciente del mal.

Mi abuelo persiguió a las muchachas hasta los noventa años. Pero ya no se acordaba para qué.

Usted bebe mucho, le dijo el médico a mi abuelo que tenía el mal de parkinson. Y mi abuelo le dijo: no crea se me cae bastante.”

Somos hijos del amor, por lo tanto no es difícil sospechar que nacemos para la felicidad. Fuera de la felicidad son todos pretextos. Además debemos ser felices por nuestros hijos, pues nada hay como recordar padres felices.

Somos hermanos de Heráclito, aquel que sabía que no bajaremos dos veces al mismo río, porque no nos bañaremos dos veces en las mismas aguas. La vida es cambio constante.

Somos hermanos de Macedonio Fernández, el que decía: no creo en la vida de lo que no se ama ni en la muerte de lo amado.

Somos hermanos de Demócrito, el que se hizo quemar los ojos para poder pensar; porque decía que el mundo era tan bello que lo distraía.
Somos hermanos de la Madre Teresa, la que sabía que el lugar del hombre está donde sus hermanos le necesitan. ¡Vean que familia!.

El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada.

La pobreza no es una virtud, salvo que favorezca tu libertad.

El conquistador por cuidar su conquista, se convierte en esclavo de lo que conquistó. Es decir, que jodiendo se jodió.

Por el mundo caminado, he podido comprobar que el que fácilmente halaga, fácilmente insultará.

El amor nunca se muere, sólo cambia de lugar.

La vida es el presente y eternamente lo has de gozar.

Tienes un cerebro como Einstein, tienes un corazón como Jesús, tienes dos manos como la Madre Teresa, tienes una voluntad como Moisés, tienes un alma como Gandhi, tienes un espíritu como Buda. Entonces, cómo puedes sentirte pobre y desdichado.

No hieras ni ofendas a nadie, pues de uno en otro, puede volver a tí convertido en una bomba.

No hay que ser pobre para alegrar a Dios, porque el Señor no tiene problemas sociales. Por eso el sol y la lluvia son para todos.

Dios te quiere feliz y para ser feliz hay que hacer lo que uno ama; porque el amor te acerca a todo, porque el amor es valiente; es la antítesis del miedo, que es el peor dictador.

Nunca voy con los que lloran y siempre con los que cantan. Los paisanos de mi pueblo cuando tienen un dolor, en lugar de andar llorando, cantan debajo del sol.

La sociedad humana esta tan mal por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos.

Bienaventurado el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día.

Bienaventurado el que sabe que compartir un dolor es dividirlo y compartir una alegría es multiplicarla.

Olvidar cosas malas, también es tener buena memoria, decía Martín Fierro. Yo digo: el olvido es una gentileza de Dios.

Lo mejor de uno son los otros. Esa gente que le puso alas a mi vida, imagen, que me transformó en esto que soy; un hombre rico, inmensamente rico, en la condición que sea y donde fuere.

Siempre, con lo que tengas, se puede, se debe empezar de nuevo. Tenemos el deber de ser felices.

El Señor no nos va a preguntar que hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría, inevitable para vivir.

La vida es hambre o festín. Tú eliges.

Para vivir mejor, hay que ser mejor. Nadie puede hacerlo por vos.

Mi Viaje Personal


Facundo CABRAL

Prepárense que vamos a partir. Este es el tren la muerte que cruza por la vida. Vamos a escapar de la nostalgia que nos condena al pasado. Basta de comprar lo que no necesitamos. Que ya no nos importe lo adictos al dinero que puedan ser todos. Digamos adiós a la esquina donde se pudren los mejores frutos de la vida. Vamos a despertar la canción del presente para no perder el tren de la eternidad. Este es el viaje más terrible y maravilloso, el más delicioso, el más absurdo, el más alucinante… ¡Adelante!, pueden subir todos, sólo es necesario que hayan nacido, no importa donde, en los barrios caros y en los barrios pobres, hijos de generales, degenerados, explotadores y explotados, dirigentes y dirigidos, presidentes y presidiarios. Este es el viaje más extraordinario. Imaginen el espectáculo, a la izquierda los revolucionarios, a la derecha los reaccionarios y en el medio los hombres que deciden su propio destino, es decir, dos o tres.

Enciendan el fuego que comenzó la fiesta, traigan el vino y los tambores, desaten la alegría, liberen la pasión, canten y bailen con furia quijotesca. Hagan las cosas sólo por amor, porque aquel que trabaja en lo que no ama, aunque lo haga todo es día, es un desocupado. Hagan el amor, en las micros, en la calle, en las plazas… yo pago la fianza. Sean un poco mas locos y serán un poco más libres y por libres, tan bellos que lograran hacer un paraíso de este maldito infierno, donde las banderas se pudren patrióticamente y las madres alimentan a sus hijos para la guerra.

Me presento. Yo soy el orgullo de mi abuela que es la vergüenza de mi familia. Mi abuela pensaba que hacer el amor alargaba la vida y por esta razón, jamás decía que no a una propuesta amorosa. Soy poeta de un pueblo que no me pertenece. En mi caso, si dejo de escribir o recitar, no pasa nada, es decir, que estoy gozando los privilegios del anonimato y el escepticismo. Todavía cuando me presentan a alguien no me importa si es bueno o malo, rico o pobre, negro, blanco o amarillo, judío musulmán o cristiano (peor cosa no podría ser.

Llegamos a la verdad donde nos detendremos el menor tiempo posible, es sólo, para evitar un suicidio en masa. En esta estación debo reconocer que estoy cansada de ser esta que soy, una eterna rebelde que para confirmar su desubicación social escribe y reflexiona. Algunos me creen el cuento. Llegamos a la estación de la ignorancia, esta es la estación de los que quieren vivir tranquilos, sin problemas. Aquí la vida es fácil, nadie espera nada de nadie, todos esperan todo de cualquiera, es decir, los políticos deciden cuento debes ganar, los militares cuanto debes perder, los curas cuanto debes aguantar y los sindicalistas cuando debes parar.
Entramos en la última etapa del viaje y sería bueno hacer un disparo de reflexiones, por ejemplo: La libertad es una vieja que conocí en la bohemia al lado de mucha gente y sin que nadie la viera, me dijo”: Tengo tres hijos, uno esta crucificado, el otro se ha vuelto loco y el tercero no ha llegado”.

Cuando pregunte a mi madre quien era mi padre dijo: Que sé yo, había tanta gente”. Estoy forzada a robar porque he llegado muy tarde, desde antes de nacer las cosas eran de alguien, por ejemplo, el poema 20 de Neruda, Alazor de Huidobro, los anti poemas de Parra y si quedaba algo más, se lo llevo otro cerebro. Un minuto de silencio, un segundo, un descuido… un hijo. ¡Ahí va el hombre que me gusta con la mujer que le gusta! Y rogaba a Dios una mujer y le “Señor, y le decía: “¿Mi señor, si María concibió sin pecar, podría yo pecar sin concebir? … Amen. ¡Madre hay una sola!... y justo vino a tocarme a mí, exclamo el hijo del año. Llegamos al cementerio, aquí termina el viaje. A descansar. A devolver la nariz, las manos, los ojos, a ese que nos presto la vida, la vida que nunca entendí, pero que de cualquier manera valía la pena vivir. Valía la pena haber sido una mujer para que algunos se sintieran más hombres. Valía la pena, perderme en el mundo, reencontrarme, volver y volver a perderme. Valía la pena comprobar que los problemas no son necesarios y que se puede vivir sin ellos. Valía la pena escribir, escribir sin generar ni un solo peso.

Valía la pena, vivir, pese a tanta muerte rondándome.

Valía la pena.

Intensamente Vivo


Facundo CABRAL

Como no tengo una mujer, vivo con todas, Como no tengo una casa, vivo en el mundo.

No necesito automóvil ni yate, porque los tienen mis amigos, es decir, soy una vagabundo first class. No tengo que ocuparme de los pobres porque para eso está la iglesia, ni preocuparme por los ricos porque para eso está el gobierno.

Nadie me obliga ir de compras o de vacaciones, no tengo ni que estar atento a la bolsa de Hong Kong, ni a la moda de Paris, es decir, que encontré el secreto, tener menos para tenerme más. Si Señor.

Que lindo, que lindo es verlos desde aquí juntos, y cuando se junte con el resto del mundo niños, no harán falta llaves en las puertas, ni fronteras, es decir que todos compartiremos todo, lo que quiere decir que reinará el buen humor, Clinton y Castro jugaran tenis en Cancún; Hussein llevará sus niños al cine y lo van a ver, lo van a ver porque ahora ya no se puede elegir, cambiamos o desaparecernos. El amor que nos trajo es el único que puede lograr que permanezcamos en este planeta maravilloso de delfines y ballenas; un planeta que inspiró, hasta hizo que hombres como Cesar Vallejo hicieran maravillas a partir de la tristeza; o Wuhitman a través de la voluntad, o Borges a través de la cabeza. Por ellos soy el Sancho de Jesús que es mi Quijote, por eso traigo canciones con estrellas y poemas con pájaros que son profetas atonizados; un poco de Borges, pero un poco de San Agustín, mares y ríos, cuevas y nidos, panes de la mesa grande donde come el padre. Traigo al gato de Juan el Bautista y a la cabeza de Salomé. Al sol del espejo y a la luna de la laguna; traigo mucho espacio y traigo mucho tiempo para llenar de infinito y de eternidad tu corazón porque eso es la canción. Rabrindranat Tagore, el poeta indio que bautizara Mahatma, es decir, alma grande a Gandhi decía; cuando el hombre trabaja Dios lo respeta, cuando el hombre canta Dios lo ama.

Manuel Machado, el hermano de Antonio decía, hasta que el pueblo las canta las coplas, coplas no son. Y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor; procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar que al volcar el corazón en el alma popular lo que se pierde de nombre se gana de eternidad. Bello.

Siglos vamos a escuchar las maravillas que alguna vez escribió Chabuca, las maravillas que nos recitaban y Nicomedes Santa Cruz, las milongas de Yupanqui, de Alfredo Zitarrosa, los cuentos de esa pasión que es Juan José Arreola, los ensayos de esa luz que es Octavio Paz, la magia extraordinaria de Gabriel García Márquez que me plagió sin años de soledad aprovechando que a mi aún no se me había ocurrido. Dice nuestro Martín Fierro, cantando me he de morir, cantando me han de enterrar y cantando he de llegar al pie del eterno padre. Desde el vientre de mi madre vine a este mundo a cantar. Decía Atahualpa Yupanqui nuestra voz mayor; cantor que canta a los pobres ni muerto se ha de callar, pues donde vaya a parar el canto de ese cristiano, siempre ha de haber un paisano que lo haga resucitar. Cantaba mi madre, el pobre que anda sin copla por esta vida prestada, más que pobre es un fantasma y más que fantasma es nada; y cuando tenia dos o tres copas de mas que eso era como las diez de la noche cantaba, a la flechas del amor la dispara un inconsciente de lo contrario no habría tanta desgraciada gente; y cuando tenia siete u ocho copas de más que eso era hacia las once y diez u once y cuarto de la noche, porque era puntual hasta para emborracharse, cantaba; que bonito estar juntitos como los pies del Señor, uno encimita del otro y un clavito entre los dos.

Mi madre creía, que el día del Juicio Final el Señor no nos va a juzgar uno por uno, ardua tarea; sino el promedio. Y si juzga el promedio estamos salvados porque la mayoría es buena gente, un poco boluda, pero buena gente, y lo de boludo se puede atenuar, pero no curar. Se puede ser cada año un poco menos boludo. El bien es mayoría decía pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace mas ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que construyen una nueva vida.

El bien se alimenta de si mismo, el mal se destruye asimismo; el tumor te mata, pero muere contigo y no siempre te mata. A veces te despierta, te hace más agradecido.

Mi madre decía, si los malos supieran que un buen negocio es ser bueno, serian buenos aunque fuera por negocio. Quien le cerraría la puerta Jesús, quien le pediría una tarjeta de crédito a San Francisco de Asís, quien le hubiese pedido documentos a la madre Teresa; yo he tenido la suerte de entrar a muchos países a su lado, jamás a nadie se le ocurrió a nadie pedirle un pasaporte a la Madre Teresa, así podemos llegar a vivir todos. Cada vez que yo llegaba a la casa de la madre Teresa, sentía que Dios recién había salido, el Dios que es justo porque Teresa murió de lo mejor que tenia, el corazón. Alguna vez, una señora inglesa que andaba por Calcuta tramitando un visita, un encuentro con Lady Di, vio a Teresa bañando un leproso y quedó aterrada y le dijo, madre yo no bañaría a un leproso ni por un millón de dólares y la madre le dijo yo tampoco porque un leproso solamente se le puede bañar por amor.

