jueves, noviembre 27, 2008

La Historia de SAN NICOLÁS ó SANTA CLAUS


Por Camilo Valdivieso


Como olvidar esos años en que aún creíamos en la existencia de un hombre bonachón que cada Navidad nos agasajaba con los más esperados presentes, sin más interés que el hecho de acordarnos de él...

Esas noches eran apasionantes, ya que los minutos y las horas eran eternas. Todo por esperar la llegada de Santa Claus. No obstante para algunos la experiencia era algo traumática, puesto que encontrarse frente a frente con un ser tan soñado podría tener efectos inesperados.
Pero la historia de este personaje tan particular es muy antigua, y nos lleva hacia la zona donde se eregía el templo y oráculo de Apolo; Patara, ciudad perteneciente a Licia - en ese entonces aún era provincia romana del Asia menor- hacia los años 270 d.C.

Se sabe que este muchacho nació en el seño de una familia adinerada y de alta influencia, incluso su tío era el Arzobispo de Myra.
A muy temprana edad sufre la muerte de sus padres por lo que decide regalar todos sus bienes y dedicarse por completo a la vida religiosa. A los 19 años es ordenado sacerdote , unos años más tarde adquiere la dirección del monasterio de Sion, alcanzando luego del fallecimiento de su tío el arzobispado de Myra. Nicolás habría fallecido cerca del año 343 d.C.
Sin duda que son muchos los milagros que se la atribuyen este hombre, tanto en su vida activa como luego de su muerte, su fama e influencia traspasó las fronteras de Asia, llegando a convertirse en patrono de los navegantes -habría resucitado a un marino ahogado en un naufragio- por el pueblo cristiano.

Se decía que este hombre tan especial al momento de nacer se habría mantenido en pie durante 3 horas. Se cree que defendía a la Trinidad, luego de ello le dieron de beber tres sorbos del río Jordán y tres granos de una granada. La historia cuenta que esto se habría desarrollado en Tierra Santa.


Las Tres Hermanas

En Patras a los años de Nicolás la prostitución sagrada no era mal vista, no por ello era un oficio desarrollado por un gran número de mujeres. Para ese tiempo habían tres hermanas cuyo padre se había arruinado, cayendo en una gran depresión que lo tenía aletargado por meses. El no tener dotes -o dinero- les impedía a las muchachas ejercer su derecho de casarse por lo que el padre decide que deben prostituirse.

La lamentable decisión llega a oídos de Nicolás quién en forma anónima cree conveniente ayudarlas, por lo que lanza por la ventana una bolsa con monedas de oro que llegan a parar en uno de los calcetines puesto a secar en la chimenea por una de las tres hermanas. Lo mismo sucedió tiempo más tarde cuando la segunda hermana iba a ser vendida. El Padre de las niñas estaba muy extrañado con la situación, por lo que decidió espiar toda la noche cuando la tercera hermana estaba apunto de dejar su silencio. Al ser lanzada la tercera bolsa con monedas de oro, el hombre reconoció a Nicolás y no dudo en pregonar su generosidad por el mundo entero, con la innovadora característica de dejar regalos en los calcetines colgados en las chimeneas.

Ya pasada su muerte la veneración a San Nicolás es extraordinariamente masiva, hay que tener en cuenta que el Imperio Bizantino creo de él una figura trascendental. Sólo Constantinopla le consagró veinticinco templos, y en Grecia se llegaron a contar trescientos veinticuatro. En el siglo X su devoción traspasa fronteras hasta llegar a Rusia -esto gracias a los Vikingos de la Rus- luego de ello se transforma en el Santo Nacional.
Ya toda Europa , la nórdica, escandinava y normanda crean en él un cúmulo de interacciones, ya sea por milagros como por la gran devoción de la gente.

Para el 09 de mayo de 1087 tres navíos traían una valiosa carga a las costas de Italia, específicamente a Bari, eran los restos de San Nicolás, las cuales arbitrariamente habían los sustraído de la catedral de Myra. Ese día se consagro como la primera fiesta oficial que tenía San Nicolás en occidente, la cuál atrajo a millones de peregrinos desde entonces, incluso en la primera jornada treinta y tres peregrinos fueron sanados de todas sus dolencias. No había duda que Bari y su santo milagroso estaban pasando a la historia...

