martes, septiembre 21, 2021

De la Guía y la Purificación del Alma

"Domine , si vis , potes me mundare "

Es necesario aprender en primer lugar que el verdadero equilibrio es la base del alma. Si uno mismo no posee un fundamento seguro ,¿sobre qué te apoyarás para dirigir a las fuerzas de la naturaleza’?.

El hombre nace en este mundo en medio de la oscuridad de la naturaleza y la lucha de fuerzas contendientes, de forma que debe primeramente buscar a la Luz en su reconciliación.

Así, tú que tendrás prueba y dificultad en esta vida ,regocíjate a causa de ellas porque en ellas radica la fuerza, y mediante ellas se abre un camino hacia esa Luz Divina. ¿Es algo nuevo que la vida superior esté acechada de peligros y dificultades?. Regocíjate pues, porque cuanto mayor sea tu prueba, más brillante será tu triunfo. ¿No dijo el Maestro "Bendito Seas" cuando los hombres te ultrajen y hablen falsamente?. Pero, ¡oh, Iniciado!, que tus victorias no te traigan vanidad, porque el aumento de conocimiento debe ser acompañado con un aumento de sabiduría. El que sabe poco mucho cree que sabe, el que mucho sabe ha aprendido su propia ignorancia. ¿Has visto a algún sabio en su propia presunción?. Hay más esperanza para un idiota que para él.

No te apresures a condenar el pecado de los demás. ¿Cómo sabes tú que hubieses en su lugar resistido a la tentación?. Y si así fuera, ¿por qué despreciar a alguien más débil que tú?. Ten por seguro que en la maledicencia y en la convicción de la propia bondad hay pecado.

El Maestro no condenó a la mujer adúltera, pero tampoco la alentó a cometer pecado. Así pues, asegúrate, tú que deseas dones divinos, de que tu alma es firme y constante, porque es halagando tu vanidad como el Malo ganará poder sobre ti. Humíllate ante lo Divino, pero no temas ni a hombre ni espíritu. El miedo es el fracaso y el precursor del fracaso; y el coraje el principio de la virtud. Así pues, no temas a los espíritus, pero sé firme y cortés con ellos, porque no tienes derecho ni a despreciarlos ni a ultrajarlos, y esto también conduce al error...

Un hombre es lo que hace de sí mismo dentro de los límites fijados por su destino. Ni adores ni desprecies tu cuerpo físico que es tu conexión temporal con el mundo material y externo. Restringe las pasiones animales y alimenta las aspiraciones superiores; las emociones se purifican con el sufrimiento. Haz bien a otros por Dios mismo, sin esperar recompensa ni gratitud por su parte. Si eres generoso que tus oídos no deseen demasiado el cosquilleo de la gratitud.

Recuerda que la fuerza sin equilibrar es el mal, que la severidad desequilibrada no es sino crueldad y opresión, pero que también la misericordia sin balance no es sino debilidad que permite e incita al mal.

La verdadera oración es tanto acción como palabra (interior y exterior):es voluntad. Los dioses no harán por el hombre lo que sus propios poderes superiores harían por él, si tan sólo cultivara la voluntad y la sabiduría. Nunca peques contra ti mismo creyéndote más elevado de lo que estás. El único trono inamovible es el del Altísimo. Por tanto profesa el máximo auto-respeto por ti mismo.

Para conseguir poder mágico, aprende a controlar el pensamiento. Admite sólo ideas verdaderas en armonía con el fin deseado y no permitas toda idea extraviada de ti mismo y contradictoria que se te presente. Presta atención al poder del pensamiento silencioso y a la meditación. Establécete firmemente en el equilibrio de las fuerzas, en el centro de la cruz de los elementos, esa cruz desde cuyo centro la palabra creativa brotó en los albores del universo naciente.

En la verdadera religión no existe secta. Así pues cuídate de blasfemar contra el nombre por el que algún otro conozca a su Dios. Porque si blasfemas contra Júpiter, lo haces contra YHVH; y si lo haces contra Osiris, también contra Yeheshuah.