Mi madre creía que en la pobreza esta mas cerca el amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, nos aleja porque nos hace desconfiados, por eso era tan fácil enamorarse en mi pueblo, que el arco iris salía en blanco y negro, eso decía Matilde que prefería la depresión a la felicidad porque le duraba mas.

Todo lo que te sucede pasa por mi corazón, pasa por mi corazón, pues vos y yo somos lo mismo todas las cosas son Dios. Una vez estuve cerca y otras veces me perdí no es casual que me suceda lo que te sucedió a ti. Yo le dije al líder, Dios es mi único jefe; yo le dije al pobre lo mismo que le digo al rico, cuenta conmigo; o como mejor lo decía el viejo Whitman, me canto y me celebro, me celebro y me canto, y si me canto y me celebro, te celebro y te canto porque cada átomo que me pertenece te pertenece, porque cada átomo que te pertenece me pertenece, porque vos y yo somos la misma cosa.

Nacemos para encontrarnos, porque vuestros padres se encontraron ustedes están aquí. Por eso mi abuela decía, no entiendo hay mujeres que cuidan la virginidad como si fuesen las únicas que la tienen; creen que cuanto más tiempo la guardan más se cotiza; si te la dieron para compartir. La mujer es una gentileza que Dios tuvo con los hombres y los hombres son una gentileza que Dios tuvo con las mujeres; decir que no -decía la vieja- a una propuesta de amor, es decirle que no a Dios que es el mismísimo amor, y yo soy una mujer creyente y respetuosa del señor. Por eso la quería todo el pueblo.

La vida es el arte del encuentro; encontrarnos para confirma la gran noticia que trajo Jesús; uno solo es el padre por lo tanto todos somos hermanos, yo se que hay hermanos jodidos, pero son hermanos. Es jodido ser hermano de Pinochet pero es un hermano jodido; pero es un hermano.
Somos hijos del amor por eso nos equivocamos cuando decimos que hacemos el amor, no hacemos el amor, el amor nos hizo y nos va remodelando día por día; el amor nos trajo, por eso fuera de la felicidad son todos pretextos y la felicidad no es un derecho es un deber porque si no eres feliz estas jodiendo a todo el barrio. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir, es una perdida de tiempo; y hay para gozar la maravillosa tierra del fuego en Argentina, el cóndor que sobrevuela la cordillera, los conejos negros en la nieve, el chocolate de la Peruggia, todo Brahms, todo Mozard, todo Maler, De Buzi, Pou, Hugó, María Félix hace 50 años, Jane Fonda hace 25 años o Talía ahora mismo. Ya! Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una perdida de tiempo.

Esta es la otra Teresa, no la de Calcuta, la de mi pueblo, es todo lo contrario; no sé si me explico; bueno, no tan lo contrario porque el tema es el amor también, de otra manera. Teresa, era la hembra más importante de mi pueblo por eso todos corríamos para verla cruzar la plaza, porque nadie cruzó la plaza como Teresa. Nos pasábamos la mañana tendidos en la hierba esperando que saliera del fondo de su casa a tender la ropa, porque nadie colgó la ropa como Teresa, nadie; y miren que yo he visto colgar en el mundo, pero como Teresa, ¡oh! Era tan importante como hembra que el cura le pedía que no pasara por delante del templo a la hora de la misa porque lo dejaba sin gente. Cuando el cura se distraía mi abuela se metía en el confesionario y absolvía a todos; es demasiada corta la vida –decía- para vivir con culpas. Un día el cura cerró el templo y dejó un cartel en la puerta que decía que Dios está fuera voy a buscarlo; y nunca regresó, lo que nos hizo sospechar que se había encontrado con el Señor. El monaguillo andaba siempre borracho, por eso la campana del templo sonaba todo el día; por eso los ateos decían que en el pueblo no había tranquilidad por culpa de los cristianos; al final se tranquilizo cuando se casó con una actriz uruguaya que pasó de gira por el pueblo y fueron muy felices hasta que se conocieron. Alguna vez le pregunte a mi abuela ¿cuantos hijos tuvo el monaguillo? Cinco, me dijo. ¿Con la misma? Si, con la misma, pero con distintas mujeres, no sé si me explico.

Mi querido pueblo donde los hijos de los pobres se hicieron ricos por rencor, y los hijos de los ricos se hicieron políticos por aburrimiento.

Donde Teresa, noche a noche se llevaba lo que podía a la cama, si era hombre mejor. Donde me enseñaron lógica; lógica elemental, pero lógica al fin y al cabo; por ejemplo, las gallinas no tienen tetas porque los gallos no tienen manos. Dios sabe lo que hace, Dios hace una teta, hace una mano; hace otra teta hace otra mano.

Mi querido pueblo donde Manolo el que vino de Galicia de puro tacaño por no encender la luz tuvo un hijo con su hermana. Sus amigos de la mafia lo mandaron a Bolivia a buscar coca y trajo pepsi.

Vendió el televisor para compra la video-ca-se-te-ra. Una tarde cuando un forastero le estaba robando a Manolo el poco dinero que llevaba encima, apareció del desierto un jinete con sombrero, antifaz y capa negra, se tiro de su hermoso caballo negro y le dio dos golpes al ladrón, le saco el dinero, se lo devolvió a Manolo después sacó la espada y le hizo al ladrón en el pecho zip, zip, zip; envainó su espada, saltó a su hermoso caballo negro y se perdió por el desierto, Manolo asombrado, conmovido y agradecido le gritó gracias Zuperman. Además de boludo con faltas de ortografía, Zuperman, y el hijo era igual, igual de boludo. Un DÍA le pregunté al niño como te llamas, y me dijo un momentito, que los cumpla feliz, que los cumpla feliz,... Alberto me llamo. Un día el niño le dijo a la madre; mamá que buena idea tuviste de ponerme Alberto, ¿por qué mi amor?; porque en la escuela todos me dicen Alberto. Una tarde el niño le dijo a la madre; mamá no me esperes a cenar, ¿por qué mi amor?; porque ya estoy aquí. Al final Manolo se tomó un litro de insecticida para matar la mosca que se había tragado y murió envenenado.

Cuando Dios bajaba a mi pueblo, se arreglaban las planchas que no funcionaban, las cosas perdidas volvían a su lugar, los noticieros solo daban buenas noticias, los impotentes y las frígidas hacían el amor frenéticamente toda la noche, y a la mañana todos se veían hermosos en el espejo lo que confirmaba que Dios había pasado la noche en el pueblo, aunque nadie se diera cuenta. En una de sus visitas el Señor le preguntó al cura que quería y este le dijo; que acabes con el maldito pastor protestante. Cuando el Señor le preguntó al pastor protestante que quería este le dijo; que acabes con el maldito cura. Cuando el Señor le preguntó al rabino del pueblo que quería este le dijo “Señor para mí sería suficiente con que cumplieras el deseo de estos dos caballeros.

Por el rabino de mi pueblo supimos que la mujer en el paraíso mordió la manzana cinco minutos antes que el hombre y sigue manteniendo esos cinco minutos de ventaja hasta ahora. Y lo mismo nos pasa con los hermanos de la Comunidad Judía que siempre estuvieron cinco minutos delante nuestro; por ejemplo, Moisés honorable judío se ocupó de nuestra cabeza, Jesús honorable judío se ocupó de nuestro corazón, Marx honorable judío se ocupó de nuestro estomago y Froid honorable judío se ocupó de nuestro sexo. Después llegó otro honorable judío Einstein y nos demostró que todo eso era relativo.

Por el rabino de mi pueblo supimos que en Israel, la policía para acabar con una manifestación saca una alcancía.

Por el rabino de mi pueblo supimos que Moisés llevó al pueblo hebreo por el desierto porque le dio vergüenza llevarlo por la ciudad.

Por el rabino de mi pueblo supimos que los judíos lloran en el muro de los lamentos porque los árabes no le quieren pagar la mitad de la pared.
Mi pueblo tenia una sola calle, a la que una alcalde moderno la hizo de un solo sentido y en lo que mi pueblo está al final del mundo, todos los que nos fuimos nunca pudimos volver si cometer una infracción; es decir, entrar pagando una multa.

En el pueblo había un solo ladrón y un solo policía, lo que quiere decir que cada vez que nos faltaba algo ya sabíamos quienes podían ser.

La maestra del pueblo era Dorotea, era muy respetada por eso cambió de pueblo a ver si tenia más suerte. Mi abuela decía “Dorotea no es virgen por buena sino por fea con esa cara no es ninguna virtud, mas bien es un acto de injusticia”.

Sebastián era el pícaro del pueblo, se la pasaba engañando a la gente, por eso cuando los peronistas ganaron las selecciones lo pusieron de jefe de prensa y difusión. Era el hombre justo, hubiera hecho una gran carrera política pero una mujer lo agotó, lo agotó porque quería que saliera a la mañana como si fuera Kisinguer y volviera a la noche como si fuera Tarzán. Al final lo tuvimos que internar. Una mañana, la enfermera que le estaba tomando la presión con esa goma que se infla, se distrajo hablando por teléfono y siguió inflando, inflando, inflando, inflando, inflando, inflando hasta que Sebastián se convirtió en una pelota de goma grande y así, salió por la ventana del hospital y anduvo volando sobre el pueblo como dos horas, la gente del pueblo asombrada lo miraba y decía “Esto es una injusticia del Señor porque a éste que fue un hijo de puta Dios lo convirtió en un ángel”. Después cayó, cayó en el fondo de la casa del comisario y su foso es tan grande que aparecieron tres empresarios, dos jueces y un abogado que habían desaparecido tiempo atrás.

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo, buscó la casa del zapatero y le dijo “hermano soy muy pobre no tengo una sola moneda encima, estas son mis únicas sandalias y están rotas, si tu me hicieras el favor”. Estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar. El Señor le dijo yo podría darte lo que tú necesitas. El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó “¿tú podrías darme el millón de dólares que yo necesito para ser feliz? El Señor le dijo, yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo. A cambio de que, preguntó el zapatero. A cambio de tus piernas, el zapatero preguntó para que quiero yo 10 millones de dólares sino voy a poder caminar, y entonces el Señor le dijo, puedo darte 100 millones de dólares a cambio de tus brazos, el zapatero preguntó para que voy a querer yo 100 millones de dólares si ni siquiera voy a poder comer solo, entonces el Señor dijo, puedo darte 1.000 millones de dólares a cambio de tus ojos, el zapatero pensó poco y preguntó para que quiero yo 1.000 millones de dólares si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos entonces el Señor le dijo, ah! Hermano, hermano que fortuna tienes y no te das cuenta.

El Vagabundo


Facundo CABRAL


Como no tengo una mujer, vivo con todas, Como no tengo una casa, vivo en el mundo.

No necesito automóvil ni yate, porque los tienen mis amigos, es decir, soy una vagabundo first class. No tengo que ocuparme de los pobres porque para eso está la iglesia, ni preocuparme por los ricos porque para eso está el gobierno.

Nadie me obliga ir de compras o de vacaciones, no tengo ni que estar atento a la bolsa de Hong Kong, ni a la moda de Paris, es decir, que encontré el secreto, tener menos para tenerme más. Si Señor.

Que lindo, que lindo es verlos desde aquí juntos, y cuando se junte con el resto del mundo niños, no harán falta llaves en las puertas, ni fronteras, es decir que todos compartiremos todo, lo que quiere decir que reinará el buen humor, Clinton y Castro jugaran tenis en Cancún; Hussein llevará sus niños al cine y lo van a ver, lo van a ver porque ahora ya no se puede elegir, cambiamos o desaparecernos. El amor que nos trajo es el único que puede lograr que permanezcamos en este planeta maravilloso de delfines y ballenas; un planeta que inspiró, hasta hizo que hombres como Cesar Vallejo hicieran maravillas a partir de la tristeza; o Wuhitman a través de la voluntad, o Borges a través de la cabeza. Por ellos soy el Sancho de Jesús que es mi Quijote, por eso traigo canciones con estrellas y poemas con pájaros que son profetas atonizados; un poco de Borges, pero un poco de San Agustín, mares y ríos, cuevas y nidos, panes de la mesa grande donde come el padre. Traigo al gato de Juan el Bautista y a la cabeza de Salomé. Al sol del espejo y a la luna de la laguna; traigo mucho espacio y traigo mucho tiempo para llenar de infinito y de eternidad tu corazón porque eso es la canción. Rabrindranat Tagore, el poeta indio que bautizara Mahatma, es decir, alma grande a Gandhi decía; cuando el hombre trabaja Dios lo respeta, cuando el hombre canta Dios lo ama.