Hacia el siglo XIII la fiesta que se había afianzado para el mes de mayo es cambiada para diciembre , se quería con esto priorizar a los niños. Los holandeses ya lo figuraban con barbas blancas y ornamentas eclesiásticas , montado en un burro sagrado cargando un saco de regalos par los niños buenos y un haz de varas para los malos. Los neerlandeses lo conocían como Sinter Klaas y la tradición de distribuir regalos se extendió más allá del Atlántico.

Ya la tradición lo conoce como el obispo de los niños (episcopus puerorum), y pasando el tiempo adquiere la semblanza del solsticio de invierno, en honor al niño solar, el Mitra que se alzó desde tiempos inmemoriales como el dios que entrega la luz al mundo.
Para la noche del 05 al 06 de diciembre San Nicolás repartía regalos a los más pequeños, pero se contraponía con otra fecha que también se caracterizaba por el acceso de presentes, y era el niño de Belén, el 25 de diciembre. En los países de tradición católica se decidió remover la fecha otorgada a San Nicolás haciéndola coincidir con el nacimiento del redentor, de esta manera todos celebraríamos un nacimiento especial, y la visita de un hombre que entrego su vida a hacer el bien.
En Europa el símbolo y la creencia le ha dado a San Nicolás muchos nombres como es el caso de Santa Claus, Sunner (en Westfalia), Nikolaus, Semiklaus (en el Tirol ), Nikel y Klas, Niklas (en Austria y en la Suiza alemana) Herrscheklas o Herzeklos.

Ya en forma tardía se extiende la tradición a Estados Unidos, en donde su desarrollo logra efectos sin precedentes llegando a convertirse en uno de los personajes más famosos y esperados del año.

Los verdaderos impulsores de que San Nicolás se transformara en un mito en los Estados Unidos fueron dos escritores de Nueva York. En 1809 Washington Irving escribe un libro en el que transforma la vestimenta de San Nicolás dejando de lado su indumentaria clerical adornando su aura de un aspecto más bonachón y presentando junto a él caballos voladores arrojando regalos por las chimeneas. Luego cambian a pretexto de eufonía en termino Sinter Klaas en el de Santa Claus.

Luego en 1823 el profesor Clement Moore reflexionando en el aspecto mágico de la figura de este personaje mítico, logra cambiar los caballos por unos renos de origen místico, además de darle una apariencia más simpática a Santa Claus dejándolo con una contextura algo más gruesa y una estatura que más se asemejaba a la de un gnomo.


La actualidad de un mito

Ya traspasando el siglo XIX, Santa fue caracterizado de las más diversas maneras, tamaños de todo tipo y aspectos que en ciertos momentos producen ternura como en otros respeto.

También su morada comenzaba desde pequeñas guaridas en los bosques nórdicos hasta la última y más conocida como su gran base en los sectores más ocultos y sagrados del polo norte, en donde vive con su esmerada mujer, y un importante número de duendes expertos en realizar los tantos regalos pedidos por los millones de niños que le escriben anualmente.
Pero el aspecto que hoy posee Santa Claus curiosamente proviene de una estrategia de marketing desarrollada en Estados Unidos en 1931 por la empresa Coca-Cola, la cuál habría encargado al artista Abdón Sundblom la remodelación del gnomo bonachón para hacerlo más creíble y cercano a la gente. Sundblom se inspiro en un vendedor jubilado que cumplía con las características básicas del Santo de los regalos. Sin duda que la campaña fue todo un éxito, puesto que los colores del traje se basan en la imagen corporativa de la empresa.

Hoy Santa Claus, o Papá Noel (España) o viejo Pascuero (Chile) se viste de la misma forma. Haga frío o calor, su ropaje de invierno extremo lo acompaña a todas partes, llevando consigo la alegría y paz a millones de niños en todo el mundo.

Y quién sabe si la creencia popular haya hecho tanta fuerza para que la presencia de este hombre tan especial realmente se plasme algún día, trayéndonos lo que sin duda le hace falta al ser humano; la esperanza...