sábado, octubre 08, 2022

También la Desgracia se Hereda

Joan Garriga

Aquella señora era feminista...

–Posición muy respetable.

–Sin duda, pero además sufría aversión a los hombres hasta el punto de sufrir una grave disfunción sexual. Al tiempo, se creía emancipada de su familia y sus padres.

–¿Y no lo estaba?

–Nadie puede construir su destino al margen de su constelación familiar. Aunque no lo sepa, usted cumple las leyes sistémicas...

–Por ejemplo.

–No hay amor más ciego que el de un hijo. Los descendientes asumen las culpas de los ascendientes de una manera incondicional, por eso también la desgracia se hereda. Aquella feminista y yo investigamos juntos su constelación familiar. Su abuela enferma había sufrido el acoso sexual de su abuelo y, con él, continuos embarazos que siempre acababan en abortos o bebés muertos.

–Eso no es culpa de la nieta.

–¡Sí! ¡Ella la asumió! Todos asumimos por amor y aun de forma inconsciente las culpas de nuestros ascendientes, de forma que todo amor, odio, abuso, altruismo permanece en la constelación familiar: nada se pierde. Todo vuelve a emerger y por eso, aun dos generaciones después de aquellas violaciones, la nieta rechaza la sexualidad masculina.

–He visto cómo trataba a esa señora cuyo padre había abusado de ella... Emocionante.

–Déjeme que le explique por qué hemos representado su constelación familiar.

–Adelante.

–Nosotros tenemos conciencia individual.

–Nadie lo discute.

–Pero es muy limitada: sólo se orienta a asegurarnos un lugar en los sistemas de relación. También existe una conciencia de nuestra constelación familiar...

–Entonces cada familia tiene conciencia.

–Sí, pero una constelación familiar es mucho más amplia que una familia.

–¿A quiénes incluye?

–Su constelación familiar no sólo incluye al parentesco genético, sino también a todas aquellas personas vivas o fallecidas con las que le unen lazos de amor o con las que se vincula por relaciones de sexo o violencia.

–Eros y Tánatos.

–Vida y muerte más allá del bien y del mal, porque los descendientes son leales a sus ascendientes. En su constelación familiar, además de sus padres y antepasados, están los abortos, los muertos, las violaciones, los hijos secretos, los emigrados, los amantes y los ex amantes.

–Eso parece el metro en hora punta.

–Es intrincado, sí. Usted tal vez no sepa que tuvo un hermano que murió, pero la conciencia de su constelación sí y usted actuará aun sin saberlo para restablecer el equilibrio que causa esa pérdida. Hellinger, el gran investigador de la conciencia sistémica, explica que esas emociones trascienden su propia generación y son heredadas por los descendientes. Sus amores de hoy también los gozarán y sufrirán sus nietos.

–Deme ejemplos.

–A veces, las madres hacen que un hijo represente en la constelación el papel de un ex del que aún están enamoradas.

–¿No podré librarme nunca de mis ex?

–Si sus vínculos afectivos fueron profundos, no. Permanece en su constelación y forman parte del alma familiar del sistema y van a condicionar a todos sus miembros.

–¿Y cómo confortar a aquella señora destrozada por los abusos de su padre en su niñez?

–Ayudándole a que descubra. Hay que conocer y aceptar, sólo así todos encuentran su lugar y su reconocimiento, su amor, en la constelación familiar. Es el equilibrio.

–¿Perdonar?

–Asumir. Piense que la mayoría de nuestros pensamientos consideran estéril mente cómo “deberían ser” las cosas. Se trata de reconocerlas como son y aceptar su existencia.

–Otro ejemplo...

–Un paciente, tras dos intentos de suicidio y una grave conducta autodestructiva, quiso saber por qué no quería vivir.

–¿?

–Su madre había muerto en su parto y él creía estar en deuda con su madre y quería de forma inconsciente “devolverle” el favor.

–¿Comprendió su error?

–Al reconocerlo, sí. Aceptó que su madre le había dado la vida con todas sus consecuencias y que, si él se la quitaba, convertiría en estéril el sacrificio de su madre. Así, él aceptó la vida que le dio su madre y se recuperó el equilibrio en la constelación.

–¿Y cómo descubren esos misterios?

–Representamos la constelación.

–¿Cómo?

–De entre los voluntarios del grupo de terapia el paciente elige a quienes representan a los miembros de su constelación.

–¿Todos pueden representar a todos?

–Sí, pero sólo es necesario encarnar a los familiares cruciales en su problema.

–¿Y cómo descubren ese problema?

–Está en esa conciencia universal. Se produce un salto alógico y ese voluntario que hace de actor experimenta así las mismas tensiones que su personaje en la constelación.

–Por ejemplo.

–Un actor elegido para representar a un padre empezó a sentirse mal y encogerse angustiado y retorcerse sin saber por qué.

–¿Por qué sufría tanto?

–Porque ese padre había sido hemipléjico de un accidente y sufría horriblemente.

–Parece magia.

–Es la vida. Situamos a los actores representando en un espacio simbólico las relaciones de la constelación y allí el paciente empieza a descubrir, asumir y aceptar para recuperar su lugar en el sistema y con él el equilibrio.