Manuel Machado, el hermano de Antonio decía, hasta que el pueblo las canta las coplas, coplas no son. Y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor; procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar que al volcar el corazón en el alma popular lo que se pierde de nombre se gana de eternidad. Bello.

Siglos vamos a escuchar las maravillas que alguna vez escribió Chabuca, las maravillas que nos recitaban y Nicomedes Santa Cruz, las milongas de Yupanqui, de Alfredo Zitarrosa, los cuentos de esa pasión que es Juan José Arreola, los ensayos de esa luz que es Octavio Paz, la magia extraordinaria de Gabriel García Márquez que me plagió sin años de soledad aprovechando que a mi aún no se me había ocurrido. Dice nuestro Martín Fierro, cantando me he de morir, cantando me han de enterrar y cantando he de llegar al pie del eterno padre. Desde el vientre de mi madre vine a este mundo a cantar. Decía Atahualpa Yupanqui nuestra voz mayor; cantor que canta a los pobres ni muerto se ha de callar, pues donde vaya a parar el canto de ese cristiano, siempre ha de haber un paisano que lo haga resucitar. Cantaba mi madre, el pobre que anda sin copla por esta vida prestada, más que pobre es un fantasma y más que fantasma es nada; y cuando tenia dos o tres copas de mas que eso era como las diez de la noche cantaba, a la flechas del amor la dispara un inconsciente de lo contrario no habría tanta desgraciada gente; y cuando tenia siete u ocho copas de más que eso era hacia las once y diez u once y cuarto de la noche, porque era puntual hasta para emborracharse, cantaba; que bonito estar juntitos como los pies del Señor, uno encimita del otro y un clavito entre los dos.

Mi madre creía, que el día del Juicio Final el Señor no nos va a juzgar uno por uno, ardua tarea; sino el promedio. Y si juzga el promedio estamos salvados porque la mayoría es buena gente, un poco boluda, pero buena gente, y lo de boludo se puede atenuar, pero no curar. Se puede ser cada año un poco menos boludo. El bien es mayoría decía pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace mas ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que construyen una nueva vida. El bien se alimenta de si mismo, el mal se destruye asimismo; el tumor te mata, pero muere contigo y no siempre te mata. A veces te despierta, te hace más agradecido.

Mi madre decía, si los malos supieran que un buen negocio es ser bueno, serian buenos aunque fuera por negocio. Quien le cerraría la puerta Jesús, quien le pediría una tarjeta de crédito a San Francisco de Asís, quien le hubiese pedido documentos a la madre Teresa; yo he tenido la suerte de entrar a muchos países a su lado, jamás a nadie se le ocurrió a nadie pedirle un pasaporte a la Madre Teresa, así podemos llegar a vivir todos. Cada vez que yo llegaba a la casa de la madre Teresa, sentía que Dios recién había salido, el Dios que es justo porque Teresa murió de lo mejor que tenia, el corazón. Alguna vez, una señora inglesa que andaba por Calcuta tramitando un visita, un encuentro con Lady Di, vio a Teresa bañando un leproso y quedó aterrada y le dijo, madre yo no bañaría a un leproso ni por un millón de dólares y la madre le dijo yo tampoco porque un leproso solamente se le puede bañar por amor.

Mi madre creía que en la pobreza esta mas cerca el amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, nos aleja porque nos hace desconfiados, por eso era tan fácil enamorarse en mi pueblo, que el arco iris salía en blanco y negro, eso decía Matilde que prefería la depresión a la felicidad porque le duraba mas.

Todo lo que te sucede pasa por mi corazón, pasa por mi corazón, pues vos y yo somos lo mismo todas las cosas son Dios. Una vez estuve cerca y otras veces me perdí no es casual que me suceda lo que te sucedió a ti. Yo le dije al líder, Dios es mi único jefe; yo le dije al pobre lo mismo que le digo al rico, cuenta conmigo; o como mejor lo decía el viejo Whitman, me canto y me celebro, me celebro y me canto, y si me canto y me celebro, te celebro y te canto porque cada átomo que me pertenece te pertenece, porque cada átomo que te pertenece me pertenece, porque vos y yo somos la misma cosa.

Nacemos para encontrarnos, porque vuestros padres se encontraron ustedes están aquí. Por eso mi abuela decía, no entiendo hay mujeres que cuidan la virginidad como si fuesen las únicas que la tienen; creen que cuanto más tiempo la guardan más se cotiza; si te la dieron para compartir. La mujer es una gentileza que Dios tuvo con los hombres y los hombres son una gentileza que Dios tuvo con las mujeres; decir que no -decía la vieja- a una propuesta de amor, es decirle que no a Dios que es el mismísimo amor, y yo soy una mujer creyente y respetuosa del señor. Por eso la quería todo el pueblo.

La vida es el arte del encuentro; encontrarnos para confirma la gran noticia que trajo Jesús; uno solo es el padre por lo tanto todos somos hermanos, yo se que hay hermanos jodidos, pero son hermanos. Es jodido ser hermano de Pinochet pero es un hermano jodido; pero es un hermano.

Somos hijos del amor por eso nos equivocamos cuando decimos que hacemos el amor, no hacemos el amor, el amor nos hizo y nos va remodelando día por día; el amor nos trajo, por eso fuera de la felicidad son todos pretextos y la felicidad no es un derecho es un deber porque si no eres feliz estas jodiendo a todo el barrio. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir, es una perdida de tiempo; y hay para gozar la maravillosa tierra del fuego en Argentina, el cóndor que sobrevuela la cordillera, los conejos negros en la nieve, el chocolate de la Peruggia, todo Brahms, todo Mozard, todo Maler, De Buzi, Pou, Hugó, María Félix hace 50 años, Jane Fonda hace 25 años o Talía ahora mismo. Ya! Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto que sufrir es una perdida de tiempo.

Esta es la otra Teresa, no la de Calcuta, la de mi pueblo, es todo lo contrario; no sé si me explico; bueno, no tan lo contrario porque el tema es el amor también, de otra manera. Teresa, era la hembra más importante de mi pueblo por eso todos corríamos para verla cruzar la plaza, porque nadie cruzó la plaza como Teresa. Nos pasábamos la mañana tendidos en la hierba esperando que saliera del fondo de su casa a tender la ropa, porque nadie colgó la ropa como Teresa, nadie; y miren que yo he visto colgar en el mundo, pero como Teresa, ¡oh! Era tan importante como hembra que el cura le pedía que no pasara por delante del templo a la hora de la misa porque lo dejaba sin gente. Cuando el cura se distraía mi abuela se metía en el confesionario y absolvía a todos; es demasiada corta la vida –decía- para vivir con culpas. Un día el cura cerró el templo y dejó un cartel en la puerta que decía que Dios está fuera voy a buscarlo; y nunca regresó, lo que nos hizo sospechar que se había encontrado con el Señor. El monaguillo andaba siempre borracho, por eso la campana del templo sonaba todo el día; por eso los ateos decían que en el pueblo no había tranquilidad por culpa de los cristianos; al final se tranquilizo cuando se casó con una actriz uruguaya que pasó de gira por el pueblo y fueron muy felices hasta que se conocieron. Alguna vez le pregunte a mi abuela ¿cuantos hijos tuvo el monaguillo? Cinco, me dijo. ¿Con la misma? Si, con la misma, pero con distintas mujeres, no sé si me explico.

Mi querido pueblo donde los hijos de los pobres se hicieron ricos por rencor, y los hijos de los ricos se hicieron políticos por aburrimiento. Donde Teresa, noche a noche se llevaba lo que podía a la cama, si era hombre mejor. Donde me enseñaron lógica; lógica elemental, pero lógica al fin y al cabo; por ejemplo, las gallinas no tienen tetas porque los gallos no tienen manos. Dios sabe lo que hace, Dios hace una teta, hace una mano; hace otra teta hace otra mano.

Mi querido pueblo donde Manolo el que vino de Galicia de puro tacaño por no encender la luz tuvo un hijo con su hermana. Sus amigos de la mafia lo mandaron a Bolivia a buscar coca y trajo pepsi.

Vendió el televisor para compra la video-ca-se-te-ra. Una tarde cuando un forastero le estaba robando a Manolo el poco dinero que llevaba encima, apareció del desierto un jinete con sombrero, antifaz y capa negra, se tiro de su hermoso caballo negro y le dio dos golpes al ladrón, le saco el dinero, se lo devolvió a Manolo después sacó la espada y le hizo al ladrón en el pecho zip, zip, zip; envainó su espada, saltó a su hermoso caballo negro y se perdió por el desierto, Manolo asombrado, conmovido y agradecido le gritó gracias Zuperman. Además de boludo con faltas de ortografía, Zuperman, y el hijo era igual, igual de boludo. Un DÍA le pregunté al niño como te llamas, y me dijo un momentito, que los cumpla feliz, que los cumpla feliz,... Alberto me llamo. Un día el niño le dijo a la madre; mamá que buena idea tuviste de ponerme Alberto, ¿por qué mi amor?; porque en la escuela todos me dicen Alberto. Una tarde el niño le dijo a la madre; mamá no me esperes a cenar, ¿por qué mi amor?; porque ya estoy aquí. Al final Manolo se tomó un litro de insecticida para matar la mosca que se había tragado y murió envenenado.

Cuando Dios bajaba a mi pueblo, se arreglaban las planchas que no funcionaban, las cosas perdidas volvían a su lugar, los noticieros solo daban buenas noticias, los impotentes y las frígidas hacían el amor frenéticamente toda la noche, y a la mañana todos se veían hermosos en el espejo lo que confirmaba que Dios había pasado la noche en el pueblo, aunque nadie se diera cuenta. En una de sus visitas el Señor le preguntó al cura que quería y este le dijo; que acabes con el maldito pastor protestante. Cuando el Señor le preguntó al pastor protestante que quería este le dijo; que acabes con el maldito cura. Cuando el Señor le preguntó al rabino del pueblo que quería este le dijo “Señor para mí sería suficiente con que cumplieras el deseo de estos dos caballeros.

Por el rabino de mi pueblo supimos que la mujer en el paraíso mordió la manzana cinco minutos antes que el hombre y sigue manteniendo esos cinco minutos de ventaja hasta ahora. Y lo mismo nos pasa con los hermanos de la Comunidad Judía que siempre estuvieron cinco minutos delante nuestro; por ejemplo, Moisés honorable judío se ocupó de nuestra cabeza, Jesús honorable judío se ocupó de nuestro corazón, Marx honorable judío se ocupó de nuestro estomago y Froid honorable judío se ocupó de nuestro sexo. Después llegó otro honorable judío Einstein y nos demostró que todo eso era relativo.

Por el rabino de mi pueblo supimos que en Israel, la policía para acabar con una manifestación saca una alcancía.

Por el rabino de mi pueblo supimos que Moisés llevó al pueblo hebreo por el desierto porque le dio vergüenza llevarlo por la ciudad.

Por el rabino de mi pueblo supimos que los judíos lloran en el muro de los lamentos porque los árabes no le quieren pagar la mitad de la pared.
Mi pueblo tenia una sola calle, a la que una alcalde moderno la hizo de un solo sentido y en lo que mi pueblo está al final del mundo, todos los que nos fuimos nunca pudimos volver si cometer una infracción; es decir, entrar pagando una multa.

En el pueblo había un solo ladrón y un solo policía, lo que quiere decir que cada vez que nos faltaba algo ya sabíamos quienes podían ser.

La maestra del pueblo era Dorotea, era muy respetada por eso cambió de pueblo a ver si tenia más suerte. Mi abuela decía “Dorotea no es virgen por buena sino por fea con esa cara no es ninguna virtud, mas bien es un acto de injusticia”.

Sebastián era el pícaro del pueblo, se la pasaba engañando a la gente, por eso cuando los peronistas ganaron las selecciones lo pusieron de jefe de prensa y difusión. Era el hombre justo, hubiera hecho una gran carrera política pero una mujer lo agotó, lo agotó porque quería que saliera a la mañana como si fuera Kisinguer y volviera a la noche como si fuera Tarzán. Al final lo tuvimos que internar. Una mañana, la enfermera que le estaba tomando la presión con esa goma que se infla, se distrajo hablando por teléfono y siguió inflando, inflando, inflando, inflando, inflando, inflando hasta que Sebastián se convirtió en una pelota de goma grande y así, salió por la ventana del hospital y anduvo volando sobre el pueblo como dos horas, la gente del pueblo asombrada lo miraba y decía “Esto es una injusticia del Señor porque a éste que fue un hijo de puta Dios lo convirtió en un ángel”. Después cayó, cayó en el fondo de la casa del comisario y su foso es tan grande que aparecieron tres empresarios, dos jueces y un abogado que habían desaparecido tiempo atrás.