Trabajos internos a realizar por el aspirante

La virtud del influjo de Malkhuth es de primera importancia. Ninguna invocación auténtica es eficaz si uno no se asienta debidamente en el Reino (Malkuth). La conciencia se reorganiza en dicho Sephirah para poder recibir todo influjo superior. Recordar que antes de todo trabajo mágico viene el conocimiento de la LUX. Por ello es preciso primero estar conducido por las corrientes de Lo Alto antes de iniciar otros ritos. La guía y protección , así como el Permiso, en cualquier rama del Ocultismo práctico es condición necesaria para entablar relación con cualquier fuerza.

Para desterrar toda entidad hostil de nuestro entorno trazaremos el pentagrama desde el ángulo de Tierra y siempre con la punta del espíritu hacia arriba. Ello, aliado con la identidad interna, la voluntad perfeccionada, y la devoción al Altísimo.

En principio el trabajo es expeler de las Sephiroth de la Nephesh la usurpación de las Sephiroth del Mal. Equilibrar la acción de las Sephiroth de la Ruach en las de la Nephesh. Impedir que la voluntad inferior y la conciencia humana caigan y usurpen el lugar de la conciencia automática. Es decir conseguir que el Rey del cuerpo, la voluntad inferior, preste atención y obediencia para estar ansioso por ejecutar las órdenes de la voluntad superior, para que no sea ni un usurpador de las facultades de lo Alto, ni un déspota sensual, sino un gobernante iniciado y un rey ungido, el virrey y representante de la voluntad superior en su reino que es el hombre.

Entonces sucederá que la voluntad superior, es decir, el genio inferior, descenderá a la habitación real, y las voluntades superior e inferior serán una y el Genio Superior descenderá al Kether del hombre, trayendo una tremenda iluminación de su propia naturaleza angélica ("...y Enoch caminó con Dios, y dejó de ser, porque Dios le tomó consigo "Génesis, V, v. 24).

Con ello, la Nephesh llega a ser el genio de la mala persona, de modo que la Nephesh propia será la conexión y el poder de lo Divino actuando sobre lo qliphóthico (antes demoníaco, ahora ctónicosubterráneo).

En consecuencia, la mala persona no resulta tan malvada cuando cumple su servicio a la Lux ("Typhon es el hermano de Osiris"). La mala persona puede transformarse en un animal grande y fuerte, pero adiestrado sobre el que puede el iniciado cabalgar; y entonces se convierte en fuerza para su base física de acción. Es decir, el iniciado perfecto toma posesión de las competencias que antes estaban bajo orden opuesto y, bajo la dirección divina, se responsabiliza de usar estas fuerzas para servir a la Luz y el Plan.

Existen muchos misterios relativos a la naturaleza y la finalidad del mal, pero ahora entenderás la frase sobre Iesus,"..y descendió a los Infiernos", es decir, equilibró la Nephesh y la rescató para lo Alto, poniendo los poderes del mal al servicio del Altísimo. Al entender el potencial de esa fuerza para el crecimiento del aspirante, se entenderá que no hay que ultrajar demasiado a las fuerzas del mal en la creación material, porque ellas tienen su deber y su sitio, y en esto consiste su derecho natural a ser.

Pero mantén a raya su usurpación y precipítalas a su lugar natural, que lo tienen. Con este fin, maldícelas con los grandes nombres de Dios si fuera necesario, pero no las insultes ignorantemente por su condición, porque así te volverás como ellas.

El pensamiento es una fuerza poderosa cuando se proyecta con toda la fuerza de la voluntad inferior bajo la guía de la facultad razonadora e iluminada por la voluntad superior. Por ello, en todo trabajo espiritual un poco serio se aconseja invocar los nombres divinos, arcangélicos y angélicos para que la voluntad inferior pueda con gusto recibir el influjo de la voluntad superior, la cual es también el genio inferior detrás del cual se hallan las fuerzas todopoderosas.

El todo heterogéneo del hombre se considera en la kabbalah como un microcosmos que contiene en sí mismo todo lo existente en el universo, una réplica a escala de los mismos componentes y leyes.

