Estamos en los momentos finales del Mundo de Expiación y Prueba (La Tierra) y el impulso de la Ley Divina nos conduce hacia el momento decisivo de dejar atrás las sombras y las medias verdades de nuestro mundo y cambiarlas por la luz y la verdad de la Nueva Era. Cuando Jesús, en el Acta Magna del Cambio Evolutivo, nos preguntaba si queríamos ser sus instrumentos, si queríamos participar y colaborar en su Misión Divina, si queríamos canalizar sus indicaciones para transmitirlas en nuestro entorno, nos estaba proponiendo que tomásemos conciencia de ser parte de una Unidad, que es toda la Creación y que afianzásemos nuestros grados de responsabilidad fraterna y formásemos parte activa y consciente de Su Misión.
La pregunta de Jesús equivalía a decir si queríamos ser el Hombre Nuevo, si queríamos ser la personalidad que intentaría expresar, de la mejor manera posible, las maneras de pensar, de sentir, de creer y de actuar, como lo hace el Ser del Mundo de Regeneración. Nosotros sentimos que la indicación de Jesús era lo que el impulso de la Ley de Evolución y Progreso nos tendría que conducir y hacer pasar, tarde o temprano y de forma inevitable, aunque ahora hubiese resistencia en nosotros como consecuencia de los hábitos personalistas que aún arrastramos de tiempos pretéritos, ya que para seguir este camino evolutivo y llegar al final del mismo, es por lo que fuimos creados. Podemos entender que si nos disponemos a actuar en el sentido del Hombre Nuevo, las bases sobre las que deberán apoyarse nuestras acciones ya no serán las mismas sobre las que nos apoyamos ahora, ya no podremos tener los mismos valores, tan humanos y materiales que tenemos ahora.
Tendremos que apoyarnos en Verdades Fundamentales, en las verdades evidentes que sostienen y se apoyan en ellas todos los Seres superiores a nosotros. Tendremos que tomar la decisión de producir un profundo cambio interno y conseguir un estado de mayor libertad de los condicionantes humanos y materiales que nos rodean. Sabiendo y teniendo en cuenta que en los tiempos de la Nueva Era, en el Mundo de Regeneración, las condiciones no serán las mismas que ahora, tendrán el caracter que Jesús nos dice en la frase: "Próximos son los tiempos para el restablecimiento de la Verdad y la Justicia sobre la tierra y percíbense por todas partes los celestes mensajeros que os traen las Palabras del Señor para su glorificacion en la hora actual y para toda la eternidad." lo lógico es que tomemos consciencia de la realidad que nos aguarda y nos dispongamos a formar un estado de armonía interna con esta realidad, que nos dispongamos a cambiar nuestra escala de valores, para que estén en concordancia con los valores de la Nueva Era, de los "próximos tiempos", como dice Jesús. Analizaremos las Verdades Fundamentales, las meditaremos, las clarificaremos y las afianzaremos en nuestro Ser interno bien firmemente, para que sean la base que impulse todas nuestras acciones...