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo, buscó la casa del zapatero y le dijo “hermano soy muy pobre no tengo una sola moneda encima, estas son mis únicas sandalias y están rotas, si tu me hicieras el favor”. Estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar. El Señor le dijo yo podría darte lo que tú necesitas. El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó “¿tú podrías darme el millón de dólares que yo necesito para ser feliz? El Señor le dijo, yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo. A cambio de que, preguntó el zapatero. A cambio de tus piernas, el zapatero preguntó para que quiero yo 10 millones de dólares sino voy a poder caminar, y entonces el Señor le dijo, puedo darte 100 millones de dólares a cambio de tus brazos, el zapatero preguntó para que voy a querer yo 100 millones de dólares si ni siquiera voy a poder comer solo, entonces el Señor dijo, puedo darte 1.000 millones de dólares a cambio de tus ojos, el zapatero pensó poco y preguntó para que quiero yo 1.000 millones de dólares si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos entonces el Señor le dijo, ah! Hermano, hermano que fortuna tienes y no te das cuenta.

El Pendejo


Facundo CABRAL

Mi abuela decía:
Habría que acabar con los uniformes que le dan la autoridad a cualquiera!
Que es un general desnudo?
Y tenía razón!
Y tenía derecho a hablar de esto, porque estuvo casada con un coronel que era realmente un hombre valiente, solo le tenia miedo a algo…..a los Pendejos.
Un día le pregunté por qué y me respondió:

-Porque son muchos y no hay forma de cubrir semejante frente. Y por temprano que te levantes a donde quiera que tu vayas, ya está lleno de pendejos, y son peligrosos porque al ser mayoría eligen hasta al Presidente....!!!!

Los hay de toda categoría por ejemplo esta:
El pendejo informático: que es un pendejo computado.
El pendejo burócrata: que es oficialmente pendejo
El pendejo optimista: que cree que no es pendejo
El pendejo pesimista: que cree que es el único pendejo
El pendejo esférico: que es pendejo por todos lados
El pendejo fosforescente: porque de noche se ve, que por allá viene un pendejo
El pendejo de referencia, Alberto, donde estas. aahhhh ya te vi ,al lado del pendejo de la chaqueta gris
El pendejo consiente: por que el sabe que es pendejo
El de sangre azul, porque es hijo y nieto de pendejos
Y el más peligroso de todos: El pendejo demagogo, que cree que el pueblo es pendejo

El Paraíso no está perdido... sino Olvidado


Facundo CABRAL

Vengo cuando hay que venir a decir lo que hay que decir, fundamentalmente que el paraíso no está perdido sino olvidado y que en una eternidad siempre se puede empezar de nuevo.

El artista debe decir todo (la verdad es totalidad y la totalidad incluye a la imaginación), por peligroso que sea, además, si no se dice la verdad es inútil hablar ¿Usted siempre dice la verdad? Le preguntaron a mi madre, que contestó: Sí ¿o usted conoce otra manera de diálogo? Si no decimos la verdad sufrimos una muerte lenta y misteriosa, todo se llena de un extraño silencio, un silencio diplomático es decir enfermizo y suicida, un vacío discreto y continuado que nunca se sabe dónde terminará, ni siquiera dónde comenzó.

La tarea del artista es provocar el vuelo, alentar la humanidad, abrir todas las ventanas. Yo no estoy fuera de la vida juzgándola sino dentro viviéndola, no soy un crítico ni un espectador sino un protagonista que morirá por el fuego, no por el humo, es decir por la acción no por la idea.

Han dicho que soy un Borges on the rocks, la versión divertida de la Enciclopedia Británica, un Woody Allen cristiano, la voz de una revolución todavía posible, un ángel sin escrúpulos, el apóstol que le faltaba a Jesús, un médico del alma, el último anarquista. Para algunos soy un peligro social y para la UNESCO un mensajero mundial de la Paz, pero en realidad soy un vagabundo desaforado, alguien que buscó y busca en todos los rincones del mundo, al espejo que lo ayude a reconocerse, la provocación que le despierte el punto central, el que armoniza con todo el Universo del que lo sepamos o no, somos parte.

Nadie es lo que no fue y nadie será lo que no es, es decir que al futuro lo venimos planeando desde el pasado, entonces tenemos la edad de lo que recordamos y somos, ante todo lo que amamos. Entonces a mí, a través mío también canta Hermes Trismegisto, Lao Tsé, Salomón, San Agustín, Erasmo de Rotterdam, San Francisco, Walt Whitman, Rlmbaud, Julio Verne, Bahaullah, Krishnamurti, Blake, Gandhi, Almafuerte, Macedonio Fernández y tantos anónimos a los que debo un llamado de atención (derviches, beduinos del Néguev, tarahumaras, lacandones, chamulas, shadús), un nuevo despertar en la eternidad de siempre.

No tengo compromiso con lo que no amo y menos con lo que no creo, tampoco con la mayoría, siempre dispuesta a ahogar al individuo, que es lo único verdadero, me siento tan libre, tan dueño de mi, tan confiado en la vida que no temo cometer errores, es más me divierten y me crecen, tengo tanto que hacer conmigo mismo que no me preocupa lo que digan los demás, que son lo de menos, una abstracción con la que nunca viviré (mañana puedo decir lo contrario y eso significará que estoy en movimiento, es decir vivo). No me interesan las tradiciones y las costumbres, redes de las que hay que huir si uno quiere volar, que es el deber y el derecho cósmico del individuo, no es bueno lo estático en un mundo en constante movimiento, por eso no puede haber reglas fijas, como no hay un lugar mejor que buscar porqué la Tierra es parte del Cielo, que es el símbolo de la vida eterna que está dentro de uno. Soy feliz porque, casi en la tercera edad y con una salud endeble, sigo provocando el deseo de vivir en la gente. Soy un cantor popular pero pretencioso porque todavía creo en la revolución fundamental, que es revolucionarse.

En el camino siempre encuentro cosas que me enriquecerán, y andando al azar nunca hay rutina, todo es novedoso, entonces uno aprende a no dar nada por sentado, todo es una clave que nos lleva a otra cosa, así se desarrolla el olfato que siempre encuentra lo interesante. Nada como vagar, y nada mejor que leer cuando no hay nada que hacer (ante todo soy un vagabundo literario, o vagabundeo por la literatura, quiero convertir al mundo en un libro, algo que le hubiera gustado mucho a Mallarmé). Me produce mucho placer saber que me voy a acostar y a levantar cuando quiera, que no dependo de una casa discográfica ni de un canal de televisión, ni de una secretaría de cultura, que voy a cantar lo que quiero donde quiera y cuando se me da la gana, es más, ni yo mismo sé qué voy a cantar cuando salgo al escenario, pero seguro que será lo que Dios quiera, es como lanzarse al vacío, y eso me excita tanto a mí como a la gente que viene a escucharme, yo me estimulo con la sorpresa y el oyente con la esperanza de que venga algo de los dioses o del mismísimo demonio.

Te contaré el secreto: hay que tener menos para tenerse más. Como yo no tengo nada me salvo de la envidia, y como no tengo una mujer soy amigo de todas (mi madre decía: Soy tan pobre que ni siguiera tengo un patrón). Además, si no consumes eres más libre, tienes más tiempo para vivir, para andar por todas partes, tranquilo, liviano, porque no hay nada que cuidar, entonces puedes ser un hombre, no un policía que cuida lo que tarde o temprano será basura.

Cuando estás en la búsqueda, ardiendo de amor por la luz, los errores se debilitan como el rencor, entonces se deja ver el conocimiento que, ante todo, te fortifica, la bondad que te acerca a la certeza porque la vida es amor porque Dios es amor, entonces se refresca tu vida de tal manera que todo es nuevo para ti porque lo ves de una manera más amplia, más generosa (cuando Dios se manifiesta en ti ves hasta el corazón del átomo más pequeño, en todas las cosas se manifiesta el Padre, entonces tu vida es una luminosa fiesta, una fiesta que gozas serenamente porque sabes que es para siempre).

Cuando te liberas de todo apego te abrazan todas las cosas, como a mí este hotel magnífico, como sus grandes pasillos claros, a la pequeña mulata que pasa sin saber que para mí es el arte, una obra tan bella como el profundo Cézanne, como el inteligente Giacometti, como el purísimo Matisse de los últimos momentos, como Juan Francisco durmiendo en los brazos de Sylvia, como el sol cayendo entre los cactus de Aruba y Alexandra en las sábanas negras.

Cuando te liberes de la mordaza podrás llamarlo, y Él acudirá a tu llamado como acudió al mío, y su perfume te embriagará y te crecerá de tal manera que tu presencia en el mundo será otra manifestación del arte, tanto que tu sola palabra levantará ciudades nuevas, donde la armonía enriquecerá con la justicia a todos, donde nadie tendrá que cuidar nada porque todo será de todos.

Estoy bien porque estoy en lo que amo, y en esto tiene mucho que ver el yoga, que interrumpe la actividad mental para que vivenciemos la plenitud, para que sintamos lo universal, para que comprendamos que somos parte del todo, por eso cuando arrancamos una flor se mueve una estrella. Cuando la mente está inmóvil oímos completa la canción de la vida, sin las divisiones de la mente, danzamos con los otros y con el viento. Somos agua del mar, polvo de la tierra, vivenciamos que somos parte de Dios, que es todo lo que es.

Cuidado con la bofetada que vas a dar porque dará la vuelta al mundo y volverá a tu mejilla.

En todas partes se me acercan los que no esperan ordenes de afuera, los que no son dirigidos desde un púlpito o desde la televisión, en cualquier lugar aparecen, siempre aparte de los centros convencionales que santifican los mercaderes que viven con exceso del rebaño eternamente carenciado, individuos que están fuera de control de los que vigilan todo porque saben que lo mediocre cambia de mano fácilmente, individuos que eligen su propio camino, que buscan por donde nadie buscó, que se arriman a los rincones más oscuros, que no esquivan el peligro, que siguen a la intuición porque saben que en cada uno hay algo nuevo, potencialidades únicas(cuando encuentres un sendero aléjate porque es el camino de otro y seguir el camino de otro, por muy luminoso que sea, es perderse), individuos que el arte debe invertir los ordenes autorizados, los modos establecidos, que debe abrir y proponer maneras y caminos nuevos porque el arte, si no es revolucionario, si no agita, no es arte.

Acciona en lugar de reaccionar, crea en lugar de contestar, libérate de los agotadores vicios de querer convencer y gustar, hazlo por ti, has lo que quieres y te sentirás muy bien contigo mismo, que es lo que importa (sólo alcanzan la plenitud los que se respetan a sí mismos), entonces le darás más a los demás, vuelve a nacer pero ahora dentro tuyo, supera los apegos que te sacan del camino, sigue a tu corazón, al que no dejan de llamar las bellezas del mundo, nada te impide la consumación espiritual, tú sabes que tu vida no está donde debería, que todavía te complicas en búsquedas ordenadas y competencias idiotas, tú sabes que ya es hora de ponerte en contacto con lo mejor tuyo, recuerda que en cada vida se realiza el todo y que hasta los actos más pequeños conforman la personalidad. La Humanidad se mueve, crece y vuela por los individuos (es inimaginable la Humanidad sin individuos), el sentido de la vida está en el individuo.

El mensajero que trae la buena nueva siempre comienza con una llamada, el mensajero viene a pedirnos que prestemos atención, que no sigamos a nadie, que estemos alertas, que veamos y escuchemos, que despertemos de una buena vez porque ya es hora de darnos cuenta, de animarnos a esta gran aventura que es la vida, el mensajero nos invita a dejar la ilusión de la seguridad, la celda social que creemos la realidad, para entrar en nuestra propia y tan temida soledad donde nos espera el otro, el gigante que desconocemos y que también somos, la fortuna que Dios nos dio para siempre, la riqueza que pocos sabemos que todos tenemos, y que sólo podemos alcanzar cuando nos liberamos de los compromisos sociales, el mensajero nos recuerda que es hora de abandonar la sombría existencia a que nos condenamos, este es el momento porque ya sospechamos que la vida debe ser algo más, ahora mismo debemos pasar del mundo externo al interno, ahora mismo debemos cambiar el caos social, por el silencio de adentro, donde vive para siempre lo esencial, el reino de los sueños que se anticipan a la vigilia.