Básicamente, el Yo Superior es denominado en su forma más inferior como Yechidah. El Yo Inferior abarca la Nephesh, y la razón es la Ruach. No obstante, estos términos teosóficos son demasiado generales para correlacionarlos sin equívoco con los cuerpos invisibles que describe la kabbalah. Existen tres tipos de conciencia, a saber, conciencia espiritual (Daath), que corresponde a la Neschamah y a la letra Shin; conciencia humana o vigílica (Tiphareth) que corresponde a Ruach y a la letra Aleph; y la conciencia automática (Yesod) que corresponde a Nephesh y a la letra Mem.

La Yechidah corresponde al cuerpo espiritual del Kether de Assiah. La Yechidah es también la conciencia divina, la voluntad superior (o verdadera voluntad). Es la conciencia divina porque es la única parte del hombre que puede tocar a las fuerzas todopoderosas. Detrás de Yechidah, existen fuerzas angélicas y arcangélicas de las que la Yechidah es la manifestadora. Luego, Yechidah es el Genio Inferior o Virrey del Genio Superior, que está más allá, un ángel poderoso y terrible. Este gran Ángel es el Genio Superior detrás del cual está lo arcangélico y lo Divino.

Del Trabajo con los Elementos de la Naturaleza

El ritual menor del pentagrama basa su estructura en las corrientes de los elementos y en ponerlos bajo la supervisión de lo Alto.

No obstante, es necesario comprender lo siguiente antes de poder manejar las fuerzas elementales de cualquier reino. El hombre, en primer lugar, debe conocer la Luz en sí misma y poseer una corriente personal forjada en las virtudes de todo aspirante.

Además, debe sobre todo aspirar a su Genio Superior, que es su guía y salvaguarda en la búsqueda.

Sentados estos principios las fuerzas de la naturaleza no se han dispuesto para el capricho de nadie y es necesario saber que para ejercer el papel que el hombre tiene para con la naturaleza primero el hombre debe ser Hombre y ello implica el conocimiento de la Luz. Sin ese Sello, el hombre no es considerado como tal y no es capaz de ejercer ninguna facultad de gobierno ni intercambio para con ningún ser. Luego es fácil que el entrometido sea manejado por los defectos y excesos de un elemento particular puesto que carece del elemento equilibrador de la Corona.

Los seres y las fuerzas de la natura sienten una disposición de reverencia y profundo respeto hacia el iniciado (como representante de la Divinidad en la Creación), y desean participar de su Luz. Saben que por su limitada constitución no pueden aspirar a su verdadera voluntad, pero tienden a imitar al hombre y a ser altamente receptivos a aprender el trato que se le ofrezca. En cuanto a conocimiento oculto son muy penetrantes, pero son dependientes del hombre para ser rescatados y ser partícipes de la Gloria.

Por tanto, es incorrecto pensar que las corrientes elementales de la naturaleza ayudan a buscar la Luz, puesto que cada uno posee sus elementales afines que aparecerán de forma natural en el momento oportuno para el trabajo posterior al conocimiento propio de la Luz.

Mientras tanto el trabajo con corrientes elementales debe acontecer en el siguiente marco: uno debe poseer la virtud y haber eliminado los defectos de cada elemento dentro de sí. Con el trabajo y la quintaesencia se purifica lo fuerte y se fortalece lo débil hasta encontrar el equilibrio de los cuatro. Así, la tendencia astrológica natural es corregida dentro del ser humano y se halla el fundamento seguro para participar y dirigir las fuerzas de la naturaleza.

En suma, hay que ser resuelto y activo como las sílfides pero evitar la frivolidad, la dispersión y el capricho. Ser fuerte y energético como las salamandras, pero evitando la ferocidad, la irascibilidad y el despotismo. Disponernos a la flexibilidad y a la sensibilidad como las ondinas, pero evitar la pereza y la mutabilidad de la inconstancia. Ser laborioso, constante y paciente como los gnomos, pero evitar la tosquedad, la avaricia y la inercia de lo mundano. De este modo, nos prepararemos paulatinamente para desarrollar los poderes del alma y, en extensión, ejercer la Voluntad y Servidumbre a la LUX para imprimir la gracia a los seres que están con nosotros y debajo de nosotros.

