Ruben Torres Sierra
La Cosecha de Almas.
Muchos de nosotros conocemos el Karma y como funciona, lo tenemos presente en nuestro día a día y procuramos actuar en conciencia, para evitar en la medida de lo posible, la acumulación innecesaria de mas y mas karma. Pero ni por un momento podemos plantearnos la idea de que todo lo que nos ocurre, que cada uno de los pequeños grandes dramas que llegan a nuestras vidas son fruto del karma, por que estaríamos negando la realidad y no sería otra que la experiencia de vivir.
Por encima de todas las cuentas que tengas que saldar esta tu propósito de existencia, vivir es tu principal cometido y dentro de eso todo el catalogo de experiencias positivas o negativas que precises para enriquecerte y evolucionar. Pensar que cada cosa que nos suceda, sea buena o mala, según nuestra apreciación, es motivada por una cuenta pendiente, que podríamos haber adquirido en algún momento en otra existencia que no es la actual, con alguna persona de nuestro entorno, bueno, podría ser, pero la mayoría de las veces no va a ser a así. La mayoría de las muchas experiencias que sufrimos, son ingredientes necesarios para crear nuestra salsa, son aquellas cosas que precisamos para crecer y evolucionar.
No todos los dramas que nos ocurren tienen que ver con el Karma
Vivimos para superar nuestras propias metas, ir subiendo escalón a escalón en el proceso de la experiencia física. Desbloquear los miedos, purgar sentimientos, sentir emociones, todo ello a través de las herramientas necesarias para que tu mismo realices tu trabajo y superes tus propios obstáculos, traspases esas experiencias, las vivas, las sufras o las disfrutes y las superes. Este es el principal motivo por el cual estas encarnando, quizás repetidas veces y repetidas veces te has negado a aprender. Esta claro que en el modo en el que afrontas estos hechos, puede llegar a afectar a terceros, que son un daño colateral de tu acción, pero no te obsesiones con ello, si actúas de forma consciente, no deberías salpicar en exceso. Vive, experimenta y supera ese drama, no permitas que queden posos de esa experiencia en ti, solo el conocimiento.
No debemos preocuparnos en exceso el karma que acumulamos y las consecuencias que estén por venir, siempre existirá un equilibrio entre la purga que precises y la experiencia que te falte. Quien y que eres ahora, donde estas y en que situación, tienen en parte que ver, sobre lo que hiciste y lo que fuiste, por lo tanto ese karma ya lo estas pagando, por lo tanto no te preocupes demasiado del equipaje que traigas y preocúpate mas del equipaje que te llevas. Tenemos una valiosa herramienta de limpieza kármica, que estuvo siempre a nuestro alcance, pero que en repetidas veces nos negamos sistemáticamente en usar, es el perdón.
El perdón libera toda tus cuentas karmicas pendientes.
Perdonando a los demás y a nosotros mismos, lograremos eliminar esa pesada carga que portamos y que no nos sirve para nada, debemos enterrar el orgullo, el honor mal entendido y esa actitud infantil de tu ego, que no permitirá que saques de ti esa culpa.
El perdón sincero y real no llegara hasta que no comprendas que todos formamos una unidad y que aquel al que creíste tu enemigo, aquel al que te une un conflicto, es solo el vehículo en tu experiencia, mas necesario de lo que tu crees para que lo asumas y lo superes, una vez sobrevino ese conflicto, busca en ti donde
esta la parte que debes sanar y pasa pagina, perdona y olvida. Si perdonas, pero no olvidas, no solo no habrás aprendido nada, si no que no habrás perdonado, tu boca pedirá perdón, pero tu corazón estará clamando venganza, por lo tanto, no habrá servido para nada la experiencia en ese drama y deberás repetir, con la consecuencia de que la próxima vez sea aun, mas intensa y profunda y por lo tanto mas difícil.
Por lo tanto no debemos sentarnos y esperar a que el karma reaccione, tampoco debemos pensar que todo son consecuencias, al contrario, esas consecuencias debes ser asumidas como parte necesaria en el juego y superarlas, para poder cambiar de nivel y continuar el juego, que el mismo nos lleve a otro escenario y a otra situación para que continuemos subiendo escalones. No podemos sentarnos en la orilla y ver como fluyen los acontecimientos, debemos sumergirnos y fluir con ellos. No podemos atravesar la cascada sin mojarnos, así que cuanto antes demos el primer paso antes podremos dedicarnos a otra cosa.