Dios no nos echó del Paraíso, estamos dentro de él (o no es paradisíaco el mar y los delfines, la selva, las flores y las montañas, las frutas y las mujeres, la música y la primavera), solo tenemos que darnos cuenta, abrir los ojos y cambiar nuestra actitud frente a la vida, liberar a nuestra cabeza de la mala información, que es por la que tenemos una mala visión, divorciarnos del inútil suicidio que es la culpa, deshacernos de lo cultural, que son datos generales no individuales, que es donde vivenciamos la vida (para cada hombre guarda un nuevo camino Dios).
Si no respondes al llamado, si te quedas en lo seguro, si tienes miedo de sumarte a la corriente de la vida, que nunca se detiene, tarde o temprano el hastió te adelantará la sombra de la muerte, el miedo traerá el aburrimiento y tu existencia será una maldición, a la que no podrás justificar con tus virtudes de ciudadano, de padre atento e hijo correcto.

Si le das la espalda a la búsqueda, al viaje inevitable aumentará tu esclavitud, todo te resultará pesado porque pesadas son las cadenas de la sociedad, cárcel a la que se condenan los que le temen a la libertad y sus cambios permanentes porque son permanentes las propuestas de la vida, te sentirás empobrecido, y lo que es peor, traicionado por ti mismo, y no hay peor traición que darle la espalda a la vida, que a la larga te llevará a la fuerza, es decir mal, con dolor, por eso hasta lo mas simple te costara mucho. Todo tu ser sabe que te estas negando las aventuras inevitables, la locura necesaria para lanzarte por la ventana al corazón de la fiesta entonces la ansiedad te turbará la vista. Lo positivo de la vida que no vives se tornara negativo dentro tuyo, es decir te pudrirá por dentro, por eso estarás constantemente insatisfecho, pero si vives profundamente lo amado Dios irá contigo para enriquecerte a cada paso, todo te guiará cuando el amor, que es valentía, te lleve de la mano por la vida, de lo contrario todo será duro, amargo, grosero, difícil, y lo que es peor, para nada (seguir a los demás es un suicidio, entrar en la vida es seguirse a uno mismo, es decir a tu voz interior, donde eres para siempre porque es una parte de lo eterno, y esa luz te iluminará todos los caminos, y esa fuerza derribará todos los muros, y ese amor abrirá todas las puertas, puertas que tú solo verás, posibilidades impensables para los esclavos del miedo). Acude inmediatamente al llamado de la aventura, no esquives al peligro, inevitable es la vida que, ante todo, es movimiento, un juego excitante porque nunca conoceremos sus reglas (lo único seguro es la inseguridad).

Abre la puerta a lo nuevo, entra con el corazón en la mano a la selva mas oscura y mas rica porque todo es novedad, no lo pienses, vale la pena cruzar el umbral, tirarse al mar al que solo escuchaste de muy lejos, embarcarse en todas las direcciones, vale la pena arriesgarse a navegar entre las rocas, a pasar por los lugares más estrechos (peligro es salvación), solo yendo de extremo a extremo podrás saber que la verdad está en el promedio, que justicia es armonía de desiguales, y debes estar atento porque en cualquier momento se te revelará por dónde te dejará pasar el muro, entonces sabrás de qué se trata todo esto, dejarás a la Madre para ir hacia el Padre, sin perder de vista al mundo alcanzarás al Espíritu, tu consciente se abrazará con tu inconsciente, entonces meterás tus manos iluminadas en la tierra y calmarás el dolor de cualquiera con solo una mirada, entonces crecerás constantemente sin darte cuenta, jugando con las flores de lo esencial, ayudado por todo aunque no pidas nada, casi San Agustín un minuto antes de la mudanza, tan bienaventurado que gozarás todo sin quedarte con nada, en nada ni en nadie porque tu amor serán todos, entonces la fiesta será en todo momento, el casamiento con el mundo sucederá a cada instante (esto lo pienso para ti en medio de la selva, tan peligrosa como prodigiosa).

Cantando voy sacando todo hasta que llego al fondo, donde está el tesoro con el que llegué al mundo, al que después fui tapando y olvidando con las tonterías que acumulé en la superficial vida social (cuando me abro para dejar pasar a la energía cósmica por mí, curo todos mis males y ayudo a curar a los demás). Cuando canto comparto la energía vital, la del Universo, plena e infinita, que nos mantiene vivos (los chinos le llaman chí, los cahunas maná y los hindúes prana).

El arte nos exige ser puntuales con la vida, es decir estar donde debemos estar, es decir en todas partes, a toda hora.

Ahora o nunca, lo que no hagas ahora no lo harás nunca porque este momento no volverá.

La Naturaleza dice que cada uno debe ocuparse de sí mismo, hacerse cargo de sí mismo. Si cada uno se hiciera cargo de sí mismo todos estaríamos completos, la Humanidad sería un cuerpo sano.

Yo no tengo que dar pruebas a nadie porque ya me acepté, ya no tengo culpas, por eso soy descaradamente feliz, tan libre como las palomas que juegan en !os jardines del Quinta Real de Guadalajara, ya no tengo que hacer el bien porque me lo hago, entonces puede serle útil a cualquiera mi sola presencia, ahora puedo decir que amo al prójimo porque me amo, ya no tengo que demostrar porqué soy, ya no me molesta que algunos me llamen mistificador y hechicero porque lo soy (soy esas cosas entre muchas cosas), me divierte ser un creador de graffitis sonoros, un ilusionista, un prestidigitador de palabras, tan desnudo como enmascarado, tan seguro como feliz de tener algo para cualquiera. Vivo la fiesta de la vida con los fieles compinches y los nuevos conquistados por los juegos de palabras que traen ideas jugosas, malabarismos que me llevaron de Prevert a Jesús (la canción consigue acomodos ligeros, a veces hábiles pero siempre amorosos). Porque me gustan los festejos soy fiel a los juegos de palabras que agiornaron a Cocteau y a los surrealistas (estos roces literarios siempre me beneficiaron).

No te preocupes por la crisis, no es tan grave, solo perdiste dinero, que no es tan importante, cualquiera puede tenerlo, sin embargo el más Grande nació en un pesebre. La crisis te liberará de las cosas que te encadenaron, que te rebajaron de creador a consumidor, que te transformaron en un policía que cuida lo que tarde o temprano será basura.

La crisis te salvará del exceso que pudre (mira los países del primer mundo) y de lo artificial que idiotiza (mira la televisión), gracias a la crisis estarás más acompañado, por que el capitalismo consiguió lo que no consiguió el comunismo, la igualdad, porque ahora somos todos pobres, y al tener menos que cuidar serás más libre, tendrás más tiempo para vivir, para buscar la fortuna que Dios puso dentro tuyo. La crisis te está liberando de lo artificial, que te distraía de lo esencial (mi experiencia es que cuanto más he perdido más he ganado), la vida no nos quita cosas, nos libera de las cosas, no perdemos nada porque todo lo que tenemos es prestado, ni un solo pelo de nuestra cabeza es obra nuestra, además nacemos desnudos, es decir que la ropa que tenemos puesta es ganancia.

Esta crisis es una renuncia obligatoria, no te alivianaste como San Francisco, entonces Dios te aliviana a la fuerza (Jesús aconsejó “deja todo y sígueme” y éste es el momento). Crisis significa cambio, y todo cambio es bueno, aunque sea doloroso pasar de la niñez a la pubertad, no sabes qué te pasa o no sabes qué hacer con lo que te pasa, andas como un idiota dando lástima por el pueblo, tienes frío y calor a la vez, todo lo que se mueve te excita, comienzas a ver a tu prima de una manera diferente, es una crisis traumatizante pero te hace crecer (hay quien llega a ser un hombre). Todo cambio es bueno aunque sea doloroso, es doloroso el parto pero trae a la nueva vida, entonces bienaventurada sea la crisis, que es cambio, y los cambios son permanentes porque es vida en movimiento (cada vez que Diógenes pasaba por el mercado se reía porque le causaba mucha gracia y le hacía feliz ver cuántas cosas había en el mercado que él no necesitaba, es decir rico no es el que más tiene sino el que menos necesita, es decir mano ocupada mano perdida, es decir el conquistador, por cuidar su conquista, se transforma en esclavo de lo que conquistó). San Francisco tenía una de las fórmulas de la felicidad: Deseo poco, y lo poco que deseo lo deseo poco.

Al dinero tienes que buscarlo o cuidarlo toda la vida, pero al amor puedes tenerlo aquí y ahora mismo, el dinero te trae complicaciones y enemigos (por lo menos competidores) y el amor hermanos en todas partes. ¿Cómo estás más cómodo, con el traje y la corbata o desnudo? Entonces es mejor no tener que tener.

Los Sioux no reconocían la propiedad privada de la tierra ni de otros bienes que excedieran las necesidades reales, creían en un desarrollo del alma dirigido a lo esencial de la condición humana. Sufís, tibetanos y aborígenes de Australia fuerzan su cuerpo y su mente para llegar a situaciones extremas para acabar con el miedo, para ver más, para estallar, para renacer, es decir para nacer verdaderamente. El miedo es el que nos impide cambiar de pensamiento, ver desde otro lado, ver en todas las direcciones, ver más para vivir más.

Occidente no puede crecer esencialmente porque el miedo lo tiene encadenado a la ilusión de la seguridad, al vicio suicida de la propiedad (el miedo surge de la idea de la propiedad, el miedo aparece cuando hay algo que perder: un prestigio, una imagen, un trabajo, una mujer, una casa, el poder, el miedo está ligado a esa ilusión de posesión de propiedad, por eso cuando no hay propiedad no hay miedo, entonces aparece la libertad, inevitable para vivir).

La mayoría busca afuera al paraíso perdido sin darse cuenta que lo lleva dentro, que no está perdido sino olvidado, la mayoría muere en lo desconocido por no animarse a vivir lo desconocido.

Los monjes tibetanos son sabios, por eso pueden hablar de cosas terribles con una sonrisa, comprenden de tal manera que pueden reírse de lo que la mayoría llora, y esto con la inocencia de un niño, es decir respetuosamente. Cuando ríen confirman su sabiduría porque en esa alegría hay plenitud, salud imposible en las mentes fragmentadas, y solo el sabio puede comprender, por eso el Dalai Lama dice: “Los chinos invadieron al Tíbet, lo que quiere decir que los chinos son nuestros enemigos, y les estamos muy agradecidos porque sólo de nuestros enemigos podemos aprender la compasión”.

Cuenta Osho que un místico sufí, pobre y cansado del largo viaje, llegó a un pueblo por la noche y nadie lo aceptó porque era un pueblo de musulmanes ortodoxos, tan difíciles de persuadir que ni siquiera quería que se quedara en el pueblo. La noche era fría y estaba hambriento debajo de un árbol en las afueras del pueblo, rodeado por sus discípulos, semidesnudos y deprimidos, entonces comenzó a rezar: Dios, eres maravilloso, siempre me das lo que necesito. Un discípulo, tan asombrado como enojado, le dijo: Estás yendo demasiado lejos, tus palabras son falsas, estamos hambrientos, cansados y sin abrigo, rodeados por animales salvajes y sin refugio, rechazados por la gente del pueblo y tú le das las gracias a Dios, ¿cómo puedes decirle que siempre te da lo que necesitas? y el místico respondió: Esta noche necesito pobreza, esta noche necesito ser rechazado, esta noche necesito tener hambre y estar en peligro, ¿sino porqué me la daría?tiene que ser necesaria, por eso tengo que estar agradecido, ¡Él es maravilloso porque se preocupa por mis necesidades!.

Festeja todo lo que suceda, celebra también tu tristeza y te sorprenderá el comprobar que tu actitud la transformará en alegría (la situación no es importante, lo importante es la actitud) Cuando descubras la vida, inevitablemente te enamorarás de ella, y el amor te hará tan poderoso que los milagros serán constantes. Vivir significa amar, amar es vivir, y el amor no espera nada a cambio, se alimenta de su propia plenitud, pero solo llega el amor, es decir la vida, cuando se va el miedo (el miedo es la antítesis del amor, que es valentía). Amar es la oración que más le gusta a Dios, por eso tendrás su respuesta enseguida, que es la paz, el más alto don del Cielo que puedes gozar aquí en la Tierra (si cada uno cuidara su árbol, el bosque sería maravilloso).