Existen muchos modos de entablar relación con los reinos naturales, mas el modo operante lícito es aquel donde el iniciado se alía con las fuerzas divinas kerúbicas que gobiernan directamente las corrientes elementales para así ponerlas bajo su kether natural. He aquí de nuevo el concepto del hombre como mediador entre lo Alto y los planos relativos al hombre. El Hombre como Cruz.

De la Aplicación y Uso de los Nombres Divinos

"Busca primero el Reino de Dios y su Justicia y el resto se te dará por añadidura"

"El Temor a Dios es el principio de la Sabiduría"

En primer lugar, el aspirante debe entender que el uso de los Nombres de Dios se aplica reverencialmente y que únicamente desde una aspiración clara y lustrosa hacia lo Divino existe la garantía de salvaguarda frente al error y el mal entendimiento.

Por tanto, será útil recordar y reavivar la memoria del alma con los siguientes puntos:

1. Que lo único deseable es que descienda la Voluntad de lo Divino (Yechidah) y que se acepte en Tiphareth esa gracia desde el interior para así unificar la voluntad humana y la voluntad verdadera. Sólo después de este acontecimiento el iniciado estará preparado para poner en acción sus facultades ocultas y manejar las Corrientes que lo Alto ha dispuesto para él.

2. Que toda iniciación humana es incompleta pues sólo prepara el camino para la iniciación verdadera (y ésta acontece por el mérito y la pureza ante lo Alto).

3. Que el Hombre constituye un mundo propio enraizado en la creación participando al mismo tiempo de su propia individualidad espiritual, la cual incluye la herencia de sus vidas anteriores.

4. Que todo aquello que el hombre consiga debe servir en última instancia a lo Alto. Para lo que en el plano espiritual se hace por Amor, en el plano humano se traduce en una brillante estrategia evolutiva.

5. Que lo Divino tiende a encarnar en el hombre y a dotarlo de un halo sobrenatural, que no es más que la consecuencia de hacerlo partícipe de Todo lo Que Es. Así, el iniciado ungido entiende lo que es bueno para él y lo que es ya no malo, sino sacrificable y temporal. Y de este modo se guía para atraer o repeler los aspectos de su vida mediante el Acto Mágico.

6. Que si no se entiende porqué todo Acto Mágico comienza con la Glorificación del Altísimo, sólo cabe aguardar ser carcomido por las propias desesperanzas. Considerar pues el acto de la glorificación y la gloria del acto.

7. Que lo Divino no rescatará al hombre si no se dedica por el esfuerzo, la voluntad y la sabiduría al conocimiento de su Yo. En consecuencia, toda conquista debe conllevar la máxima resolución y entrega para que el fruto sea verdadero y cristalice en la personalidad. No se hace la guerra con rosas.

8. Que si no hay una transformación de la personalidad en su forma más básica y oculta, no hay una esperanza de que el cambio temporal sea permanente. Recordar que no hay macrocambios sino micro cambios secuenciales permanentes y constantes -sobre todo en el iniciado-.

9. Que el plano oculto tiene sus propias reglas y que es mejor conocerlas desde cero sin prejuzgar y con cautela. Un error con buenas intenciones se considera como el mismo error sumado a la ingenuidad personal. Recordar de nuevo: no se hace la guerra con rosas.

10. "Muchos son los llamados y pocos los elegidos".

11. Acerca del Silencio: que tu palabra no sustituya tu sensación. Esto también es válido para la contemplación y la meditación pura y desnuda.

12. Que la Luz se manifiesta en la Oscuridad y al mismo tiempo hace uso de ésta para enraizarse en el hombre. Por tanto, recordar que el hombre es Eros y Tanatos, y que en consecuencia no es válido desarraigar impulsos destructivos sino darles un uso correcto en la obra propia. Destruir es tan importante como crear. Que el escéptico y el mojigato observen la naturaleza y APRENDAN.

13. En última instancia, que no es lo Divino quien se acerca al hombre. Es el hombre quien se acerca a Dios. Igualmente, no es Dios quien se abandona al hombre, sino el hombre quien abandona a Dios.