Yo no hago nada, le dijo una amiga mía a la Madre Teresa, que le contestó: Amas, ¿se puede hacer algo más importante?
San Francisco le pedía a Dios: Has de mí un instrumento de tu paz, que donde haya oscuridad yo lleve luz, que donde haya tristeza yo lleve alegría, que donde haya odio yo lleve amor.
No olvides que te conviertes en lo que odias, que terminas siendo socio de tu enemigo porque tienen el mal en común (la guerra no acaba con la guerra, la continúa) y tienes idea del mal porque tienes idea del bien, son inventos tuyos, de tus limitaciones, de tus prejuicios, de tu dualidad, que es fruto de tu hipocresía, de tus miedos, es decir de tu ignorancia porque el saber es valiente, nos hace valientes el salir a buscarlo.

Recuerda que tu mente es parte de la mente universal, por eso eres todo y, por lo tanto, puedes todo. Sentir esto libera a la espontaneidad donde vuelves a ser niño, es decir artista. La duda es falta de comprensión, por eso los aborígenes australianos, que comprenden, no tienen dudas, por eso en su lenguaje no existe la palabra sí y, por lo tanto, tampoco la palabra no, ellos saben, y no lo olvidan, que en nosotros está el Dios que nos salvará, pero depende de nuestra decisión que lo haga.
Entrégate a la vida, no desoigas sus propuestas, ella te llevará al amor, es decir al centro tuyo, el que se contacta con el corazón del Universo (el amor es su razón), y por el amor conocerás a la alegría, que es luz que iluminará tu camino hacia la paz, el más alto don (escribo esto entre las cúpulas doradas de Praga, una ciudad encantadora, poética, toda arte, una ciudad mágica, una ciudad de leyenda que se construyó, por orden de una princesa, bella, por supuesto, alrededor de la casa de un labrador, que terminó siendo su amante, por supuesto).

Los hombres de los Andes trabajan con paja encendida, a ella le cuentan sus problemas, que se irán cuando el viento se lleve a la paja hecha cenizas (no vienes a la vida a soportar pesos inútiles). Los hombre de los Andes saben que para alcanzar la cima de la montaña hay que vivir plenamente, sin despreciar ninguna experiencia, y que cuando aumentas la visión ves las huellas por las que Dios quiere que avances hacia el cumplimiento de tu destino, y cuando encuentras la senda ya no hay peligros, nada puede afectar al que vive en su corazón, decir en él mismo, porque todo el planeta está en él, y eso porque todo lo que hace está decidido por el amor, punto central del Universo, entonces hasta sus pensamientos son vehículos de luz, es decir mensajes de vida para todos, es más, su sola presencia es un mensaje, como el sol es la parte visible de Dios.

Para los hombre de los Andes el que aprende del error no se equivocó, está más cerca de convertir lo profano en sagrado, ellos no se preocupan porque saben que no hay lluvia sin nubes, que no hay relámpagos sin tormenta, que el sol que se pone volverá, que las estrellas regresarán por la noche, es decir que todo está aunque no lo veas, que lo invisible es tanto como lo visible, por eso no debes limitarte a lo que crees. Los hombres de los Andes saben que no hay mejor refugio que el corazón, donde nacen las canciones y se siente más a Dios, y van más allá de las palabras porque no las interpretan, saben que la vida es un viaje más allá de la razón, que todo es igual y distinto, y es lo mismo, que nuestros antepasados viven dentro de nosotros, es decir nada comienza, todo se continúa, y que esto que vivimos no es toda la realidad. Los hombres de los Andes saben que los
caminos del intelecto no tienen salida, por eso le llaman loco al que solo piensa con la cabeza, por eso Luciano, indio yaqui del desierto de Sonora, tenía una escuela para desaprender.

La magia era la ciencia de los antiguos, cuando todavía la palabra no se había apoderado totalmente de la comunicación, cuando el tiempo era un camino más y se hacían maravillosos viajes sin el cuerpo, cuando la flora, la fauna y el hombre tenían un lenguaje común, por eso todos crecían a la par, en armonía, y lo invisible era tan respetado como lo invisible. En esos días el hombre no se complicaba, por eso nada era complicado, solo estaba atento al presente, solo caminaba por el presente, por eso podía vivenciar la eternidad.

Para mí, el crecimiento interior es lo mejor de la fiesta. Mis hermanos indios siguen, en orden, la transmisión oral del conocimiento, que para ellos es sagrado (no se puede saltar un escalón, no se pueden tomar atajos porque todo está articulado de tal manera que ser adolescente en la madurez puede desbaratar a toda la galaxia, lo que provocaría desequilibrios en el Universo). Ellos dicen que, si se sigue el camino gradualmente, los pies se convierten en alas, entonces podemos volar al origen de todo.

No temas, no te compliques ni te confundas, todo es lo que debe ser, serénate y todo gozarás profundamente si recuerdas que podría ser la última vez. El dolor es un maestro pero no hay que buscarlo ni llamarlo porque viene solo cuando te hace falta, por eso al sabio nunca se le acerca. La muerte es el amanecer de otra vida, el nacer en otra vida, por eso los indios de los Andes entierran a sus muertos en posición fetal y con traje de fiesta mirando hacia el oeste (la vida es circular, todo lo que fue volverá a ser, como la primavera y el sol). La vida siempre continúa de diferentes maneras, el sueño de cada noche es un ensayo de la muerte y el despertar un ensayo de la resurrección, por eso no debes acostarte sin haber perdonado, sin haberte purificado, porque debes estar preparado para morir, es decir para el viaje, para la mudanza fundamental.

La muerte siempre está cerca para recordarte que debes vivir plena y amorosamente para poder morir en paz, que es la mejor manera de entrar en la otra vida. ¿Cuándo sabemos que estamos muertos? le pregunté de niño a mi madre, que me contestó: “cuando dejamos de aprender” (no le temas a la muerte, que es salir del cuerpo como el pollo sale del huevo, del cascarón, para nacer). Piensa que es un milagro que sobrevivas en un Universo lleno de estrellas muertas, de sistemas solares muertos, como es un milagro que existan los peces y los pájaros, los árboles y las flores, que solo en nuestro pequeño planeta suceda la vida, deberías sentirte afortunado por estar en el único lugar donde corren las panteras y vuelan las águilas, donde todo crece alrededor de los hombres y las mujeres que cantan y bailan y se multiplican por milagro del amor, que confirma que algo maravilloso e increíble está sucediendo.

Tu historia está en blanco, escribe en ella lo que quieras, Dios es generoso, te permite planearla, aprovecha ese privilegio, no dejes que la escriban los demás, recuerda que es tu vida, que el hombre es el único animal que puede recrearse a cada instante porque está hecho a semejanza de Dios. Cambia tu pensamiento y tu vida será diferente, pregúntate a cada instante porqué haces lo que haces, piensa todo, medita todo, y comprobarás que casi todo lo haces sin convicción, mecánicamente, por costumbre, por eso cada día estás más aburrido. No escapes al peligro porque la vida es peligro, por lo tanto se te cruzará a cada rato, por eso solo el intrépido, el audaz, vive plenamente (el que se anima a todo puede vivir totalmente, y solo el que vive conoce a Dios porque Dios es la vida). No renuncies, como ordena el sacerdote que no conoce a la vida porque le tiene miedo, por eso lo poco que le sucede le parece una desgracia, pero tu debes disfrutar porque la alegría es el punto más alto que puede alcanzar el verdadero religioso (nada como la alegría del hijo para el padre). No niegues a la vida, afírmala viviendo, no te opongas al río, deja que te lleve al mar, y no cometas el error de querer separar mente y espíritu, alma y materia, porque todo conforma lo que eres. Arriesga, sé un apasionado jugador en el juego que es la vida, y si estás tenso disfruta tu tensión, y si te sientes mal vívelo como una experiencia, no como una maldición y algo aprenderás, por ejemplo que no hay nada como la alegría y la paz. Si te das cuenta que estás aburrido es un buen comienzo, significa que algo comenzó a cambiar en ti (la mayoría jamás se dará cuenta que está aburrida, que se hace sombra a sí misma en un mundo de luz), si te das cuenta que estás aburrido ya sabes que estás viviendo en forma equivocada, lo que es un principio, ahora trabajarás para salir de tus esquemas muertos, heredados de tus mayores, de una sociedad tonta de una cultura castradora, de una tradición pobre, ahora puedes comenzar a vivir por ti mismo, entonces serás auténtico, y los hombres auténticos no se aburren porque lo verdadero es apasionante, además de infinito y eterno.

Si le temes a la libertad, le temes a tu propio vacío, al que quieres llenar con cualquier cosa que decidan los demás para no tener responsabilidades. Anímate, aprovecha toda oportunidad de vivir porque la vida no se repite, por eso debes amar ahora lo de ahora, y no te quejes, ya deberías saber que en una sociedad competitiva no hay ni buenos ni malos, ni grandes ni pequeños, ni Justos o Injustos, ni pobres ni ricos, solo ganadores y perdedores. Ama, ama siempre, llena todos los rincones de tu tiempo con amor, no importa si es difícil, ama sin dudas porque el amor te crecerá de todas maneras, toda clase de amor es vida, y no le busques propósitos porque el amor es su propia finalidad, como siempre es plenitud. Abandona los caprichos y los deseos del ego, sus prejuicios y sus miedos, para conocerte a ti mismo, al esencial, al que se siente parte del todo, para llegar al vacío inmortal, centro universal del amor.
Le escuché decir a un campesino chino: Si quieres ser feliz un día emborráchate, si quieres ser feliz una semana cásate, pero si quieres ser feliz toda la vida sé jardinero, es decir goza al mundo de Dios y cuídalo para el que vendrá.

De la tristeza se sale rejuvenecido, como se sale de un buen descanso, por eso la tristeza no es mala (nada es malo, todo es por algo, y si es por algo es bueno). Escapas de la tristeza, por eso la llevas contigo, es una invitada permanente, pero pareces ignorar que si no fuera por la tristeza no le darías valor a la alegría (la tristeza es una polaridad más de la vida), la tristeza es profundidad como la felicidad es luz, y ésta no existiría sin aquélla, Jesús es tan dichoso como triste, por eso estar triste no es estar mal, es un puerto más, el tránsito entre la alegría y la paz, la vida, en su totalidad, siempre es buena, entonces lo saludable es vivir la totalidad, no es bueno congelar, empobrecer con la síntesis.

Desde lo más profundo sal afuera, enriquécete con los otros, que se enriquecerán contigo {Oriente se muere de hambre y Occidente se muere de cosas; es decir que a ninguno favoreció la separación, el extremo) acaba con las divisiones, las categorías y las barreras, valoriza todo y te divertirás más, la biblioteca te queda de paso a la cancha de fútbol, que la vida y la palabra que la declara se deslicen alegre, libremente, ajenas a toda clasificación, ese es el primer paso para la verdadera revolución, que es revolucionarse, no puedes seguir aceptando la pobreza a la que te condenan las separaciones, las jerarquías que durante siglos mantuvieron los temerosos de la totalidad, que tanto daño le hicieron a la Humanidad, todo es parte del Universo, por lo tanto todo es parte de la Historia, desde Proust a las prostitutas del Barrio Chino de Barcelona, desde Montaigne al Kybalión de Hermes Trismegisto, desde el Taj Mahal al Caesar Palace de Las Vegas, con los elementos del pasado construimos al presente, lo nuestro es una variante de lo anterior (todo lo que no es tradición es plagio, enfatizaba Dalí), en todo está todo, entre la ópera y el ballet está el mercado, entre Brahms y Sinatra está el Rock and Roll, siempre estamos pensando qué hacer con lo que heredamos, desde Caravaggio a Mallarmé, desde Bach al cubismo.

Los cobardes se juntan para cerrar el paso al diferente, que pasará igual porque tiene a la vida, que es movimiento, es decir cambio permanente, de su lado (es comprensible: los enfermos odian a los sanos, como los nacionalistas no me perdonan el mundo, mi riqueza los ofende). Nadie toma las opciones, por eso todos se mueren de lo mismo, no todos vemos la verdad pero todos somos parte de ella, nada ni nadie puede excluirse porque el Universo es totalidad (es en vano que golpees la puerta, sentenciaba Borges, estamos adentro).

Tú decides el Infierno o el Paraíso, que también serán tu creación, el amor puede hacer de tu ahora y aquí un Paraíso, puedes amar hasta convertirte en lo que amas, es más, hasta convertirte en el amor, pero elijas lo que elijas, Infierno o Paraíso, debes ser responsable de tu elección, debes hacerte cargo de lo que has elegido vivir, pero sé que cuando seas responsable, es decir dueño de tu vida, no se te ocurrirá elegir lo peor, no decidirás lo sombrío.

Te aburres porque no eres sincero contigo, porque no eres honesto contigo, porque no te respetas. Trabaja en lo amado, vive lo amado, piensa en lo que haces y no en los resultados, y los resultados serán tan buenos como tu goce, escucha lo que te viene de adentro y lo de afuera si te moviliza lo de adentro, rechaza lo que te impusieron y lo que te quieren imponer, traes demasiadas luces contigo como para distraerte con las sombras que te rodean, y cuando te aceptes estallará la alegría dentro y fuera de ti (no hay nada más grato y fácil que ser uno mismo, la vida es un éxtasis cuando no hay que convencer ni gustar, cuando el único sentido de la vida es vivir). Anímate, no hay nada que perder, solo tus cadenas, anímate, la vida siempre tiene más, por eso puedes arriesgar constantemente, no hay compromisos, solo eres responsable ante ti mismo, salta y después piensa lo que quieras (los viejos indios del norte aconsejan a los jóvenes: Cuando avances en la vida llegarás a un abismo, entonces salta, no es tan ancho como crees. No te separes de la Naturaleza, no olvides que eres parte de ella. Los apaches creen que las plantas, las rocas, el fuego y el agua están vivos, por eso ven nuestras necesidades, entonces se revelan y nos hablan para marcarnos el camino. Decía Santo Tomás: Corta una madera, allí estoy yo, levanta una piedra, ahí me encontrarás. Decía Walt Whitman: Hay árboles bajo los cuales grandes pensamientos melodiosos descienden sobre mí, creo que cuelgan Invierno y Verano de esos árboles, que solo sueltan su fruto cuando paso yo. Decía Joseph Campbell en una tarde de California: Hay carpinteros escoceses que creen que la conciencia de los árboles va más allá de ellos; que los árboles son conscientes de las casas que se hacen con ellos y de la gente que abrigan, de esta silla, de ésta página.

No aceptes religiones que te carguen con culpas, que te digan que Dios, tu padre, es tu juez, y hasta tu verdugo. De ficción en ficción, es decir de invención en invención, llegamos a estas religiones que siguen atemorizando, adormeciendo a tanta gente (estás presente y todo sucede, ¿que más explicaciones buscarle a la vida?). Hombre es el que le dice sí a todas las cosas de la vida, el que participa con alegría aún en lo más doloroso, el que cuando no puede curar alegra, el que sabe que el mundo es perfecto y que nuestra tarea es aprender a vivir en él, el que está dispuesto a cambiar de planes en cualquier momento, el que está abierto a las propuestas de la vida, el que se libra de la piel vieja para que pueda salir la nueva, el que sabe que el Infierno es no vivir lo que podemos vivir, el que no permite que lo encadene la costumbre o la ilusión de la seguridad, el que no se aferra a nada para no perderse nada, el que está dispuesto a destruir si es necesario para construir (la semilla muere para que haya planta, el trigo muere para que haya pan, la Vida se alimenta de vidas).

Proyectas, y después pagas las consecuencias, pones tu vida, es decir tu responsabilidad, en otro, por eso siempre te va mal, pero no tienes derecho a quejarte de lo que te hiciste cargo, te quedaste en una cosa del Universo (seguramente una persona) y no quisiste imaginar algo más en la vida, no pensaste que algo más te fuera necesario, eso era todo lo que fantaseabas necesitar para ser feliz, y después le echaste la culpa de tu dolor a la que se fue, no a tu error, a tu pobre capricho. Proyectas, pones todo en el otro, y pagas caro tu engaño, tu fuga (nadie puede hacerlo por uno), después te costará mucho calmarte y volver a empezar, seguramente cometiendo el mismo error con otra persona, como si no pudieras hacerte cargo de ti mismo (la cura suele doler más que la herida). Así vas agotando al amor, a la pobre idea que tienes del amor, hasta que no te queda más que encontrarte contigo mismo o estar muerto en vida.

Nietzsche hablaba del amor a nuestro destino, y ese es el amor fundamental porque en nuestro destino está todo, incluso el encuentro con las personas con las que caminaremos un trecho pequeño o grande de nuestra vida. El destino está lleno de posibilidades (una continúa a la otra. Sin fin), de aventuras, de encuentros, de desafíos, y todos son importantes porque conforman la única vida que vivimos, por eso hay que afrontarlos con amor, con ganas, no con desaliento o con miedo (lo que no te mata te crece), todo fortifica nuestro carácter, nada viene en vano, todo lo que sucede es lo que debía suceder, y en cada circunstancia se alivianará tu espontaneidad, se animará a jugar (con el tiempo verás que aquellos dolores y fracasos no eran tan graves, es más, trabajaron en ti para crecerte, entonces nada de lo que suceda es negativo, la noche es más oscura antes del amanecer, es grande el dolor antes de la revelación, lo que necesitas aparece cuando te sientes perdido).

Perdonar es liberarse, entonces recuperas toda la energía, la que impide que te enfermes, la que cura, la que te hace crecer, la que ilumina cada paso que das. Te enfermas de adentro, te enferma la memoria mal usada porque sólo te recuerda lo peor, lo que no te sirve para vivir, te enferma el odio, el rencor, las ilusiones que creas y que terminan siendo cadenas, tus dictadores, los muros que no te dejan ver la realidad. Los pensamientos no te dejan abrir la puerta hacia el interior de ti mismo, donde está la plenitud, los pensamientos son los carceleros que no te dejan entrar al palacio de la eternidad, donde vivirás en paz, los pensamientos te llevan a lo exterior, a lo artificial, en busca de ideales que te alejan de lo real.

La vida es alegría, por eso el serio, el mal llamado responsable, es un muerto, la vida es energía rebosante con el único propósito de ser ella misma, la vida es un juego, no un trabajo, y menos una condena.
Entrégate al presente, que es tan potente que pulveriza al pasado, deja que la energía de la vida trabaje en ti, déjate trascender por lo trascendental y serás trascendente (nunca es tarde porque siempre es ahora). Cambia la moral para cambiar la conducta, para actuar con más amplitud, para comprender y aceptar todo lo que sucede, para animarte al mar de las sorpresas, a las excitantes aventuras que propone la vida. Aléjate de la política y de la economía, que te distraen de la vida, de la verdadera vida, la esencial (decía mi madre que por no animarnos a vivir el mundo natural, inventamos uno artificial donde nos envenenamos unos a otros porque no tenemos el valor necesario para vivir). Una reforma trae otra reforma, y así vas de conflicto en conflicto económico y político hasta enfermarte psicológicamente. Decía Krishnamurti. Las revoluciones políticas, económicas y sociales no son la respuesta porque han producido tiranías espantosas o la mera transferencia de poder y autoridad a manos de un grupo diferente. Tales revoluciones jamás son la salida para nuestra confusión, para el conflicto en que vivimos.

Tarde o temprano. tu mente deberá transformarse para armonizar con el Universo, que es el protagonista, transformación que se verá favorecida si fuiste educado sin prejuicios, abierto para tener conciencia de la totalidad, para sospecharla. la que te ayudará a dar el salto. Esta revolución solo puede suceder en la totalidad de la mente, no solo en el pensamiento, que es solo un resultado (la mayoría sigue distraída con el efecto, de espaldas a la causa).

No te sientes ahí porque la buena energía está aquí, me dijo Luciano el Yaqui, que noche a noche buscaba el lugar saludable para descansar porque la energía está en constante movimiento, por eso no se le puede buscar en el mismo lugar, a veces se mueve tanto que hasta hay que cambiar de país, salvo que uno esté tan pleno que sea el generador de la buena energía que necesita, a veces tanto que llega y beneficia a los que lo rodean, como Jesús, como la Madre Teresa, como el Sai Baba.

Busca a los individuos, que son lo mejor de la Humanidad, lo más saludable, los individuos que siempre fueron considerados locos por la masa, por la mayoría amorfa, que los creía, y los cree, locos porque son felices, fácil, naturalmente felices, porque no los turba ni la ambición ni la ansiedad, porque no se preocupan por tonterías, porque cantan y bailan y ríen porque sí, porque se dan cuenta que están vivos, porque no le tienen miedo a la muerte, es más, ni siquiera creen en ella, porque solo viven el momento, y con intensidad, y esto, por supuesto enoja a los muchos, a los que no les gusta que alguien haya logrado lo que ellos no pueden lograr, es más, es tanto el miedo al cambio que ni siquiera lo intentan, por eso quieren hacerle creer al libre al que creen loco que es miserable, un desdichado, por eso quieren devolverlo al rebaño que odian.

En esta sociedad solo los locos son felices, los que están enamorados de las flores, los que hablan con las palomas, los que viven poéticamente, es decir con belleza, libertad y alegría, son tan felices que ni siquiera critican a los cuerdos, que están tan enfermos que defienden su desdicha y su aburrimiento.

Acepta que solo te acepten como loco, eso quiere decir que ya no volverán a molestarte.

La vida no es un problema, es un misterio, un excitante misterio, mucho más que una filosofía, a la vida no hay que explicarla (esfuerzo inútil) sino vivirla, es decir gozarla si uno es valiente, a la vida no se la puede apresar con conceptos, no es una escuela, es todas las escuelas, fundamentalmente las que ni siquiera sospechamos.

Eres el primer hombre en la Tierra porque para ti el Universo comienza contigo, como comienza con cualquiera que se de cuenta, eres Eva, eres Adán, eres nuevo y todo es nuevo para ti, es decir que tienes todas las posibilidades, y eres vulnerable, y cuanto más vulnerable más accesible.

No te cierres con tus prejuicios, no levantes un muro con tus actitudes, debes estar abierto para recibir las constantes propuestas de la vida, y no esperes que coincida con tu religión, con tu etnia, con tu filosofía, cadáveres malolientes que te pudren y pudren a tu entorno, como viene sucediendo hace siglos con la mayoría, duro escollo, bullicioso estorbo para el individuo. Cada grupo está encadenado a su mezquina, y homicida, tradición, por eso los hombres nunca se encuentran, los hombres del mundo, que es el único país porque la vida es totalidad, no fragmentos, por eso vives todo no vives nada.

Busca tu lugar, invéntalo, no tienes que suicidarte tratando de encajar en el que los demás construyeron antes de ti, busca tu voz, es imposible cantar con la voz de otro, y cuando te encuentres te encontrarás con todos, entonces se multiplicará tu fiesta y, por lo tanto, tu riqueza (la sociedad está hecha para el hombre medio, dice Osho, y el hombre medio no existe, es una ficción, por lo tanto la sociedad es una ficción, una sombría ficción, por eso estos hombres irreales no pueden dirigir a los hombres reales) No pierdas la vida con ideologías ni credos ni nacionalismo que te separan de la vida y te acercan a la muerte, no te pierdas al infinito valle de la vida por aceptar el encierro en una caja, sombría, pobre y pestilente, sálvate de las definiciones porque la vida es movimiento, por lo tanto no hay nada definitivo, no confundas al rincón en el que vives con la totalidad, sal a vivir y comprobarás que te mintieron los sacerdotes que heredaste de tus abuelos cuando te dijeron que la vida es un valle de lágrimas, sólo tú puedes decidir que tu vida sea miserable y desdichada, no es decreto del Universo del que eres parte (es tanto lo que nos propone la vida que hay que hacer más esfuerzo para seguir siendo pobre y desdichado que para alcanzar la riqueza y la alegría). Abre tu cabeza, tus ojos y tu corazón y entrégate a la vida con inocencia, no seas astuto (no tienes que ganarle a nadie, no tienes que defenderte de nadie), se audaz y comprobarás que ningún abismo es suficiente para matar a un hombre. No decidas sin haber experimentado, no niegues a la fiesta que no conoces, y recuerda que la vida no se va a adaptar a tus preferencias, no se achicará para conformarte. Que tus sentidos sean puertas a la vida, no guardianes que le impidan el paso (la mayoría excluye o escapa de lo que no está de acuerdo con sus principios, lo que no encaja en sus costumbres, por eso le queda muy poco por vivir pues rechaza casi todo lo que le llega). Entra sin preconceptos al maravilloso baile de la vida, canta sin miedo su canción y aparecerán todos los que quieren compartir la vida contigo: negros, blancos, amarillos, judíos, musulmanes, cristianos y ateos, ricos y pobres, de todas maneras, la vida te invadirá constantemente, no tienes escapatoria porque le perteneces, eres parte de ella, por lo tanto, aunque sepas, aunque no te des cuenta, te está moviendo con sus estrellas y sus ríos, estás madurando con sus frutas y sus árboles, estás viendo desde arriba con sus pájaros y desde abajo con sus hormigas. La vida es tan rica que no hacen falta planes, es tan sorpresiva que se puede esperar sin ansiedad, sin expectativas, porque siempre tiene más de lo que imaginas, entonces no intentes, inocentemente empobrecerla, empequeñecerla con estructuras, con dogmas. Cuando le abras tu mente y tu corazón, cuando dejes que lleve a tu cuerpo adonde quiera, tendrás una experiencia cósmica en cada acto, vivenciarás tu universalidad, es decir tu riqueza infinita porque la existencia es un todo, el Universo es una unidad orgánica, la más pequeña flor es tan importante como la galaxia más grande (por eso cuando arrancas una flor seguramente se mueve un estrella), lo que quiere decir que lo mas pequeño es parte de lo más grande, tú empobreces al dividir con tu cabeza dividida, fragmentas con tus definiciones arbitrarias, que te hacen perder el rastro de la vida, que es totalidad, el infinito sabor de sus misterios. Tienes actitudes, y esa es la causa de angustias (jamás podrás comprender la vida desde un solo punto de vista), tu ilusoria posición te empobrece, tu ideología es, a lo sumo, una dimensión, y la vida es multidimensional. Debes aprender del agua, debes aprender a disolverte, a tomar la forma de lo que te abriga, debes aprender a fundirte con el todo pero tranquilamente porque no hay nada que resolver, la vida no es un problema, es un misterio, un hermoso, un maravilloso misterio, la vida es el mejor de los vinos, bébela, embriágate con ella!

(Este libro es un juego que jugamos juntos, como la vida, no olvides que para Dios siempre somos niños, por eso es poco serio tomarse en serio.

Ahora sírvete un vino, si es posible chileno, y sigue leyendo, si es posible descalzo).

No tomes con tanta seriedad a lo social, son fugas para no ocuparnos de nosotros mismos, que es nuestro compromiso con la vida, del hombre que Dios nos puso a cargo para que lo llevemos hasta la plenitud (si cada uno cuidara su árbol, el bosque sería maravilloso). Vive para lo que amas, es decir para el sí, sálvate del no, cuando dices no a algo le dices no a todo porque vivimos de instante en instante, y cada instante es totalidad, por eso estar en lo que no te gusta es atrasar la Humanidad y complicar el Universo. No te atrincheres detrás de las fórmulas, no seas, como tu vecino, un boceto de cadáver, que no te mate, como a él, el odio oculto en el fondo del amor, ese tedio amordazado que es la familia, sálvate del espantoso sol del odio, que quema todo en la ciudad, apaga para siempre el televisor porque por la televisión ya no hay secretos porque ilumina tanto que siempre parece de día, y sin el descanso del secreto ningún hombre digno puede vivir (es un suicidio vivir expuesto todo el tiempo), hasta las habitaciones están iluminadas, ya no las refresca ni la refrigeración, nadie puede estar solo con nadie. Los peatones andan como sonámbulos (es imposible dormir) y los automovilistas quieren matar a cualquiera en la ruidosa noche blanca (muchos se suicidan para no seguir viendo luz, cansados de que no los deje en paz con ellos mismos). Los amantes no saben donde meterse y los murciélagos explotan de tanto dormir. Tanta claridad seca todo, desde las flores de los jardines al campo de los trigales, desde el sexo a las ideas, por eso gobiernan los que no tienen ideas. Esta sequía enciende a la sangre, por eso tanta violencia en la ciudad, que es una tumba, por eso tanto olor a muerto. La ciudad no tiene compasión, hasta oscurece de golpe, en la ciudad los hombres no tienen destino porque la ciudad no tiene astros, que son los que rigen nuestras vidas, por eso Sylvia se fue al país de las semillas, donde los charcos son fuentes llenas de tesoros.

En los mediodías de las ciudades vive la furia y en sus madrugadas la desesperación (los domingos, la ciudad descansa de sus crímenes como de una borrachera).

En este viaje de la cuna a la tumba vienes conmigo porque yo te continúo y tú me continúas porque, como decía Whitman, tú y yo somos la misma cosa, parte del mismo cuerpo, de la misma maravilla que llamamos Dios, entonces el único enemigo a vencer es el miedo, que nos impide juntarnos, algo
que nos tranquilizaría y enriquecería a todos, por eso debemos terminar con las calificaciones que nos enfrentan, nos embrutecen y nos empobrecen: bueno y malo, rico y pobre, negro y blanco, creyente y ateo, debemos borrar la memoria, sacar de ella lo que nos enseñaron para empezar de nuevo con la cabeza más universal.

Me gustan los desobedientes, que agitan, que cambian, que mejoran todo al desencadenar todo. Los obedientes cuidan lo que fue, es decir lo muerto, y los desobedientes trabajan por lo que será, por eso me gustan los desobedientes como Picasso, Cézanne, Stravinsky, Piazzola, disgustan los desobedientes que viven en el movimiento, en el cambio permanente que es la vida.

Metí al mundo en un libro (dividido en muchos) para compartirlo contigo, para que lo tengas en tu casa por si en algún momento se te ocurre conversar con Borges o con el Dalai Lama, para que puedas nadar en el Mar Rojo o correr con Rimbaud en la cabeza por la campiña francesa o por la Patagonia del Martín Fierro, para que goces con Arthur Rubinstein o para que sientas el olor de las frutas mexicanas o para que bailes con Pérez Prado.

Bebo de todas las maneras del arte, sazonadas con el espectáculo popular, es decir el music hall de los teatros y las piruetas del cabaret, de la calle y los mercados (de los primeros cantores populares que escuché pensé: El hombre que canta estas cosas no puede morir jamás, y a todas estas manifestaciones las encuentro, juntas, en el cine, desde Chaplin a Elías Kazan, desde Buñuel a Fellini, desde Cóppola a Kurasawa, desde Groucho Marx a Woody Allen.

Bajando por las escaleras de la vida, que hasta hace poco subí, me tropiezo, me enredo con la muerte, que es sólo una ilusión, la más grande, pero una ilusión más (en algunas madrugadas me adelanta sus fantasmas).

Ahora mismo recuerdo a Babel, el trapecista que parecía volar en aquella deliciosa noche del verano de Venecia, el que después, en Firenze, se cayó sólo para tener un buen pretexto para dedicarse a enseñar maravillas (casi milagros) a los equilibristas jóvenes del Circo de Moscú y del Barnum, con el que me cruzo ahora mismo en México, antes de volar a San Juan de Puerto Rico, paraíso donde daré cuatro conciertos.

Los artistas, aún con harapos, siempre huelen a victoria, siempre parecen desprendimientos de la danza de los astros, siempre son reflejos divertidos de la vida. Cada vez que abro un libro se me iluminan los rincones más obscuros, me siento grata, bellamente poseído (nunca tanto como por Marguerite Yourcenar), cuando al cerrarlo vuelvo a entrar al campo de concentración que llamamos sentido común, que para Borges era el más común de los sentidos, pero con los años aprendí a escaparme de él rápidamente, de la multitud retrógrada que lo posibilita y sus políticos, que son la mismísima decadencia, el más bullicioso de los suicidios (ahora mismo acabo de escapar de un gobernador, tan falto de ideas que me las quiere comprar todas).

Pienso en Buxter Keaton, como pensé en aquel viejo barco de carga detenido para siempre en el Bósforo, para aliviar un poco al Gombrowicz que traigo hace unos días en la primera línea de la memoria, que se sumó al recuerdo que traía aquella poetisa romana que en 1974 seguía viviendo en el Renacimiento (mis amigos italianos insisten en que era un travestí, lo que no cambia demasiado las cosas), que amaba a Marguerite como yo, que muchas veces recordaba unos versos de Benville donde un payaso se iba al Cielo, excitado aún más por un dibujo de Degas (esto mismo estaba pensado en aquel bar de Ankara, donde por primera vez me enamoré de la sombra de una mujer sobre un tapiz, que volví a encontrar en una casa de Uruapan, en el Michoacán mexicano, el de los queridos tarascos que me tejieron un poncho para que me protegiera de los blancos). En la memoria vuelvo a pasear por el viejo cementerio del Cerámico, entre sus tumbas abandonadas entre la hierba lamentable (Lord Byron llegaba por allí en tranvía y Henry Miller en
bicicleta), tan lamentable como las viejas que curioseaban mi futuro en la palma de la mano y al final del café turco, en noches tan calientes como vacías. Recuerdo las salidas de sol en el Partenón, sombrío solo para los despistados, más lejanos hoy para mí que los dioses que buscaba con Francine, que estaba criando a Jean Pierre para la inteligencia (recuerdo a Rubinstein llorando sobre las teclas del piano, emocionado porque había cumplido su sueño de llevar a Chopin a la tierra de los dioses, tal vez por eso entre el mar y yo siempre está Atenas). Todas estas cosas, tan queridas, se juntan con Sylvia en mi cabeza, y si digo Sylvia digo Lacán, que habló confusamente, como no queriendo que lo entendieran (eso pasaba con Piazzola, que recién al final supo que quería quedarse solo). Tal vez para salvarme de esas oscuridades escribo discretamente, casi fotográficamente como las historietas que me agilizaron casi tanto como los programas de la televisión, que siempre me fue propicia, aunque no tanto como para enamorarme de ella (qué pena ver a semejante medio en manos de los mediocres, de los cursis, de los complacientes, siervos de la multitud ciega y sorda, adormecida por el miedo que aprovechan los políticos, los dictadores y los mercaderes, que le conocen mejor que nadie el aburrimiento).

Me recuerda Marguerite que los cadáveres de los judíos van en peregrinación a Josafat (en Egipto, Hermes sigue siendo el pastor de las almas), pero aquí me distraen las nalgas de las portorriqueñas, saladas hasta el éxtasis por el mar, por la manera más poética del mar: el Caribe (Marguerite sigue esquivando a los perros del miedo y a los lobos de la venganza).

En Puerto Rico se siente el abrazo del mar, por eso los muertos buenos quieren quedarse en la isla, sospechan que el Cielo no puede ser mejor que esto. Los norteamericanos llegan muy tarde a la fiesta, ya ni el Caribe les calma el aburrimiento, vivieron al revés, terminan cansados, donde debieron comenzar, es decir por lo esencial. Robert de Niro hace un desastre en el Casino y Joan llama con el violoncelo a los pocos que se dieron cuenta (está en todas partes porque la encuentro en todas partes, desde Bersheba a New York, es más, creo que la manda Dios a controlarme).

Es tanta la paz que me envuelve a la puesta del sol entre los peces azules y el cielo anaranjado que siento que ya estoy del otro lado de la vida.
Deja el Rolex y camina tranquilo, en el reloj de Dios siempre es la hora cero.

Yo escribo porque tú me lees, y tú esperas porque yo busco.
Todos los días enfrento una verdad a otra más luminosa, que será opacada por la de mañana. Nada más hermoso que el pensamiento puro, por eso Sócrates despreciaba el lujo y la magnificencia de los palacios y los templos, por eso enseñaba a los jóvenes a confiar solamente en la propia alma.

De Sócrates hablábamos mucho con Borges, que al final estaba cansado de tantos años de cordura, por eso comenzó a jugar con los periodistas, tan marginados de la locura creativa y liberadora como los políticos (seguramente, lo único que le preocupaba al morir era la eternidad, a la que seguramente le retorció el cuello porque le aterraba la idea de ser Borges para siempre, me gustaría ser algo más divertido, decía, por ejemplo Macedonio Fernández, al que admiraba tanto que llegó a decir que si Macedonio no hubiera nacido, él no habría conocido a la envidia). Después habrá comprobado lo que comprobaré: la Muerte es enfriarse, eso es todo, algo tan trivial y simple como calentarse.

(Los amantes tejen en la oscuridad, tejen la red de la vida, la hamaca donde se balanceará para esparcir sus maravillas aquí y allá, de ida y de vuelta).

El intelecto sigue provocando amores abstractos que se materializarán en los que me lean o escuchen para confirmar que el arte genera vida (yo nací por un artista, Chagall, y por el vagabundo Simón, que vivía con arte).

Poetizo sanguíneamente todo para poder transmitir lo más ampliamente posible cada emoción, cada uno de los fervores que me mantienen vivo en la primera línea del campo de batalla. Los fuegos que encendí me encendieron y caminando sobre mis propias cenizas, llegué a Dios.

La sociedad es un baile de máscaras donde esperamos que salga el sol.